La narración factual. La historia, la clínica, jurídica,
contractual, la de las diferentes disciplinas científicas y en la filosofía sistemática…
en la crónica, los anales, hay una sucesión temporal, pero sin relación entre
sus elementos. En los anales medievales se dice; el año tal se instaura el rey.
El año siguiente hubo una peste. Nosotros, los intérpretes, somos los que
establecemos una narración entre estas dos frases. Una receta se basa en una
serie de componentes: pon en agua esto… hay acciones, pero no una conexión
completa entre una y otra. Otra cosa es que llevemos esta receta factual a una
narración de ficción, como hizo Laura Esquivel en Como agua para chocolate. Instrucciones para construir un barco se
ven en La Odisea pero pueden considerarse
digresiones en esta narración. Cuando el narrador de Movy dick reflexiona mentalmente sobre las ballenas se extrae de la
narración. En una agenda; a las 9 desayuno, a las 10 voy a clase…hay un personaje
y una serie de acciones. Pero es necesario algo más para que se considere
narración. Un diario sí lo sería. En las crónicas, aunque sean cortas, hay una narración,
pero no explicita. Ahora consideramos la historiografía clásica ficción, pero
se trataba de vender como fáctica. Aquellos héroes que en su relación con los
dioses fundaban ciudades míticas eran la historia del tiempo. Hasta las
batallas muchas veces eran inventadas, y por eso son tan parecidas unas a otras
(no porque siempre fueran igual), para legitimar un sistema de gobierno o una
anexión de un imperio. Los anales griegos, latinos y medievales eran breves, se
hacían registros anuales, no podía faltar ningún año… Hacer una continuidad de
elementos de este tiempo implica una sucesión temporal pero no hay conexión
ente esos hechos. Las crónicas madrileñas
de Umbral dan un paso más, ya que hace una obra de ficción que podría haber
presentado sólo como unos anales. Aristóteles decía que los hechos tenían que
estar encadenados causalmente (causas y consecuencias), no solo unidos al azar.
Si ponemos dos frases, aunque no tenga relación exacta, entendemos como que hay
una relación, tendemos a buscarle causa efecto: “Juan se levantó. Luis apareció
muerto”. Tratamos de buscarle relación. A veces el narrador crea perspectivas
al lector y luego las traiciona. Estas son las mejores narraciones, las que
sorprenden, las que giran su trama a un final sorprendente, inesperado y
extraño. ¿La narración persigue entretener? ¿Solo es la de ficción? Otra vuelta de tuerca emplea un narrador
falso, que casi te está vacilando. No nos fiamos de los trastornados narradores
de Faulkner o del pederasta de Lolita.
Es raro que en un ensayo literario, científico, crítico, histórico (tal como lo
entendemos ahora); es decir: en un texto expositivo-argumentativo factual, el
autor haga guiños referencias ironías de este tipo, pero puede haberlas. Hay teóricos
que no diferencian literatura de crítica, como los descostruccionistas,
imaginan que está creando la obra a la vez que la estan comentando.
¿Es factual Historia de roma desde Rómulo y Remo de Tito Livio?
A este historiador se lo
cargó Augusto el emperador. Enaltece la historia de Roma con sus héroes y
dioses. En un historiador puede haber mentiras o faltas de rigor y precisión,
pero eso no implica ficción. Se basa Tito Livio en hechos reales, pero crea una
ficción. Como Los episodios nacionales
de Galdós, los hechos sucedieron, pero la novela histórica es ficción. Se puede
considerar así, anacrónicamente quizá, a Tito Livio más cerca de la novela
histórica que a la historiografía. Él no
fue testigo de los inicios de roma, en el 600 a. C. El vivió hacia el 17 a c.
Cuando ves un narrador lo identificas con el autor pero hay que interpretar
este texto sin conocer la biografía del autor.
Emplea una introspección en los personajes, eso es propio del novelista
y no del historiador. Hay excesivos elementos, que a un buen observador le puede
llevar a eso, pero usa comparaciones, símiles, valoraciones. Le atribuye a todo
el grupo una victoria. En la época era factual con apariencia de ficción y
ahora lo consideramos ficción con apariencia de factual. En la historiografía del xix hubo
un cambio drástico en estos planteamientos.
En la composición académica moderna se usa el presente y el pasado histórico
igual que en la clásica, pero requiere un compromiso de objetividad y honestidad intelectual.
El uso del presente, y la descripción tan detallada, difiere
de lo factual del relato de historia. ¿Cómo sabe tanto detalles si no los ha
conocido? El detalle es una licencia más cercana a la ficción que a la
historia. Imperdonable en un historiador moderno describir sentimientos de un
personaje, salvo que haga conjeturas el mismo historiador; imagino que Napoleón…
No puede decir: Napoleón imaginó que… Como suposición, y no con esa seguridad.
Tito Livio sabe lo que se dicen, sabe lo que piensan. Es una convención en la
historiografía antigua pero es ficción.
Es una doble narración. Narra lo que sucede pero se basa en otra batalla
que contó Tucidides. Usa elementos expresivos para conmover al público, el
romano del s I a c, su lector potencial, que vive revive lo que hicieron
nuestros antepasados en la nueva roma imperial. Esta narración cercana, visual,
expresiva, la usa también la épica, narrativa pero con apariencia historiográfica.
La historiografía antigua tiene licencias excesivas que la acercan a ficción,
pero por otro lado da muchos datos “Sé que aburro al lector pero tengo que
contarlo”, esto no lo puede hacer una novela.
Un historiador se compromete a no mentir. Si es un historiador sabemos que no se
identifica sentimentalmente con la historia, o eso nos parece cuando leemos a
Hobsmann (ironía). El autor de ficción no se hace responsable de lo que dice.
Cuando escribe ensayo se hace responsable de lo que dice. Si lees los ensayos
de Machado pensando que es una poesía no te lo crees, pero luego descubres que
está hablando casi en serio.
A Tito Livio lo lees sabiendo y condicionado de
que es un historiador pero hay elementos que nos permiten distinguir sí es
factual o no. Mete discursos de
personajes que sabemos que son inventados En el año tanto lucharon romanos y
sabinos o se inventa batallas con convenciones de otras. Todas las batallas se
parecen porque se las inventan, no porque fueran iguales. Siempre son las
mismas escenas típicas, como en la épica. Responde el núcleo a una realidad factual,
pero mezclada de elementos sobrenaturales, dioses, héroes, elementos fantásticos.
En la ficción hay una identidad autor/narrador, pero no tiene responsabilidad
sobre sus textos, cosa que el historiador sí.
Los relatos verídicos de
Luciano hace burla de esto: Escribo de cosas que me inventado, que nada tienen
que ver con la realidad. Hace parodia de lo que decían estos historiógrafos
griegos. Hay conflictivos en los textos de la antigüedad por su manipulación latina,
escolástica y moderna luego. Dos ejércitos que sean trillizos, gemelos y a la
vez primos es mucha coincidencia.
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