Os confesaré, si no lo contáis a nadie
para que no me llamen cursi y reaccionario, que el romanticismo es el
movimiento con el que más me identifico. La inspiración ya no está de moda,
desde que a Picasso le pilló trabajando, pero es que inspirar es vivir y
expirar morir. A veces la vida y la creación te pilla durmiendo surrealistamente
o en el cuarto de baño. Genio tampoco está en uso, desde que les dio a todos
por ser Poetas-obreros o sociales, siguiendo igual de elitistas pero
revindicando que eran unos artesanos y trabajadores a los que había que pagar
en money. Ante esta "muerte del autor" y que solo importe la obra y
la lectura que haga el lector se me quitan las ganas de escribir. Al fin y al
cabo todas las vanguardias vienen del romanticismo, aunque ahora llamen
así a la violencia de género y a la norma hetero patriarcal "amor
romántico".
Y desde este feminismo exagerado, que
puede manifestarse violentamente pero que nunca llega a lo que hicieron los
nazis, interpretamos el prerrafaelismo como “ay, pobre Ofelia, pasiva y ahogadita
en un río”, sin comprender ni el valor en el contexto de la época ni a su metáfora
en el imaginario colectivo, que quizá pueda ser más la imagen clásica de
alguien que enloquece por amor que solo atenernos al género de esa persona
embriagada de loco amor. Es como hacer una lectura literal de la Biblia “es que
no era una manzana, era una pera lo que se comieron. Por mí como sí era un
marmitako”, pues me importa el símbolo, la imagen, la metáfora. O “Aquí dice que hay que lapidar a la mujer”
y esto lo trasladamos al contexto actual talibán. Igual de ridículo es hacer
una lectura exotérica del antiguo testamento, como quién fuera quienes lo
escribieran perseguidos y escondidos en cuevas, estuvieran pensando en Lacan, Jung,
Buda, Rudolf Steiner o la sicología gestal. Apela a un inconsciente colectivo
compartido, pero todos los añadidos ya son connotaciones, “cosas nuestras”. Saber que en estos grupos LGTB usan de sinónimo
de violencia hombre-mujer al amor romántico irritaría a Larra y se volvería a
pegar un tiro. No creo que estos seres débiles, enamoradizos y enfermizos, pegaran
a sus mujeres. Muchas veces eran abandonados por ellas, como en el caso de Bécquer.
También puede haber uranismo en relaciones de otros géneros, roles, identidades, y la literatura está
plagada de relaciones homoplatónicas, empezando por Sócrates y Platón, a los
que debemos el termino platonismo y uranismo, el amor más sublime, frente el pandémico
que es el sólo deseo sexual. Hasta en el
sexo libre que ahora llamamos polisexual se establecen relaciones afectivas
quieras o no, seas consciente o no. En toda relación humana, por mecánica que
sea, hay afectos. (Mira lo que le pasó a la pobre Simone que se “enchochó” al
final con Sartre o a Chopin que no entendía que George Sand no fuera tan
romántica como lo entendía él sino más libre) Los románticos fueron soñadores
de Absolutos en un mundo de ambivalencias. Y todos los somos, en cierta forma,
porque las personas con nuestras ideas contradictorias juzgamos las cosas también
contradictorias, una armonía que se rompe con una desarmonía, como al observar
la tormenta en un día radiante de sol. Sale entonces el arcoíris celeste y
creemos que por él se desliza un auriga dorada con dos caballos desbocados
negro y blanco, sentimos un deseo imperioso de subirnos a ella, domando a los
pobres caballos sin culpa de nada, pero el uno violento y el otro vicioso,
porque es lo que tiene nacer caballo.
Un carro recorre el Carrefour y Platón,
mientras acarrea a sus anchas espaldas la leche divina Hera de marca blanca, se
pregunta dónde andará su Sócrates, que no le gusta pisar centros comerciales
postmodernos y sofistas del capitalismo. Quizá sí Platón hubiera estado menos nervioso,
entre tantas luces fosforescentes y sombras en la sección de congelados de esta
Caverna posmoderna que decía Saramago, habría aceptado la ambivalencia de sus
caballos, y les habría tratado algo mejor, les habría acariciado el alma como
hizo Nietzsche y les habría calmado sublimemente, sin reprimirlos. Se habría
tomado a broma el último chiste de Sócrates de la República y no habría intentado la de Siracusa. Y hasta se habría
aceptado como mariquita, como poeta en Las
nubes y como maruja que critica-censura a otras mujeres. En su lugar,
Platón creyó que las contradicciones, una tesis y su contraria, se tenían que
resolver, pero su respuesta siempre era la que a él le daba la gana, la cabeza
sobre el cuerpo, debía ser también cabezón, y eso no es responder. No hay dialéctica
posible cuando parece que habla Sócrates con Platón, pero sólo es Sócrates el
que escucha. Lo que parece un Dualismo se convierte en el Monismo de siempre de
la iglesia que ya conocéis todos de sobra, sí se sigue dando religión en la ESO.
"No, Platón, yo veo solo un caballo al que estas dando con el látigo, no tu idea de Caballosidad, caballero". Me falta pues entendimiento.
Con Aristóteles me meteré otro día, porque a este le iba más la oferta del 3 x 1 y también le engañaron al pobre, porque es lo que tiene Carrefour, que te llevas tres y si el cajero resulta ser Santo Tomás de Aquino te lo cobra los tres sin rebaja alguna y te dice; "Aqui pone 3 x 1, 3 productos que te los pasa por caja uno, que soy yo". Bromas aparte, que la causa primera de nacer, la de vivir y la de morir sea todo Dios es un timo. Y que de igual paloma o espiritu santo, hijo o virgen santisima porque al final todo es Dios en su santa trinidad es la misma estafa del Carrefour.
Con Aristóteles me meteré otro día, porque a este le iba más la oferta del 3 x 1 y también le engañaron al pobre, porque es lo que tiene Carrefour, que te llevas tres y si el cajero resulta ser Santo Tomás de Aquino te lo cobra los tres sin rebaja alguna y te dice; "Aqui pone 3 x 1, 3 productos que te los pasa por caja uno, que soy yo". Bromas aparte, que la causa primera de nacer, la de vivir y la de morir sea todo Dios es un timo. Y que de igual paloma o espiritu santo, hijo o virgen santisima porque al final todo es Dios en su santa trinidad es la misma estafa del Carrefour.
Puedo apreciar estilísticamente el
lenguaje de la prosa realista, pero son de tesis y no de dialéctica, porque cuando
confrontan Sentido/sensibilidad (Orgullo/ prejuicio. Fortunata/ Jacinta.
Bobary, Regenta etc) se responden a sí mismos. La antítesis es una impostura,
como lo ha sido siempre. A Hegel se le metió también en la cabeza que él era la
síntesis sistemática de toda la filosofía, y que con él acababa la filosofía
clásica. Y a Marx la síntesis correcta le parecía la dictadura del proletariado
(ósea de la cúpula) y no es respuesta sustituir dictadura de burguesía por otra
de masas como tampoco respondió nada sustituir la dictadura de la nobleza por
estos que querían ser más ricos y a la vez más guays, BOBOS (Bohemis bourgueus)
Así que el burgués realista prefiere lo Objetivo frente a lo sensible (ya no
tiene sentido el romanticismo revolucionario cuando ya han asentado sus
imperios, ahora le toca el turno al romanticismo obrero) Arremeten contra lo
subjetivo, y al final contra lo humano, porque les interesa el colectivo-Objeto
y no el individuo- ciudadano que está sujeto a su tribu, sí, subjeto a su
naturaleza, también, pero es libre. En el romántico individualista su Yo es el
absoluto (el dios soy yo de Nietzsche) y no el sindicato, estado, nación,
iglesia, o lo que sea. (Aunque el romanticismo tradicionalista y nacionalista y
de novela histórica sea otra cosa)
Me aterra que el arte se haya
deshumanizado, como hacía ver Ortega, todas estas corrientes de automatismo
simbolistas y surrealistas, de poesía fría, sin sentimiento, mero juego verbal
pero sin poeta dentro (cuando el arte debería ser precisamente
des-automatizarte, extrañarte, des-alienarte y des-enajenarte)...Esta
deshumanización en la postmodernidad llega a límites de Gran Hermano de Orwell.
En el fondo, la metaliteratura, la intertextualidad, el apropicionismo, el
corta y pega la convierten cada vez más en un robot. Que las nuevas tecnologías
nos agilicen el proceso creativo, dictando a un procesador de textos,
comunicando por redes, blogs, etc me parece genial, pero han sacado un
Vertsolari-bot, que es una maquina capaz de componer versos a partir de
informaciones que se le suministren, y entre esos poemas va seleccionando
palabras y compone el verso. Google va a lanzar algo parecido, pero a ese
CancioneroPetrarca.com siempre le va a faltar una Laura. Y sin Margarita o la razón
de Fausto, y sin ser o no ser ante una calavera con castañeo de dientes que
parece reírse de nosotros, no hay poesía que valga. Al margen, del lio de
derechos de autoría que esto puede generar, pues el propio "autor"
copia pega y plagia y tampoco me imagino al robotcillo este quejándose de su
hipoteca en Atocha a lo Luciaetxebarria en salsarosa.
Ya está bien de decir que la literatura en
España es realista, Pelayo, Pidal, y que el cid es realista, y que el quijote
es realista (en estilo sí, pero con escenas a veces mágicas), que la generación del 98 era realista, hasta
el esperpento de Valle Inclán. ¿Y entonces como sale un Alvaro Qunqueiro, un
realismo mágico, un Borges? Somos tan realistas todos en este país todavía que
da asco. El "vuelva usted mañana" es Kafka, pero muchísimo antes, y este
lío de funcionarios, conserjes, pasillos, bibliotecas y laberintos de senderos bifurcados,
tigres, espejos, procesos, castillos y ventanillas es tan actual y tan antiguo
como sacarse el carné de la biblioteca de Alejandría y que te lo encuentres
quemado o con cartel de “estoy tomando el café”. Luis Alberto de Cuenca, otro
romántico de la movida, y en su línea clara, le respondió a Bryce Etxenike: a
su visión del mayo del 68 la hubiera salvado leer más comics de Tintín. La
funcionaria de la biblioteca Bidebarrieta habría sido más amable conmigo si leyera más novelas románticas, habría conocido lo que es el amor. Aunque sea
bollera. En eso no me meto.
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