sábado, 6 de octubre de 2018

SUBASTA DE FILOSOFOS CON HUMOR. JAVIER GOMA Y FERNANDO SAVATER EN EL JA


El festival de la risa Ja celebrado este año 2018 en la sala BBK de Bilbao durante la última semana de setiembre y la primera de octubre lleva ya 9 ediciones. Este año entre sus novedades está que han reducido las varias librerías a la salida a una sola, el puesto de comida que han instalado o el concurso de humor gráfico escolar. Como todos los años se entregan los premios del humor, que este año han otorgado a Alex de la Iglesia, y traen a gente interesante de la cultura como en esta edición a Soledad Puértolas, Marta Sanz y  en el día de hoy a Javier Goma y a Fernando Savater, prolongando la conferencia con una entrevista a Jeanette Witterson. 

La sesión empieza con un video introductorio en el que se ha cuestionado a la gente de la calle cómo les afecta la filosofía en su vida cotidiana, pues el tema de este debate entre los dos autores es el humor en la filosofía. La gente bromea: “Me gustaba el primer Wittgenstein, luego se volvió comercial”. “Llamé a mis hijos Federico por Nietzsche, y por Hegel y al otro le tuve que llamar como el abuelo, que se puso pesado”.  Una señora está indignada: “Me he enfadado con la cajera, me ha dicho que la crítica de la razón está sobrevalorada” “Con la confluencia entre lo apolíneo y lo dionisiaco pierdo el día y no me deja dormir” 


La primera información que tenemos de un filósofo es una payasada: Tales de Mileto cayó en un hoyo, descubriendo su principio. (A Newton también le cayó una manzana, aunque esto es una relectura posterior para explicarle) Los filósofos y los médicos aparecen en el teatro como personajes absurdos. En el teatro de Moliere (que odiaba bastante a los médicos y que murió en el escenario, vestido de amarillo, el color de la locura, de Van Gogh y del azufre satánico), los doctores dicen latinajos sin sentido. Los usa también Dostoievski como burla. La figura del filósofo también ha sido patética en la literatura, o reverenciada exageradamente. El filósofo se ha tratado como una figura humorística. 

Que un mamífero cuadrúpedo erguido comprenda el universo es algo imposible. Produce risa. Los científicos pretenden conocer algo concreto, pero el filósofo no tiene límites, quiere conocer eso y todo y la conexión del todo, cómo deben comportarse en cada momento, qué somos y cómo debemos ser. No se contenta con lo ontológico (el ente, la realidad), se plantea lo epistemológico (lo que podemos conocer) y hasta juega a la moral. Su reflexión sobre la vida le lleva a plantearse por el origen y el final, enlazando con lo metafísico.  El medico trata de competir con la muerte alejándola. Y como ninguno la consigue producen risa. Puede darte un dolor de cabeza pero no puede evitar la angustia de la soledad mortal, como decía Kinkegaard. Ocupados de lo imposible resultan ridículos. En la opera salen muchos filósofos, en La sonámbula, en Don bartulo, en Fígaro… Personajes pomposos que dan lecciones a quién no sabe y quizá no quiera saber. 

En la antigüedad ya hay figuras burlándose de los filósofos. Luciano, un satírico helenístico, tiene Los diálogos de los príncipes y uno es Filósofos en venta, una subasta de filósofos como se rifaba el puñado de esclavos, prisioneros, gente cogida de una ciudad sometida. Los mostraban, té que sabes hacer: “yo sé llevar bártulos, soy fuerte”, “yo soy fértil y puedo producir hijos…” Se valoraban los méritos. Apolo, los propios dioses, hacen la subasta de estos pensadores y venden su moral. Los hedonistas que ofrecen el placer son bien recogidos. Los que venden el ascetismo son rechazados. Como si fueran a un programa de Lluvia de estrellados les preguntan a estos seres en apariencia ociosos que saben hacer. Y ellos, en un baile de Logos moviendo las manos como en una función escolar teatral por navidad, dirán: “pues yo he leído a Xubirí y a Spinoza…y los entiendo” Sí la misma pregunta se las hicieran en el Inem le dirían a la amable funcionaría “Póngalo en el currículo, que he leído a la Zambrano, junto a mis aforismos y ambivalencias” Son divertidos los diálogos de Luciano y cuánto más se hacen valer estos trabajadores del intelecto no reconocidos más sospechosos son para el público. El paradigma del filósofo ridículo ha evolucionado en la historia junto a la cultura. Tales es un filósofo despistado que olvida sus asuntos prácticos. El filósofo charlatán nos solicita un prestigio que no merece para su público. En el romanticismo el filósofo es una figura excéntrica, antisocial, e idealizada. 

La filosofía a veces se convierte en una disciplina oscura, abstrusa. Eugenio Dos escribía un texto, se lo pasaba a la secretaria y le preguntaba si lo entendía ella. Y si lo entendía, la decía: “oscurécemelo entonces” Usa un lenguaje codificado, especializado y reservado a los adentrados e iniciados. Es frecuente el filósofo que comprende cosas oscuras y falla en los asuntos prácticos. Tiene Javier Goma un problema con la señalética de los cuartos de baño: “Una urgencia me lleva al cuarto de baño. ¿A qué cuarto de baño iríais si os encontráis un plátano y en el otro: dos cerezas?” Le llenan de perplejidad algunos asuntos prácticos aunque comprenda pensamientos difíciles. Fernando Fernán Gómez habla, con ese resentimiento de los actores mal llevado que tenía: “no entiendo por qué me aplauden si no lo hacen con el notario que solo ha hecho su trabajo”. Más perplejo se queda el actor de que aplaudan al director de escena al principio de la ópera, ni siquiera al final del trabajo como al actor. Antes de haber hecho nada le aplauden. Es como si a Javier Goma al abrir el ordenador antes de escribir le aplaudieran. Los dos, Savater y Goma, son hijos de notario. Los notarios viven de dar fe y los filósofos de sembrar dudas. Han salido malos hijos. 

El ser y la nada. ¿Cómo usa la filosofía el humor como arma retorica? Tales se nos han revelado como un payaso, como en un circo que se resbala con una cascara de plátano. El segundo gran paradigma filosófico, Sócrates, usa la ironía y la más inteligente de todas sus formas: la auto ironía, y mediante una hermenéutica magistral va extrayendo verdades. Es como un cantautor que va por las calle y se encuentra con la gente y va sacando ideas de ellos, haciéndoles preguntas molestas. ¿Y usted por qué trabaja?, llegando hasta la irritación del obrero griego.  

¿Qué relación tiene la filosofía con el humor? ¿Es tan grave y severa que es incompatible con el humor? Savater lo utiliza en sus escritos constantemente y le parece una manifestación de inteligencia. Es un lector de Voltaire, que lo ha usado con maestría. Los filósofos no han derrochado humor precisamente. En los diálogos platónicos, Sócrates (que es una figura literaria inventada por Platón: solo sabemos lo que el discípulo ha querido contar de él), tiene rasgos de humor y una malicia particular. Este doble sentido humorístico plantea problemas a la hora de entender una obra. La República, la utopía de un estado donde mandan los filósofos, para Savater fue expresada en tono humorístico, aunque se tome muy en serio. Sócrates estaba burlándose de las ideas que podían tener algunos. Hay frases típicamente humorísticas. ¿Cuándo hay que votar a los que nos gobiernan a quién debemos elegir? Había guerreros, filósofos mejores y peores… Hay que elegir a los que no quieran gobernar, el que diga yo quiero gobernar a ese jamás. Es peligroso elegir al que esté preparado, mejor al que le pille por sorpresa. Goma no está de acuerdo con esta precisión. Platón si tomo muy en serio la república, aunque quizá Sócrates en su marginación social sí pudiera contársela en un tono irónico. De hecho, la llevó a la práctica. No le salió bien en Siracusa y le vendieron como esclavo, como en la subasta de los filósofos de Luciano.  

¿Y cuando los filósofos dicen algo serio pero lo tomamos con humor. No abunda el humor en la filosofía. Voltaire no es filósofo en sentido dramático del término, es escritor de rama amplia, es narrador. Montaigne está lleno de toques de humor, los mismos Ensayos. La primera broma es el primero tiene un título que alude a un título de Lucrecio, sobre unos versos de Lucio que trata de un asunto sexual. La utopía de Tomás Moro es una broma. ¿Quién cree que es un proyecto real de estado? Nunca creyó que había ese lugar ni debía haberlo, es una pesadilla. La verdadera broma es que la gente se lo tomó en serio y le parecía un lugar maravilloso. Como el Walden 2 de Skinner, parodia y pastiche del Walden de Thoreau, que es una distopía sobre la utopía del romántico. La gente se lo tomó al pie de la letra. Y no como broma. Schopenhauer tiene golpes humorísticos. Y Kinkegaard. El ensayismo se compatibiliza con el humor, pero la filosofía se expresa en el tratado, el gran sistema, y es difícil su estilo. Lo peor que se puede decir contra la filosofía es que los grandes postulados no se pueden decir sonriendo, riendo. Es el mayor argumento contra los filósofos; la verdad siempre es amarga. 

No hay diosa griega de la risa. Virgilio tiene un verso; Aquel al que su madre no ha sonreído en la cuna nunca verá la sonrisa de los dioses. La filosofía cuando se pone científica deja de sonreír, pero ensayísticamente puede recuperarlo. Descartes empieza El discurso del método con una grandísima broma. No voy a tener ningún problema con la inteligencia, pues es el don mejor repartido del mundo. Todo el mundo quiere tener más dinero, más poder… pero de inteligencia van todos bien servidos, no quieren más. Goma recurre a la definición de Kant que se ha preparado de la filosofía y el humor; emoción que nace de súbita trasformación de una espera a la nada. Era Kant un hombre mundano, al contario de la imagen que tenemos de él, tenía éxito en el salón, conocía los refinamientos del gran mundo. Imagina que tendría gran humor, aunque no viajara y muriera virgen. Ha recogido Goma dos chistes de Kant que son del tipo de los que le contaba a él su padre: Un inglés se encuentra con un indígena, un indio, y está bebiendo cerveza y sale espuma. Y le pregunta “¿Te admiras de cómo sale la espuma?” “No, de cómo lo habéis podido meter dentro”. Para ser de Kant no es malo. Cuenta Kant los espasmos que le producía este chiste. El segundo chiste es peor: un rico heredero organiza un funeral lo más solemne posible en honor al tío que le ha hecho rico y llama a unas plañideras para que lloren muy bien y cada día las paga más pero cada día se ponen más contentas. Hasta ahí llega la filosofía, de ahí para abajo. 

Kant es primer filósofo moderno, es profesor y a la vez filósofo. Ahora hay una gran confusión. A algunos como Savater, profesores de filosofía, los toman por filósofos, bromea él. Dejando aparte los medievales escolásticos, el primer filósofo profesor es Kant. (¿Y los griegos, las academias de Platón y Aristóteles no cuentan?) Kant hacia cenas con señoras. Había leído mucho, y aunque no hubiera viajado podía contar cosas, y no había televisor. Los profesores, como los profesores medievales, tienen un público obligado a escucharles, a quedarse ahí porque si no aprueban. No puedes irte en medio del sermón del cura tampoco. En el XVIII, sin embargo, los filósofos han de ganarse al público, sobretodo femenino, tener que interesar a señoras sin obligación de escucharles. No podían decirles directamente: le hablare de la trascendencia del ser. Voltaire es un maestro en introducirles el rollo. Lo popular en la época era Newton pero aunque era importantísimo no era divertido. Lo que todos hemos leído es la manzana que le cae del árbol y le da la idea de la gravedad. Es una de las cosas que inventó Voltaire para explicárselo a las señoras. Diderot hace una reflexión sobre Rousseau. ¿Cómo puede ser que crean los disparates de este loco; que el hombre ha nacido salvaje y la civilización es una esclavitud? Rousseau es muy convincente. Rousseau es tan persuasivo porque se ha criado entre faldas de mujeres, acostumbrado a hablar de mujeres y a ser mantenido por ellas.  Más que humor es patetismo. Kant iba apuntando todo lo que le pasaba, como en los tiempos de alzhéimer. El perdió el sueño y sus ritmos, él, que había dormido muy bien, empezó a sufrir los horrores del alzhéimer.  En la agenda privada Kant apunta; no entregarse a los pánicos de las tinieblas. También distinguió entre filosofía sistemática y mundana, pero expresó su filosofía de una forma mundana. La filosofía trata de apropiarse del mundo, escribir para todo el mundo, se deja llevar por el prurito sistemático, pero no quiere reducirse a un círculo o elite. Kant influyó en Shelling y en muchos autores románticos. Filosofía para el mundo, sobre el mundo y con un poco de mundo, entendiendo los salones del XVIII, Voltaire y ese Sócrates que se pasea ante un senado y tiene que persuadir con lo dicho, no solo con lo escrito, sino con lo dicho a los políticos. Trasmitirles belleza, amor a las ideas. Alude una vez más Goma a la expresión española de prestar atención. El ser está donde le prestáis atención, generosamente. Se presta la atención. Los préstamos se devuelven con intereses, desde la belleza, el conocimiento y el humor. (También se dice “te doy atención”. No solo se presta. “Te hago caso, hacer atención, hacer caso”, no estoy de acuerdo) Se desarrolla el humor en las artes retoricas, quitando la ciencia que no permite el humor, quizá en Punset. 

Bergson tiene El libro de la risa. Kinkegaard. Pirandello escribió un texto sobre el humorismo. La ironía romántica de los hermanos de Pleyer. El hombre es una anomalía riente. Los animales no ríen. Los dioses no ríen, sonríen, pero no tienen carcajadas. Ni las plantas, claro. El humor tiene que ver con la incongruencia. Un sabio como Tales hace algo tan estúpido como caer en un hoyo. El hombre necesita vacaciones de realidad, que es tediosa y necesitamos frivolidad para seguir viviendo: enamoramiento, humor, deporte, euforia sexual frente a la excesiva seriedad de la existencia, el sentido trágico de la vida. No solo qué hacemos aquí, nos preguntamos la posición del mundo y la nuestra en él. Seguimos jugando a ser hombres mientras tanto. Y el humor es una herramienta contra la seriedad de la vida y contra la tendencia al totalitarismo político: cuando un régimen se constituye así, lo primero que suprime es el humor porque lo relativiza todo. Siempre hay personas interesadas en que no se relativice el régimen. Sirve para afrontar el totalitarismo de la muerte, relativizándola mediante el humor. Supone un relativismo del yo físico, que ocupa el todo disponible, para someternos a un auto ironía. El humor es una buena manera de distinguir entre los amores y entusiasmos que merecen ese nombre y los que rodean o tienden al totalitarismo. La filosofía es un totalitarismo que tolera el humor, deja espacio al otro, la cortesía del filósofo es la claridad, decía Ortega, y su requisito es que resulte amena. El Quijote es soportable porque él mismo soporta la auto ironía y la del resto. 

Jovialidad viene de Júpiter, de Jover, aunque no haya un dios griego de la risa. El ánimo sereno y resplandeciente es paradigma de la jovialidad. Es una autosatisfacción, alegría, auto plenitud. Hay momentos en que los dioses se ríen. Cuando Ares se tendía con Venus (que no era un paradigma de fidelidad, pues estaba casada con Vulcano y Marte era el amante) Y este dios del fuego, de los instrumentos, del hierro, le pone una red, una trampa, y los dioses se ríen. No hay un énfasis en el humor como se podía esperar en esta gente tan dichosa que son los dioses, porque el humor es una cosa de los mortales, un alivio de los limitados, de los que nos vamos a morir. Todos vivimos como si no fuéramos a morir, ignorando nuestra muerte.  Freud dice que en el inconsciente no existe la muerte, la negación de la vida, y que siempre prevalece el eros. Sabemos que estadísticamente las cosas no pintan bien. Habrá un primer caso y probablemente seré yo. Con Javier goma harán una excepción. Todo aumenta las posibilidades de morir. No deseamos la muerte ni a los peores enemigos, ni a nadie. Que todos vivan lo máximo. Cioran en un aforismo dice que cuando uno se mira en el espejo dice ¿cómo voy a morirme yo con esta corbata tan estupenda, tan maravilloso que estoy? La limitación humana frete a esa idea de inmortalidad, ingenua, que necesitamos todos, y que se hunde siempre. 

Bergson en el ensayo de la risa cuenta que los seres humanos nos enorgullecemos de haber hecho algo de forma deliberada porque lo hemos pensado pero siempre cometemos actos automáticos, como si fuéramos una marioneta. Y mientras habla tira la botella de agua con un gesto, un ademan. El tipo que lo tenía todo controlado se resbala. Se cae. Todos estamos dando resbalones en la vida y en el pensamiento permanente. El gag y el sketch, que dicen los humoristas y en las tiras cómicas y comics. Es la caída, el tropezón, el cine mudo: Charlot, Buster Keaton, Jackes Tati. Personajes hechos a base de caídas y levantarse después. Quien parecía invulnerable se cae y da volteretas y se levanta y logra enfrentarse a pesar de caída. Eso solo pasa a un ser finito. Un dios perfecto no se cae, ¿de qué se va a reír si no se va a morir? Tiene importancia el humor porque nos recuerda que somos mortales y vamos a morir. Hay un contraste entre lo que queremos ser y lo que somos. Queremos ser eternos, hacer planes, el año que viene iré a no sé dónde y luego te caes y te mueres. Contraste entre la voluntad humana que se quiere comer el mundo y un mundo que nos come a nosotros. Esa es la broma. 

Eso a los dioses no les pasa. A los antiguos cristianos les preocupaba la inmoralidad de los dioses paganos. Las diosas son unas frescas tremendas y a los dioses lo mismo les da una señora que un cisne, todo lo que se mueve. Para los dioses todo es juego, y ya no hay broma. Las cosas que parecen serias se convierten en broma y juego y eso solo pasa a los mortales. Es un punto en que los filósofos se quedan un poco en la superficie. Quizá el más profundo en esto es Freud. Relaciona el humor con el inconsciente. Tiene chistes un poco kantianos, malos. Una viuda que sufrió tanto que, cuando murió el marido, el pelo se le volvió rubio. Lo relaciona todo con el doble sentido sexual y materialista, que forma parte del humor. Es el doble sentido de la muerte. Crees que vas a llegar pero no vas a legar, crees que eres duradero, que controlas, pero no controlas. José “Pepe” Bergamín, poeta y ensayista español, con golpes muy buenos de humor, tenía un aforismo que le decía a Savater; ¿Qué más te da a qué carta quedarte si después de todo no te vas a quedar? Es una desgracia estar abocado a la muerte, pero gracias a que somos mortales existe el amor, la moral, la justicia, solidaridad, compasión. Paradójicamente estamos destinados a un fin funerario, pero brotan de esa protesta ante la limitación los bienes dignos de ser vividos, entre ellos el humor. Los dioses ríen pero sin ganas. De una persona despojada de humor se puede preguntar si es humana o es algo bestial, robótico o divino, pero no humano.

Hace unos años Goma dio una conferencia en Ronda y tenía que hablar de los presocráticos y pusieron una traductora al lenguaje de los sordomudos. Puso una diapositiva complicada y empezó a hacer gestos raros. Hasta que introdujo el concepto de arjé griego, y se fue la persona que había. Dio unas conferencias en 40 universidades americanas y una mujer se las traducía y ponía caras ella de evidente repugnancia. ¿Este párrafo lo ponemos de otra manera? Y dijo la traductora: “es que simplemente no estoy de acuerdo con la conferencia. He leído estos autores y no diría lo que estás diciendo”. Tiene Goma mucho respeto a Julián Marías, hombre de gran rectitud, con un sentimiento de deuda a lo antiguo que le daba personalidad. No le dejaron hacer el doctorado, fue a la cárcel y se fue a EEUU y estando en un colegio alli le llamaron de una universidad remota de Arkansas, no de la ciudad principal. Tenía que coger el tren para ir alli, y hablando por teléfono el hispanista le decía “se baja, coge el tren…” y él le pregunta quién ira a recogerle. “Me reconocerá porque llevaré su España inteligible bajo el brazo”. Y él le respondió: “¿y si hay más personas que llevan mi libro?” Savater tiene muchas anécdotas graciosas en su vida. Se ha confrontado con personajes e idiomas diferentes. En la época del tardofranquismo, a los profesores de la Autónoma pomposos, a los no numerarios, les echaron de esta ciudad y tiempo verdaderamente humorístico. La fundación Hamburguercer americana le daba también una beca para dar clases en EEUU. Javier solanas se fue allí, por ejemplo. Él, por no moverse de su casa, no fue. Estaba en el doctorado de Haiman y le enviaban información de España y recortes de prensa, no había teléfonos móviles. Llego la época de enfermedad fatal de franco, su agonía y muerte y en la prensa había informaciones mediatizadas y simuladas pero todos sabían por donde iba la cosa. El diario nocturno SP, que ha dejado ya de salir, sacó un titular que decía, Franco agoniza. Secuestraron la edición. “Nosotros lo teníamos recortado. Y se lo mandamos a digamos Pedro (no quiere decir el nombre) a North Carolina. (¿Se refiere a Pedro Laín Entralgo?) Y alli en la puerta con sus currículos llega el reportaje. Y un profesor le dijo: Mr. franco agoniza”. Los filósofos devuelven la atención que les hemos prestado. Y agradecen una contribución. O una compra en la subasta.

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