BAROJA es de los
escritores mejores del siglo XX. Es un autor de gran espontaneidad y
observación. Sus novelas son acumulación de elementos dispersos, y ciertos
personajes. Trata de aprehender la vida y aprender de ella ciertos consejos y
habilidades para el vivir cotidiano. Crea una trama única en torno a un
personaje central al que se agrupan otros personajes, que delimitan la
construcción de ese personaje central. Su prosa se caracteriza por la brevedad,
nitidez y precisión. La novelística de Baroja ofrece un amplio panorama de la
sociedad contemporánea; la problemática social. Gira en torno al constante
desajuste que padecen sus personajes. Para Baroja, la vida es crueldad y lucha.
La vida social es un fracaso porque sojuzga y corrompe al hombre. La familia, el
Estado y la Iglesia atenazan y limitan al individuo.
Baroja nace en San Sebastián en 1872. Estudia medicina.
Es médico en Cestona Guipúzcoa. Sale insatisfecho de la experiencia. Nunca se
casó, aunque se le conocieron novias. En 1900 critica la guerra mundial, la
violencia, y arrogancia de toda guerra. Se le considera parte de la generación del 98 pues mira con
nostalgia aquella España imperial de Carlos I V y la compara con la situación
de decadencia y crisis del 98. Denuncia
lo atrasada que está España en educación, política, sanidad… la perdida de las colonias de Cuba y los últimos de Filipinas
es la punta de iceberg de un pesimismo fatalista que se estaba gestando en
España con el fin de siglo y el principio de siglo XX. Surge el conservadurismo y reaccionarismo en
estos autores, así como el progresismo
noveau sicle que vemos por ejemplo en Ortega
que retrata la España de la I república y los felices años 20 en España. Critica Baroja también la guerra del 14 y
abandona el historicismo para hacer una crítica irónica de la guerra. También critica
las guerras carlistas en el país
vasco que para él son la derecha más reaccionaria. Los carlistas que gritaban “fueros
y rey” contaban con el apoyo de la iglesia católica y de la nobleza. En esto
del carlismo coincide con Unamuno y
será de lo poco en que coincidan. No sabríamos si calificar a Baroja de
nacionalista vasco o español pues tiene cosas de las dos posturas. Además de
escritor y novelista fue ensayista y en obras como el cajón de sastre hace un mariposeo de ideas y cosas en aparente
caos, improvisación y libertinaje. En 1934 es elegido miembro de la real
academia española. Tras la guerra civil marcha al exilio y muere en 1956. Es un
teórico de la acción por la acción y podemos calificarle de anarquista, al
menos en las ideas, en el plano teórico. Pretendía una regeneración cultural,
una restauración de valores positivos que empiezan ya en la infancia y educación.
Retrata
un paisaje lirio emotivo (Cascada como perlas) describe la belleza del río y
busca lo estético, el arte por el arte, sin dejar de preocuparse por la realidad
social como hacían los realistas activistas.
Es autor de novela social. Retrata pícaros, golfos, putas, criminales,
proletarios, clases bajas, una especie de corte de milagros de los mendigos,
los lisiados, cojos, mancos, hieráticos, silenciosos, graves, movedizos, las
esqueléticas jóvenes, etc Retrata pícaros en diversos oficios, golfos y
traperos, el lumpen proletario urbano, el mundo bajo y el mundo de la ciudad,
los inmigrantes. Aparece la pensión, los barrios, golfos, intelectuales,
aventureros, mendigos, alcohólicos, ladrones, ciegos, lisiados, cojos, mancos. Retrata
las costumbres españolas pura, de un absurdo completo. describe con un mínimo
de cariño a los marginados de la sociedad. En el fondo todos somos ratas,
mochuelos, ratones, intentando sobrevivir los unos de los otros. Era ateo y la
religión le parece la negación de la vida. Es de un fuerte anticlericalismo. La
Vida es una lucha cruel donde se devoran unos a otros y triunfa el más fuerte.
Retrata a los caciques de su tiempo. No es del todo revolucionario sino
escéptico y muy crítico con la política. El narrador de sus novelas es un narrador
omnisciente, decimonónico, a la manera clásica que sabe los actos, palabras y
pensamientos de sus personajes. Sus personajes son siempre seres marginados,
inmigrantes. En boca de esos personajes expresa su ideología personal, la
verdadera cara del hombre. Era individualista, agrio, introvertido, protestante
contestatario anarquista y ateo. Solía decir ¡viva la literatura y viva la
anarquía! Tiene una concepción del hombre que bebe de Schopenhauer y Hobbes; el hombre como lobo egoísta para el hombre (Homo
homini lupus) escéptico y nihilista. Es de un pesimismo amargo, negativo y le
gusta más el existencialismo negativo de Heidegger
que el positivo de Nietzsche. Su narrativa
debe mucho al Evolucionismo de Darwin. Al socialismo materialismo científico de
Marx y Engels. Aparece la lucha de
clases del Materialismo histórico. El mundo es un mundo de representación,
amargura, escepticismo, y pesimismo. Una lucha cruel donde domina el más
fuerte, egoísta e individualista. Sus personajes se enfrentan a una regeneración,
salvación y por último trasformación. Vemos en Baroja la Voluntad de acción de
Nietzsche Toda obra literaria es resultado de la intuición y no del método. También
tiene gran Influencia de Bergson. Se
le ha criticado la Improvisación y falta de organización en sus novelas. Sus novelas
valen en cuanto a los diálogos, frescos y naturales. En cuanto a la descripción
de personajes de profunda psicología y en la descripción de lugares y
documentación de los mismos, pero su punto menos fuerte es la construcción de
tramas y argumentos. A veces parecen obra del azar y el caos. Sus novelas reflejan las contradicciones de la
vida misma. Bebe de la novela realista del XIX. No idealiza la realidad,
representa con fidelidad lo que ha visto. Usa la técnica del distanciamiento,
no se identifica con sus personajes, al modo de Sthendal. Su literatura es un reflejo objetivo y mimético de la
realidad. Escribe varias novelas del aprendizaje en la vida, de la bildungsroman. La vida se rige por abulia
apatía e inacción, el héroe es un personaje pesimista apático en dialogo-
actitud ante la vida. En su descripción abunda en los adjetivos. Su prosa es
irónica y huraña. El movimiento rítmico del texto le da expresividad. Usa muchos
símiles (Gordas como ballenas. Mendigos bullen como gusaneras. Esqueléticas de
boca hundida y nariz de ave rapaz). Retrata
la miseria de la época. Tiene la técnica de las novelas de folletín compraba
novelones de los rusos, de Dickens, de
la picaresca española, los fondos y misterios de Paris de Eugenio Sue...Rechaza
la estética modernista y el lenguaje retórico altisonante. Es lo contrario a la
prosa alambicada y rimbombante de Proust
llena de frases sin comas ni puntos, literatura llena de subordinadas y
bifurcaciones. Baroja es un autor de la sencillez y es anti retorico, a veces
no respeta ni la gramática ni la ortografía convencional o formal. Son oraciones
simples, coordinadas. Sigue un orden lineal donde la frase tiene ausencia de barroquismo
y es efectista. El léxico es sencillo y asequible a todos. Como Galdós, vive sus personajes. quiere
retratarles lo más realista posible metiéndose en la introspección psicológica
del personaje. Sus novelas podrían compararse a las de Hemingway, hay mucha acción aventura y los personajes se someten a
una actividad incesante. Su narrativa sería comparable al impresionismo de los
paisajes de Monet, Pizarro, Darío de Regoyos...en
sus novelas vemos su individualismo pesimismo escepticismo, su anticlericalismo,
su nacionalismo (el paisaje castellano y vasco) el realismo, influencia de Galdós,
el distanciamiento de personajes. Su estilo es sencillo lleno de diálogos y descripciones.
Escribió sobre todo grandes trilogías. Recordamos personajes inmortales como Tellagorri, el tío de Zalacaín el
aventurero, o el tío Iturrioz que es tío de Andrés Hurtado en el árbol de la
ciencia. En este personaje del tío Baroja retrata al intelectual de pueblo,
al “txapelandi”. Este hombre erudito
de pueblo podía ser el cura local o el juez de paz, un hombre erudito en los
libros que da consejos sobre la vida. Andrés Hurtado del árbol de la ciencia es
el trasunto y alter ego del propio Baroja. Hurtado es un estudiante de medicina
y médico rural en Alcolea del campo. La novela es tan pesimista y negativa que
acaba con la muerte de su novia Lulú cuando está pariendo. En esta novela traza
su mala experiencia con la universidad y con el oficio de médico. Su personaje
esta desengañado de la profesión y del amor y de la vida y a lo largo de la
novela vemos su cambio, es una novela de aprendizaje sobre la vida. Baroja nos
cuenta hechos y anécdotas que interesan, pero lo más interesante son las
reflexiones o conversaciones sobre filósofos del idealismo alemán o sobre la
propia vida.
Es
autor de trilogías como la Tierra Vasca
(casa de Aizgorri, mayorazgo de Labraz, Zalacaín aventurero y la leyenda de
Jaun de Alzate), la vida fantástica (Silvestre
Paradox, camino de perfección pasión mística y paradox rey) La lucha por la vida (la busca, mala
hierba y aurora roja) el pasado
(feria discretos, últimos románticos o tragedias grotescas), la raza (dama errante, ciudad niebla y
árbol de la ciencia) las ciudades
(cesar nada, el mundo es ansí y
sexualidad pervertida) o el mar
(inquietudes de Shanti andia, laberinto de sirenas, pilotos de altura y
estrella del capitan) Escribió su autobiografía
Memorias de un hombre de acción, autobiografía del nuevo tablado de arlequín y
juventud y egolatría La serie Memorias
de un hombre de acción pone de manifiesto el escepticismo de Baroja en
cuestiones de sociología. Esta serie es un fiel reflejo de la frustración de la
burguesía intelectual española, situada entre dos fuerzas de presión: la
extrema izquierda y los liberales y el conservadurismo de los grupos de poder. Cultiva
el ensayo y la crítica literaria en el laberinto de sirenas o en cajón de
sastre. Sus personajes se mueven por la envidia,
la crueldad, el orgullo. Tenemos la imagen de Baroja con su txapela como de un
hombre conservador a la vez que anarquista, liberal pero introvertido. Umbral
decía de él que era un escritor de mesa camilla pues escribía en una mesa
camilla de los médicos. Fue el maestro de Cela e indirectamente de Umbral. Y vemos su influencia en un autor como Ramiro Pinilla, el mejor escritor vasco después de Baroja.
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