viernes, 7 de abril de 2017

TRANSLUCIDAS, POESIA POR MUJERES



Resultado de imagen de translucidas poesiaMARTA LOPEZ VILAR   TRANSLUCIDAS
Hoy nos encontramos en la biblioteca de Bidebarrieta para presentar una antología de poesía escrita por mujeres. La ponente esta sobrecogida por este edificio y este salón con Unamuno mirándola. Agradece a la biblioteca su amabilidad y gestiones, y a sus compañeras de mesa por estar aquí compartiendo poesía con todos nosotros. A las dos compañeras las conoce a través de su poesía. Marta López está feliz de estar con Miren agur Meabe y Leire Bilbao hablando de poesía, de su propia poesía, que le ha llevado hasta aquí. Siempre está mejor escuchar su voz y ver sus gestos. El libro que están presentando es Traslucida, poesía escrita por mujeres 1980-2016. Era un libro necesario, aunque sea tópico decirlo. Es tópico decir que ese libro está escrito por mujeres, no cree que haya poesía de mujeres diferente a la de los hombres. La poesía femenina es aún víctima de prejuicios, tópicos y corazas. Está en el día a día. Antes tomando coca cola han comentado como tienen introyectada una mentalidad y  una serie de discursos, juicios y visiones de la poesía tan masculinos donde ellas siguen siendo excluidas. Esta antología reúne poetas nacidas en años 60. En los años 80 es cuando ellas empiezan a publicar, años de cierta apertura donde se dan voz a las mujeres silenciadas, sepultadas y olvidadas en un mundo editorial machista y social dominado por hombres. Aparece un libro como antología; diosas blancas de Ramón  Buenaventura, que recoge las voces de los grandes poetas que empiezan a publicar y que siguen acompañándonos con su poesía. Acaba en el 216, incluye autores inéditos. Reúne 29 poetas. Esta antología le ha causado conflictos y temores a su editora. Al meterse en este trabajo en fondo te das cuenta del silencio que hay y el trabajo que hay que hacer y le ha dolido excluir ciertas voces. No quiere que tome el libro como un discurso único o un canon de poetisas mujeres. Es una puerta abierta a seguir descubriendo poetas femeninas. Las poetas nacen de 1960 a 1986, que es cuando nace la autora más joven. Hay muchas más. Conocemos a las poetas de esta época o muy anteriores que fueron silenciadas por su condición de mujer y en los terribles años de la dictadura por su lucha antifranquista. El mejor homenaje que debiéramos hacer es acercarnos a una librería y a esas voces. Ese libro es un ajuste de cuentas de su propia vida como poeta, lectora y filóloga. Este libro sirve para remediar ciertas carencias que ella tenía cuando iba a una librería. Estudió filología hispánica donde conoció poetas catalanes gallegos o vascos. No encontraba en las librerías lugares para estos libros. Se añadía el conflicto lingüístico, pues ella no sabía leer el vasco. Quiso con ese libro salvar una parte de ella, e incluyó autoras en lengua gallega, vasca y catalana. Miren agur y Leire Bilbao son vascas, Olga Novo es gallega. Se han maravillado con ella, acaban de descubrirla. En catalán escribe Susana rafa o Begoña pozo en la variante de valenciano. Quiso la editora que el libro fuera  heterogéneo, pues no le gustan los cánones dogmas o normas. Es un libro para nosotras como mujeres. Habla en femenino al dirigirse a la sala, aunque haya varones en ella. Nos hemos sometido a seguir unas normas por ser mujeres, a vivir nuestro cuerpo de manera determinada, a callar nuestro cuerpo, a vivir en tabú por ser mujeres. No podemos expresarnos libremente ni en los procesos biológicos naturales. Este libro es un acto de rebeldía. No cree en escuelas. No quiere nada homogéneo. El libro muestra un abanico amplio de lo que se hace ahora en literatura escrita por mujeres. Intenta evitar el termino de literatura feminista que le rechaza. Se ha hecho mal uso del término poetisa. En el siglo xix la mujer de clase alta forma parte de tertulias literarias y ese término se usó de forma fronteriza para insultarlas o ridiculizarlas. El concepto de poesía femenina se usa de manera despectiva. Ella lo relaciona con la ignorancia, el machismo es un síntoma más de la ignorancia que sufrimos. Como mujeres debemos seguir unas normas de una manera determinada. Solo nos puede hacer libres la poesía. No cuenta la conversación que ha tenido antes con Leire. Han tenido un contacto poético hace un momento. La Poesía es poesía y hay que interpretarlo desde el punto de vista de la subjetividad. 
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Nos habla de una poeta portuguesa que a ella le emociona y que descubrió cuando sufrió un viraje poético. Sofia de Melo recibió el premio reina Sofia de poesía iberoamericana. Lo recibió en 2004, un año antes de fallecer. Contó en una conferencia en la Sorbona que descubrió la poesía porque la abuela le leía por la noche fragmentos de la Odisea de Homero. Desde sus ojos de niña tenía la extraña sensación de que sabía que la literatura siempre estaba ahí. Esa voz de la abuela. Esos castigos terribles, esos dioses y metamorfosis era verdadera poesía que estaba ahí. El poeta se encargaba de nombrar las cosas, pero la poesía era consustancial al universo a las cosas. A las piedras. El objeto sin nombre era la verdadera poesía. El termino despersonalización lo adecua a la verdadera poesía, lo que está y uno debe nombrar de la mejor manera que pueda o necesita. No está sentando catedra. No le gusta el termino poesía femenina que ha sido muy mal tratado. Con este libro pretende integrar el discurso de poesía escrita por mujeres al discurso siempre vetado a nosotras. Hoy en día sigue siendo vetada la poesía femenina por afirmaciones de editores o escritores que ella admiraba mucho. A un poeta de 90 y pico años en el ABC le entrevistaron e hizo comentarios desafortunados. Nosotros escribíamos cursilerías, lo que la gente quería oír. Bastaría que en un jurado hubiera dos mujeres para que ellas se pusieran como histéricas hasta conseguir que la mujer ganara y era imposible callarlas. Le pareció una ofensa que en el siglo XXI respondan aún al mismo patrón, al tópico de las mujeres como histéricas y gritonas... como si las mujeres odiaran al hombre. Son prejuicios tan estúpidos que duele escucharlo en día a día en la calle, pero duele más si lo dicen personas formadas y que han dado su vida por la poesía. No es una antología de genero sino de poesía donde rescata mujeres, da voz a mujeres que siguen en activo hoy día, tienen diferentes voces, escriben en diferentes idiomas y tienen mundos propios. Cuando salgan de esta sala tendrán la sensación de que algo o alguien les acompaña. Y así habrán conseguido las poetas lo que pretendían. Un simple verso, una palabra dicha de alguna manera, es el mejor regalo que puede tener tras un trabajo tan arduo y desagradecido como sacar este libro que le ha llevado tanto tiempo. Un libro trabajado en la mente, imaginado, pero que por fin ha salido a la luz. “Me gustaría que olvidasen todo lo que les he dicho, se olviden de mí, escuchen sus voces y déjense llevar por aquello que verán nombrado de nuevo”. Eso es lo importante cuando cogemos un libro de poesía, o cuando un niño dice bellezas como “mama apaga la oscuridad, o voy a limpiar una galleta que esta manchada de sol”. Déjense llevar por lo que van a escuchar ahora mismo. 

Susana Rapac 1972
La fuerza de la poesía es la fuerza del sauco, amarga y plena, ascendiente por el triunfo de su furor blanca, crecida en los márgenes de la tierra noble, se resiste a su belleza, quien ofrece a su tributo, trance de belleza, ariales abandonadas. En todas partes y ninguna instala con pobreza su nobleza corrupta, fuerza segrega muere, veneno corazón alterna, corriente nieves negras que sepulta la nieve de la luz
Isabel bono. Málaga 1964. Los insectos son los besos del sol
Yo que arriesgando mi propia vida salvé insectos diminutos de morir ahogados, yo que escuché el temblor de las antenas bajo el aliento, insuflo vida, capaz de parar la lluvia con solo desearlo, girar sol en torno a tu boca, centro del universo. Que tenía super poderes, que era inmortal y lo sabía y ahora no se nada ha llegado junio y no sé nada
Guadalupe grande Madrid 75 Segunda céfiro
Algunas cosas se, nada importa que pueda saber, de los abismos, en la desigualdad se dan forma mutua el agua y la piedra. Nada de límites en universos desconocidos, ni más torpe amanuense, no sé del azar que conoce la ley infalible, solo en madriguera, argumentos de los ciclones, nada me contesta el átomo, no se de la voluntad del fuego, ni de la lava y su candero, vivo en la dialéctica de lo que desconozco. Abro pan sin noticia de fuego y lo relleno con mermelada, diluido verso en idiomas que no se. Mandriles, nuestros hermanos. Ignoro la composición mineral de la tierra que piso. No le he preguntado al agua por su sombra. Es  la pasión del galgo por perseguir la tortuga de Aquiles. Geometría exacta de conservaciones, jóvenes que no me desearan, desconozco el anuario de las ballenas, los caballitos del diablo, la identidad de las crisálidas, infinita odisea de la repetición, entre estereotipos de razón elijo moler zanahorias para la mula del porvenir
Ada salas Cáceres 75
Borrado, en sentido inverso, escribir al revés, para que algo cambie, la cebolla primero, cogerla y una incisión y luego poco a poco desechar lo que cubre, la humedad, el olor, el sabor, desnudarla y dejar que se pudra y luego no leer, no releer, no volver al principio que el poema se vaya, que desaparezca arrastrando los restos, haciendo una espiral hacia lo inexistente
Miriam reyes orense 74
En aquel momento no perdí la inocencia sino idea de la continuidad, esperar que una series de números siguieran una proyección lógica, perdí mi nombre en las algas y en las partes imprescindibles de otros cuerpos, orejas, piernas sobre el sofá, cálidos cuellos, y el olor de cerdos aparcados en la esquina, y esa esquina y las demás. Perdí la ciudad, el camino llevaba montañas y olía a quemado. Perdí reproducirme., hablar en voz alta, todo el amor y la posibilidad de decir lo que pensaba.
Olga novo lugo 75  anunciación
No te anuncio un ángel de pan de oro, no era yo virgen, ni fue el lenguaje flamígero de un mandato divino, ni descendió la gracia. No me reventaré el alma si la tuviera. Entre pequeños poros al amor. Insertaras al injerto del placer y crecerás como enredadera hacía mí. No hablaron de ti los profetas, decirte a ti tan grandiosamente pequeñita, ningún idioma tiene una palabra de tu tamaño. Un pájaro te vio en vuelo cuando te convinieron. Un milagro se producía entre mi ovulo y la epiglotis. Tengo dos corazones, late el campo de lluvia en primavera. El sistema circulatorio y la rima interna. Corazón del tubérculo, ahora tengo dos corazones. No te anunció  un ángel de pan de oro ni un ser inefable e infeliz que tirita en el amanecer por las alas del ritmo. Te anuncio la armonía, la gota de esperma entrando en la música, uniéndose al silencio de un rastrillo que peina el heno de lo que no existe, amor p lo que éramos. Un mililitro de vida basta para que continúe la vida. A ti no vino a anunciarte ningún ángel de pan de oro
Marta en las aguas de octubre indemne
Descanso tendida en la orilla del mar, luz que no cambia nunca, y atraviesa el viento, apenas sin moverse, mano ligera descarnada, araña de frio erizado a mi piel, nace en mi cuerpo vida y permanece, miro lo que queda al retirarse cada ola, las algas agiles, el junco partido y seco, presencias de que algo ha terminado. Alguna vez seré simplemente eso, me digo. Cierro los ojos
Después. Marta
Puse sobre el mundo la clara luz de tu alegría, iluminaba como voz niño sintiendo la inocencia del verano, tu cuerpo oscurecido por el sol estaba, había playas blancas que no acababan nunca, barco encallado a orillas, una caracola, nada tocó esa pureza, solo el presente
No quiero
No quiero una patria que me entierre, que me traiga a la boca aquello que queríamos ser, un amor que me fatigue, que se suba al cuello solo por venganza, una madre que me proteja si no la tengo al lado, sin patria amor ni madre ¿a dónde poder volver?
Belarra.  Memoria.
Olvidé mi nombre, más tarde para que empleaba mis manos, para que servían las palabras y el significado exacto del dolor, más tarde las esperanzas depositadas en mi, a quien sonreír, a quien asirle mi mano, apenas me acuerdo de nada, en ese preciso instante comencé a creer
Un recuerdo. Nos decían que tuviésemos cuidado, que al menor descuido los hombres nos harían cosas malas, expresión de aguas de alcantarillas, algo oscuro sucio como senderos del bosque. Posamos las bocas, para sentir la viscosidad de lo desconocido en poetas bajo bombillas Nos trasplantaba las nalgas las losas y apretábamos las piernas una contra otras y así descubrimos la rosa rosada. Chupábamos cucharillas, nos ajustábamos los calcetines blancos con la cartera del colegio en volandas. Las rodillas eran palomas y confianzas, el pelo, no decíamos ni palabras, dejábamos que las días pasaran y nos llegara la edad de dejarnos tocar
Una revelación. Han encontrado un  gato muerto atrapado en el sótano. De piel arrugada. En un hueco por dentro. La cabeza acurrucada entre las patas. Toco el cadáver con la punta del pie. Me ha rebelado la forma que quiero vivir. Ha tenido una triste muerte, pero limpia. Se ha deshecho su envoltorio con discreción. De la paloma no quedó más que su plumaje vacío, ni su mierda. No quiero sillas alrededor el día de la agonía, ni dedos tocando el pulso. Ya se mi fin y ese parpadeo. Muera como bestia humilde en medula de soledad para después recercarme, endurecerme vaciarme sin manchar con mi imagen las pupilas de los que amo.
Un final. Ella creía estaba enferma. Creerlo, sentirse diferente y serlo. Abraza el árbol junto carretera, escuela, pasaba las manos por la corteza centenaria como una monja con rostro de cristo. El árbol daba buena sombra y de tres clavos colgaban las macetas de geranios en verano. Nunca susurraba, atenuaba la voz para rendir sus armas a la piedad ajena. Cuidar, sanar, perdonar, hasta mañana. Sus pasos rodeaban 100 años de nudos, tiempo donde ver el horizonte. El asma es fácil de engañar si confías en la sabia y no te avergüenzan las miradas. Murió dos días después de la tala. Talaron el árbol súbitamente. Dicen que estaba enfermo, fue orden de concesionaria para nuevos servicios. La carne rodaba sana en las rodajas. Muerte y crimen eran simultáneos, casualidad, deshaciendo genealogías en un par de horas
Nunca había escuchado poesía en vasco. Esas cosas me sobrecogen. Me maravilla la capacidad de las palabras para crear cosas sin saber que estas creando. No entendía nada en vasco, pero se creaban cosas hermosas en esta lengua. Heridas, desgarraduras, esa memoria desde la que parte la memoria. Se abre el turno de coloquio, de charla, el público puede hacer preguntas, pedir un vis como en los conciertos de música, lo que quieran. Algunas de estas poetas la ponente las conoce de otras presentaciones y conferencias y por supuesto de leer su poesía. Las envidiaba sanamente, y muestro mucha admiración por ellas. Mujeres como Laia Lopéz Manrique de Barcelona, del 82 y su poema sucidio de Sonia Secula.
Camina bordeando la casa, ha querido quedarse a escapar, para las generaciones hay una tortura cayendo sobre otras generaciones venideras, la sonrisa viperina, danza desmedida de Olimpia en hofman, en manos abiertas de mujer en el metro de Nueva York, arañas en rostro, ocurre la palabra sola para llamar al mal, a las moscas dice, no sabe por qué con que fundamento. Como si las moscas se volvieran reales, remolino de aves moscas, baldosas ratificadas por los años. Falta limpieza, hay goterones pde intura, resecos ya, ¿cómo seria un cuadro pintado con sangre de moscas? toma el papel, abre la ventana y espera, a que entren al cuarto engañadas, seducidas por la ventana. Ella fue seducida igual, venir acercaros a mi como yo me acerque, merodean las moscas por el cuarto, chocan con cristales y paredes, las observa, Una mosca nunca describe nada con su vuelo armónico, son torpes, ensucian vasos y platos, las caza y las tritura con la mano, en el papel aparece un borrón de color, un residuo, del torso y las antenas no queda nada definido, no queda forma, la carne que no es carne solo no se aplana del todo sobre la hoja. Se pregunta porque no chillan moscas. Se sienta en el suelo y llora, emite un sonido con fuerza, como el de las moscas
Erica Martínez 79 Jaén
El mundo cabeza abajo. Echamos sus cenizas a un pantano del viejo plan  hidrológico, no al mar ni a la reciproca montaña. Vagaba en burro siendo niño a un pantano, ahora al fin visito, la metralla, cual fue su segundo apellido, quien sabe si al fondo los que mueren se empiezan a llamar de otra manera. Si se camina lentamente, se ve el mundo bocabajo, si me asomo el se asoma, somos uno para el otro, pueblo sumergido
Esperanza López Paraná Madrid 72 profe lite sudamericana en complutense
Campo a través. En 4 partes. Diferencia entre uno y otro con un silencio
Bosque bajo vocación de selva sin recorrido, lo que llaman matojo quemado de hoguera condenados, pulular sin sentido, brezo y helecho punto jara matorral escóndete muerte, pequeña, no heroica, tu y yo acabamos en una cuneta, nos dan hoces.
Nombra la zona áspera, ni provincia ni población, nada cultivado, solo la propia desidia, la naturaleza tiene su tedio.
En medio del incendio de hace días un chopo crepita, inflamado por dentro sin ver llama, tormento íntimo, de su madera no quedara escombro
Esta manera de estarme y mi manía de solo ser sola, otro salvará y ascenderá por el árbol, que se desahoga. Un brote, de raíz y fruto, de helecho, camino de una larva, que alguien salve este solitario recorrido al revés
Muchas de estas poetas se han basado en el mundo grecolatino y la mitología, es una manera de explicar las cosas y a sí misma, estos mitos explican el origen de las cosas. La muerte de Dido. El poema hace referencia al suicidio de la reina de Cartago cuando Eneas la abandona. El poema empieza con dos versos de la Eneida que la sobrecogieron desde la adolescencia. Lo tradujo en clases de instituto en latín. Comienza ella el poema cuando empieza a morir Dido. El verso de la iliada dice; Todo calor desaparece, y en sus vientos se perdió su vida. Es una manera hermosa de describir su muerte y su vida. En la adolescencia la leyó, pues la adolescencia es una revolución emocional
He cruzado el desierto, no pasa el tiempo en mi rostro, conservo el tibio candor de la belleza que alguna vez prometieran. Nadie entenderá mi muerte ahora que he visto ciudades más hermosas, como se demoraba la luz en cada flor que nacía en los palacios de Cartago. He cruzado el desierto, veo mi propia imagen en esa travesía aunque sea una noche, poco importa que la arena se convierta en polvo o camino,  cada día tengo el mismo destino que esa piedra, esparcirme en mil pedazos y no llegar a parte alguna
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