Tenemos pocos datos sobre el Baracaldo
del siglo XVI. Testigos de la época son las Torres de Lutxana junto a las Ferrerías. Eran las casas torre de las
familias nobles. Las Torres de Lutxana pertenecían a los condestables de Castilla (duques de Fria y de Velasco) que entraban
en litigios con los señores de Vizcaya.
Los Duques de fría y los duques de Velasco gozaban de los bienes de Baracaldo que
luego deponen, según los testigos de la época. Gozaban de los frutos y rentas
de Baracaldo. Los campesinos les pagaban 38 fanegas de pan de renta anual (2
millones de euros anuales) Todo este dinero iba para los condestables de Castilla
y protestan los nobles vascos. El pleito entre los duques de Frías y Velasco y
los nobles vascos termina en 1533 con sentencia firme; el tribunal otorga la
razón a los condes de Castilla. Se podían pedir impuestos contra Bilbao. El bachiller
juan de Olabe fue juez, era de Baracaldo. Fue mandado juez a petición del
propio Velasco. En esos documentos se describen las casas de labranza, propiedad
de las trinitarias. Hablamos del Baracaldo de 1500 a 1560. Había varias casas
de familias burguesas. Tapia era una
familia importante de Baracaldo. Iñigo de Uriauri, Oleaeta Martin, Urkullu, Juan
de Gordillas eran otras familias de la burguesía de entoncés. Son famosas las
casas de Urkullu. Otros nobles de Barakaldo fueron García y juan de Tellitu. Existía la casa de la tejedora donde vivía una viuda costurera Era la tejedora
de Burceña Se van nombrando a las familias en el registro. Juan de olabe era un
baracaldés que conocía a estas familias Según los documentos de la época, estas
familias burguesas se ordenan en el registro y deben 600 maravedíes por año al
conde. Hay que pagarles dichas rentas. Las torres fortaleza de Lutxana
pertenecían al señor de Velasco Y el hecho criminal en esta merindad le
incumbía a él. Tenían una cárcel
aquí y metían en la cárcel a quien quisiera el conde de Velasco. En el tomo
segundo de la historia general de Vizcaya aparece ya Fernando de Urkullu como
rentero. Se condenó a Juan Bagaza y juan de Castañaga por haber talado árboles
en el monte llamado de Malacuesta, en los bajos del monte Argalario. Le dan la
razón al condestable, como siempre. Esa gente fue condenada por haber talado árboles
que pertenecían al señor de Velasco. En 1568, terminando el siglo XVI, Juan de
Velasco ve aumentar sus pleitos sobre Baracaldo. El abogado de juan Fernández
de Velasco es un descendiente de Bernandiño y de Iñigo de Velasco y desestima los
casos judiciales. Eso supone un aumento de renta y de los derechos del conde y
de sus posesiones El juez mayor de Vizcaya se pone de parte de la familia
Velasco. En 1590 termina el juicio. Per Don Iñigo de Velasco quiere seguir
añadiendo tierras y barcos. El escribano de la merindad de Uribe es entonces don
Martin Ruiz de Holanda. Se forma el consejo de Baracaldo, con Pedro de Salazar
alcalde y merino de dicha ciudad. (Pedro Salazar es un antecesor de la familia
del actual lehendakari, pertenece a esta familia). Por entonces Alonsotegui pertenecía a Baracaldo, es
allí donde nació el conde de Velasco. El litigio por las torres de Lutxana se
lleva a la cancillería de Valladolid,
tribunal supremo de entonces. Los Tribunales del señorío de Vizcaya estaban en Durango, no en Guernica. Desde que se
pone la interpelación y demanda en los tribunales de Durango, tarda 150 años en
resolverse. La chancillería de Valladolid da la razón a Baracaldo y Bilbao. El
señor de Velasco debe dejar libres y expeditas las tierras, posesiones y fortalezas
en Baracaldo. Baracaldo queda libre de las pretensiones de los condes
castellanos que tantos dolores y quebraderos les han causado durante siglos.
Valladolid falla contra él. Da la razón a una tierra que pertenecía al señorío
de Vizcaya y no al conde. Imaginemos el cabreo que cogió el señor de Velasco.
El juicio fue inapelable, pues no había tribunal de Estrasburgo entonces.
Vizcaya siempre ha tenido el viejo vicio de pleitear. (El carácter baracaldés se
caracteriza por su sobriedad, como rasgo de la raza vasca. Esto a veces sirve
para hacer una defensa sanguínea de la verdad y justicia. El baracaldés deja de
tener razón por lo acalorado de sus maneras. Se dice que el baracaldés es de genio
valiente pero imprudente)
1480 ducados alcanzó construir la
carpintería de las torres de Lutxana. Esta fue fabricada por Domingo de Ugarte
que era un delineante maestro de grandes obras del siglo XVIII “no ha de tener
salitre ninguna parte de la obra, desde los cimientos hasta los cubos, que es
hasta donde llega la pleamar, si la más alta marea anegara Deusto” En las mareas
vivas hasta el desierto de Lasesarre y el desierto de Deusto se inundaban. Las
torres de Lutxana miden 60 m de altura. Las torres de Lutxana eran visibles
desde Bilbao, eran muy altas. En el segundo tercio del siglo IV se construyen estas
torres de Lutxana, casas de piedra al estilo de las de Ayala. Hasta 1425 no se
hicieron edificios de esta enormidad. El volumen cubico es terminado en piedra,
hecho en madera. La empalizada defensiva que lo rodeaba también es de madera.
Tenía un rudimentario patio de armas, y el perito que la costruyó es de nombre
desconocido. En 1621 se hace la obra de reforma. Las torres de Lutxana son 2
torres cuadradas de piedra, con un pasadizo entre dicho cuarto y la torre.
Tenían su foso y puente elevadizo. Entre las torres hay una plaza de armas con sus
almenas, su puerta de escudo y sus armas. Las torres tienen forma de cubo. El duque de frías mandó construir piezas de artillería,
balas y otros pertrechos para la guerra. Dicen del palacio Munoa que es
excelente pero las torres de Lutxana no lo son menos. Qué bonito haber tenido
este gran monumento que es en pequeño como el alcázar de Segovia. La casa torre
es una pequeña fortaleza de modo cubico. La sillería es más cara para los ángulos
y ventanas donde la luz era muy escasa. Son ventanas pequeñitas, de reducido
tamaño. Está rematadas por almenas y cerrados los muros por saeteras. Lanzaban desde
el puente en los asedios para no entrar en el interior. Tenían las torres varias
plantas. En la primera estaba el ganado, la caballeriza y la cocina. En la
segunda estaban las dependencias familiares, aprovechan el tiro de la chimenea
que subía y el calor de las chimeneas y el calor del ganado, por eso está encima
de esta planta baja. Había una terraza con fines defensivos donde en verano se
daban fiestas y bailes (mira si eran listos) hasta que la noche entrara. Se celebraban
banquetes y comidas en las torres
Don Silverio en 1795 manda un
memorándum al rey Carlos iv, pues el marqués de la Ensainada quería tener una
referencia de que había en cada pueblo (un convento, dos casas torre…) Este Silverio Joaquín de Retuerto le manda al
rey una pequeña descripción del Baracaldo del siglo XVIII. Ha habido en la
anteiglesia hombres ilustres como el Condestable de castilla o el duque de Frías,
por ellos conservamos las torres de Lutxana. Encontramos que estas torres se hallan
habitadas al final del siglo XVIII. En 1799, 4 años después, Von huddon, es el primer turista viajero
por estas tierras que recoge sus impresiones en un ameno libro llamado “Los
vascos”. Pasa tres años en el país vasco. Recoge las impresiones del pueblo. Al
primer turista de Baracaldo le consideraron un loco, ¿qué se le ha perdido
aquí, de qué vive o no vive? Escribe; Wes un paisaje agradable, cultivable y
plantado sobre rio Cadagua, recuerda al sistema feudal de hace siglos”. Lutxana
era un simpático valle de casas campesinas dispersas rodeadas de vegetación, y barrios
separados entre huertas. De ahí viene el nombre; Barratxalde, entre huertas. Baracaldo
significa “entre huertas”, según la traducción del eusquera. Entre los barrios
diseminados de Retuerto, san Vicente, Santa Teresa o el desierto había huertas.
Los condestables de Castilla, y de Frías pierden la posesión de las torres en
la Guerra de la independencia. Entonces pasan a depender del convento de los
franciscanos, zona de defensa de la zona de Bilbao. Sufría los ataques que se
podían recibir de Cantabria, pues los ingleses estaban por Asturias. En la primera
guerra carlista sufre mucho Baracaldo, aunque las torres estaban ya dañadas. En
la tercera guerra carlista perdimos el monasterio convento de Burceña. Con la
liberación de Bilbao allí se acaba la vida en las torres. El ayuntamiento termina
de acondicionar los solares (no quedan ni los cimientos) sobre 1915 a 1920. Deja
el suelo totalmente yermo, no se conserva nada de esas huertas. Otros peligros
venían de Castilla por Balmaseda. La gente de aquí se enfrentó en Sollube. Se
enfrentó la gente llana de las Encartadas. ¿recibieron ayuda del duranguesado?
El conde bajó de las Merindades de Castilla, por Peña Ángulo, llegó a Anceniaga
y a solupe Baja por Balmacesa. Allí se juntan en Sollupe, donde tiene lugar la primera
batalla carlista. Se ponen en defensiva y les llegan los guipuzcoanos No bajan
por el Duranguesado sino que andan hasta Munguia. Es la famosa derrota de Munguía.
Se decía; “esto es Munguía que no Velorado”, (pues el Conde de Haro era señor
de Velorado). También se decía el dicho “ajos sí, pero no los alsos de Munguia”
Also es porrazo, ostias, en eusquera. La mayoría de esta información sobre las
torres de Lutxana provienen de la Trilogía de los Velascos.
El interés por Baracaldo empezó
ya en la propia parroquia de s Vicente
que es lo más antiguo que se conserva. Los primeros documentos hablan del 20 de
enero de 1605 como fundación, y de una reforma en 1624. La mayor reparación fue
en el siglo XVII. El corregidor de Vizcaya informó a la corona del estado
precario de la iglesia de s Vicente y por eso la restauraron. Era sustento de
los curas beneficiados y mayordomos de las mismas. Juan encina de Gamezo, en
nombre de la parroquia, establece un pleito contra don juan de Aragón, el condestable
de Castilla, Pedro Salazar y Martin Salazar, patronos y dueños de la parroquia
de san Vicente los 4. Se estableció 40 ducados de renta anuales. Quedaron
satisfechos a iguales partes los 4 demandantes. Juana de córdoba y Aragón tenía
que pagar 10 escudos al año para el mantenimiento y desarrollo de la parroquia.
“Esta sentencia causaba gran trastorno en el pueblo” según los datos sacados
del libro de historia de Baracaldo del Padre Paul doctor en derecho Michel Olabuenaga (profesor en Paules).
El templo estaba construido en una montaña de poca población y no se hacía
necesario ensancharla y ampliarla, pero fue por el gusto de los fieles y no de
los curas que se amplió. La anteiglesia solicitó 100 ducados de oro al año. El
juez san Francisco de la Fuente Agüero ordenó ejecutar en la misma las ordenes
de reparación de la parroquia se hicieran en pocos meses. El juez desestimó el
diezmo de 100 ducados y lo estableció otra vez en 40. Debían pagar 10 ducados los
condestables de castilla a Baracaldo todos los años. 900 ducados costó la
reforma de la parroquia. Lo llevó el arquitecto baracaldés Pedro de Larrea, que
remodelo también la iglesia de Amorebieta, Munguía y Bermeo. Hay en la ciudad
muchas obras de este gran baracaldés.
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