Paseando por la noche zamorana de repente
llama mi atención un edificio; El periódico la Opinión de Zamora. Vemos a unas
personas saliendo del edificio y deduzco que serán sus periodistas. Hola, ¿querían
algo?, pues… es que estoy estudiando periodismo, o acabando… nos gustaría verlo
por dentro. Aunque las visitas en grupo empiezan a las 11 de la mañana, Begoña
la directora del periódico nos deja pasar. Es ya más tarde de la hora de cierre
oficial de la redacción, pero la sabe mal que la gente se quede con las ganas
de entrar y es imposible visitarlo mañana pues ya estamos de vuelta a Norta. Aunque
es más tarde de la hora oficial de cierre, los periodistas aún trabajan en sus
ordenadores. Entra un periodista que aún huele a humo porque ha estado
fotografiando el incendio desatado esta tarde. Ese mismo periodista nos baja
hasta la sala de revelado fotográfico.
Antes, cuando no existían las
cámaras digitales, las fotos debían sufrir un proceso de rebelado manual. Los
líquidos servían para pasar el negativo en blanco del carrete al dibujo en
papel. Se fijaba la imagen sobre el papel con líquidos y plástico. Se quedaba
la foto en el papel a través de un proceso de luz y electricidad. Primero se abría con una especie de abrelatas el
carrete, se mezclaba con los líquidos… el temporizador nos chivaba con que
tiempo sale mejor la foto. Tras un baño
de ácidos, en un minuto se fijaban los líquidos, y así del carrete pasaba al
papel, luego se secaba el papel con un secador de aire (un secador como el del
pelo) Se releva el negativo, se seca el negativo con alcohol, a 22 grados se
mantienen los líquidos. Luego hay una ampliadora de relevado. Sale el negativo
en blanco color papel, hasta que se van fijando las imágenes en el papel que
luego se seca y recorta.
Este periódico lleva 120 años. Ha sido un parto largo, pero
ha salido una niña bonita, nos asegura su directora. Nos llevan a ver los fitolitos, la pagina impresa se
hace con una plancha. La foto la fotocopian en una plancha de cink. Es un huecograbado,
aunque sea muy leve. La imprenta la inventa Gutenberg, pero ya lo usaban japoneses
y romanos con madera y tinte. Nos enseñan la última linotipia que se usó en España.
Fue en Zamora que tardó en incorporarse a la modernidad.
Esta máquina hacía a los
tipógrafos enfermar de enfermedades respiratorias al inhalar los líquidos. Era
la enfermedad conocida como saturnismo
(Saturno devorando a sus hijos). Era una enfermedad contagiosa, una infección
en el organismo y estómago. Para evitarlo debían beber mucha leche. Muchos linotipistas
se vinieron de Alicante a aquí
porque allí no les pagaban la leche.
En 1444 Gutenberg inventa la imprenta con la copia de una biblia vulgata.
Se van encajando distintos moldes de letras en un espacio, se componían a mano
y se iba titulando letra a letra
hasta formar un titular. La máquina está llena de polvo. Se cree que los copistas y escribanos eran súper
cultos, los famosos monjes amanuenses, pero muchos no sabían leer ni escribir y
no sabían ni lo que copiaban mecánicamente (de ahí los libros prohibidos). Solo
sabían leer los reyes, nobles y la iglesia, y no todos.
En cajas se guardaban las letras
y moldes y se hacían así los titulares. En una plancha se fundía, quedaban
huecos del huecograbado. La máquina llega a EE.UU. en 1886. En 1900 a Zamora. El
director del NY trivium se preguntaba por qué usar distintos matices de letra a
letra, un proceso muy lento y pesado, y se le ocurrió hacer una especie de Abaco
para ir componiendo frases, conjuntos de letras. Era el componedor. Se escribía
a 5 columnas y se escribía de lo más importante a lo menos. Para no cortar la
noticia más importante, lo más esencial del artículo se escribía lo primero. Costaba
dinero ponerlo en marcha, pero el engranaje funciona todo a través de poleas.
Era como poner en marcha una bici. Como estaban letra a letra las gacetas eran
de 4 páginas y el invento del componedor supone una revolución y permite hacer
periódicos de 40 páginas. El director de Nueva York se lo encargó a un relojero
de precisión. En vez de una persona que componga letra a letra, se puede
componer por conjuntos de letras. En 1886 inventa así la linotipia. De 4 páginas se pasa a 60. Se abarata el precio y se
expande la cultura pues muchos empiezan a leer escribir gracias al bajo coste
del periódico. Luego surge la máquina de
escribir y es otra revolución. Con el puntero las letras caen sobre el
papel. Nos enseñan también el primer
ordenador Macintosh. Nos muestran como escribían hace 120 años. El primer número
era incluso carlista. Los componedores empiezan a funcionar con las linotipias.
Nos enseña Begoña, la directora
del periódico, las fotos inéditas de Zamora. El telefoto era una máquina, una especie de telégrafo, por el que
llegan las fotos por línea telefónica. Esto de las fotos funciona como un telégrafo
o fax. No existían las máquinas de fotocopias. Era la prehistoria, pero hace 20
años, con la muerte de lady Dy, por
ejemplo, todavía se usaba este rudimentario sistema. Ha elegido el reportaje de
lady di porque no tiene significación política. (Tenía yo 12 años cuando murió
y acababa de empezar sexto de primaria. Luego llegaría la ESO y a los 16 entré
en el colegio Vizcaya al bachiller. Era el 2001, cuando el 11s y la separación de
mis padres.) Ahora las fotos llegan por ordenador y se fotocopian o copian
pegan, pero entonces era esa máquina que escupía papel la forma de llegarlas a
la redacción.
Además, las informaciones de
distintas agencias no las copiaban pegaban, sino que tenían que elegir entre
ellas, y volver a escribirlo. ¿Se ha muerto o no la Diana? Así hacían las
páginas de política, local… tenían que
volver a escribir el texto y sacar una foto a la imagen y luego revelarla en el
cuarto de rebelado el carrete. Era el Twitter de entonces. Hace 20 años el 31
de agosto murió lady Dy. Había que seleccionar las noticias con criterio, había
agencias de las que te fiabas más o menos. Existían planchas y cajistas, cajas
donde guardaban los moldes. Una mujer pagó porque su esquela se viera en la
portada y primera página del periódico.
La mayor manifestación en Zamora fue con el final del franquismo, la toma
del cuartel de Viriato. No había ejército y la ciudad quería montar allí una
universidad. Habían cedido el espacio a defensa mientras tuviera uso militar,
pero ya no lo tenía. Zamora es una
ciudad inmovilista, pero defensa dijo que no y todos protestaron y asaltaron el
edificio. Agustín García Calvo daba clases allí. Se encerraron la gente e
hicieron pintadas. Defensa cedió y ahora es la universidad de Zamora. Rompieron
el candado de la puerta principal que abría todas las puertas de la universidad
y una periodista de Donostia la recogió. La periodista trabajaba para la ser y cubría
su primera manifestación en Zamora y recogió el candado y ahora nos lo enseña.
Esa periodista era Begoña, la actual directora de la Opinión de Zamora. Nos
enseñan las barras de plomo que se metían en la linotipia para que se fundiera
y pudiera cortar por lo sano. Caliente el plomo se fijaba el molde sobre el
papel y el plomo grababa la letra.
Nos enseña la portada del día que llegó el Papa a la ciudad, a la vez que la
semana santa y la foto era difícil de sacar; el papa bendiciendo la semana
santa. Les regalo en agradecimiento la portada a los que la sacaron, los
periodistas que se pusieron en primera línea. También nos enseña la foto del
único alcalde de izquierda unida que ha tenido la capital pues siempre ha sido
del pp. Las últimas municipales fueron hace 2 años. Guarido es el alcalde, querido por sus ideas. También vino la princesa Leticia. Cubrieron la muerte
de García calvo y su mujer Isabel Escudero que habían montado un anfiteatro en
su casa. Los antiguos archivadores son donde ahora exponen las portadas del
periódico. Nos enseña la redacción actual, con la manifestación contra el
terrorismo y las protestas contra el rey, noticia que saldrá mañana. Ahí se
dibujan las noticias, se distribuyen los temas. Es un trabajo vocacional, dice
Begoña abriendo una lata de cerveza, ya toca a estas horas. Se pone primero la
publicidad, el espacio de textos y fotos… Prensa Ibérica es una cadena que
acoge 17 periódicos, dos de ellos son la opinión de Benavente y Zamora.
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