La conferencia empieza
mostrándonos en power point diferentes fotos de su infancia y de su vida. La
tesis que defiende es que a través de pequeños detalles podemos adivinar a que
edad, en qué lugar, se retrató esa foto. De la misma manera, con pequeños detalles
y pequeñas coordenadas y pistas que nos da el autor podemos adivinar en qué
época y lugar fue escrita la obra.
Antes se vestía a los niños de niños
soldado o niños curitas frailes. Se pone de moda en los 60 70 este tipo de ropa
para el bebe. Luego viene la moda de vestir a los niños como adultos con chupa de
cuero, y abrigitos. La pulserita con el año de nacimiento es algo que se regala
por el bautismo, con lo cual la foto nos hace pensar que es su comunión. Su
madre le dijo; ningún animal aparece maltratado en esta foto. Llevaba un pantalón
acampanado que se puso de moda en los años 60 y la pulsera, por lo que estaba bautizado
por la iglesia católica. En otra foto aparece un niño vestido de fallero,
durante las fallas. Lo cual nos da la pista de que fue el 19 marzo cuando por
San José se quema las fallas. Estos datos sirven para situar la foto en el tiempo
y espacio. En otra foto aparece en invierno, lo sabemos por el abrigo. Los
títulos en ingles nos hacen adivinar que es una biblioteca en Inglaterra. Es
una librería grandísima, donde venden más libros y más cosas. A veces las coordenadas
son ambiguas, como al empezar el quijote; en un lugar de la mancha, nos da una
coordenada espacio temporal. La percepción del tiempo es subjetiva pues se dice
que ocurrió no hace muchos años… se va despojando de coordenadas. Las palabras “Hidalgo
lanza duelo quebrantos calzas lentejas pantuflos” nos hablan de un pasado
remoto donde tuviera importancia la hidalguía, probablemente el siglo XV o XVI.
No es una comida de Finlandia sino algo más mediterráneo, mas ibérico. Duelos y
quebrantos son huevos con torreznos. No es por tanto un plato holandés.
En un fragmento del Club de la
lucha vemos que el protagonista pasas días sin dormir. “Escucha tu cuerpo, el
no poder dormir es síntoma de algo peor, descúbralo”. Solo quería dormir y
pastillas... por lenguaje y ritmo y estructura vemos que se trata de literatura
más actual, de finales del siglo xx. Es solo síntoma de algo más profundo, le
dice el médico. En vez darle químicos o tratarle con condescendencia, le dice
esto que es algo muy new age. No estas enfermo, haz más ejercicio. No tienes
depresión, sal al sol y sonríe más. Más parece de libro de auto ayuda. También
lo descubrimos por los nombres de productos que quiere tomar. Esos productos se
vendían en el mundo anglosajón. Enseguida el texto da pistas sobre donde y cuando
sucede el texto. Sucede en 1925 en el barrio de rekalde de Bilbao.
Es difícil hacer literatura sin coordenadas.
Siempre hay localismos, pistas, modismos, verbos que dan pistas de quien es el
autor, donde se sitúa y cuando. Nos lo dice sin querer la acción. Todo en la
vida tiene sus tiempos y momentos. Iván Repila nos habla de que el ser humano
siempre ha sido dominado por el miedo. El miedo principal de la edad media era al
dios castigador, luego viene el miedo al demonio y las brujas, luego aparecen los
vampiros, los zombis. El miedo aterrador de la segunda mitad del siglo xx es a
la bomba atómica, y el tema nuclear. El miedo colectivo es ese temor a la guerra
bacteriológica, al terrorismo o al cáncer. En el siglo xvii lo más parecido al
terror es hablar de brujas y demonios. Ahora tiene más sentido hablar de
yihadistas que hacen locuras y atentados en un entorno europeo. Nos dan pistas
de donde y cuando trascurren las acciones. Existe la posibilidad de escribir un
texto sin coordenadas de ningún tipo, y hacerlo de forma concienzuda. Iván
Repila plantea un personaje desnudo (la ropa da pista del lugar o mundo donde está)
en una habitación vacía sin muebles o adornos que den pistas. Se habla de temas
universales como amor, muerte, familia o amistad, porque los temas más
concretos dan más pistas (al salir del campo concentración me quede tocado,
encerrado en una habitación) Con esos datos sabrías de qué lado luchó de
segunda guerra mundial.
Los libros de Repila apenas
tienen coordenadas. ¿Por qué hace esto? Para intentar lograr un efecto universalizado.
Plantea temas despojados de coordenada espacial o temporal concreta para que se
vuelvan más universales. Esto puede ser así si despojas al texto de coordenadas,
las tesis del texto se alzan más. También puede haber un caso concreto, que, partiendo
de datos concretos espaciales, hable de verdades universales. Hay ciertos de
libros, los clásicos, los miserables de Víctor Hugo, por ejemplo, que son
grandes clásicos de la literatura, top cien de los mejores libros y será así
dentro 200 años, porque hablan de verdades universales. En sus novelas Ivan
Repila toca los grandes problemas universales como la ética, la política, el
amor, la justicia social de dios, de religión o la injusticia. Aparecen esos
temas también en la literatura concreta pero esta plantea un sujeto y está
constreñida a una fecha concreta; por ejemplo los miserables trascurre en el
año 1815 en Francia. Se dan muchos datos. Los personajes se desarrollan en 20
años, durante la revolución de 1830 o 1848… son personajes concretos, con un espacio
definido concreto. Podemos sentir un tiempo reconocible y estudiarlo. Llegamos a
lo universal con datos concretos y esto lo vemos en cualquier clásico con el
que nos sintamos identificados. O la visión opuesta; llegar a lo universal a
través de lo abstracto. Los lugares ambiguos se consiguen con pocas coordenadas.
Si vas de lo concreto a lo universal
el texto se vuelve más político, más para minorías, menos existencialista, los
lugares no son neutros sino espacios conocidos concretos, tienen una identidad semántica.
Los personajes son vinculados y condicionados por ese espacio tiempo. Si vas de
lo abstracto a lo universal el texto es menos político, menos para minorías sociales,
se divulga más para el gran público y se convierte en más existencialista. Los
lugares son neutros y los espacios desconocidos y los personajes aparecen desvinculados
y no condicionados.
Se puede escribir una novela con
coordenadas espaciales como la desarrollada en una post segunda guerra mundial
o en un entorno pre comunista. Se retrata una época contemporánea, cuando se describe
que llevaba vaqueros, y zapatillas deportivas. Cada persona asocia a un lugar y
tiempo distinto la novela cuando es abstracta. Pero si concretamos podemos
decir que son dos niños refugiados sirios escapados de una frontera en un
entorno europeo a los que perseguía la policía griega o turca. Al concretar el
espacio del sur de Europa ya no son dos niños anónimos en un lugar anónimo. El lector
se ve más reflejado en un personaje abstracto que en uno concreto; podría ser
él el protagonista del relato. Se siente identificado. Además, es más evidente la
crítica social cuando concretamos. Denunciamos una situación concreta. A nivel existencialista
¿hay algo que nos define como seres humanos a todos, una esencia humana? Ese
niño puede representar a todos los niños del mundo al no concretar. En lo
concreto a lo universal lo abstracto filosófico tiene menos importancia. En lo
concreto los espacios son conocidos, tienen una identidad semántica.
En prologo para una guerra Iván
Repila cuenta la historia de unos personajes, de un arquitecto que construye un
barrio y de las personas que quieren habitar el barrio. No se dice cuándo ni dónde
sucede la acción. Parece que estamos en un momento avanzado del siglo xxi, en
su segunda mitad se sugiere. Y estamos en algún tipo de ciudad moderna post
industrial grande, pero no está concretado. Puede ser cualquier ciudad
contemporánea occidental. A la vista de los paisajes y sinergias de los
personajes podría ser cualquier ciudad industrialmente moderna, incluso
referido a Hong Kong o Singapur. Si hubiera escrito la novela situada en
Barcelona en 2025 hubiera sido diferente. No habría sido necesario decir
“Barcelona 2025” pues con dos detalles ya los ubica; Mira el horizonte y ve brillar
la sagrada familia. Es un lugar no neutro y con mirada semántica. Hay novelas
sobre Barcelona, es un género en si mismo. Barcelona tiene un urbanismo
particular, para escribir sobre Barcelona debemos estar al corriente de sus políticas,
sabemos que su alcaldesa es Ada Colau. Es un espacio conocido. Hemos recorrido sus
calles. Hay mucho turista, es insoportable. Hay un movimiento independentista
fuerte y se habla catalán. Parte de la tesis que plantea ese supuesto libro se
vería como rasgos característicos de Barcelona y no de cualquier lugar. Aparecería
su arquitectura bastantes veces. Habría que retratar la sociedad individualista
de la ciudad, las calles abarrotadas, sucias, donde se construye a lo loco. Esa
novela podría ser una crítica al urbanismo, a los edificios de Maragall que era
un ladrón. La novela trascurriría por caminos que no interesa que se corran. Berlín,
dividida en dos, funciona como un país en sí mismo. Habría que describir como está
construida, como se miran, si tienen tic, determinados barrios y horarios… sería
como una cicatriz invisible que se pudiera ver. Entonces la novela tendría fuerza
semántica, y no neutra. El personaje estaría
condicionado por la política, por el muro de Berlín, las rutinas comunistas, todos
habrían sentido tensiones por este sentido político a lo largo de su vida…
salvo en las novelas distopías. Berlín o Barcelona son ciudades conocidas,
existentes, con un pasado detrás. Esto hace que el personaje se condicione o
posicione. Siempre hay excepciones a las normas. Con los personajes menos
condicionados, se reinventa el concepto de verosimilitud. El personaje sería
raro que desconociera el pasado de su ciudad. La excepción sería por ejemplo la
película Good Bye Lenin donde una mujer ha resucitado del coma o tiene Alzheimer
y no sabe que la URSS ha dejado de existir. Los lugares ficticios y abstractos
son lugares nuevos creados desde 0 por nosotros, universos únicos. Se reinventa
así el concepto de verosimilitud. La hace a su manera. A la novela negra se le
exige verosimilitud; el asesino es perseguido por el policía que responde a clichés
verosímiles con la tradición de la historia de la novela negra. Si pone coordinadas
ambiguas reinventa la verosimilitud a su antojo. Plantea Iván Repila una novela
hipotética; un personaje multimillonario y machista se presenta para EE.UU.,
sale en realitys shows y dice frases como; “a esas mujeres hay que cogerlas por
el coño” o “debería salir a la calle a disparar gente”.. esto es inverosímil.
Un personaje desprecia al ser humano gana las elecciones con ayuda de Putin y los
rusos, y acusa a Obama de hacer trampas informáticas en los votos. La realidad
es a veces inverosímil. Seguramente le acusarían de que esa idea de novela es
fantasiosa, inverosímil. Nadie se la creería y luego ha sucedido en la realidad.
La realidad, una vez más, supera la ficción.
¿Cómo empiezan las fabulas y cuentos
infantiles?; erase una vez en un tiempo no muy lejano…. Esta tradición la
escribía Esopo y Fedro, Fontaine, los hermanos Grimm, luego vienen los cuentos
de terror… los animales hablan en espacios y tiempos indeterminados. Es el lenguaje
de la enseñanza moral, y se habla en presente, son espacios inconcretos para
denunciar problemas complejos de su tiempo. En el mundo de la fantasía, la ciencia
ficción y la crítica distopía las coordinadas se borran, resultan ser novelas
ambiguas, abstractas, sin coordenadas. En la fantasía las coordenadas son
inventadas. El señor de los anillos tiene lugar en la tierra media, por el
medio. Entre el año 500 y 1000, desde la caída del anillo…. Inventan las coordenadas.
La ciencia ficción y la distopía inventan futuros probables. La ficción
ucronica se pregunta ¿Qué pasaría si…? plantean un escenario en el futuro. Como
en los últimos, el blog de pinedo… la literatura distopica retrata futuros
negativos, planteando un futuro indeterminado (sin saber el tiempo o espacio
concreto) Tenemos unos personajes para que entendamos que hay carencias hoy, y
nos demos cuentas de los problemas sociales políticos que hay. La Ucronía
reflexiona sobre el pasado, si hubiera cambiado la historia, ¿Qué hubiera pasado
si Hitler hubiera ganado la segunda guerra mundial?, todos hablaríamos alemán y
estaríamos en el cuarto o quinto Reich. La ucronía es una mirada hacia el
pasado; cuidado señores contemporáneos, aprender de los errores del pasado, o
de lo que podría haber pasado para que no repitamos la historia.
Las ciudades imaginarias son
también un género en si mismo. Materializan problemas concretos en mundos y
entornos inventados y ficticios. No se dicen dónde están. No se sitúan geográficamente
con mucha atención. Trascurre un tiempo distinto al del mundo real. Algunos de
estos lugares imaginarios son el Olimpo de los dioses, el Dorado o la ciudad de
oro, la Atlántida, la Utopía de Tomas moro, Giliput, el país de las maravillas
de Alicia, el país de nunca jamás de Peter Pan, la edad de oro de los
aborígenes australianos, la Fantasía de la historia Interminable, la Ítaca de Ulises…
y también surge las ciudades inventadas llamadas trasuntos como la ciudad de Comala
de Rulfo, Región de Benet, Santa María de Onetti, Yanapatahua de Faulkner, el Macondo
de Márquez o Vetusta de la Regenta. O Norta. Muchas se han inventado en el siglo
xx. Los problemas políticos no encajaban en una narración en una ciudad concreta
y conocida por nosotros. Por eso Rulfo sitúa la acción de su novela en Comala.
Representa la espiritualidad mexicana, el horror, el interés por la muerte y los
muertos. El personaje de Pedro Paramo empieza a viajar y todos con los que
habla son muertos. Representa un México peor no concreto sino abstracto. Habla
de la muerte, de la convivencia de la muerte… resultaría difícil imaginar esta
novela poniéndola o situándola en Bilbao. Se podría poner en vez de una ciudad
indeterminada, en el barrio de Miribilla. Sería también un lugar horroroso
dedicado a la muerte pero perdería universalidad. Sería difícil de pensar, la
diputación y el gobierno Bilbao le reprocharían ¿cómo te atreves a esto? El
barrio aparecería como un lugar inhabitable lleno de edificaciones y las
coordenadas serían demasiado reconocibles, como el PNV. La novela debería representar
hechos complejos del mundo contemporáneo para denunciarlos. Al usar coordenadas
especificas te constriñes como escritores y te quitan libertad. Al reinventar
el nuevo concepto de verosimilitud eres más libre y te acercas más al mundo
real que es bastante inverosímil. En
cuanto a la relación con el séptimo arte, solemos pensar que la peli es mala y
el libro bueno. En la pintura de los años 30 y el surrealismo o en las
películas de Buñuel en blanco negro no hay diferencia entre los lugares
conocidos y no conocidos. Se trata de lugares neutros. El teatro del absurdo de
Beckett no en un teatro vinculado a un lugar específico. En el cine realista de
los 50 60 70 europeo no era lo importante la historia que contaban sino la
universalidad. En la película Dogville de lars Vor Trier se narra la llegada de
un inmigrante a un pueblo determinado, protagonizada por Nicole Kidman. Es un escenario
teatral totalmente negro. Entra en una casa con líneas en el suelo. No hay
escenografía. Ni paredes ni ventanas. Solo hay personajes moviéndose en un escenario
negro con manchas en el suelo. Sabemos por los pequeños detalles si es de día o
noche, pero la película está totalmente despojada de temporalidad y espacio. En
Rebelión en la granja, sin decirlo Orwell nos sugiere que tipo de estado
fascista está criticando. Es como que nos dejara ver pistas para hablar de
épocas concretas. Enseguida sabemos quiénes son los cerdos, los gobernantes y
que está criticando la dictadura soviética. Las sugerencias son importantísimas
cuando se habla de una ciudad, un futuro o un estado abstracto. El Pnv podría
llamarse el PeNa y todos sabríamos a lo que se refiere... Todo es importante a
la hora escribir; las estructuras, las coordenadas, como creamos un universo de
ficción
No hay comentarios:
Publicar un comentario