Jhon Locke la sociedad
política
Este texto forma parte del ensayo
sobre el gobierno civil de Jon Locke 1632 1704. En el texto habla de la
sociedad política ideal. El hombre, para Locke, nace en libertad y con una
serie de derechos y privilegios naturales. Tiene del derecho a defender su
propiedad (Locke entiende por propiedad algo más que los bienes físicos o las
tierras; la propiedad es nuestra vida, nuestra libertad) Defiende su propiedad contra
los demás que atentan contra ella. Así surge el poder judicial para castigar
los quebrantamientos a esas leyes naturales. Se puede incluso castigar con la
muerte los crímenes. Hay que defender la propiedad de los atropellos de los
demás. Hay algo en la esencia del hombre que le hace imponer su voluntad de
poder, querer gobernar sobre los demás, robar o matar. Y por eso necesitamos la
justicia, el ejército y la policía. Todos
renunciamos al poder natural de autogobernarnos entregando ese poder a la comunidad
que lo hace en nuestro nombre. Nos protegemos gracias a la defensa de las leyes
que hemos establecido. Por eso necesitamos una ley común que sancione y un
organismo judicial que medie entre las disputas. Y ese órgano judicial debe
estar unido como en un mismo cuerpo. Hemos superado el estado de naturaleza y
necesitamos un juez eterno a la vez que nosotros somos jueces y ejecutores por
nosotros mismos.
Este texto nace en el contexto de
la segunda revolución inglesa. Tras la muerte de Cromwell siguen las tensiones
entre la corona (Carlos II ha restaurado el absolutismo) y el parlamento de los
whigs y tories. Los anglicanos y puritanos se rebelan contra Jacobo II por ser
criptocatolico y prefieren al rey holandés Guillermo de Orange. Inglaterra era
el ejemplo de un país democrático con una monarquía constitucional y
parlamentaria. Frente a las revoluciones violentas de Francia, Inglaterra
garantizaba la paz y la estabilidad, y esto influenciará en toda Europa en la
teoría del equilibrio de poder. Los franceses envidian el modelo ingles más
estable y reformista. Todas las revoluciones surgían con el tema de los
impuestos como en la rebelión del té de la guerra de la independencia. Las
colonias no tenían representación en el parlamento, pero se cobraba allí
impuestos. Regular los impuestos era un tema apremiante en Inglaterra si quería
mantener sus colonias y lo que después se llamó la Commonwealth; un sistema
colonial por todo el mundo gobernado por la metrópoli londinense.
Además, Locke pedirá la libertad
de expresión, de fe, prensa e imprenta e introducirá una idea nueva que después
Montesquieu desarrollará; la división de
poderes; El poder ejecutivo legislativo y judicial debe juzgarse entre sí,
para que ningún poder tome un abuso de poder. Y este sistema pacífico y reforma
ingles se extenderá en EEUU y en el resto de Europa. El liberalismo político se
desarrolla casi a la par que el económico y con la revolución industrial surge
la reforma agraria y un éxodo rural de inmigrantes del pueblo a la ciudad, de Europa
a EEUU. Inglaterra impondrá su sistema de colonias a todo el mundo. John Locke
tuvo que exiliarse pues no comulgaba con el nuevo rey. y estuvo al servicio de
Lord Shaftesbury, líder de los whigs.
Locke es el primer teórico del
liberalismo. Escribió el ensayo sobre el entendimiento humano y dos tratados
sobre el gobierno civil en 1690 y cartas sobre la tolerancia 1689 y
razonabilidad del cristianismo en 1965. Aunque su obra se sitúa en el empirismo
(que solo cree en la experiencia, en los datos objetivos, en lo probado por la
ciencia) la religión tenía aún mucho peso.
Intenta conciliar la escolástica medieval (Hooker) con el revolucionario
pensamiento tecno científico (Newton), las nuevas corrientes protestantes y
crear una nación liberal que respete la vida en libertad y la propiedad. Su
pensamiento parte del common sense o
sentido común inglés. Quiere hacerlo divulgativo con un lenguaje sencillo. Se
rebela a la idea de que haya sido Dios quien diera el poder absoluto a los reyes,
como descendientes de Adán. Si bien sigue describiendo el estado natural como
caótico y anárquico, confía un poco más en la bondad del ser humano.
Los hombres se dan cuenta de que
no está bien dañar a los demás o robar sus bienes o atentar contra su libertad.
Por el hecho de nacer tenemos derechos innatos como son la propiedad, la vida,
la libertad. Para evitar el estado de guerra y las redecillas y venganzas
personales o la propia violencia, necesitamos una sociedad que tenga jueces que
juzguen nuestros actos y comportamientos. La sociedad civil o estado se forma
para sancionar a los que vulneren los derechos naturales. Por eso, la misión
del estado es crear leyes. El estado surge con un fin utilitario, que el
interés personal no se imponga sobre el colectivo. Pero ya no es un contrato de
sumisión sino de asentimiento. Los gobernantes deben consentir al gobernador
gobernar. La propiedad no es un robo como decía Proudhon; es más, se gana más de lo que se pierde estando en
libertad. Locke es un teórico de la propiedad privada que inspirará a Adam Smith sus principios de economía
que son el pilar del capitalismo moderno. Las tierras o propiedades se pueden
comprar o heredar y hay que respetar la propiedad privada. Hay que gobernar de
forma moderada haciendo caso al poder político y después sobre todo al
económico. Hoy en día las empresas y multinacionales son las que de verdad
gobiernan y los políticos son títeres de estos intereses armamentísticos,
petrolíferos, corporativistas. Los poderes, para Locke y Montesquieu, deben
estar separados, residir en personas o instituciones ajenas a ellos para evitar
los abusos de poder. Al estar separados y juzgarse unos a otros se garantiza la
imparcialidad de sus decisiones. Hay que lograr un balance o equilibrio de poderes.
Y esto será importante cuando se crea la organización de naciones unidas o la
unión europea.
El poder legislativo reside en asambleas evitando la corrupción, hay que
acatar las decisiones de la mayoría. El poder ejecutivo trata de que las leyes se cumplan, debe mediar en
situaciones de guerra o estados de sitio. Es el rey el gobernante ideal que con
el derecho de prerrogativa regia podía convocar o disolver el parlamento. El
ejecutivo está subordinado al legislativo en tema de impuestos. El poder federativo son lo que ahora
llamamos relaciones exteriores o diplomacia. Y este poder lo sigue haciendo el
rey, está subordinado al poder ejecutivo, porque predominan los intereses de la
comunidad, tiene que hacerse rápidamente (y el parlamento tardaba mucho) La fuerza
armada policía y ejército debía estar bajo una misma autoridad para evitar la
guerra civil. Para Locke está justificada la rebelión. Cuando el poder
desprecia los derechos naturales, se debe restaurar el orden establecido. Se
puede derrocar al tirano, algo que no contemplaba Hobbes. El primer pacto social sigue vigente, y se
instaura un nuevo gobierno.
Para Locke la propiedad no es lo
que entendemos ahora, sino que incluía en la definición la vida, libertad y
posesiones. Justifica la propiedad privada, después capitalista, frente a la
medieval comunitaria. Dios nos dio la tierra. Somos propietarios de nuestra
persona y nuestro trabajo. La propiedad es una extensión de nuestro propio
cuerpo. Pero podemos aumentar la riqueza privada y colectiva trabajando,
recibiendo un sueldo. La tierra es del trabajador. La tierra para el que la
trabaja. El trabajador cultiva la tierra y los beneficios son para él y cuando
trabaja la tierra de otro este ha de darle un sueldo. (la idea de esclavo,
siervo) El dinero es la forma de intercambiar trabajo por bienes. Esta
ideología gustará mucho a los capitalistas cuyo origen está en la ética
protestante. Las ciudades o burgos se llenaban de comerciantes, artesanos,
profesiones liberales. El capitalismo se fundamenta en el individualismo, así
como el comunismo lo hace en el colectivismo. El comunismo atenta contra la
libertad del hombre y el individualismo. El capitalismo también lo hace, pero
sutilmente y soterradamente; nos hace creer que somos individualistas y libres
con nuestro móvil, Tablet y la ropa de marca que hemos visto en televisión. La
publicidad influye sobre este adolescente que ve en la tele los anuncios que el
sistema quiere, los programas de telebasura que al poder le interesa que
veamos.
No es el público el que perjudica
la televisión y los que queremos ser periodistas deberíamos tenerlo claro,
cínicamente justificamos que es el interés
del público, pero en la época de los dos canales había muchos programas
culturales que eran de interés público.
Con Locke vuelve el conflicto entre lo privado
y lo público, entre el gobierno político y la propiedad capitalista. Y esto
es algo que hemos visto en la película el
Manantial. Las teorías de Locke son utilitarias, empiristas. Las
diferencias con Hobbes son que el
confía más en el ser humano, que cree en un gobierno representativo y
parlamentario frente al absolutista, y que reconoce el derecho de rebelión.
Locke está por tanto en los
orígenes del capitalismo al dar un paso más y pasar de la monarquía absolutista
de Hobbes a una parlamentaria y constitucional.
Este filosofo será estudiado por los pensadores ilustrados. A las ideas
de Voltaire, de Rousseau, de los
enciclopedistas franceses (Montesquieu,
Diderot, Da Lambert) se les ha llamado racionalistas frente a la corriente
empírica inglesa de Stuar Mill, Francis
Bacon, Locke, David Hume, George Berkeley…Son dos teorías antagónicas. Los
racionalistas son platónicos, creen
que lo importante son las ideas, las teorías, seguir con la tradición de
pensamiento y que el conocimiento surge de ese pensamiento abstracto, del
pienso luego existo, de la razón cartesiana y después kantiana (al criticar la razón pura).
En cambio, los empiristas son aristotélicos,
creen que el conocimiento viene de la experiencia de la vida, de la aprehensión
directa de la realidad por métodos científicos. Los empiristas son los padres
de los experimentos científicos, los métodos analíticos cuantitativos, la
estadística, el dato, la precisión, la fecha... si los racionalistas hacen
filosofía, los empiristas pretenden hacer ciencia. Para los racionalistas el
conocimiento es a priori, la idea antes que la realidad o la forma y para los
empiristas es a posteriori de la experimentación. La hipótesis se trasforma en
síntesis de una tesis con su antítesis como vio Hegel. El juicio de la razón es el juicio analítico y el juicio de la vida
o de la experiencia es el juicio
sintético. La ciencia o la física se ocupa de los fenómenos naturales mientras que la metafísica se ocupa de los
fenómenos del noúmeno, lo
incognoscible, Dios, lo que la ciencia no responde. Para Locke el cerebro
humano es una tabula rasa o hoja en blanco o disco duro de ordenador que se va
llenando de experiencias. Y la experiencia es captada por los sentidos físicos
y no solo por la razón (reflexión y
sensación). El objeto es objeto al ser percibido, no porque exista una idea
o forma ideal en el mundo de las ideas que luego se traduzca a este mundo, como
pretendía Platón. No, no hay moldes universales. Al principio fue la vida y no
el verbo. Al empirista no le preocupa la idea de justicia sino el hecho
concreto que ha de juzgar. El empirismo en el siglo XVIII y XIX siguió
practicándose con los nombres de positivismo,
utilitarismo, comtismo, conductismo o beahuvorismo… sin embargo, los
ilustrados franceses no son racionalistas puros y se interesaron también por
las teorías empíricas. Estos serán los filósofos de tocador de los llamados déspotas
ilustrados (como Catalina de Rusia o el zar Alejandro) Estos filósofos pretendían
“todo para el pueblo, pero sin el pueblo” y serán la base intelectual de las
revoluciones en Francia. En ese contexto, Locke critica a los estados
absolutistas y tras sembrarse una oleada de revoluciones, se verá en la monarquía
constitucionalista parlamentaria una suerte de paz. Pero con Napoleón y la
restauración del absolutismo (la santa alianza) Europa involucionará a un
estado parecido al del ancine régimen. Una prueba más de que la historia es
cíclica, pendular, eterno retorno de los mismos errores.
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