La literatura de Virginia Woolf se
basa en la textura más que en la estructura. ¿es más importante el lenguaje
formal o el contenido y la idea? Se basa en la textura más que en el argumento.
Trascribe partes de su diario, 20 días antes de su suicidio. No voy a hacer introspección,
se dice, porque esta le atormentaba y le daban crisis. Se suicida porque, como
decía Henry james, observa lo que se acerca, la vejez que se acerca, la codicia,
el propio abatimiento tras aprovechar su época de la mejor manera posible que
ha sabido. Estar ocupado es esencial para no deprimirse. Debo preparar la cena.
Así empieza la señora Dalloway con que la mujer de un diplomático londinense va
a comprar flores. Orlando es su novela más sensual, y refleja el puritanismo de
Virginia. Evita ciertos temas sexuales. Se desconoce la realidad del marido, no
tuvo amantes femeninas. Habla de la sensualidad, de las flores, del exquisito
perfume de las flores donde cada flor parecía arder. Debemos colocar a Virginia en el puesto que se
merece en la literatura. La corresponde estar con los literatos experimentales,
Joyce y Faulkner. Se la considera feminista, no una escritora de vanguardia,
pero es una de los tres grandes escritores del movimiento modernista. Lo
colocan así más los críticos que nosotros. Los nazis destruyen la casa londinense
y acaban con los libros y documentos y la imprenta de Howard press donde escribía.
Coinciden dos crisis graves con las dos guerras mundiales. Era una pacifista
militante, las crisis para ella son las guerras mundiales. Aquellos ingleses fueron
pacifistas en la primera guerra, pero son belicosos simpatizantes de la segunda
guerra. Hacen una enmienda la totalidad de la sociedad victoriana, ante las victorias
eminentes de los nazis. Virginia estuvo en cárcel, la encarcelan por protestar
contra la guerra. En el 38 publica su libro de ensayos, obra fundamental para conocer
el pensamiento político, en torno a 3 ejes; feminismo, pacifismo y antifascismo.
Escribió sobre los bombardeos y la victoria nazi. No salió de esa gran
depresión. El ideal del ser humano superior ha de ser el andrógino. Orlando, habla
de la sexualidad de Virginia. Retrata Marchomalo a Virginia Woolf y la relación
que tuvo con Vita. Relata el primer encuentro de ella y su marido con Vita.
Eran un matrimonio liberal el de Vita y él era homosexual, también compartían
una vida sexual libre, con la complicidad de la otra parte. “No es de mi gusto,
es recargada, bigotura, con colores”, son las Impresiones de Virginia que le
causó Vita. Estas impresiones se las causaba todo el mundo. “Fue una aventura
vehemente, memorable, inocente”, así califica Virginia su relación con Vita. Al
marido de Vita no le gusta del todo la relación de su mujer con Virginia, aunque
él era bisexual y la engañaba. Leonard Woolf no era homosexual pero sí era
protector con Virginia. Le propuso ella tener hijos. Él pensó que tener hijos
la desequilibraría más. Tener amantes la desequilibraba totalmente. “Me desmorono
si no tengo noticias tuyas, cuanto te quiero”, le dice Virginia a Vita.
Nicolson, el marido de Vita, dice que en Orlando explora a Vita entre los sexos
y lo cubre de un halo de misterio. En un fragmento de su carta, Virginia dice
que Vita la inspira un sentimiento de ternura, es algo maternal. A Vita le
gustaba la mezcla de dureza y delicadeza de Virginia. Virginia escribe; “Qué
placer poder tener amistad con mujeres, es una relación secreta y privada mejor
que con los hombres”. En sus cartas Virginia se expresa; “No he recibido carta
de ti, quiero que sepas lo esencial que has sido para mí, mi criatura
consentida”. Virginia podía ser una mujer con una relación lésbica tan
tolerante y franca como con un hombre. Virginia la expresa su gratitud. La
dedicó la más larga carta de amor jamás escrita. Vita recibió el ejemplar, lo
vio como un regalo. Estuvieron juntas antes del suicidio. Virginia dejó una
carta a su marido; “Querido Leonard, si alguien ha de salvarme eres tú. Juntos
hemos sido lo felices que son dos personas”. Virginia se convierte en icono y símbolo
de muchas cosas. Hay una ruta en Londres sobre Virginia Woolf. Su casa
matrimonial la destruyen los bombardeos de la segunda guerra mundial. La casa
de Virginia está en la ruta de las placas azules. Recuerda la casa museo los
momentos de la vida Virginia y de los demás artistas, miembros del grupo. Es un
barrio tranquilo, cerca de Londres. En Blosbury está el britis museum, y la posibilidad
de tomar el té inglés en un salón victoriano del hotel rosel. Hay fotos de la infancia
de varios miembros del grupo de bloosbury. Y un cuarto dedicado a Virginia Woolf,
en 187 picady. Se puede visitar la librería que aparece en la señora Daloway,
la librería Hatchard, del 187 de pikadi. Allí revolvían entre las estanterías
de madera buscando libros Byron, Kiplin o Wilde. Es visitable la casa donde
están enterradas sus cenizas, en Mans house, cerca de Briton, al sur de
Inglaterra, en Ramel. Vanesa Bell, la hermana de la artista, tenía casa allí.
Las dos son museos. Se puede visitar el cobertizo donde hizo su habitación
propia. La enterraron con el marido en la tumba bajo un árbol que selló su
amor. La mansión de la novela Orlando está inspirada en la casa familiar de Vita,
es la casa señorial más grande de Inglaterra. Nolk palace. En el sur de Londres.
Se conversan edificios con grandes pinturas, fotos amarillentas por los años,
olores que se lleva el viento. Se intentan conservar los aromas, hacer un archivo
de los aromas históricos. Ese aroma perseguirá a las generaciones futuras. Ella
escribió en esa vieja mansión del siglo v, la noll house, la casa de Vita. En
esa mansión familiar haces esta novela experimental. Se ha estudiado la posibilidad
de investigar y conservar los olores de esta casa. Se conserva gran documentación.
Hay muchos archivos y libros allí. Allí se inspiró para Orlando, en un viejo caserón
ingles lleno de fantasmas, y reminiscencias del pasado, olores. Sabemos cómo
vivían en esa época y las corrientes profundas del siglo XIX que les inspiraron.
Así describe una de esas mansiones:
En la
mansión hay discos vinilo, es el ambiente idóneo para el embajador de Venecia, que
había logrado un sistema químico para extraer olores de los objetos antiguos e
investigarlos. La mujer miró su reflejo del espejo. Cortó una rama que había
crecido en exceso. La caída de la rama la recordaba que ella iba a morir, y la
rama le hace pensar en la vanidad de las cosas. La vida la había tratado bien, se
pudriría dulcemente entre violetas. Hacía piruetas, y se animaba suavemente.
Protestaba por su camino en la vida que lo llevaba como una pena secreta. La
casa estaba atestada de cartas, su correspondencia.
Importa mucho el mundo mental en los
personajes de Virginia Woolf. Es importante en ella el Ser y el hacer. Es el sentimiento
solemne de ser uno mismo, algo visible a los demás, propicio a extraordinarias
aventuras. Parece un campo de experiencia al infinito, era muy poética. Al faro
cuenta la historia de la familia Ronsey, el padre y la madre eran los protagonistas
(dicen que se parece a sus propios padres) El padre trabaja en el tribunal, y
en la ardua empresa, hace negocios públicos. No hará bueno ese día. Todos los
personajes piensan cosas desagradables de los demás. En la cena están padres,
hijos, varios amigos, una mujer pintora. Narra e imita la acción de la cena, van
pasando los pensamientos en la cabeza de los personajes, lo que el uno o el
otro piensa, son fragmento de pensamientos inconexos; El
sol no había nacido aun, no se podía distinguir mar de cielo. Grandes gaviotas
volaban en la superficie, en un ritmo sin fin. Arroja el viento la vela entre
las olas. Hay una criatura dormida, su respiración va y viene. La trasparencia
verde del mar se debe a sedimentos desprendidos, bandas amarillas y verdes.
Alzo a lo alto su lámpara. Desprenderse del resplandor, de la tormenta de fuego,
el cielo cubierto gris de átomos
Cuando habla un personaje u otro
lo va entre comillado. El libro es muy poético. Establece contacto, al final de
las olas. Sueños, cosas que se acuerda, intercala a los huéspedes con los seres
fantasmas. Alargan
los dedos y me agarran los fantasmas. Intento huir. El hombre salvaje, grita.
Están abiertas las ventanas. En la mesa hay migas de pan, mondas de la pera, los
tenedores y cubiertos parecen lucidos y exactos, rinden culto a mi mano, hay huesos
de carne en abanico. La flexibilidad y el dolor se mezclan bruscamente. Celebro
todo, trémulo de plenitud. Tengo deseos de alejarme. Era un hombre honrado, con
valores, que escribía notas, frases para la luna, lo que dice la gente del mundo.
Abrimos las
puertas de cristal. El hombre se sienta y la dice; sé todo. La mujer se levanta
y se va. No puedo consentir que siga. Ya no me estremece lo que llevo dentro. Me
alejo como espía sin olvidar este lugar, visitaré la tierra desértica. La
muchacha lleva olas en la frente. Se ensancharon las olas. Se deslizan en el agua
las olas. Los pájaros cantan entre las flores.
En la
casa blanca se desespera una persona, que contiene la sombra. La expresión de sus
ojos, es como el templo de una iglesia o un universo sin límites. El hombre está
entrado en años, y tiene grises las sienes. Sostiene una copa de brandy. Le da
en las narices el buzón de correos que se ha caído. Se ríe de mí el transeúnte,
que sucias jugadas nos hace la vida. Entre migas pan y servilletas gastadas.
Comemos y los pájaros son ya un cadáver de muertos. Siempre enemigos, mis dedos
enlazan con los tuyos. Paga la cuenta. Debemos pagar e irnos. Creía que me liberaba
de eso, siguió haciendo un acopio de fuerzas. Infringimos dolor, aunque nos queramos.
La sombra junto a mi tiene el poder de hacerme regresar, encerrarme en la alegre
cámara. Prepara el tiempo el reloj de este tic tac. Hay una mujer escurrida. Un
caballero se acerca, estornuda, escucha, suena el silbato, y las grises
bisagras de la puerta. A ti debo agradecerlo. Estrello tu mano y digo buenas
noches. Me dirijo a un lugar, coger un taxi, la presión ha desaparecido. Las sillas
están puestas pata arriba. Son sillas donde nadie se sienta. Esta noche déjame
solo. El velo del ser abierto, noche y día. He cambiado el cielo. Lo liberan
las estrellas, y volvían a cubrirlo. Bendita soledad, quieta imitación de cuerpos
y mentiras y frases. Libro de frases, palabra que las barre la mujer de la limpieza.
El pensamiento debe ser barrido. ¿Qué nombre dar al amor, a la muerte? La palabra
va muriendo en el lenguaje de oro de los enamorados. Te daré una porción de
luna, lechuga, trigo. Tendido en la noche no me ve, no necesito palabras. Oigo
la resonancia de un amable eco. Música loca, falsas frases. Se hace el
silencio. Estar solo como pájaro marino. déjame estar aquí con las cosas
menudas. Me haces insinuaciones de cerrar los postigos. Por los manteles paso
el trapo debajo de la mesa. Mete manso la mano al abrigo, para protegernos de
la noche. Debo salir. El hombre entrado en años debe salir, coger el último
tren. La civilización ha sido vencida, el alba se agita. El parloteo de los gorriones
no sé dónde, el alba en la ciudad. El hombre entrado en años mira el cielo; otro
viernes, otro general despertar, donde las estrellas se extinguen. Una película
de niebla se posa sobre las rosas, el pájaro granjero, la externa renovación,
caer y alzarse. Se aquea el olmo y dentro de mi surge, enemigo de penumbras
avanzando hacia nosotros. La muerte es el enemigo contra el que cabalgo, como Percibal,
como hombre joven entre las olas. Hay muchos sentimientos por ella
retratados. La mujer se poner el vestido y el pesado collar de mujer, pero por
dentro es un individuo más. La forma de relacionarse socialmente en Virginia siempre
es un fracaso. ¿esto es la vida? Necesita escribir, lo pasa mal. No
destirparemos este libro que es muy interesante. Ella escondía el manuscrito de
Orlando, pues no se atrevía a publicarlo. Es una novela escrita al galope, deprisa.
Orlando es una de sus novelas divertimento y no serias, que no la hacían sufrir
tanto. En ella describe un hombre que se trasviste en mujer. Delicadamente se
cambia de ropa en la novela. La ropa sirve para preservarnos del frio. Y algo más.
Aparece el capitán Bartolo que le invito a ir a tierra. Aparece un hombre con
falda de mujer, y que cambia con maquillaje su cara. Retrata en Orlando un hombre
que se siente mujer. Habla de la diferencia entre sexos y del deseo de
manifestarse como mujer. Lo escribió a pesar del Londres y su sociedad puritana
de aquella época… fue el máximo de trasgresión. Es complicado leerlo, pero
menos que las Olas. Leer a Virginia Woolf es complicado Es una novela de textura,
en la forma de contarlo. No tiene un argumento especifico. Pone en solfa el debate
actual de la transexualidad y esto en la época victoriana. El ideal andrógino también
lo revindica Ursula leguin, en una novela de un travesti, más reciente; la mano
izquierda de la oscuridad del 69 Imposible encontrarla ni en bibliotecas
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