sábado, 18 de marzo de 2017

VIRGINIA WOOLF, LITERATURA DE TEXTURA



La literatura de Virginia Woolf se basa en la textura más que en la estructura. ¿es más importante el lenguaje formal o el contenido y la idea? Se basa en la textura más que en el argumento. Trascribe partes de su diario, 20 días antes de su suicidio. No voy a hacer introspección, se dice, porque esta le atormentaba y le daban crisis. Se suicida porque, como decía Henry james, observa lo que se acerca, la vejez que se acerca, la codicia, el propio abatimiento tras aprovechar su época de la mejor manera posible que ha sabido. Estar ocupado es esencial para no deprimirse. Debo preparar la cena. Así empieza la señora Dalloway con que la mujer de un diplomático londinense va a comprar flores. Orlando es su novela más sensual, y refleja el puritanismo de Virginia. Evita ciertos temas sexuales. Se desconoce la realidad del marido, no tuvo amantes femeninas. Habla de la sensualidad, de las flores, del exquisito perfume de las flores donde cada flor parecía arder.  Debemos colocar a Virginia en el puesto que se merece en la literatura. La corresponde estar con los literatos experimentales, Joyce y Faulkner. Se la considera feminista, no una escritora de vanguardia, pero es una de los tres grandes escritores del movimiento modernista. Lo colocan así más los críticos que nosotros. Los nazis destruyen la casa londinense y acaban con los libros y documentos y la imprenta de Howard press donde escribía. Coinciden dos crisis graves con las dos guerras mundiales. Era una pacifista militante, las crisis para ella son las guerras mundiales. Aquellos ingleses fueron pacifistas en la primera guerra, pero son belicosos simpatizantes de la segunda guerra. Hacen una enmienda la totalidad de la sociedad victoriana, ante las victorias eminentes de los nazis. Virginia estuvo en cárcel, la encarcelan por protestar contra la guerra. En el 38 publica su libro de ensayos, obra fundamental para conocer el pensamiento político, en torno a 3 ejes; feminismo, pacifismo y antifascismo. Escribió sobre los bombardeos y la victoria nazi. No salió de esa gran depresión. El ideal del ser humano superior ha de ser el andrógino. Orlando, habla de la sexualidad de Virginia. Retrata Marchomalo a Virginia Woolf y la relación que tuvo con Vita. Relata el primer encuentro de ella y su marido con Vita. Eran un matrimonio liberal el de Vita y él era homosexual, también compartían una vida sexual libre, con la complicidad de la otra parte. “No es de mi gusto, es recargada, bigotura, con colores”, son las Impresiones de Virginia que le causó Vita. Estas impresiones se las causaba todo el mundo. “Fue una aventura vehemente, memorable, inocente”, así califica Virginia su relación con Vita. Al marido de Vita no le gusta del todo la relación de su mujer con Virginia, aunque él era bisexual y la engañaba. Leonard Woolf no era homosexual pero sí era protector con Virginia. Le propuso ella tener hijos. Él pensó que tener hijos la desequilibraría más. Tener amantes la desequilibraba totalmente. “Me desmorono si no tengo noticias tuyas, cuanto te quiero”, le dice Virginia a Vita. Nicolson, el marido de Vita, dice que en Orlando explora a Vita entre los sexos y lo cubre de un halo de misterio. En un fragmento de su carta, Virginia dice que Vita la inspira un sentimiento de ternura, es algo maternal. A Vita le gustaba la mezcla de dureza y delicadeza de Virginia. Virginia escribe; “Qué placer poder tener amistad con mujeres, es una relación secreta y privada mejor que con los hombres”. En sus cartas Virginia se expresa; “No he recibido carta de ti, quiero que sepas lo esencial que has sido para mí, mi criatura consentida”. Virginia podía ser una mujer con una relación lésbica tan tolerante y franca como con un hombre. Virginia la expresa su gratitud. La dedicó la más larga carta de amor jamás escrita. Vita recibió el ejemplar, lo vio como un regalo. Estuvieron juntas antes del suicidio. Virginia dejó una carta a su marido; “Querido Leonard, si alguien ha de salvarme eres tú. Juntos hemos sido lo felices que son dos personas”. Virginia se convierte en icono y símbolo de muchas cosas. Hay una ruta en Londres sobre Virginia Woolf. Su casa matrimonial la destruyen los bombardeos de la segunda guerra mundial. La casa de Virginia está en la ruta de las placas azules. Recuerda la casa museo los momentos de la vida Virginia y de los demás artistas, miembros del grupo. Es un barrio tranquilo, cerca de Londres. En Blosbury está el britis museum, y la posibilidad de tomar el té inglés en un salón victoriano del hotel rosel. Hay fotos de la infancia de varios miembros del grupo de bloosbury. Y un cuarto dedicado a Virginia Woolf, en 187 picady. Se puede visitar la librería que aparece en la señora Daloway, la librería Hatchard, del 187 de pikadi. Allí revolvían entre las estanterías de madera buscando libros Byron, Kiplin o Wilde. Es visitable la casa donde están enterradas sus cenizas, en Mans house, cerca de Briton, al sur de Inglaterra, en Ramel. Vanesa Bell, la hermana de la artista, tenía casa allí. Las dos son museos. Se puede visitar el cobertizo donde hizo su habitación propia. La enterraron con el marido en la tumba bajo un árbol que selló su amor. La mansión de la novela Orlando está inspirada en la casa familiar de Vita, es la casa señorial más grande de Inglaterra. Nolk palace. En el sur de Londres. Se conversan edificios con grandes pinturas, fotos amarillentas por los años, olores que se lleva el viento. Se intentan conservar los aromas, hacer un archivo de los aromas históricos. Ese aroma perseguirá a las generaciones futuras. Ella escribió en esa vieja mansión del siglo v, la noll house, la casa de Vita. En esa mansión familiar haces esta novela experimental. Se ha estudiado la posibilidad de investigar y conservar los olores de esta casa. Se conserva gran documentación. Hay muchos archivos y libros allí. Allí se inspiró para Orlando, en un viejo caserón ingles lleno de fantasmas, y reminiscencias del pasado, olores. Sabemos cómo vivían en esa época y las corrientes profundas del siglo XIX que les inspiraron. Así describe una de esas mansiones:
En la mansión hay discos vinilo, es el ambiente idóneo para el embajador de Venecia, que había logrado un sistema químico para extraer olores de los objetos antiguos e investigarlos. La mujer miró su reflejo del espejo. Cortó una rama que había crecido en exceso. La caída de la rama la recordaba que ella iba a morir, y la rama le hace pensar en la vanidad de las cosas. La vida la había tratado bien, se pudriría dulcemente entre violetas. Hacía piruetas, y se animaba suavemente. Protestaba por su camino en la vida que lo llevaba como una pena secreta. La casa estaba atestada de cartas, su correspondencia. 
 
Importa mucho el mundo mental en los personajes de Virginia Woolf. Es importante en ella el Ser y el hacer. Es el sentimiento solemne de ser uno mismo, algo visible a los demás, propicio a extraordinarias aventuras. Parece un campo de experiencia al infinito, era muy poética. Al faro cuenta la historia de la familia Ronsey, el padre y la madre eran los protagonistas (dicen que se parece a sus propios padres) El padre trabaja en el tribunal, y en la ardua empresa, hace negocios públicos. No hará bueno ese día. Todos los personajes piensan cosas desagradables de los demás. En la cena están padres, hijos, varios amigos, una mujer pintora. Narra e imita la acción de la cena, van pasando los pensamientos en la cabeza de los personajes, lo que el uno o el otro piensa, son fragmento de pensamientos inconexos; El sol no había nacido aun, no se podía distinguir mar de cielo. Grandes gaviotas volaban en la superficie, en un ritmo sin fin. Arroja el viento la vela entre las olas. Hay una criatura dormida, su respiración va y viene. La trasparencia verde del mar se debe a sedimentos desprendidos, bandas amarillas y verdes. Alzo a lo alto su lámpara. Desprenderse del resplandor, de la tormenta de fuego, el cielo cubierto gris de átomos
Cuando habla un personaje u otro lo va entre comillado. El libro es muy poético. Establece contacto, al final de las olas. Sueños, cosas que se acuerda, intercala a los huéspedes con los seres fantasmas.  Alargan los dedos y me agarran los fantasmas. Intento huir. El hombre salvaje, grita. Están abiertas las ventanas. En la mesa hay migas de pan, mondas de la pera, los tenedores y cubiertos parecen lucidos y exactos, rinden culto a mi mano, hay huesos de carne en abanico. La flexibilidad y el dolor se mezclan bruscamente. Celebro todo, trémulo de plenitud. Tengo deseos de alejarme. Era un hombre honrado, con valores, que escribía notas, frases para la luna, lo que dice la gente del mundo.
Abrimos las puertas de cristal. El hombre se sienta y la dice; sé todo. La mujer se levanta y se va. No puedo consentir que siga. Ya no me estremece lo que llevo dentro. Me alejo como espía sin olvidar este lugar, visitaré la tierra desértica. La muchacha lleva olas en la frente. Se ensancharon las olas. Se deslizan en el agua las olas. Los pájaros cantan entre las flores.
En la casa blanca se desespera una persona, que contiene la sombra. La expresión de sus ojos, es como el templo de una iglesia o un universo sin límites. El hombre está entrado en años, y tiene grises las sienes. Sostiene una copa de brandy. Le da en las narices el buzón de correos que se ha caído. Se ríe de mí el transeúnte, que sucias jugadas nos hace la vida. Entre migas pan y servilletas gastadas. Comemos y los pájaros son ya un cadáver de muertos. Siempre enemigos, mis dedos enlazan con los tuyos. Paga la cuenta. Debemos pagar e irnos. Creía que me liberaba de eso, siguió haciendo un acopio de fuerzas. Infringimos dolor, aunque nos queramos. La sombra junto a mi tiene el poder de hacerme regresar, encerrarme en la alegre cámara. Prepara el tiempo el reloj de este tic tac. Hay una mujer escurrida. Un caballero se acerca, estornuda, escucha, suena el silbato, y las grises bisagras de la puerta. A ti debo agradecerlo. Estrello tu mano y digo buenas noches. Me dirijo a un lugar, coger un taxi, la presión ha desaparecido. Las sillas están puestas pata arriba. Son sillas donde nadie se sienta. Esta noche déjame solo. El velo del ser abierto, noche y día. He cambiado el cielo. Lo liberan las estrellas, y volvían a cubrirlo. Bendita soledad, quieta imitación de cuerpos y mentiras y frases. Libro de frases, palabra que las barre la mujer de la limpieza. El pensamiento debe ser barrido. ¿Qué nombre dar al amor, a la muerte? La palabra va muriendo en el lenguaje de oro de los enamorados. Te daré una porción de luna, lechuga, trigo. Tendido en la noche no me ve, no necesito palabras. Oigo la resonancia de un amable eco. Música loca, falsas frases. Se hace el silencio. Estar solo como pájaro marino. déjame estar aquí con las cosas menudas. Me haces insinuaciones de cerrar los postigos. Por los manteles paso el trapo debajo de la mesa. Mete manso la mano al abrigo, para protegernos de la noche. Debo salir. El hombre entrado en años debe salir, coger el último tren. La civilización ha sido vencida, el alba se agita. El parloteo de los gorriones no sé dónde, el alba en la ciudad. El hombre entrado en años mira el cielo; otro viernes, otro general despertar, donde las estrellas se extinguen. Una película de niebla se posa sobre las rosas, el pájaro granjero, la externa renovación, caer y alzarse. Se aquea el olmo y dentro de mi surge, enemigo de penumbras avanzando hacia nosotros. La muerte es el enemigo contra el que cabalgo, como Percibal, como hombre joven entre las olas. Hay muchos sentimientos por ella retratados. La mujer se poner el vestido y el pesado collar de mujer, pero por dentro es un individuo más. La forma de relacionarse socialmente en Virginia siempre es un fracaso. ¿esto es la vida? Necesita escribir, lo pasa mal. No destirparemos este libro que es muy interesante. Ella escondía el manuscrito de Orlando, pues no se atrevía a publicarlo. Es una novela escrita al galope, deprisa. Orlando es una de sus novelas divertimento y no serias, que no la hacían sufrir tanto. En ella describe un hombre que se trasviste en mujer. Delicadamente se cambia de ropa en la novela. La ropa sirve para preservarnos del frio. Y algo más. Aparece el capitán Bartolo que le invito a ir a tierra. Aparece un hombre con falda de mujer, y que cambia con maquillaje su cara. Retrata en Orlando un hombre que se siente mujer. Habla de la diferencia entre sexos y del deseo de manifestarse como mujer. Lo escribió a pesar del Londres y su sociedad puritana de aquella época… fue el máximo de trasgresión. Es complicado leerlo, pero menos que las Olas. Leer a Virginia Woolf es complicado Es una novela de textura, en la forma de contarlo. No tiene un argumento especifico. Pone en solfa el debate actual de la transexualidad y esto en la época victoriana. El ideal andrógino también lo revindica Ursula leguin, en una novela de un travesti, más reciente; la mano izquierda de la oscuridad del 69 Imposible encontrarla  ni en bibliotecas
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