La separación de poderes en la ilustración Gonzalo Villar
Este texto pertenece al espíritu de las leyes de Montesquieu publicado
en 1748. Montesquieu era aristócrata y en el texto notamos sus estudios de
derecho y ciencias naturales. Se hizo famoso con las cartas persas y era
invitado a salones literarios, casas de café, incluso ingresó en la academia
francesa de las letras. El texto empieza separando las clases de poder. Diferencia
entre el derecho de gentes y el derecho
civil. El príncipe magistrado promulga o derroca leyes. (legslativo) y trata de ejecutarlas (ejecutivo) Dentro de la política exterior está el tema de la
guerra o la paz, previene invasiones, manda embajadores y garantiza la
seguridad pública. El poder judicial es el de jugar y
sancionar. El parlamento es el tribunal de justicia. (Montesquieu fue
parlamentario) El presidente del parlamento era juez, magistrado, presidente de
un tribunal. Se enfrenta la libertad/voluntad
individual con el deseo de seguridad
colectiva, el bien común y el privado. Al contrario que en Hobbes, aquí no
es el miedo el elemento central que garantiza el estado, sino que el individuo
debe temer lo menos posible a su congénere. También opina Montesquieu, y esto
es lo más importante de su filosofía, que estos poderes deben estar separados
para que ningún poder prevalezca sobre el otro, para que se juzguen entre
ellos, para que no prevalezcan los intereses personales del monarca o de unos
nobles privilegiados. El juez no debe tener poder legislativo, ni hacer leyes y
tampoco el ejecutivo, porque actuaría como opresor. Por eso el poder de hacer
las leyes, resolverlas y juzgar a quienes las incumplen deben estar repartidas
y no en manos del mismo grupo privilegiado. Y pone el contra ejemplo del sultán
de Turquía que es un tirano que tiene los tres poderes en su figura. El
objetivo es un gobierno moderado
En este ensayo largo en dos
tomos, trata de explicar por qué hay costumbres y leyes distintas en los
países. A Bobino, Aristóteles, ya les sorprendía esto. Trata de buscar una
Razón universal, una Verdad para explicar el mundo. En la ciencia ya lo hacían
Galileo o Newton, pero en ciencias como la economía era más difícil detectar
ese “arché” que explicara todo. Montesquieu había viajado mucho y observado sus
costumbres. Cada nación tiene un
espíritu peculiar propio o lo que Herder
llamó “volckgeist”. Empezaba así el nacionalismo en el romanticismo. Las
leyes de un país dependen de su clima, su geografía, su lenguaje, su organización
sexual (poligamia en países orientales), su tipo de economía, su religión,
orografía, densidad de población, sus comunicaciones y sus usos y
costumbres. Nace en esta época lo que
Dithey llamó ciencias del espíritu; sociología (Comte), la economía, la antropología. El racionalismo parte de la deducción,
de la razón emana el análisis de lo observado, es a priori, pero los empíricos estudian primero el fenómeno y eso los
induce a validar o refutar la
hipótesis en una síntesis a posteriori. Hasta entonces se creía que primero eran los
principios que se debían corresponder con la realidad y a partir de entonces es
la realidad la que nos permite elucubrar hipótesis; de lo concreto a lo general. La
ciencia trata de descubrir las relaciones entre las cosas de la naturaleza.
Existían leyes jurídicas. pero también científicas. Y la ley jurídica lo ideal
es que se correspondiera con la científica. Por ello no cree en un determinismo
del todo fatalista y empieza a analizar la idea antropológica de cultura; uno
es por su nacimiento y su genética, pero también por su ambiente y educación. Y
en la política esto se aplica partiendo de que cada sociedad es diferente,
necesita una constitución diferente pues tiene un dinamismo distinto. Todos los
poderes se relacionan entre si. La teoría política entroncaba con la social. (Se
decía estado y sociedad como si fueran lo mismo) Hegel diferencia entre
ellas. Una cosa son las instituciones
administrativas y de gobierno y por otro lado está la sociedad a la que
representan. La monarquía es el gobierno de uno, pero hay que limitar su poder
para que no haga lo que quiera y devenga en despotismo degenerado e ilegitimo. Hay que moderarlo, para que este
medido y no sea exagerado. El peligro es que a través del miedo se convierta en despotismo.
Por eso creen en una monarquía,
pero no aristocrática (gobierno de pocos) sino más democrática (gobierno de muchos), que gobierno de acuerdo a unas
leyes, constitución, y parlamento. La Democracia
es el gobierno de muchos, pero el gobierno ideal pasa por unos nobles que sean
premiados por el rey de acuerdo a sus méritos, meritocracia. Los nobles con su honor son los que legitiman la monarquía y no solo Dios. Según este honor se establecían los
estamentos, pero la burguesía intenta que disminuya el poder de esos nobles
para ser ellos la clase dominante (oligarquía).
Y lo hacen usando al pueblo como fuerza física de la revolución. En el sistema
aristocrático debía haber una desigualdad
moderada. El estado ideal sería el democrático. El ciudadano con su virtud pone el interés colectivo por
delante del privado. No mira solo por sí
mismo sino por el bien común. En Europa existen monarquías y en Persia Turquía
los despotismos orientales, como el persa
Este texto nace en el contexto de
una época como la ilustración o el siglo
de las luces en Francia. La mayoría de monarquías siguen siendo
absolutistas, la excepción es Inglaterra donde es constitucional y
parlamentaria. Los ilustrados admiran Inglaterra y a los empiristas. De Locke saca Montesquieu la idea de la separación de poderes. (hay quien le
considera padre de la ilustración) También quieren exportar su libertad de expresión y muchos de sus
derechos se copian en la declaración de
EEUU. El sistema aristocrático es desigual pues margina a la burguesía y lo
que se trató en estas revoluciones burguesas era de sustituir el papel de la
aristocracia en el poder al haber cambiado su economía; de la agraria feudal al
comercio e industria burgués. Los ilustrados cuestionan ese absolutismo y dan
un paso más que Hobbes y Locke; es
el pueblo el que debería elegir a su gobernante. Sin embargo, para los
ilustrados el pueblo es aún menor de edad (nuestra culpable minoría de edad, dirá Kant) ya que la mayoría de la
población, campesina y tercer estado, era analfabeta. Por eso el gobernador
gobierno para sus gobernados, pero sin tener en cuenta su opinión o su deseo ya
que no los considera adultos. Necesitamos de papá estado que vele por todos
nosotros. Por eso la ilustración plantea más pequeñas reformas que una gran
revolución. A los monarcas de esta época se les llama déspotas ilustrados, quieren cambiar el sistema desde arriba. Serán gobernantes aún más
cultos que los del renacimiento, pero ya no serán hombres de espada como los reyes francos. Son hombres de toga estos reyes y cortesanos.
Se empieza a ver que la política
es también una cuestión económica. Antes estaban separadas. La economía viene del gobierno del oikos griego; la casa, las propiedades
y la familia del aristoi. Por eso la economía nace patriarcal, ya que es el
padre el que ordena y manda. El gobierno gobierna a todo el oikos del pueblo. En ese sentido, Montesquieu es uno de los
iniciadores de la economía capitalista junto al conde Demur, Adam Smith, Quesnay y los fisiócratas (después en el
siglo XIX David Ricardo, Marx, los
socialistas utópicos..) La economía se ocupa primero de la agricultura y la
naturaleza. El comercio era algo secundario. La riqueza era la sangre de la
nación. Las políticas económicas proteccionistas del momento se enfrentan a las
liberales. Se trata de abrir aduanas, suprimir barreras que dificulten las
exportaciones e importaciones. El nacionalismo cierra puertas al comercio,
cerrándose en autarquías, pero con la industrialización triunfa el capitalismo (llamado
liberalismo) y el Laissex-faire, el
dejar hacer al capital, a la empresa. El mundo trascurre por si mismo, hay que
quitar obstáculos, suprimir aranceles, abrir
las fronteras, expandirse colonialmente.
Los ilustrados querían dar luz,
conocimiento, al pueblo. Y esto se hacía con la educación. La ciencia debe ser
útil y mejorar al hombre y nivelar la sociedad. Por eso escriben La enciclopedia, entre 1752 1772. Eran 14
tomos de enorme tamaño. Hablaban de política, pero también del cultivo (cultura
viene de cultivo) y asuntos pragmáticos.
Escribieron en ella Voltaire, Rosseau,
Dalambert o Diderot que fue el empresario que la imprimió. Se inventaron nuevos
términos para nombrar la realidad. Estos filósofos eran filósofos de tocador,
de corte, por lo que la cultura de la época seguía siendo de elites
aristocráticas y no de masas. Las sabihondas eran las mujeres de gran
pedantería (como las retratadas por Moliere) que invitaban a los filósofos de
salón a sus palacios para organizar discusiones de filosofía. Aquellas
reuniones de filósofos feminizados (se blanqueaban la cara y ponían pelucas)
podían ser acompañadas con música de cámara. Catalina de Rusia era el paradigma
de mujer ilustrada que organizaba estos saraos. Los ilustrados creen en el progreso
(Turgot, Condorcet) y confían en la razón de la ciencia, el pensamiento tecno científico, coronando
a la razón como nueva diosa. Pretendían con la enciclopedia compilar en un
libro toda la sabiduría de su época a modo de biblioteca de Alejandría, algo
con lo que habían fantaseado los escolásticos. Por eso se llama “enciclo pedia”,
enseñanza del universo, una especie de árbol de la ciencia como el Organum de Francis Bacon, la summa
teológica de Santo Tomás, el sistema de Aristóteles o el de Hegel. Los
ilustrados atacan la superchería, las supersticiones y la iglesia (sobre todo
las virulentas críticas de Voltaire) pero al igual que en todas las épocas se
sirven del Mitos para explicar al pueblo el Logos. El mismo Kant era deísta. Estos filósofos creen en un Dios,
parche de sus sistemas. Todo lo que el fenómeno
científico no explica, es el noúmeno
metafísico. Aún quedaba mucho para llegar al ateísmo de Nietzsche y la
mayoría eran agnósticos, como buenos
científicos. También en la época renace el panteísmo,
que ya estaba en los presocráticos, creer que Dios está en todo, en todo lo
creado, en la naturaleza. (en eso cree Spinoza)
Aunque fueran muchos religiosos o trascendentes son críticos con la religión
como institución. Kant diferenciará entre la religión heterónoma, la moral que viene de fuera, y la autónoma, la que emana de la razón personal, del mundo interior,
del imperativo categórico que nos
dictamos a nosotros mismos; actúa como si te enfocaran mil ojos y tu forma de
comportarte pudiera hacerse ley universal. Con su sapere audem nos invita a pensar por nosotros mismos. Vivíamos como
niños refugiados en papá estado y mamá
iglesia, pero nos ha llegado la época adulta y debemos ser críticos
(criticar viene de prever las crisis) con la realidad que vivimos.
Los ilustrados critican la época
que consideran oscurantista; la edad media y consideran que aún viven en esa
sociedad feudal estamental, y lo llaman antiguo
régimen. Quieren dar luz a esa oscuridad, como habían hecho los
renacentistas o el esclavo de la caverna de Platón. Por eso en el neoclásico se
vuelven a las formas clásicas en pintura, arquitectura, a los filósofos
clásicos; Platón, Plotino, San Agustín
por el lado racionalista y el citar la autoridad de Aristóteles, Averroes y
Aquino por el lado materialista. Intentan
clasificar todo, hacer clases con las cosas (Aristóteles o Aquino ya
catalogaron la naturaleza dividendo en especies con sus nombres en latín) y de
igual forma se pasa de los estamentos
cerrados a las clases sociales. Los ilustrados fueron los críticos de la
crisis, la revolución, según Koselleck. La revolución francesa se puede ver
como el fracaso o éxito de la ilustración, podemos discutir si es la
ilustración la que inventa la revolución o al revés… pero la inter dependencia
de ambos conceptos es indudable. Los ilustrados escribían para influir en su
sociedad. Son los primeros activistas, comprometidos socialmente (antes del
caso Deyfrus de Zola) y sus libros están cargados ideológicamente. (Voltaire se
llamaba así mismo abejorro porque picaba a la opinión pública) Querían trasformar
la sociedad, y el instrumento de cambio era la educación. Editaban y publicaban
clandestinamente, en imprentas particulares. Había un índice de libros
prohibidos.
La ilustración apenas llegó a
España y lo hizo tarde. Feijoo y
Jovellanos (con su teatro critico universal) son los ilustrados españoles
junto al conde de Floridablanca y
otros afrancesados. También Cadalso
escribe las cartas marruecas, cartas eruditas de un marroquí que visita nuestro
país y se impresiona por nuestras costumbres.
Era una forma de criticar los
usos del país a imitación de las cartas persas de Montesquieu. También Gracián escribe su arte de la prudencia
y el oráculo manual de buenas costumbres y el criticón. Luego escribirán Balmes y Larra o Mesonero Romanos sus
ensayos y artículos costumbristas.
La ilustración es también la
época de las fabulas, los cuentos de Perrault
(y en el romanticismo la recopilación de los hermanos Grimm) y de las fabulas de Samaniego o Moratín. Tienen moraleja, tratan de inculcar una
enseñanza moral en el niño basándose en el ideario platónico; verdad, bondad y belleza. Los buenos
siempre acaban bien en los cuentos de hadas.
Los ilustrados creen en el progreso y esto llevará al positivismo.
Los antiguos creían que cualquier tiempo pasado era mejor y que empeorábamos.
Tras la edad de oro y plata de los dioses viene la edad de hierro, bronce y
barro del hombre. En la ilustración se lucha entre lo moderno y lo antiguo. Turgot desarrolla la teoría de que la
humanidad progresa. El mundo va a mejor gracias a la tecnología y la
ciencia. Corondote en el bosquejo de un cuadro histórico de los progresos
del espíritu humano, habla de la mejora de la humanidad. Hemos inventado el
lenguaje, la imprenta, la rueda. Se llega a creer que este es el mejor de los
mundos y nuestro sistema el menos malo de los sistemas, el único posible. Leibniz celebra este mundo feliz con
optimismo y Voltaire escribe el Cándido
para burlarse de esta visión de ”el mundo va bien” Voltaire, en ese sentido,
defenderá el pesimismo. Podríamos citar la polémica Lebniz- Voltaire cuando nos
dicen que no hay que ser realistas ni pesimistas con el sistema sino
optimistas. A la vez que esta confianza en el progreso, hay una confianza ciega
en la razón. Hegel dirá que todo lo real es racional y lo racional
real. Los filósofos de la sospecha descubrirán que existe otro mundo; el
del inconsciente personal y colectivo. La ciencia era el nuevo Dios que lo ilumina
todo. Hay intentos de limitar los poderes de esa razón como en la crítica a la razón pura de Kant. No
somos cabezas con patas, los románticos y el idealismo alemán no recordará que
somos también cuerpo, pasión, sentimientos y sentidos, y vida. Se pasará a
creer en la razón vital (ortega) o
incluso la poética (Zambrano) En la ilustración hay una mezcla entre
idealismo racionalista platónico y materialismo empírico aristotélico. Se
considera la ilustración padre del proyecto
moderno, aunque ya la vemos en el renacimiento. Este proyecto se puede
resumir en subjetivizar el objeto. Pasar de la dictadura del objeto (la
realidad feudal, Dios) al gobierno del sujeto.
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