lunes, 13 de marzo de 2017

LA ILUSTRACION Y MONTESQUIEU



La separación de poderes en la ilustración                          Gonzalo Villar
Este texto pertenece al espíritu de las leyes de Montesquieu publicado en 1748. Montesquieu era aristócrata y en el texto notamos sus estudios de derecho y ciencias naturales. Se hizo famoso con las cartas persas y era invitado a salones literarios, casas de café, incluso ingresó en la academia francesa de las letras. El texto empieza separando las clases de poder. Diferencia entre el derecho de gentes y el derecho civil. El príncipe magistrado promulga o derroca leyes. (legslativo) y trata de ejecutarlas (ejecutivo) Dentro de la política exterior está el tema de la guerra o la paz, previene invasiones, manda embajadores y garantiza la seguridad pública.  El poder judicial es el de jugar y sancionar. El parlamento es el tribunal de justicia. (Montesquieu fue parlamentario) El presidente del parlamento era juez, magistrado, presidente de un tribunal. Se enfrenta la libertad/voluntad individual con el deseo de seguridad colectiva, el bien común y el privado. Al contrario que en Hobbes, aquí no es el miedo el elemento central que garantiza el estado, sino que el individuo debe temer lo menos posible a su congénere. También opina Montesquieu, y esto es lo más importante de su filosofía, que estos poderes deben estar separados para que ningún poder prevalezca sobre el otro, para que se juzguen entre ellos, para que no prevalezcan los intereses personales del monarca o de unos nobles privilegiados. El juez no debe tener poder legislativo, ni hacer leyes y tampoco el ejecutivo, porque actuaría como opresor. Por eso el poder de hacer las leyes, resolverlas y juzgar a quienes las incumplen deben estar repartidas y no en manos del mismo grupo privilegiado. Y pone el contra ejemplo del sultán de Turquía que es un tirano que tiene los tres poderes en su figura. El objetivo es un gobierno moderado
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En este ensayo largo en dos tomos, trata de explicar por qué hay costumbres y leyes distintas en los países. A Bobino, Aristóteles, ya les sorprendía esto. Trata de buscar una Razón universal, una Verdad para explicar el mundo. En la ciencia ya lo hacían Galileo o Newton, pero en ciencias como la economía era más difícil detectar ese “arché” que explicara todo. Montesquieu había viajado mucho y observado sus costumbres. Cada nación tiene un espíritu peculiar propio o lo que Herder llamó “volckgeist”. Empezaba así el nacionalismo en el romanticismo. Las leyes de un país dependen de su clima, su geografía, su lenguaje, su organización sexual (poligamia en países orientales), su tipo de economía, su religión, orografía, densidad de población, sus comunicaciones y sus usos y costumbres.  Nace en esta época lo que Dithey llamó ciencias del espíritu; sociología (Comte), la economía, la antropología. El racionalismo parte de la deducción, de la razón emana el análisis de lo observado, es a priori, pero los empíricos estudian primero el fenómeno y eso los induce a validar o refutar la hipótesis en una síntesis a posteriori.  Hasta entonces se creía que primero eran los principios que se debían corresponder con la realidad y a partir de entonces es la realidad la que nos permite elucubrar hipótesis; de lo concreto a lo general.  La ciencia trata de descubrir las relaciones entre las cosas de la naturaleza. Existían leyes jurídicas. pero también científicas. Y la ley jurídica lo ideal es que se correspondiera con la científica. Por ello no cree en un determinismo del todo fatalista y empieza a analizar la idea antropológica de cultura; uno es por su nacimiento y su genética, pero también por su ambiente y educación. Y en la política esto se aplica partiendo de que cada sociedad es diferente, necesita una constitución diferente pues tiene un dinamismo distinto. Todos los poderes se relacionan entre si. La teoría política entroncaba con la social. (Se decía estado y sociedad como si fueran lo mismo) Hegel diferencia entre ellas.  Una cosa son las instituciones administrativas y de gobierno y por otro lado está la sociedad a la que representan.  La monarquía es el gobierno de uno, pero hay que limitar su poder para que no haga lo que quiera y devenga en despotismo degenerado e ilegitimo. Hay que moderarlo, para que este medido y no sea exagerado. El peligro es que a través del miedo se convierta en despotismo.
Por eso creen en una monarquía, pero no aristocrática (gobierno de pocos) sino más democrática (gobierno de muchos), que gobierno de acuerdo a unas leyes, constitución, y parlamento. La Democracia es el gobierno de muchos, pero el gobierno ideal pasa por unos nobles que sean premiados por el rey de acuerdo a sus méritos, meritocracia. Los nobles con su honor son los que legitiman la monarquía y no solo Dios.  Según este honor se establecían los estamentos, pero la burguesía intenta que disminuya el poder de esos nobles para ser ellos la clase dominante (oligarquía). Y lo hacen usando al pueblo como fuerza física de la revolución. En el sistema aristocrático debía haber una desigualdad moderada. El estado ideal sería el democrático. El ciudadano con su virtud pone el interés colectivo por delante del privado.  No mira solo por sí mismo sino por el bien común. En Europa existen monarquías y en Persia Turquía los despotismos orientales, como el persa 
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Este texto nace en el contexto de una época como la ilustración o el siglo de las luces en Francia. La mayoría de monarquías siguen siendo absolutistas, la excepción es Inglaterra donde es constitucional y parlamentaria. Los ilustrados admiran Inglaterra y a los empiristas. De Locke saca Montesquieu la idea de la separación de poderes. (hay quien le considera padre de la ilustración) También quieren exportar su libertad de expresión y muchos de sus derechos se copian en la declaración de EEUU. El sistema aristocrático es desigual pues margina a la burguesía y lo que se trató en estas revoluciones burguesas era de sustituir el papel de la aristocracia en el poder al haber cambiado su economía; de la agraria feudal al comercio e industria burgués. Los ilustrados cuestionan ese absolutismo y dan un paso más que Hobbes y Locke; es el pueblo el que debería elegir a su gobernante. Sin embargo, para los ilustrados el pueblo es aún menor de edad (nuestra culpable minoría de edad, dirá Kant) ya que la mayoría de la población, campesina y tercer estado, era analfabeta. Por eso el gobernador gobierno para sus gobernados, pero sin tener en cuenta su opinión o su deseo ya que no los considera adultos. Necesitamos de papá estado que vele por todos nosotros. Por eso la ilustración plantea más pequeñas reformas que una gran revolución. A los monarcas de esta época se les llama déspotas ilustrados, quieren cambiar el sistema desde arriba. Serán gobernantes aún más cultos que los del renacimiento, pero ya no serán hombres de espada como los reyes francos. Son hombres de toga estos reyes y cortesanos. 
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Se empieza a ver que la política es también una cuestión económica. Antes estaban separadas.  La economía viene del gobierno del oikos griego; la casa, las propiedades y la familia del aristoi. Por eso la economía nace patriarcal, ya que es el padre el que ordena y manda. El gobierno gobierna a todo el oikos del pueblo.  En ese sentido, Montesquieu es uno de los iniciadores de la economía capitalista junto al conde Demur, Adam Smith, Quesnay y los fisiócratas (después en el siglo XIX David Ricardo, Marx, los socialistas utópicos..) La economía se ocupa primero de la agricultura y la naturaleza. El comercio era algo secundario. La riqueza era la sangre de la nación. Las políticas económicas proteccionistas del momento se enfrentan a las liberales. Se trata de abrir aduanas, suprimir barreras que dificulten las exportaciones e importaciones. El nacionalismo cierra puertas al comercio, cerrándose en autarquías, pero con la industrialización triunfa el capitalismo (llamado liberalismo) y el Laissex-faire, el dejar hacer al capital, a la empresa. El mundo trascurre por si mismo, hay que quitar obstáculos, suprimir  aranceles, abrir las fronteras, expandirse colonialmente.
Los ilustrados querían dar luz, conocimiento, al pueblo. Y esto se hacía con la educación. La ciencia debe ser útil y mejorar al hombre y nivelar la sociedad. Por eso escriben La enciclopedia, entre 1752 1772. Eran 14 tomos de enorme tamaño. Hablaban de política, pero también del cultivo (cultura viene de cultivo) y asuntos pragmáticos. 
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Escribieron en ella Voltaire, Rosseau, Dalambert o Diderot que fue el empresario que la imprimió. Se inventaron nuevos términos para nombrar la realidad. Estos filósofos eran filósofos de tocador, de corte, por lo que la cultura de la época seguía siendo de elites aristocráticas y no de masas. Las sabihondas eran las mujeres de gran pedantería (como las retratadas por Moliere) que invitaban a los filósofos de salón a sus palacios para organizar discusiones de filosofía. Aquellas reuniones de filósofos feminizados (se blanqueaban la cara y ponían pelucas) podían ser acompañadas con música de cámara. Catalina de Rusia era el paradigma de mujer ilustrada que organizaba estos saraos. Los ilustrados creen en el progreso (Turgot, Condorcet) y confían en la razón de la ciencia, el pensamiento tecno científico, coronando a la razón como nueva diosa. Pretendían con la enciclopedia compilar en un libro toda la sabiduría de su época a modo de biblioteca de Alejandría, algo con lo que habían fantaseado los escolásticos. Por eso se llama “enciclo pedia”, enseñanza del universo, una especie de árbol de la ciencia como el Organum de Francis Bacon, la summa teológica de Santo Tomás, el sistema de Aristóteles o el de Hegel. Los ilustrados atacan la superchería, las supersticiones y la iglesia (sobre todo las virulentas críticas de Voltaire) pero al igual que en todas las épocas se sirven del Mitos para explicar al pueblo el Logos. El mismo Kant era deísta. Estos filósofos creen en un Dios, parche de sus sistemas. Todo lo que el fenómeno científico no explica, es el noúmeno metafísico. Aún quedaba mucho para llegar al ateísmo de Nietzsche y la mayoría eran agnósticos, como buenos científicos. También en la época renace el panteísmo, que ya estaba en los presocráticos, creer que Dios está en todo, en todo lo creado, en la naturaleza. (en eso cree Spinoza) Aunque fueran muchos religiosos o trascendentes son críticos con la religión como institución. Kant diferenciará entre la religión heterónoma, la moral que viene de fuera, y la autónoma, la que emana de la razón personal, del mundo interior, del imperativo categórico que nos dictamos a nosotros mismos; actúa como si te enfocaran mil ojos y tu forma de comportarte pudiera hacerse ley universal. Con su sapere audem nos invita a pensar por nosotros mismos. Vivíamos como niños refugiados en papá estado y mamá iglesia, pero nos ha llegado la época adulta y debemos ser críticos (criticar viene de prever las crisis) con la realidad que vivimos.
Los ilustrados critican la época que consideran oscurantista; la edad media y consideran que aún viven en esa sociedad feudal estamental, y lo llaman antiguo régimen. Quieren dar luz a esa oscuridad, como habían hecho los renacentistas o el esclavo de la caverna de Platón. Por eso en el neoclásico se vuelven a las formas clásicas en pintura, arquitectura, a los filósofos clásicos; Platón, Plotino, San Agustín por el lado racionalista y el citar la autoridad de Aristóteles, Averroes y Aquino por el lado materialista.  Intentan clasificar todo, hacer clases con las cosas (Aristóteles o Aquino ya catalogaron la naturaleza dividendo en especies con sus nombres en latín) y de igual forma se pasa de los estamentos cerrados a las clases sociales. Los ilustrados fueron los críticos de la crisis, la revolución, según Koselleck. La revolución francesa se puede ver como el fracaso o éxito de la ilustración, podemos discutir si es la ilustración la que inventa la revolución o al revés… pero la inter dependencia de ambos conceptos es indudable. Los ilustrados escribían para influir en su sociedad. Son los primeros activistas, comprometidos socialmente (antes del caso Deyfrus de Zola) y sus libros están cargados ideológicamente. (Voltaire se llamaba así mismo abejorro porque picaba a la opinión pública) Querían trasformar la sociedad, y el instrumento de cambio era la educación. Editaban y publicaban clandestinamente, en imprentas particulares. Había un índice de libros prohibidos.
La ilustración apenas llegó a España y lo hizo tarde. Feijoo y Jovellanos (con su teatro critico universal) son los ilustrados españoles junto al conde de Floridablanca y otros afrancesados. También Cadalso escribe las cartas marruecas, cartas eruditas de un marroquí que visita nuestro país y se impresiona por nuestras costumbres.
Era una forma de criticar los usos del país a imitación de las cartas persas de Montesquieu. También Gracián escribe su arte de la prudencia y el oráculo manual de buenas costumbres y el criticón. Luego escribirán Balmes y Larra o Mesonero Romanos sus ensayos y artículos costumbristas.
La ilustración es también la época de las fabulas, los cuentos de Perrault (y en el romanticismo la recopilación de los hermanos Grimm) y de las fabulas de Samaniego o Moratín. Tienen moraleja, tratan de inculcar una enseñanza moral en el niño basándose en el ideario platónico; verdad, bondad y belleza. Los buenos siempre acaban bien en los cuentos de hadas. 
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Los ilustrados creen en el progreso y esto llevará al positivismo. Los antiguos creían que cualquier tiempo pasado era mejor y que empeorábamos. Tras la edad de oro y plata de los dioses viene la edad de hierro, bronce y barro del hombre. En la ilustración se lucha entre lo moderno y lo antiguo. Turgot desarrolla la teoría de que la humanidad progresa. El mundo va a mejor gracias a la tecnología y la ciencia.  Corondote en el bosquejo de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano, habla de la mejora de la humanidad. Hemos inventado el lenguaje, la imprenta, la rueda. Se llega a creer que este es el mejor de los mundos y nuestro sistema el menos malo de los sistemas, el único posible. Leibniz celebra este mundo feliz con optimismo y Voltaire escribe el Cándido para burlarse de esta visión de ”el mundo va bien” Voltaire, en ese sentido, defenderá el pesimismo. Podríamos citar la polémica Lebniz- Voltaire cuando nos dicen que no hay que ser realistas ni pesimistas con el sistema sino optimistas. A la vez que esta confianza en el progreso, hay una confianza ciega en la razón. Hegel dirá que todo lo real es racional y lo racional real. Los filósofos de la sospecha descubrirán que existe otro mundo; el del inconsciente personal y colectivo. La ciencia era el nuevo Dios que lo ilumina todo. Hay intentos de limitar los poderes de esa razón como en la crítica a la razón pura de Kant. No somos cabezas con patas, los románticos y el idealismo alemán no recordará que somos también cuerpo, pasión, sentimientos y sentidos, y vida. Se pasará a creer en la razón vital (ortega) o incluso la poética (Zambrano) En la ilustración hay una mezcla entre idealismo racionalista platónico y materialismo empírico aristotélico.   Se considera la ilustración padre del proyecto moderno, aunque ya la vemos en el renacimiento. Este proyecto se puede resumir en subjetivizar el objeto. Pasar de la dictadura del objeto (la realidad feudal, Dios) al gobierno del sujeto.

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