viernes, 23 de marzo de 2018

LA OFRENDA GUSTAVO MARTIN GARZO

Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948) es licenciado en Filosofía y Letras en la especialidad de Psicología, fundador de las revistas literarias Un ángel más y El signo del gorrión. Está casado con la también escritora Esperanza Ortega. Su obra hace su referencia a temas mitológicos, bíblicos, leyendas y cuentos tradicionales. Sus novelas tratan del amor y el universo femenino. Ha escrito el lenguaje de las flores sobre la sagrada familia en los evangelios, la novela de fantasía la princesa manca, la soñadora, las historias de Marta y Fernando, los amores imprudentes, pequeña Eva, el jardín dorado y ahora presenta su ultima novela la Ofrenda. Ha escruto también ensayo y narrativo infantil y juvenil. Ha recibido el premio Delibes, el Nacional de Narrativa (por el lenguaje de las flores), el nadal (por Marta y Fernando), el nacional de literatura infantil, el castilla y león de las letras, entre otros muchos. Ha sido traducido al chino, japonés, francés y muchos más idiomas.
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La novela la Ofrenda trata de una joven enfermera que entra a trabajar en la casa de una anciana. Se empiezan a ver cosas raras en esa mujer excéntrica que contrata a la mujer. A la vieja le gusta que la joven se bañe desnuda en una laguna, que tire naranjas al agua. La novela surge con una película que él vio de niño.  Ha tratado de desvelar el misterio de porqué esa peli que vio siendo un niño (teniendo 9 o 10 años) no ha podido olvidarla nunca. Le pasaba siempre con todas esas películas de monstruos. Todos los niños son aficionados a esas películas, en las que hay estas criaturas anómalas amorfas que vienen del mundo de la noche, de la oscuridad. ¿por qué al niño le subyugan del modo en que lo hacen? Surgen preguntas en torno a algo, interrogantes en algo por la razón que sea. Esas preguntas son la materia con la que se hace la literatura, la filosofía, el cine… Quedan esas preguntas en el pensamiento como reclamando que dilucides en relación a ese algo. Si eres escritor sientes que hay una historia que te pide ser contada, que la cuentes, aunque no sepas aún qué historia es. La película se basa en una historia conocida, es una variante de la bella y la bestia. La bestia es una criatura acuática, un ser parecido a un hombre pez. El cuento con la bella que sucede en ese relato hunde sus raíces en la mitología griega. En el asno de oro de Apuleyo y la historia de eros y sique. Es el encuentro entre una muchacha Sique que vive en la oscuridad de una cueva y una criatura que no puede definir quien es. Eros es el dios griego del deseo, el romano Cupido. Sique quiere saber quién es esa criatura con la que se encuentra que tanto gozo la proporciona. Le pone una condición Eros para que esos encuentros se sigan repitiendo; “si quieres que sigamos encontrando en este lugar nunca debes de tratar de saber quien soy porque entonces te perderás”. (Es el no mires atrás de la mujer de Lot, el no te fíes del lobo de Caperucita, no muerdas la manzana Eva, no comas del árbol del pecado, no abras la caja Pandora…Es la trasgresión a la norma que es la literatura. Viva la anarquía, decía Baroja)

La historia recuerda la película el último tango en París, tan famosa en su tiempo, en la transición, cuando para ver la escena con la mantequilla había que irse a Francia. Son un hombre y una mujer, que ni siquiera son amantes, que coinciden en un piso. Los dos tratan de alquilarlo y se quedan solos en el piso, y tiene lugar el encuentro sexual. Al salir del trance se preguntan si deben encontrarse. Ponen la condición de volverse a verse en ese piso, pero que todo lo demás (quienes son) se quede fuera de esos encuentros. No deben saber si está casado, qué profesión tiene. Lo que sucede entre ellos está pactado y todo lo del otro queda fuera de ese encuentro. Es una idea hermosa. La novela gira sobre esta idea el amor como una vida secreta, una doble vida o vida paralela (la ficción es la doble vida de la realidad). Los amantes necesitan un poco del secreto, de la oscuridad, de la sombra. Muchas historias hablan de esto, relacionan lo que pasa entre los amantes con el secreto, con la oscuridad, con un lugar que está un poco fuera el mundo. Los amantes que hacen eso se encuentran cuando estas juntos en sus noches de pasión. El escritor se pregunta ¿había una posibilidad de traer eso al mundo real? Es el gran problema que se le plantea. Todas las canciones de la lírica popular, que vienen de las canciones galaicoportuguesas, son puestas en la boca de la mujer. Una muchacha espera la llegada del amante, ¿cuándo vendrá? Esas cantigas de amigo y de amor hablan de las olas del mar o hablan de esa mujer enamorada que cuando está con el amante no quiere que llegue el dio, la luz del alba que marca la hora en que se tienen que separar. Shakespeare también lo refleja en Romeo y Julieta y aparece también en la celestina. No quieren que llegue el día. Buscan la oscuridad, la noche. La luz del alba es la luz de la obligación, de la razón y del conocimiento. Perdemos la identidad en esos momentos de intensidad extraordinaria. Al enamorarnos perdemos hasta la razón. Si la filosofía busca la luz ilustrada, la literatura lo que busca es la noche. Si la filosofía trata de explicar y responder preguntas y misterios (sin conseguirlo), la literatura busca crear misterios, protegerlos y no desvelarlos. Si Kant es la luz de su estudio cada mañana donde trabaja, el poeta es la noche que le inspira, bajo los delirios de la luna.

La novela trata de lo que le pasa a esta muchacha, esta joven enfermera. Está situada en los años 60. Es importante decir que la protagonista es una mujer extraña. Está herida por cosas que ha vivido en su vida. Tiene una madre que nunca la ha querido, se queda embarazada siendo muy joven. Lo ha visto como una carga el bebe, ha llegado cuando no lo quería o no lo necesitaba, pero ha tenido que hacerse cargo de él. (el amor es hacerse cargo del otro, aunque sea un desconocido) Cuando tiene 10 o 12 años le pasa un suceso, cuida a un niño porque sus padres están trabajando y va a buscarle al colegio y se crea vínculo entre los dos. El niño se ahoga en piscina y ella ve esa muerte con culpabilidad. Le asusta la presencia del niño ahogado. (hay que tener cuidado con un niño que se ahoga en una piscina, aunque parezca que ha salido ileso) En ese hospital inicia una relación amorosa con un medico que es un sádico, un maltratador, una persona tóxica. Ella no puede separarse de él, aunque ve claro lo que él es. Está unida de manera morbosa a él. Ella quiere huir. Encuentra un anuncio en que una anciana señora requiere a una enfermera para que la atienda. Lo acepta para escapar de la ciudad y huir de todo esto. El problema es que la vieja anciana no vive alli mismo sino al otro extremo del mundo, en el sur de África, en la isla de Madagascar y san Mauricio, en una isla que Gustavo ha inventado. Va a poner mas distancia a todos sus problemas. Llega a un lugar extraño de esa isla, una casa misteriosa con un jardín selvático lleno de balsas de agua con canales que entran en las mismas habitaciones de las casas. Es un mundo de agua. Esta mujer vieja es una estudiosa de los peces tiene un gran acuario. Es una mujer culta y muy atractiva, pero misteriosa. El mismo lugar es misterioso. La novela es un homenaje también a esas novelas góticas, por ejemplo, jane Eyre, o cumbres borrascosas. Jane Eyre es una joven mujer que llega a una casa para ser institutriz y descubre que hay algo misterioso. Descubre el misterio; la mujer del señor que le ha contratado se ha vuelto loca y él la tiene escondida en un cuarto. Es el cuarto de la loca, una imagen poderosísima; el lugar del secreto, de lo oscuro, de lo que no queremos mostrar y a la vez nos llama, porque lo queremos descubrir por el deseo de conocimiento y la curiosidad. Jane Eyre y Patricia, la protagonista de este libro, se enfrentan al misterio de esa casa.
 Ahí vive algo no humano. En la novela se produce algo que no se produce en la película. Garzo nos va aponer la escena que provocó en él esa imposibilidad de despegarse de esa historia. En esas historias normalmente la bestia se queda deslumbrada por la bella pero la bella queda horrorizada por el lado monstruoso de la bestia. Patricia solo quería huir de la bestia, de su novio médico, igual que la heroína quiere escapar de King Kong o la niña de las flores tiene miedo del monstruo de Frankenstein. Le interesaba que fuera una fascinación de los dos, en la novela pasa eso. Jean Cocteau hizo una versión de la bella y la bestia. En esa película se ve la fascinación mutua de ambos, como en el cuento. En el cuento la muchacha, presa de la bestia, siente que en esa criatura hay dolor, que es un ser herido que la busca y no lo acaba de entender. Surge en la chica un sentimiento de compasión hacia esa criatura afligida. La muchacha ve en esa criatura una especie de imagen de si misma. Ella era un ser solitario herido que no se integraba tampoco en el mundo. Ella no es como sus compañeras, solo piensa en trabajar, y no quiere tener relaciones ni historias, está marcada por los traumas que ha vivido. La bestia es un ser solitario, en un lugar que no le corresponde, es como el superviviente de un mundo perdido. Siente la heroína una corriente de atracción por esa criatura, que no es peligrosa pues no la daña y juega, con ella, le tira naranjas y ella juega también. Las naranjas se enredan en sus pies cuando ella se da la vuelta. No es un ser peligroso. Pero ¿Quién es ese ser? ¿Qué quiere de mí? ¿Qué está pasando?

En la escena que Garzo nos va a mostrar vamos a ver es el corazón de la película. Una expedición de científicos ha descubierto en una laguna cercana al Amazonas unos restos fósiles que no saben a qué criaturas pertenecen. Tienen la idea de que pertenecen a una criatura que es el eslabón perdido entre los simios y hombres. Un paso intermedio de la evolución. Se desplazan allí y también va la bellísima mujer. Mientras ellos se ocupan de sus cosas a ella no se le ocurre otra cosa que lanzarse al agua del lago, en la que puede haber de todo allí. Ajena a los peligros, se lanza al mar y allí está el monstruo mirándola. El monstruo nada en la superficie y se la queda mirando. Ella no entiende de dónde viene ese ser, mientras el ser se acerca nadando a ella para contemplarla mejor. Esa es la escena que origina su libro. Cuando empezó a escribir y a sentirse escritor sabía que antes o después volvería a esa laguna, a ocuparse de lo que había pasado, de lo que le había pasado a él. Ha terminado el libro y en el libro esta esa explicación.
Claro que la literatura enseña cosas. Tiene que ver con el misterio, con el secreto. La vida o el amor son un misterio. Un niño, los animales… son los verdaderos misterios. Es una cosa mística sagrada que afecta y nos acerca a lo inefable. Las explicaciones de la literatura no son racionales, no rebelan o descubren los misterios, sino que lo protegen. Los verdaderos misterios son insondables. Nos cuesta entenderlos y nos cuesta expresarlos por la carencia que tiene el propio lenguaje. La literatura nos acerca a lo inefable, a lo que no podemos expresar. Nos preguntamos dónde no hemos andado, qué no hemos vivido. La vida, el amor, los niños son cosas misteriosas. Queremos recordar todos los momentos importantes de nuestra vida. La literatura seria buscar las palabras exactas que necesitamos para contar las cosas que de verdad importan. Es fácil escribir de lo que no nos gusta, de lo que no amamos o desechamos, pero es extraordinariamente difícil hablar de lo que nos gusta. Tiene que ver con la capacidad de entender pues nunca lo entendemos del todo ni nos sentimos satisfechos con el conocimiento que vamos adquiriendo. Faltan palabras para comunicarnos, la comunicación humana es casi imposible, siempre hay malentendidos.
Ese mundo inefable al que nos acerca la literatura tiene que ver con el mundo de los sueños, con el mundo de lo no humano. Somos seres humanos pero una parte de nosotros no es una humana. Esa es la sombra, la oscuridad, la noche. La sexualidad nos conecta con la muerte (al orgasmo en Francia se le llama la pequeña muerte) En ese rito contactamos con todos los que nacieron y han muerto. Al soñar parece que morimos, morimos cada día para despertar al día siguiente. El recuerdo contacta también con la oscuridad, con la muerte, con los que ya no están. Y todas esas partes de nuestra vida (el recuerdo de la muerte, la sexualidad, el sueño) nos vinculan con lo no humano, con lo animal que tenemos. Con esa noche de caos que es el origen del mundo. El cuerpo humano ha sido durante siglos algo velado, escondido, secreto. Era lo prohibido, lo concupiscente, lo irascible. Hay algo secreto y trascendente en la sexualidad que nos contacta con la divinidad. Ahora Gustavo Martin Garzo nos pone el fragmento en que en se encuentra la bañista con su traje blanco y el monstruo.

Cuando veías de niño estas películas de terror te identificabas con el monstruo. Hay muchos tipos de monstruos. El malvado absoluto no es el que te atraía. Te atraía el conde Drácula donde había solo maldad, no se paraba ante nada, se alimentaba de las chicas, era un ser hambriento que se incorpora como un ogro que solo necesita comer, satisfacer su apetito ajeno al daño que pueda causar a la persona. (el deseo es esa hambre o ese apetito del otro, mientras que el amor se va digiriendo y a veces empacha, te duele el estómago) King Kong en un momento se queda completamente trastornado al encontrase con esa muchacha que los indígenas le ponen como anzuelo. Se la lleva a la cueva y ella se plantea de dónde ha salido ese ser. Luego se han hecho muchas pelis de King Kong, y nos vuelve a recordar la película de Guillermo del toro. King Kong la quita los vestidos como pétalos de flor. King Kong se trasforma en un ser que pasa de ser gran dominador de la isla a ser alguien desamparado, que no sabe qué hacer en relación a esa criatura que tiene entre sus manos. No quiere hacerla daño, que desaparezca completamente. Esa la transición del mundo del deseo a lo amoroso. El deseo es como un movimiento muy narcisista en cierta forma que tiene que ver con alguien que desea, con el apetito. Al principio solo piensa en satisfacer ese apetito al margen de lo que piense el ser que le satisface. El amor surge del deseo, no hay amor sin deseo, pero introduce un nuevo elemento; lo que prima es el cuidado de lo que se ama. Renunciar a satisfacer ese apetito por no dañar al ser que quieres. A todas las muchachas se las ha comido, pero a esta no. Sabe que no puede dañarla porque a partir de ese momento el amante es incapaz de concebir un universo donde lo amado esté ausente. Es incapaz de entender un mundo en que ese ser no esté. Es la diferencia entre el mundo del deseo y el del amor. Es lo que se produce en esa película. A este tipo de películas Garzo las define como las películas de los monstruos afligidos, desamparados, que andan buscando algo que no tienen. El monstruo de Frankenstein es una persona herida que no encuentra su lugar en el mundo o alguien que le acepte. Y de repente la niña se para a hablar con él. Y en otras versiones tiene una compañera en el amor. Es lo que aparece en esta película también. La muchacha no acaba de entenderle y pataleta y se asusta. La bestia, el Gargantúa, el ogro, el asesino del Perfume, Jack el destripador, Barba Azul Tarzán son mitos y arquetipos arraigados en el subconsciente colectivo

Además de escritor Gustavo Martin Garzo es psicólogo. La introductora le pregunta a qué se debe esa atracción de la mujer por el monstruo. No hay equivalentes de hombres atraídos por monstruas, quizá las sirenas, Circe y Calipso y la fascinación que ejercen en Ulises. ¿Por qué la mujer acepta al monstruo? También los hombres lo aceptan, opina Garzo. Gustavo habla de la fascinación de estos seres extraños y sobre todo la que ejercen en los niños. El monstruo es una metáfora de su propio corazón. El corazón de un niño esta lleno de deseos incumplidos, cosas que no sabe cómo resolver pues vive en el mundo del adulto que no es el suyo y se tiene que adaptar a ese mundo. Hay fuerzas extrañas que él no sabe controlar. ¿Qué es un monstruo? El que no sabe renunciar a su deseo. El que una vez que siente algo lo tiene que llevar a cabo en el momento, ese se convierte en un monstruo a ojos de los demás. (eres un monstruo de la literatura, la violó el monstruo de su padre) El niño vive en el presente, no renuncia a su deseo. Por eso se vuelven violentos, irascibles. El niño se coge rabietas, que por lo pequeño que es no son peligrosas, pero si tuviera más fuerza destruiría la casa. O el adolescente. Ambos ven una imagen de su propio corazón, de cosas que no entienden, de deseos que no pueden satisfacer. Es esa búsqueda de que los demás te acepten. Eso pasa mucha en la adolescencia. Frankenstein dice; “soy malo porque soy desdichado”. Soy rebelde porque el mundo me ha hecho así. Su maldad surge de no sentirse aceptado por nadie.

La novela recuerda al comienzo de Rebeca, anoche soñé que vivía a Manderley… es una novela de ambiente gótico también, como jane Erye. Hay una frase de Margarita Duras que dice; los hombres son mas infantiles que las mujeres, pero sin embargo en las mujeres hay más infancia. Están mas cerca de una infancia real. No del infantilismo masculino. Decir que está cerca de la infancia es decir estar cerca de la noche, del cuerpo, de los deseos, de los libros, de los animales, del mundo del sueño y más cerca de todo lo que es diferente; del extranjero, del joven o el niño, del extraño. Esa frase cuando la leyó le gustó mucho y la guarda en su memoria. Habla en la novela de esas diferencias difíciles de establecer entre el mundo de lo masculino y lo femenino. Los protagonistas suelen ser como niños. La mujer está más atenta a todo esto. vive mas cerca del cuerpo que el hombre, en su cuerpo pasan cosas constantemente. En el hombre pasan menos, vivimos menos cerca del cuerpo. ¿qué es un embarazo? Es una cosa tremenda y a la vez algo animal, que conecta con ese mundo interior del que hablamos. El ser que la mujer tiene en su vientre es un pez, un ser que vive en el agua, no es un niño aún. Está muy cerca del agua, de lo primordial en cierta forma. Hay una conexión mayor. La mayor presencia de lo corporal en la mujer se ve por encima de todo en los ciclos menstrúales, o en la intensidad de sus orgasmos que es algo indiscutible. La forma en que la mujer vive la sexualidad es mucho más intensa. Los hombres gozamos del gozo de ver gozar, hay un goce también, pero sobremodo es ver el goce que se provoca en la persona con la que estamos. Es infinitamente mayor la presencia de cuerpo en la mujer. La protagonista reflexiona sobre como es el cuerpo.  Tiene que estar pendiente de cuando tiene la regla o no la tiene al haber tenido relaciones. La buena noticia viene, pero ella no quiere quedar embarazada. Es más consciente de lo que pasa en su cuerpo, cuando esa sangre deja de acudir en su cuerpo es algo terrible, porque aquello que anuncia no es esperado. Hay momentos durante esos días en que ese secreto solo la pertenece a ella. La novela se mete en ese lio tremendo, en esas diferencias entre lo masculino y femenino. Se habla mucho del cuerpo en la novela. En el fondo un cuerpo es una masa corporal, solo un cuerpo, un cuerpo anterior al lenguaje que pertenece al mundo animal, de lo no humano. Aunque sea un fantasma como en el caso de Rebeca. También el fantasma tiene que ver con lo monstruoso, pues normalmente no habla. Ha perdido ese don del lenguaje que nos hace humanos.
En la novela destaca la necesidad de intimidad de patricia Ayala. Necesita estar sola, oculta, algo dificilísimo hoy en día. ¿Por qué esta necesidad de exposición, de exhibicionismo? Vivimos en una época muy exhibicionista, narcisista, todos se hacen fotos y las llevan a Facebook, todo se cuenta, se hace publico y es una perdida de la esfera de la intimidad, lo que nutre lo artístico. El arte surge de la mirada intima a las cosas, de abrirse a lo más hondo, escondido, a lo mas intimo que es lo más personal, subjetivo. Más allá de esa apariencia de que todo se cuenta siguen sin contarse cosas. Las cosas esenciales se callan, pertenecen al mundo del secreto. Hay que revindicar el mundo del secreto. Pascal Quignard dice; quién tiene un secreto tiene alma. Tiene que ver con ese mundo de lo interior, de lo escondido dentro de nosotros. Si ese mundo no está poblado de imágenes, deseos y palabras nuestra alma se desvanece.
 
A las niñas se las enseñaba a buscar la aprobación de los demás, en la forma de moverse, en sus cuellos y melenas, ¿Qué pasaba cuando esos que no te gustaban te miraban? Debían convivir con miradas así, los que las miraban por la calle, los que las decían obscenidades. A esas edades necesitaran las miradas de los que les gustaban. Casi todos los secretos tienen que ver con el sexo. Es inquietante todo lo que los hombres ocultamos a lo largo de la vida.

Hay un personaje que produce del mundo del arte de la música clásica. Carlos Gesualdo. La forma que tiene para acercarse a la criatura es la música. En la música hay algo que no es humano, conecta con lo más primitivo que hay en nosotros. Ponen música de Bach para que las gallinas den más huevos o las vacas más leche o los niños crezcan con amor a la música clásica. La música es el arte más poderoso para llegar a los estratos más profundos. A esta criatura le ponen madrigales de Gesualdo. La historia del músico es real e inquietante; el músico sorprende a su mujer con un amante y loco de ira los mata, los tira por las escaleras del palacio. Mata a su propia hija. Enloquece. Se casa y logra superar esa locura momentáneamente. Pero la segunda niña muere y piensa que es un castigo por los crímenes que ha cometido. Se encierra en su palacio y es cuando compone esa música extraña que se adelanta a su tiempo. Stravinski compone una obra que se basa en las obras del príncipe renacentista. Al tiempo que el músico del renacimiento compone esa música, para castigarse por lo que ha hecho se hace azotar por chicos jóvenes desnudos. ¿Qué hay en el corazón humano para que alguien quiera desear que le azoten? ¿Qué sucede ahí, qué pasa en esa perturbación, qué extraño laberinto mental le lleva a necesitar ser golpeado para sufrir por los castigos que ha cometido? La sexualidad está llena de cosas extrañas, de patologías y complejos. ¿Qué nos pasa en nuestro deseo? Sentimos deseo por el propio sexo o por el del otro. Se desea a un cuerpo sexuado. ¿A dónde lleva esto? Son preguntas que estan ahí y tienen que ver con nuestra vida. Esa mujer de la novela se abre a un amor así. Es un personaje lleno de candor, de deseo de vivir. La novela parece que debe dar casi miedo por todo lo que ha estado cuando y que haya que leerla en la oscuridad. La novela está llena de oscuridad, pero también de luz. Es en el fondo es una novela de aventuras, incluso muy romántica. Nos lee un fragmento para que no nos llevemos idea equivocada. La protagonista tiene una aventura con un hombre joven francés que llega a la isla cada cierto tiempo. Es comerciante y comercia con su barco en distintas islas y en ellas lleva su mercancía. Un mercader con su pequeño barquito. Ella sale del caserón y se relaciona con la gente. Surge atracción entre ellos. Nos lee el pasaje de esa excursión que hace con este hombre y que a ella le sirve para descansar de toda la tensión que le produce estar en esa casa y enfrentarse a ese algo que no termina de saber qué es. Son páginas de su diario

He estado 3 días con Christofer. Vino a buscarme. No he regresado con la anciana. Viajamos a una isla al oeste de San Mauricio. La isla estuvo cubierta de bosques, pero tras la industrialización y la desforestación desaparecieron muchas especies. En una cabaña te cuentan los animales desaparecidos para que los turistas los conozcan. El guía nos decía sus nombres. Todos habían desaparecido. ¡Pensar que nunca se les verían más recorriendo sus bosques! Me miraba con otra mirada que venía mendigando su ser, me recordaba a mi propio corazón, a esos seres y lugares que no podemos recordar. Nos besamos. Cerré los ojos para que me siguiera besando. Temía abrirlos y descubrir que también nosotros figuraríamos en la lista de criaturas desaparecidas. Los que murieron y vivieron en el corazón y que no pueden volver a nosotros. Nunca volvemos a la isla en que fuimos felices. Cuando hicimos el amor volví a pensar en esas criaturas. Eres como la cotorra de newton ya extinguida, le fui diciendo. Él me miró perplejo como si hubiera perdido el juicio. Me tiene miedo. Todos los hombres temen a las mujeres. Somos como un jarrón que no saben por dónde coger. Somos complicadas, pero ellos no se esfuerzan tampoco en conocernos. La mujer es como ver una casa por fuera, pero ¿quieres ver lo que pasa por dentro?
Es una novela de amor, de amores diferentes. La pregunta esencial que se hace en este libro recorre en cierta forma de toda su obra. Toda su obra gira sobre el misterio de la experiencia amorosa. Es una experiencia esencial por no decir la más esencial de la vida. Todo gira sobre esa experiencia, sobre el amor y la muerte, los dos únicos temas que existen en el fondo.
Es una novela romántica, pero por la historia desfilan muchas historias mágicas. Te sorprendes con esas historias. ¿Esto es real o lo ha inventado? En la novela habla de un síndrome que existe, es lo que le pasa al niño. No muere ahogado en el momento que cae a la piscina sino tiempo después. Eso pasa. Cuidado cuando a un niño se le saca de una piscina. Parece que no tiene nada, ha podido echar todo agua que tiene en los pulmones, pero unas horas después se puede morir. Llega un momento en que no puede respirar, va perdiendo fuerzas y se desmaya y de pronto muere, cuando quiere reaccionar se muere. Se le ha salvado, ha respirado, parece que ha devuelto toda el agua, pero queda un peligro con el que hay que tener cuidado. Está estudiado por la medicina. Si te metes a internet aparecen muchos casos. Es un caso que se da con mucha frecuencia.
Craso, el emperador romano, se encariñó por un pez. La historia de Craso la ha leído en algún sito. Se enamora de un animal, pero eso era normal, sin caer en la zoofilia. Claro que los seres humanos nos encandilamos con los animales. El emperador se enamora de un pez y cuando muere es una desgracia para él. Es increíble que un senador o un hombre de su nivel pueda lamentarse por la muerte de un pez. Ese vinculo con los animales existe y es poderosísimo. Con un perro o gato que dialoga contigo es normal que suceda. El dodo es una criatura desconocida, fue un ser maravilloso que vivió solo en la isla Mauricio. Antes de ser lo que es ahora y que llegaran los colonos no había colonizadores. Era como un pato grande enorme que no volaba y como no había depredadores no sabia lo que era el peligro. Cuando llegaban los colones franceses holandeses llegaban muertas de hambre y estas criaturas se acercaban llenos de curiosidad a los marineros y estos los metían en la olla y se los comían. Por eso es un animal extinguido, ha dejado de existir el dodo. Es como un animal bondadoso, que no sabe lo que es la muerte, que no ha vivido en situaciones que le permitan conocer el peligro. Iban desapareciendo sus compañeros y se seguían acercando tan panchos. No sentían el peligro. Era como un animal del paraíso que viviera allí.

En la princesa manca, una novela suya de fantasía, se cuenta otra historia de los dodos. Es una criatura que siempre le ha llamado la atención y tiene que ver con las criaturas y seres extinguidos. Es una metáfora de todos esos seres que vamos perdiendo con el tiempo. Son personas extinguidas el ser que ha muerto o aquella que fuimos cuando teníamos 20 años. El que somos ahora no es el mismo ser que éramos de niños. Ves esas fotografías de la infancia y sabes que eres tu porque te lo han dicho. En esas fotos salen otros niños. A lo mejor algunos sí lo recuerden, pero en general cuando te las quedas mirando tienes un sentamiento siempre como de extrañeza. Ese niño ¿Quién era? No puedes llegar a ese niño. Los seres que hemos amado no están porque se han muerto o porque la relación ha terminado. ¿Quién fue ese nuestro primer amor, con su mismo cuerpo, con ese rostro? No somos ni ella ni yo los mismos. Ni ella es lo que yo amé ni yo lo que amó ella. ¿Dónde están esos seres?

Le obsesionaban los dinosaurios en su infancia. Fascinan a los niños esos seres que vivieron alguna vez y ya no estan. Son como monstruos también o seres mitológicos o fantásticos que nunca han existido. Los niños están muy cerca del mundo de la ficción y se refugian en los cuentos, en las historias y grandes relatos. Los cuentos son como recogerlos y dialogar con ellos, volver a hablar con ellos, digiriese a esa nube por la que andan por ahí, todos perdidos. Recuperar la infancia perdida. El final de Peter pan le encanta. Él regresa, pero Wendy se ha hecho mayor y a la que se lleva es a la hija y está también se hace mayor y Peter va a por la hija de esta. Es un sentimiento de melancolía tan grande que te produce esa última parte de Peter pan que le parece lo más bello que se ha escrito. Refleja ese sentimiento de pérdida, de perdida de la infancia porque no se puede volver a ella por mucho que nos empeñemos. Es una manera de hablar lo del niño interior pero no hay manera de recuperar ese niño porque ese niño es incomprensible para el adulto. Viene de otro lado, del mundo del cuento; las cosas le llaman la atención, los comentarios que hace. Viene de otro mundo y a ese mundo no se regresa.  Solo Peter pan puede hacerlo, el niño que no crece. Puedo volver yo a esa historia, pero no puedo volver salvo en los cuentos. Por eso es tan importante la literatura, porque nos permite eso. Patricia escribe porque no sabe hablar, dice lo que no puede decir con los labios. Garzo ha sido tartamudo de niño. Muchos escritores tuvieron problemas de hablar de niños y eso los ha llevado a la literatura. Bioy Casares rechazaba dar conferencias, decía “yo soy escritor en lo escrito”. La literatura se confunde con la oralidad. Es hablar, y tiene que ver con la reflexión pues al escribir te abres a cosas inesperadas. Hoy ha visto una exposición del Guggenheim de Henry Michaux, y que decía; “pinto para sorprenderme”. La escritura es un poco eso. No escribes para llevar lo que ya tienes en la cabeza al papel. Eso no es escribir de verdad. Es aventurarte y sorprenderte a ti mismo, encontrar cosas que no sospecharas que estuvieran ahí esperándote.

Habla de la escritura como forma de despertar cosas, lo que está dormido y en la medida que está dormido no sabes lo que es. A Ana María Matute le daba pánico hablar en público. Era tartamuda de niña y en casa hablaba para defenderse. Kafka decía que si no escribiría no se sentiría vivo. Kafka está también en la novela. Gustavo es un lector entregado a Kafka que le parece el gran escritor del siglo XX. Tiene muchas cosas y recuerda una historia que es traducida de muchas maneras. Es un hibrido. El protagonista recibe en herencia un animal, mitad gato y mitad cordero. No sabe qué hacer con él, no puede desembarazarse de él, porque es un regalo, una herencia. El bicho le da momentos de felicidad. Los niños el vecindario van allí y se acercan y le preguntan cosas. ¿Quién es? ¿Hay otros como el? ¿Se va a reproducir alguna vez? El bicho se acerca a su oído, le da vueltas, como si dijera algo en un lenguaje que él no entiende. Te preguntas que le quiere decir. Esa cosa de hacerse cargo del otro tiene que ver con el amor que es hacerse cargo del otro.
No tiene que ver con la modernidad. Ahora valoramos la voluntad, la libertad, el individualismo. Yo soy dueño de mi cuerpo y mi deseo. No somos dueños de nada. Hay un momento de fascinación cuando un niño nace si es deseado y esto provoca en los adultos que lo reciben un momento de felicidad que no sabes qué hacer con él, de dónde viene. Donde había dos ahora hay tres. No puedes dejar de mirarlo, de ver por él. Cuando algo nos pare
ce bello sentimos que esta amenazado. Te haces cargo del otro sin saber quien es. El momento de fascinación obliga a hacerte cargo de lo que te fascina, vivir para estar pendiente de él, dedicar tu vida a él, un desconocido en el fondo. Antonio Parra decía “lo mío lo recibo siempre de otras manos, de las del otro.” Hay una criatura que no se sabes de dónde viene, a qué mundo pertenece. No puede Garzo desvelar el final de la novela, pero nos da un adelanto. Descubre la protagonista que si esa anciana la ha hecho llegar allí no es tanto para atenderla a ella sino para que ocupe su lugar cuando ella no esté. Bajo ultima instancia, esa mujer siente que debe hacerlo, que se lo debe a la anciana que le ha fascinado el hacerse cargo de ella
Cuando habla del amor en ese encuentro amorosos se produce la fascinación. Intentamos siempre que sea vea la parte buena de nosotros. Queremos fascinar a la persona que nos fascina. Tenemos esa parte que puede fascinar y una parte que si la conociera la otra persona desde el primer momento huiría y acabaría nuestra posibilidad de amor. Le pregunta como ve esos compases. Nunca lo sabes. Cuando surge el momento amoroso quieres saber cuando se fijó en ti, qué ama en ti, pero no lo sabrás nunca. Podrías explicarle a la otra persona que te gusta solo hasta cierto punto. Es raro y extraño el momento del enamoramiento porque la persona te obliga a seguirla y a estar pendiente. No hace nada especial, pero la sigues. Está bien explicado en el cupido romano o el eros griego que, con su flecha alcanzada al enamorado, el amor era ciego y no intervenía la razón. A veces te enamoras de personas que no te convienen, que te hacen daño. ¿Qué misterio hay ahí? Te preguntas por el ser del otro. ¿Quién eres? ¿Por qué tiene ese poder sobre mí? Nunca lo terminaremos de saber. ¿A quién ha visto esa otra persona? Esa persona es en parte una fantasía tuya. En el amor siempre proyectamos. Hay fantasmas que toman cuerpo en la otra persona. Nos enamoramos de una fantasía, de una imagen reconstruida que en el tercer encuentro no es la misma persona con la que fantaseábamos al principio. El amor es una entelequia, un imago, una idealización, un amor platónico. Hay un hibrido entre la criatura real dependiente de ti y lo que tu proyectas en él.  Hay un poema de Aurora de Albornoz sobre Machado y el amor;

Todo amor es fantasía, de sobra lo sabemos: inventa al amante, a la amada, nos inventamos con año, día, sabor, piel... Nuestros sueños separados inventan la melodía que nuestros sueños juntos descomponen, destrozan, recomponen. Que nuestros cuerpos juntos sueñan, viva, eterna.  Todo amor es asombrada fantasía, iluminada fantasía sin palabras, acaso queriéndose fijar en palabras.. Palabras. Palabras las tuyas creándome, inventando a éste que... Los ojos que miro, parados, verdosamente inseguros ¿los aprendo en el espejo, en las palabras, tus palabras? Ahora unos dedos (mis dedos) rozan unos brazos (estos brazos) modelan suavemente una cintura, se redondean sobre unas caderas, piensan una piel real, un cuerpo ¿real o fantasía inventada por el amor, tu amor hecho palabras?

Fantasía-Guiomar que creaste, creí: Sólo mi figura como una centella blanca, fija e inmóvil una centella de tiempo sólo, oscila, viene y va, en espiral asciende, desciende hasta ti, entre tus brazos es ala o piel palpitante la figura, mi blanca figura que se derrama en chorro multicolor, cintas que atan, desatan rojos, azules, oro sobre pizarra gris, multicolor sobre tu noche oscura rayándola de cascabeles brillándola, trenzándose en luz, alzándose en luz-sonido, mi figura fugaz que se derrama, se perfila en tecnicolor de japonesa armonía, azulea, rojea, sonríe, reluce dorada sobre todos los grises, te ofrece el ovillo dorado que tus manos toman, te ofrezco mis manos, mis liberadoras manos, atamos nuestras manos, nuestras bocas, hallamos el hilo del claro día, día-nosotros. (Desde la penumbra de una butaca de patio nos miré un instante proyectados allí: nos contemplé en tan sólo un instante-centella liberados.)

Garzo recuerda una película de los años 40, es la historia de dos niños que viven en dos casas vecinas, el niño y la niña se aman locamente como aman los niños, con una intensidad impresionante. El niño vive solo con la madre y la madre muere. Le reclama su familia de Londres y les separan. Es un momento terrible del de la separación. Esto lo cuenta en el prologo del libro. Da la película un salto en el tiempo. ya han crecido. Es una de las primeras películas que hizo Gary Cooper. Ahora el niño es un arquitecto y le llama un marques a su estudio para que haga unas caballerizas en su finca. Se traslada a la finca de este marques y mientras trabaja aparece la mujer del marqués que es más joven que él y surge la atracción inmediata y hablan mucho y se va a verla al trabajo. Un día que llueve mucho ella le cuenta el sueño que ha tenido. El ha tenido el mismo sueño. Pasan horas y días y el se acerca a ella para decirla lo que ha soñado esa noche. Ha soñado ella lo mismo. Tienen el mismo sueño por las noches. Son esos dos niños que separaron. (En el surrealismo tenían mucha importancia los sueños.) Cuando se enamoran no hay forma de contenerles. Han estado separados y ahora no hay forma de separarles, quieren recuperar el tiempo que han perdido. El marques se entera y se pegan tiros y muere el marques y a él le meten en la cárcel, pero sigue soñando el mismo sueño. Pero dentro del sueño, ¿Cómo sabe que es real todo lo que está soñando? La mujer le entrega un anillo, se las arregla para que el anillo le llegue a su amor en la cárcel. El hombre que se ve agonizante en el lecho recibe el anillo. Es la prueba misteriosa de que esos sueños son reales. En el fondo el amor es así siempre. Empieza a interesarse el otro y tienes fantasías sobre esa persona. El amor correspondido es un momento maravilloso. En la medida que los dos tienen el mismo sueño ese sueño se hace real. La literatura es un sueño que se hace real.
Un poeta se descubre en un jardín precioso. Todo es deslumbrante, flores y plantas. Identifica un rosal, nunca ha visto rosas semejantes. Arranca las rocas. En términos cinematográficos hay un fundido en negro y se vele a ver la imagen de él acostado en una pensión inmunda con paredes sucias. ¿y el jardín dónde está? Era un sueño. No existen lugres así. El mundo real es esta habitación, pero en la mesilla de noche descubre de pronto las rosas. Es como el poema de Coleridge; al despertar halló una flor. O la versión del poema de Monterroso; al despertar el dinosaurio aún seguía ahí. Es el cuento del mendigo que amanece príncipe para volver a despertar siendo mendigo. El poema es una rosa de palabras. Siente la conmoción de la belleza, se descubre el momento en que cortó la flor, se decepciona al ver la realidad y al final se ve la rosa en su mesilla de nuevo. Lo vuelve a experimentar. La literatura es recobrar lo perdido. No se conforma con tener el libro en su cabeza, ese sentimiento lo lleva a palabras y se trasforma en algo que puede entregar a alguien. Lo comparte con alguien y lo hace común. Es aquello que se comparte la literatura. Existe esto sólo porque estamos hoy aquí en un espacio común. Cuando un sueño se vuelve compartido se vuelve real.

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