En esta
conferencia dentro del ciclo clásicas y modernas Laura Freixas nos habla de la
figura de Silvia Plath.
Silvia Plath
nación en Boston el 27 de octubre del 32. Todos la conocemos por su suicidio
metiendo la cabeza en el horno en Londres el 11 de febrero del 63. Además de
poetisa escribió la campana de cristal con el seudónimo de Victoria Lucas. Cultivó
la poesía confesional junto a Anne Sexton. Nación en el barrio de Jamaica
Plain. Plath
mostró gran talento a una edad temprana, al publicar su primer poema con 8
años. Su padre, Otto era profesor de universidad en entomología. Murió en el
40, a los 55 años por una diabetes, cuando ella tenía 9 años. Esa muerte y la relación
de odio con su madre marcaron su complicada psicología atormentada. La madre
Aurelia era la típica mujer de, que ni lloró en el entierro pues una mujer no
debía mostrar sus sentimientos. Silvia era una empollona, perfeccionista,
autoexigente, escribía, dibujaba, sacaba matriculas de honor, tocaba el piano,
una autentica niña prodigio. De adolescente inició unos diarios que escribió
hasta su muerte. Su primero novio, Dick Norton la fue infiel y rompieron. Veía
su condición femenina como una cárcel; “mi tragedia es haber acido mujer” Por
eso odiaba a su madre que encarnaba el rol de mujer sumisa. Ya en la
universidad del Smith college (donde después dio clases) provocó un intento de suicidio.
Eso lo vemos en su novela la campana de cristal. La llevaron al hospital Mc
Lean, un psiquiátrico, donde la trataron con electrochoques. En el 55 se graduó con honores. Obtuvo una
beca Fulbrght para estudiar en el extranjero y en la universidad de Cambridge. Escribía
en el periódico universitario Varsity. También recibió clases y fue a
seminarios de Robert Lowell. Allí asistía a clases también Anne Sexton. Allí
conoció a su amigo Merwin. Viveron en Londres y en North Tawton, un pueblo en
Devon. Su primer poemario era el coloso, lo publica en el 60 en Londres. En el
61 sufre un aborto. Estuvo toda su vida en psicoanálisis tratando la relación de
conflicto con su madre. ella aguantó
toda su vida las infidelidades de Ted, sobre todo con Asia Wevill. Sus hijos
fueron Frieda y Nicolás. Fueron a vivir a un piso donde había vivido Yeats.
Silvia en su
diario describe así cuando conoció a Ted en la universidad, en un baile; “Los
dos bailamos a zapatazo limpio y luego me besó” Ya había tenido malas
experiencias con sus amantes por lo que le propone a Ted una relación de
igualdad que nunca se dio realmente. La pareja pasó del amor a la rivalidad a
cuenta de las infidelidades de Ted. En el 56 se casaron Silvia PLath y Ted, el 16
de junio. No era su primer amante, pero si el mas serio. Los dos se enamoraron
enseguida y se casaron tras 4 meses de conocerse en una ceremonia íntima. Vino la
madre de Silvia desde EE.UU. Fueron de viaje de novios a una aldea desconocida
de pescadores llamada Benidorm. Se instalaron en Londres. Ella acabó en la universidad
de Cambridge. Se van a EE.UU. porque él no tenia oficio, era poeta, pero no se ganaba
la vida así. Silvia obtuvo una plaza en la universidad Smith de Boston. Al cabo
de un año decidieron que ella dejaría el trabajo de profesora y las clases que
daban y se lanzaría a la aventura de vivir de la escritura. Tenían algunos
ahorros. La última clase de ella Ted la fue a buscar. Habían quedado en un
sitio en la universidad. Él no estaba y fue a buscarle. Lo vio como en
fogonazos. Las descripciones de Silvia son muy visuales. “Los ojos de ella
ofrecieron aplauso embriagador. Ella le vio, pero llena de culpa echó a correr,
sin despedida, sin que Ted hiciera el menor esfuerzo por presentarla”.
Ella había
establecido con Ted una pareja igualitaria, pero de hecho no lo era tanto. Los
dos tenían la misma edad y eran ambiciosos trabajadores y aspiraban a ser
poetas. Silvia sospechaba por el incidente traumático que había otras mujeres que
ofrecerían una pareja más cómoda, de aplauso embriagador, de sonrisas
compartidas. Esto para ella es un terremoto. Ella ve en Ted un individuo, una persona,
un representante de los hombres, con lo que implica en esa sociedad que
atribuye a hombres y mujeres diferentes roles. Cometió el error más fatal,
confiando en que él era distinto a otros hombres. Ha gastado el dinero de mama,
es lo que más le duele, para comprarle ropa, cosas de escribir. Ha escrito
miles de poemas todas las noches. No era tan igualitaria la relación. Colaboraban,
se leían sus poemas. La relación sin ningún motivo era una relación de maestro discípulo.
El la sugería los temas para sus poemas, revisaba sus poemas y opinaba. Esto no
sucedía a la inversa. Ella no hace comentario al respecto, lo toma con
naturalidad, ha asumido el cuidado de la casa, es ella la que cocina. A veces
en su diario cuenta que se ha pasado el sábado haciendo una gran limpieza, el
no hace parecido, no deja ni una nota. Ella le repasa los poemas de el y las
lleva a revistas. Ella asume todo esto porque ella cree que le puede engañar. Pasa
tiempo limpiando casas, pasando a limpio los poemas de él, tiempo que no dedica
a su obra. Lo hace para que él le sea fiel. No lo hace por amor sino como concesión
a cambio de que el renuncie a otras mujeres. Acaba con el pulgar cosido a el,
con puñaladas. Siente una violencia caliente como sangre. “Me puedo matar a mi misma
o matar a otros”, dice.
Se
reconcilia la pareja. Querían tener hijos. Ella tenía problemas de fertilidad.
Al final se queda embarazada. Van a una
colonia de escritores en yadorw en Nueva York. tiene a una hija, Frida. Vuelve a
Londres Inglaterra. Pasa meses allí. Tenían un cuarto de baño muy pequeño, en
su casa en el condado de Devon. Van a restaurar la casa y dedicarse a escribir.
Irán a Londres a ganarse la vida, a reunirse con editores o hacer lecturas
radiofónicas, era la gran moda de la radio. Empiezan a vivir así, según la ley y
costumbre. Habían pagado todo el año de alquiler y para recuperar el tiempo que
no van a pasar necesitan buscar otros inquilinos. Encuentran a David welly,
poeta que conocían y a Asia Whitman, su pareja. Tienen la edad de Ted y Silvia.
Ella es una mujer muy guapa y sofisticada. No es tan ambiciosa como Silvia, no
pretende ser poeta sino hacer los trabajos de las mujeres educadas en su época;
mecanógrafa, secretaria, traductora.
Silvia
vuelve a quedarse embarazada. Nace su hijo Nicolás. La pareja no va bien. Ted
no toca a Nicolás desde que nació. Sospecha que Ted va a Londres tanto, mientras
ella se ocupa de los niños, porque tiene una amante. Él no comparte ese
cuidado, ella sospecha que ve a otra mujer y sospecha a quien. Les invitan a pasar
el fin de semana en la casa de campo. Les sorprende besándose en la cocina.
Invitan a la madre de Silvia a ver al nieto. Hay rivalidad con ella. No puede soportarlo,
está viendo a la niña. Silvia coge el teléfono. La otra cuelga. Adivina que es Asia.
Cuando Ted hace un viaje a Londres y vuelve, Silvia la pide que se marche. El
se va con Asia a Benidorm, un valor seguro.
Ha escrito
una novela también, la única, la campana de cristal y la publica con seudónimo.
Es interesante preguntarse por qué lo hace. No está segura hasta qué punto la
novela era algo menos prestigioso que la poesía. Hacer una novela era perder ese
prestigio como poeta que iba adquiriendo. Al ser una novela con una protagonista
mujer entraría en el tópico de novela de mujeres y sobre mujeres y para mujeres.
Es una novela de segunda categórica para los críticos hombres. Tiene más
motivos para pensar que la desprestigiaban. Aparecen con nombres supuestos pero
reconocibles su madre y la escritora famosa que le había protegido y ayudado.
La traiciona con un relato cruel. En esa época las comunicaciones no eran como
ahora y pensaba que si publicaba en Inglaterra y con seudónimo su madre no se iba
a enterar. Se sentía culpable insegura. Por eso actuó así. Se encontraba en un piso
en Londres con una hija de dos años y un hijo de 9 meses, con un marido ausente,
aun no estaban divorciados, en una situación muy paradójica. Su heredero iba a
ser Ted que destruyó parte de sus diarios. Ted había desaparecido, estaba con Asia
y con 3 o 4 amantes más. Había prometido darle dinero, pero ella no sabia si lo
iba a cumplir, podía desaparecer 3 meses y no ocuparse de los niños. La paternidad
era un ejercicio optativo que se hacía si se quería y si no pues no se ejercía
y no pasaba nada.
Silvia
desesperada piensa hasta en volver con él. Le llama por teléfono sin parar. Baja
a la calle no tenía dinero, busca una cabina. En el aire hacía unas
temperaturas gélidas, era el febrero más frio en muchos años. Hace la cola en
la cabina, deja a los niños en casa, mete miles de monedas y llama. Llama y no la
contestan, porque Ted estaba con otra de sus amantes. En la noche del 11 de febrero
prepara el desayuno a sus hijos, tapa las aberturas, enciende el gas, mete la
cabeza en el horno, y deja escrito para el canguro el número de teléfono de la
casa y la oficina de su médico. La canguro llega tarde y ella murió. Tenemos el
testimonio de una amiga de la poeta que cuenta como Ted y Asia llegan al lugar
de los hechos. “Estaban los dos hermosos, en la flor de la vida, pero con postura
encogida y la cabeza gacha de ambos empañaba todo glamur. Tenían la expresión destrozada de Adán Eva recién expulsados del paraíso”.
Silvia fue enterrada
en pueblo de Ted. Cuando se queda Silvia sola con sus dos niños la madre le
propone instalarse con ella, pero nadie más le ayudó. Cuando Ted se encuentra
solo con dos niños y le ocurre lo mismo su hermana que vivía en París deja todo
y se va al campo a ocuparse de los niños. La tía también deja todo para ir a la
casa de campo. Asia dejó su trabajo en Londres para ocuparse de todo. Estuvo
rodeado de 3 mujeres que se ocupaban de todo y él iba a Londres a ocuparse de sus
asuntillos económicos y amorosos. Tiene una hija con Asia, Tura. La primera
pareja Ted Silvia en principio era igualitaria pero luego no lo era tanto.
Esta segunda
pareja que forma Ted (la sabemos por muchas fuentes, documentadas después de la
muerte de Ted entre sus papeles) tampoco era igualitaria. Hacen una propuesta o
convenio con Asia porque la convivencia era difícil. Establecen unas normas, un
borrador de constitución; Asia debe jugar con los niños una vez al día,
remendar la ropa, supervisar la higiene y determinar la hora de acostarse. Debe
enseñar a sus hijos 3 horas por semana alemán, cocinar con variedad, una nueva
receta por semana, hornear el pan en casa y no comprarlo en la panadería del
pueblo, enseñar a Frida (y no a Nicolás) recetas de cocina. No puede dormir la siesta,
no debe ir en bata, debe ser amable con los amigos de Ted, mejorar sus modales,
no hablar con nadie de Ted. Ted a cambio la ayudará con las tareas de la casa
medio día a la semana.
Ted propone
irse de esa casa con tantos recuerdos, vivir solos y dejar atrás a su tía y
hermana, y que Asia vaya con Sura la niña a vivir a Londres. Van a mirar casas
juntos, pero él nunca está contento con las casas que encuentran. Asia sospecha
que solo quiere darle esquinazo, pues no se ocupa de Sura ni de ella. El 23 de marzo
del 79 Asia cierra todas las aperturas, coge a su niña con ella y enciende el
gas. Deja una carta para el padre explicando sus motivos; “esta relación es como
vivir sola, la agencia me despide si estoy enferma y no tengo marido ni padre
para Sura”. Sura es demasiado mayor para que la adopten. Por eso Asia la ha
matado junto a ella. Al volver del funeral el padre de Asia tuvo una trombosis
y murió y la madre al saberlo le dio también otra trombosis y murió a los 3 dias.
Las parejas de Ted eran como gallinas del corral competiendo por os favores del
gallo que era Ted. Carol es su mujer número
3 y tuvo otras.
Ted era un
poeta laureado. La tercera mujer adquirió el rol de mujer del pueblo, ama de
casa. Cuando Ted va a morir de cáncer habla de su relación con Silvia, y
recuerda las cartas que se escribían. Los hijos de la pareja, Frida y Nicolás
tuvieron distintos destinos. Frida se hizo dibujante y pintora e ilustradora de
cuentos infantiles, vivía en el campo, fue madre, y quiso reconstruir la
infancia que no había tenido como hija. También fue columnista en la prensa y
ha tenido anorexia, trastornos depresivos y esclerosis múltiple. Se proyectó en
su hija. Nicolás Hughes Plath se hizo científico (profesor de ciencias del mar)
y se fue a investigar a Alaska. Reproducía lo contrario, la soledad que había
sufrido con este padre que no le tocaba o esa madre y su historia de inmolación.
Nicolás era maniaco depresivo y nunca se casó n tuvo hijos y se suicidó hace
unos años ahorcándose.
Hay unos poemas consagrados a Silvia de Ted.
Está el diario de Silvia Plath editado y el libro de Janey Malcolm Mujer en
silencio. Es una biografía y una investigación para la biografía, se ve como se
contradicen las distintas personas entrevistadas. La lapida del cementerio
donde está enterrada Silvia Plath y Ted ha sido arrancada por feministas o
desfigurada. Esto nos hace ver hasta qué punto y amplia es la polémica y
afiliaciones respeto a ellos. Es difícil escribir algo objetivo sobre ellos.
Laura
Freixas nos da una interpretación de todo esto visto desde la perspectiva de
género. Se podrían dar interpretaciones psicológicas, si padecía de un
trastorno bipolar, pero ella nos da una Interpretación feminista, en clave de género.
El personaje de la madre encarna el rol de la sociedad de la época, es una madre
ejemplar que se sacrifica. Escribe en su diario Silvia que aunque la madre sacrifica
su vida por ella, ella no lo quería, era un peso a su espalda. “He hecho lo que
no podía hacer intentando ser feliz al tiempo. Soy casi feliz salvo cuando me
siento culpable. Odio a mi madre. por qué en vez gratitud y amor, me dio
represión”
Lo lógico hubiera
sido sentir amor hacia una persona que nos ama y se sacrifica a nosotros. Pero
ella siente odio y se siente culpable por ser feliz. Para los hijos varones el
sacrificio de la madre es algo que pesa y provoca culpa, pero los hombres
aceptan el sacrificio de la madre con naturalidad. La sociedad dice que lo
normal es que las mujeres se sacrifiquen por ellos, primero la madre y luego la
esposa, nadie les pide reciprocidad. El sacrificio de la madre en una mujer es gratitud,
por un lado, e infelicidad por otro. Nosotras debemos sacrificarnos también por
los hijos o por quien sea. Eso provoca sentimientos ambivalentes. En el caso
del hijo la madre acepta que el hijo tenga éxito y se marche y no se lo
agradezca especialmente, ese es el relato dominante. En el caso de la hija la actitud
es ambivalente, quiere que tenga un trabajo de éxito. Le ha dado estudios para
ello. Pero en el fondo no quiere que la hija triunfe. En esa sociedad de roles
tan marcados el éxito es cosa de hombres. Silvia deja atrás a la madre como ama
de casa con anegación y sacrificio. Tiene miedo por la hija. Para una mujer
tener éxito es usurpar el rol masculino y eso puede ser castigado. Es el miedo
que las madres trasmitimos a las hijas hacía la violación; no salgas de noche,
no hagas esto, no viajes sola. En una parte inconsciente hay rivalidad. Tú tienes
una vida libre y me demuestras que eres mas libre de lo que he sido. Estas
cuestionando mi vida y rechazando mi modelo. Silvia no puede ser feliz sin
sentirse culpable. Traiciona a su madre a la vez que cumple los sueños secretos
de su madre. Si fracasa da la razón a su madre y si triunfa también la hace
daño. Su madre por su cumpleaños le regaló un curso de mecanografía. Esto le
ofendió a la poeta, pues estaba como diciendo; “mejor que esas aspiraciones de
poeta te preparas para ser secretaria que hay trabajo” En esa ambivalencia de
felicidad nunca puede estar satisfecha
Ella dice en
su diario; “mi madre mató a mi padre pues le odiaba”. Siente que al morir el padre
se cumple el deseo de la madre. Mato al único hombre que Silvia había querido
en su vida, su primer aliado masculino en la vida. Las mujeres sacrificadas
viven con hombres de los que cuentan cosas terroríficas. El primer hombre que
la protege es el padre. La odia a la madre porque ella no le quería al padre. “El
era un ogro, pero le echo de menos”. Lo enmarcamos en una sociedad, donde
globalmente los hombres tienen un poder imaginario y real. Empezando por el
dios padre y figuras mitológicas como el coloso, título de un poema de Silvia.
El hombre es la encarnación del poder, en la cultura popular. Era el hombre
ideal de la portada de la revista en la que participa Silvia, el Ladies Home Journal.
El príncipe azul. Es la ambivalencia de que Ted era el hombre ideal para esas
mujeres que leen esa revista, un hombre atractivo por poderoso, pero en ese poder
hay un elemento amenazador y peligroso. El galán la coge a la chica como estrangulándola
más que besarla.
En el mundo real los hombres tienen poder político y literario. Encarnan el mal, el daño, son amenazadores. Mas que relacionarse con personas carne y hueso Silvia se relaciona con prototipos de hombre. Esas personas de carne hueso confirman sus prototipos. Ella se refugia en el gigantesco abrazo paternal de un coloso. Los hombres tienen el poder. Necesita un hombre que la proteja, muy poderoso. Es lo que busca y cree encontrar en Ted. Es el hombre mas fuerte del mundo, su voz es como el trueno de dios, el emblema de Zeus, el Zeus cristiano. Era una sociedad patriarcal, donde el bien es lo masculino. En el poema daddy o papaíto compara a su padre con la amalgama y figura de Hitler o con Drácula, los vampiros y Ted. Un verso que se ha hecho famoso fue; “toda mujer adora a un fascista”. El poder atrae y a la vez da miedo. Provoca gran hostilidad. Ella se revela contra ese poder.
No le gusta
ser mujercita del gran hombre, quiere ser una gran mujer. Quiere ser artista,
poeta y como cualquier artista aspira idealmente al máximo rango de artista que
es el de genio. Se tropieza con la construcción cultural del genio que es
masculina. Al genio le acompaña y ayuda una musa. ¿Las genias tienen muso? Puede
encontrar un muso, encontrar un genio igualitario, o conformarse con estar sola.
Puede abdicar de todo y convertirse ella en musa del genio. No hay genios que
quieran relaciones de igualdad. No puede con el conflicto de egos entre genios.
Intenta ser igual a su marido, hacer lo que hace su marido. No va a encontrar
hombres que acepten una realidad y relación de igualdad. Ella hace de criada de
él para compensarle de que aspire a ser igual que el en cuanto a escritora. Con
orgullo ambición escribe en su diario palabras mezquitas y egoístas, muy
alejadas del feminismo. Ella ve como un castigo social ser mujer, se tilda de
egoísta por no ocuparse de su marido e hijos. La definición del rol de las mujeres
es sacrificarse por los demás.
Para ser un
genio o mas modestamente empresaria o tener una carrera profesional hay que
poner los propios proyectos por delante de necesidades y deseos de otros. Se
hace la siguiente reflexión: ¿podría cambiar de actitud y subordinarse a la
vida del marido? Miles de mujeres lo harían. Si ella no hace el sacrificio Ted encontraría
mujeres encantadas de serlo. Depende del miedo de convertirse en solteronas y
de la urgencia de sexo que tengan. Los diarios quedan inéditos porque los autores
los destruyen o los publican edulcorados. Pero como ella no pensaba que iba a
morir, deja el diario alli tirado, Ted destruyó la última parte. Era un diario descarnado.
Dice cosas por las buenas, muy mal dichas, que no se habría atrevido a decir. El
diario le sirve para decir cosas que públicamente no se pueden decir, por miedo
a represalias. Cuando es profesora, dice que es la mujer única del departamento
que tiene marido. Incluso la ambición tan modesta de ser profesora de universidad
se paga con la soledad. Tenía miedo a perder a ese marido. Por eso tiene una reacción
tan exagerada cuando ve a Ted con una chica joven. Ser mujer sin un hombre al
lado implica frustración sexual, le dificultaría mucho hacer una carrera
profesional.
Recordemos
ese poema que publicó en Cambridge que fue salvajemente atacado por un chico que
resultó ser amigo de Ted. El amigo hizo una reseña. En el poema aparece con
frecuencia la idea de acostarse con el editor. Ella teme encontrase sin
protección masculina. Las mujeres eran juzgadas por su atractivo sexual. Y
además el éxito de la mujer es sospechoso de haberse conseguido por medios
inconfesables. Ted es el representante para Silvia del mundo de los hombres.
Poetas como T S Eliot le invitan a Ted a cenáculos, reuniones y exposiciones.
Es un lastre para ella. Carol acepta quedarse cuidando la casa mientras el
marido esta en ese mundo. Pero a Silvia no le acaba de hacer gracia. Silvia
esta orgullosa de que Eliot invite a su marido, pero a ella no la invitan o no
la hacen caso. La ven como mujer de y no como poeta individual. Intenta una
relación igualitaria, pero no del todo. Ted es un genio de primera y ella una
genio de segunda. Ted fue reconocido en vida y ella tras su muerte. Escribe en
el diario; “el éxito de Ted es una cosa a la que debemos enfrentarnos este
otoño. Lo prefiero así, que al menos uno de los dos tenga éxito. El es mejor
que yo. No quiero que restrinjan mi don, he de llevarlo adelante, pero él es
mejor poeta que yo.” Esta modestia es una concesión que hace para conservarle.
Cuando él se va a ir se disgusta mucho. Esta haciendo un sacrificio y no a gusto.
Intenta convencerse de ello. Así se explica esa violencia e ira cuando Ted le
abandona que ella vuelve contra si misma.
Los
escritores de su generación literaria siguen el mismo modelo tradicional entre
genio y su musa. Las relaciones de pareja entre escritores no funcionaban.
Dylan Thomas o Eliot tenían una mujer moderna y progre a su lado, pero sin
carrera propia. Tiene un sueño raro y lo apunta en su diario. Marilyn Monroe
aparece en sus sueños como una abuela hada que le dice lo que significa Miller
para ella. Silvia se tiñe de rubio platino siguiendo a Marilyn Coquetea entre
varios modelos que se le ofrecen. Acepta ser la musa de un genio. En los
hombres ve la encarnación del poder. Esto le provoca sentimientos
contradictorios y diversos. Las mujeres no pueden ser infieles, tienen que
quedarse en casa en el fogón. Ella odia esto, pero a la vez lo adora. Ted es el
hombre que buscan las señoras en la revista femenina en la que colabora.
Todavía es mejor porque es su marido. A Silvia le encanta trabajar para él, ser
su secretaria, hacerle pasteles de limón.
El es un
genio y ella es su mujer. Ella reprime su naturaleza y verdaderos deseos. El
papel de musa es muy duro. Si se hubiera conformado con ese papel de musa del
genio seguiría el ejemplo de juan Ramón Jiménez (1881-1958) con Zenobia
Campubri (1887-1956) Existe su correspondencia de mil paginas llamada momento
de amor. JRJ le dice que se case con ella porque al principio Zenobia no
quiere. Le promete una vida fácil, de éxito, pero la pide que no vaya a cines
ni a excursiones con muchachos sin él. En el diario de Zenobia leemos “hoy ha
sido el santo de mi marido, pero ha tenido todo el tiempo una actitud
beligerante. Dice cosas irritables y si le contestas dice que le estas
insultado” Zenobia espera que llegue el tren que es su marido. Cocina para él,
le ayuda en sus traducciones, escribe al dictado. No podía ni leer el periódico
pues al genio le distraía el roce al pasar las páginas. José donoso (1824- 1996)
estaba casado con Pilar Serrano (1925 1997) Su hija ha escrito las memorias de
la pareja, cubrir un tupido velo se llaman. Pilar estaba supeditada a ser la
esposa de Pepe y la madre de la Pilarcita. Su vida es ideal en Sitges, pero
pasa dias enteros en soledad y encuentra muchos lugares comunes con Silvia Plath.
¿para qué escribo? ¿para la biografía de Pepe?
Silvia Plath
se somete, se rebela. Es un concepto paradigmático la forma exacerbada en la
que se dividen los roles femeninos y masculinos. Ella era una genio máxima,
pero estaba subyugada al hombre en ese sistema patriarcal. Sacrifica sus deseos
propios y el realizar su obra. La sociedad no le aplaude. No tiene en cuenta su
sacrificio. Se alaba la soberbia y trasgresión del hombre y la expresión de
roles patriarcales como el don juan. La musa es la exageración del rol
femenino. Pone su vida al servicio de otros, siendo criada esposa y niñera,
como la última esposa de Ted, Carol sí aceptó ese papel. Su trabajo es
gratuito. Carece de estatus legal. Debemos cuestionarnos este mito del genio y
su musa pues las musas lo pasan mal. Es una clave interpretativa del pasado en
la que se idealiza el papel de ambos, genio y musa. No tienen cabida las
mujeres creativas que tienen dificultades biográficas. No son entendidas. Se
las ve como esposas de e. Ni Ted ni sus colegas la tratan como una igual.
Ted al ver
que tenía la opción de tener una musa, algo que es más cómodo, se queda con la
mujer sumisa. La idea de musa falsea el pasado de estas mujeres metiéndolas en
un concepto preconcebido. Como concepto para el futuro también es negativo. No
premia el merito personal sino el nacimiento. El hombre nace con la aspiración
al éxito. Pero la mujer nace sin un modelo de éxito a seguir. Las mujeres
desarrollan su talento con enorme sufrimiento. Su drama es cuidar de sus hijos
y marido. Silvia no llega a ser una genio solitaria por los impedimentos
sociales, económicos. Ser una musa es algo a lo que podemos conformarnos
secretamente. Ella misma dice que quiere salvarse del ácido de las mujeres
inteligentes solitarias. Ha de ser secretaria, ama de casa, secretamente celosa
del marido. No puede crecer intelectualmente a la sombra del marido. Ella no
puede seguir sus aspiraciones y al enfrentarse así misma cree volverse
neurótica y loca. Por eso acaba su diario con la frase; Me mataré.
Ignazia de Zabala
era una genio, pero su obra se desarrollo solo en un año de trabajo. No le
sentaba bien a la familia tener una hermana genio. No encontró el apoyo
familiar. Se silenció su obra. Ella se mató en el 73. Los conflictos llevados a
esta situación tan extrema estaban sin resolver. Pero Silvia no se quería
matar. En esa situación viven muchas mujeres. Recordando a las mujeres de la
generación del 98 hay que hablar de Carmen Baroja a la que se le dio el destino
de ser criada de sus hermanos y luego del marido. Ella abandona su carrera
artística ante la indiferencia de todo el mundo.
Para las
escritoras y genios hay un futuro solitario si revindicas ser tu misma. Por
suerte las cosas han mejorado. Sigue sin haber musos pero es más fácil
establecer relaciones de pareja igualitarias. Hay que tener claro este esquema.
Tenemos la tentación siempre de ser musas, mujeres a la sombra de. Hay que
establecer relaciones igualitarias, hacer una carrera, tener aspiraciones
propias. Luchar contra la tentación de comodidad que da el no luchar mas y
hacerle tartas de limón al marido. Silvia a veces se resigna a ser mujer de su
marido que brilla mas que ella, que solo era la mujer del escritor. Es tentador
asumir ese rol. Pero suele acabar mal. Pilar Serrano no tenía gran ambición,
pero sufrió mucho con esta relación desigual. Al principio el rol de musa
parece atractivo. ¡Marilyn era tan guapa y atractiva al lado de Miller!, pero
todos sabemos como acabó. Es más fácil y descansado, pero acaba mal.
Además,
Silvia vivía la soledad como una humillación y castigo por trasgredir las
normas. Hemos de vivir la soledad de otra manera, como promesa de independencia
y libertad. Al equiparase al marido la castigaban con una sexualidad reprimida.
A todo lo que hemos hablado se añade la concepción del amor romántico. A los
hombres se les augura el amor desde que nacen, pero el centro de su vida es su
carrera profesional. Las mujeres son socializadas y educadas de forma distinta.
Han de poner al hombre en su centro vital. La carrera y el trabajo es
secundario, no importa tanto. Todo esto se va relajando, pero mayoritariamente
es así. Socialmente es la norma, aunque hay excepciones. Las mujeres tienen un
proyecto emocional antes que laboral.
Virginia Woolf
también acabó mal, lo que nos hace pensar que las genias siempre tienen un
punto en que se les va la cabeza. Como a la mujer de Scott Fitzgerald, Zelda,
que acabó en un psiquiátrico. Leonard Bloom fue un marido atípico, una excepción
a esta regla de machismo y le ayudó mucho a su mujer, sin llegar a ser su muso.
Era una relación mas igualitaria. El era editor escritor periodista critico y
con carrera política. Era una relación de iguales. Lo suelen poner de ejemplo
en todas las conferencias. Laura Freixas no cree en la idea de genio como esa
cosa misteriosa que cae en determinadas personas como el espíritu santo. Hay
personas creativas. El genio es la semilla, pero esta germina según se la
trabaje, según se cultive la tierra. Peri Rossi decía que temía ser escritora
pues todas acaban suicidándose. Leonard Bloom no hacia las tareas de la casa. Cada
situación de cada escritora en el pasado ha sido diferente. Virginia Woolf no
tenia el dilema de Silvia de los celos y las amantes del marido, pero, aunque
su matrimonio era feliz se sentía rara, se sentía fracasada como mujer al no
haber tenido hijos y no se sentía mujer del todo. Lo vemos en su diario. La
procreación era en el siglo XIX la única forma de creación. La mujer era mas
naturaleza que cultura, mas emociones que razón. Si eras una mujer ambiciosa
eras menos mujer, esto se traduce en que eras menos hermosa y vas a estar sola
como castigo a tu trasgresión femenina. Estamos luchando aun contra esa
realidad
Una mujer no
puede llegar donde quiera y tener una profesión de hombres. Ya denominándola así
indica que vas a ser vista como una impostora en ese mundo de hombres.
Estadísticamente sigue habiendo machismo. Debemos aprender con ejemplos del
pasado, ver en que piedras han tropezado nuestros antepasados. El patriarcado
nos sigue alienando. Hay que profundizar y ahondar en otras figuras. Las
hermanas Bronte, más antiguas, tuvieron éxito, pero para la época eran las
solteronas, las que se quedaban para vestir santos, con todo el tono peyorativo.
Jane Austen es otro caso. En el libro Alicia a través del espejo una autora
estudia los casos de escritoras inglesas del XIX. El 85% de estas mujeres eran
solteras cuando en la estadística general de población femenina de la época el
80% estaban casadas. Pero entre escritoras era difícil compatibilizar la
carrera literaria y a la vez estar casada. Lo que escribían lo firmaba el
marido. Era él el que se comprometía. Ellas se debían al cuidado de los hijos y
la casa con poco tiempo para dedicarse a la literatura. A eso se refiere
Virginia Woolf con lo de que la mujer tiene que tener una habitación propia,
unas condiciones económicas que posibiliten su carrera literaria. También se
pregunta la novelista inglesa qué hubiera pasado si Shakespeare hubiera tenido
una hermana con tanto talento como él. Habría tenido un hijo fuera del
matrimonio y se habría acabado suicidando, como Silvia Plath. Charlotte Brönte
fue la única de las Brönte que se casó y lo hizo muy mayor y murió al poco. El
próximo miércoles se hablará de Marga D Andurain, viajera y después Carmen
Alborch, autora de Solas, hablará de la fotógrafa Tina Modotti.
Laurafreixas.
Com Facebook laura freixas escritora
twitter @laurafreizas
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