VISITA
AL MUSEO DE LA REAL CASA DE LA MONEDA EN SEGOVIA
El
archivo de la moneda lo mandó construir Alfonso VII en 1135. Se hace en la
catedral de Santa María. Con Felipe II se acuñaban ya las monedas con martillo,
pero esto facilitaba el fraude y la falsificación y el negocio de los banqueros
usureros. Fernando del Quirol Primo constituye este edificio para estas
maquinarias. Se había creado este ingenio o maquinaria que podía producir en
serie y laminar en metal. El archiduque Fernando descubrió diferencias entre el
valor real y la moneda. Don Antonio de san Millán era propietario del viejo
molino y tenía un taller de hacer monedas. La fábrica de monedas estuvo en el
molino en los siglos XV y XVI. Luego los ingenios se hicieron en una fábrica en
el xix y en unos hornos en el xx. En la fábrica de la moneda están las
estancias del soltadero y el tesorero. Se fabricaban monedas personalmente y
con maquinarias. Juan de Herrera lo diseña, era un autor vanguardista, el autor
del escorial. Quiere hacer una fábrica donde haya reposo y más igualdad y
perfección. Los tejados son de pizarra como en el Alcázar y el Escorial. Había
mucha tradición numismática en Segovia y allí se creaban las cuñas de las
monedas. La casa de la moneda estuvo en Sevilla y Toledo con Felipe II. La
fábrica atravesaba el rio Ledesma y el monasterio de santa María del Canal que
era el palacio donde descansaba Felipe II. Se creó una rueda de ingenios y
traspase. Se acuñaban moneda ya desde antes de Cristo, en los tiempos del emperador
Augusto y de Cayo Licio, el ciudadano libre. Por un documento de Fernando VII
se data al real ingenio de 1583. Un grabado del XVI nos habla de la sede vieja,
de 1455, construido por orden de Enrique IV en el canalillo de san Sebastián.
La técnica de acuñar con martillo se practica desde 1681 a 1730. Algunas
monedas tenían como símbolo un acueducto romano. La fabricación de monedas
dependía del consejo real. El popular ingenio era propiedad del rey, las
monedas de Enrique IV se acuñaron desde 1455 a 1730.
Juan
de Herrera fue el arquitecto que se basó en dibujos de Francisco Mora Refinos
en el siglo XVII para construir la real casa de la moneda. Había una fundición
de labranza. Durante 2 siglos se crearon aquí las monedas. Francisco Savanet
arquitecto de Sabatini hizo que los ingenios fueran sustituidos por presos de
volante. En esas reformas imaginan una nueva fragua. Se trata de sustituir el
canal de madera por otro de piedra. Se crean prensas automáticas como dados de
una rueda hidráulica. Cuando cierra la casa de la moneda se desmantela la
herrería, y se instalan 3 presos volante en la estancia del tesoro donde el
ingenio chocó sobre hileras de lavación. Juan José Alaga hace una intervención
en esta arquitectura de 1829, del neoclásico, mejorada en 1868. Fue el
arquitecto del acueducto, el Alcázar y la catedral. La casa de la moneda estaba
vacía cuando su rehabilitación en el 2007, no había maquinaria dentro.
Existía
el trueque en el neolítico, lo que sobraba lo cambiaban por 3 ovejas 6 piedras.
Empezaron a dar valor de referencia a los metales preciosos. Se intercambiaban
naroberi pieles conchas objetos pequeños. La moneda no aparece hasta el siglo
VII a c con signos y grabados. Luego se inventaron más formas y el pago con
papel, el pagine. Los billetes se pagaban a la orden de las letras de impío.
Viajaba solo con papel y pagaba con papel. Solo compraba una cabra. Aparecen el
papel y la moneda que tiene menos valor. Este sistema de comercio reside en la
confianza del usuario en que vale dinero el billete. Lo respalda el oro del
banco. Se preguntaban ¿Dónde están mis monedas? Eran usuarios de dinero
invisible como ahora con esta plástica virtual electrónica. La metalurgia busca
obtener metales a través de minerales, las alienaciones de oro plata y cobre.
Se trata de sustituir los elementos de madera piedra hueso madera por otros
recursos primarios como los residentes en estas tierras. Pues el metal es
inalienable y duradero. Se somete a altas temperaturas hasta fundirlo. Para
fundir el metal hay un proceso y después se acuña con martillo sobre cincel y
cristal, se hace un cuño superior. Con un martillazo la moneda se acuñaba. Se
recortan los bordes hasta quedarse con el metal. Se funde y abría y el
metalúrgico tiraba del metal para futuras monedas. Eso derrumba el dinero el
sistema anterior. Las monedas se empiezan a acuñar con los reyes católicos. Se
hacía con un martillo. La moneda de la época era el medio maravedí de plata.
También se le llamaba la blanca y de ahí viene lo de “blanquearse, blanquear dinero,
estar sin blanca”. La blanca era la moneda de valor más ínfimo. Todo dependía
del ingenio del laminador. Para obtener riel había que pasarlo por el
laminador. Se giran las monedas en unas ruedas o rodillos las dos caras de la
moneda, anverso y reverso. La máquina recortaba la cizaña o el material
sobrante y se hacían no solo monedas sino hasta carteles. El metal además es un
mineral que se reutiliza y se podía volver a fundir nuevas monedas. Estas
monedas las entregaban al tesorero. En aquel Madrid había 7 máquinas como estas
Con
Felipe II y IV se crea la prensa balante o la fabricación por rodillos o por
martillo, algo diferente a como se hacía en el medievo. El operario monedero
pone en un hueco del suelo la parte inferior y luego estaba la peana superior o
castillo. Lo atraviesa un tornillo comido, un balancín que acuñaba en estas
máquinas, las máquinas automáticas eran ruedas hidráulicas o caspeles
importados de Francia ya hechos con estas máquinas Se pierden entonces oficios
como el de monedero ensayador al crear la prensa automática. Las ordenanzas
fijan puestos y obligaciones. El tesorero de cuentas de la casa gozaba de la
confianza de rey. El real ingeniero teniente tesorero era el mandamás. Se
guardaban las monedas en un arca cerrada por 3 llaves. El ensayador fundidor lo
abre para añadir el oro o plata y hacer la filiación con una ley justa. El
alcalde alguacil supervisaba la alienación con la ley justa. Así se fueron
creando canales ruedas e ingenios. El alcalde alguacil era el súper intendente
que supervisaba la labor. El escribano iba apuntando los movimientos de los
metales. El afinador no lo era de instrumentos musicales sino el encargado de
reducir las impurezas de la moneda. Estaba el tallador o grabador de cuñas. Se
graba en estos años y se afilia monedas. Los esclavos ancianos movían los
fuelles. A veces morían por las enfermedades que contraían en este trabajo.
Había maestros oficiales. Lo importante era que en la fundición no saliera el
agua y a la kiga o cantidad de cobre añadirle el oro o la plata. Este sistema
se llamaba la aleación con la ley justa. El balzario juez medía en la balanza
los pesos de los metales. El ensayador calculaba el peso de los metales. Había unos
oficiales obreros, 10 oficiales que manejaban los canales y ruedas hidráulicas.
Los cilindros les ayudaban a acuñar y laminar. En 1570 hay una huelga de
trabajadores de la moneda. El aquilote era el águila imperial que se imprimía
en la moneda. Antonio Spinosa de Monteros para Francisco Sabatini creó las
prensas movidas por el hombre y los ingenios de laminar
Se
reformó el edificio de montar las prensas automáticas. Cincuenta monedas de
plata eran cinco reales en tiempos de Felipe III. Era una moneda gris de 8 centímetros
que ahora es pieza de coleccionista. Por su tamaño y valor, un céntimo de oro
equivalía a 109 escudos. El escudo esquívalía a 6 reales de plata. Hay una
moneda vajilla hecha con vasijas rotas por cridis. La virgen aparece en los
maravedíes de cobre. En tiempos de Carlos II las monedas son las primeras en
llevar el nombre del rey. La acuñación realista del escudo de cobre se hace
1868. Había una prensa automática que ponía los escudos reales en la moneda. En
España la moneda de cobre se extiende durante la soberanía popular del 68. La
herrería del real ingenio tenía una fragua y un centro martinete y luego el
torno. La fraga horneaba esas monedas cubiertas de metal gracias al carbón
vegetal. Se usaban yunques, martillo de mano, unas piezas pequeñas. El fuelle
estaba en esa rueda inferior y en el vuela aire del cierre. Un tronco en el
suelo era el martinete. A su eje se le llamaba el árbol de lebos. Había 4
dientes que al girar levantaban el mazo que caía sobre el yunque. Se usan ya piezas
grandes y rodillos. Sube y baja el martinete movido por las fuerzas
hidráulicas. En las prensas cuando hay inundaciones o llueve el fuelle traga
aire en la fragua y en el eje de las ruedas. El martinete servía para forjar en
el torno
La
casa de la moneda data del año 1664. Hay restos de arqueología con la
tecnología de la época. Los rodillos serían para calentar la cera, el metal y
el plástico. Los martinetes con los rodillos laminaban las monedas, los trozos de
Severini. La prensa volante es de 1771. Había un patio, canales de caracol, una
recepción y una pendiente con su escalera. Se han encontrado en el arrabal de
san Lorenzo y san Marcos restos celtas, iberos y romanos en la iglesia de
Santiago. En el renacimiento Juan de Herrera era el arquitecto de Felipe II.
Hacen cobre oro y plata trabajando el metal a tiempo. Había un canal de madera
y una piedra de 10 ruedas. Hay un grabado del XVI de la primera moneda en
Segovia documentada. Era los tiempos de Enrique IV de castilla, del siglo xv de
la dinastía de los Trastámara. Este construye la casa vieja hasta el XVII. El
ingenio dependía del consejo real. Las presas de volante eran automáticas. En
la revolución industrial se cambian las ruedas por turbinas mecánicas. En el
renacimiento se emplean las ruedas hasta la ilustración, esto se ve en el canal
Severini. En la época del romanticismo se crea la cantina y una pérgola y
escalera de caracol. Se pinta el capricho de las 4 estaciones.
Es el
romanticismo también cuando se levanta un jardín con muchos jardines y tenazas
unidas por paseos. Vegetaciones de hiedra y parras de uvas la cubren y
descubren. Felipe II lo manda construir. Es un lugar que invita al paseo, a la
reflexión, a la naturaleza y a la pesca. El jardín tiene 500 años de historia y
conserva envueltos los elementos renacentistas originales. Allí pasaba el
tiempo Isabel II. En el jardín había una presa y una huerta. Sin agua no hay
insectos, plantas ni animales. El jardín tiene varios puestos de vista para
disfrute de los sentidos y el capricho de las 4 estaciones que se puso en las terrazas
y paseos dando la sensación de un tamaño superior al real. La casa de la moneda
se integra con la naturaleza y este jardín huerto. La estancia tenía una
ventana abierta por la que se veía el rio, era la vista preferida de Isabel II.
Circulaba un billete con la cara de Felipe II que era aficionado a la pesca de
truchas. Solo podía pescar el rey en dos puentes del rio. Las damas buscaban la
sombra y frescura del parque, se posaba el perfume de lino, y el olor a mimbres
en otoño. Un sol nuevo daba sombra en verano. Hay árboles calidofolios. Daba al
jardín mucha sutileza cromática las flores y plantas. En el pabellón de la
pesca cercen cenildos. Había lirios rosas. Los reyes son los que financian estos
parterres. Se cultivaban membrillos y alberca y se regaba el jardín. Se fabricó
el salón de rosas y madreselvas, el salón bajo. Por ahí pasaba el acueducto de
Segovia. Había una mesa de decoración entre las aguas. La canalización se hizo
en la época romana. Son 14965 metros a 9:58 sobre el terreno. En Argosa en el
convento se evitaba la erosión corriente del agua. Hay que eliminar los restos
subidos del agua. Piedra sobre piedra construyen la casa de la moneda, sin
argamasa o cemento. El hendedor de agujeros inscribió unas letras ente la
piedra de sillería que ahora el guía nos enseña.
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