sábado, 24 de marzo de 2018

PRESENTACION DE CARLOS LAUNAZ, QUÉ PASÓ EN EL PARAISO



Qué paso en el paraíso es una exclamación, un interrogatorio a la vez. Se divide en tres partes. Esta enfocado en el otoño, el invierno y la primavera. El núcleo de los poemas es claro, pero no sencillo. Encierra el sombrío destino de un programa frustrado. Esas cinco palabras del titulo nos invitan a un retrato de la sociedad actual con el que emocionarnos. El mensaje que quiere trasmitir es denunciar lo que todos saben y callan. En los poemas se ve como él es el más pobre de los hombres incapaz de evitar que la gente sufra, pero se convierte en la voz de su denuncia. Siente vergüenza sobre lo que está abandonado, lo que se silencia. El nos plantea preguntas que no podemos respondernos, pero eso no implica que haya que huir del debate. Supuestamente vivimos en una civilización desarrollada, pero esta permite el sufrimiento. En este libro estan recogidos muchos problemas sociales, para que tomemos conciencia de que somos los privilegiados de la sociedad. El otoño es el tiempo de la poesía triste, de la enfermedad (el cáncer), la contrariedad y los silencios y la oscuridad. Pero después de cada anochecer llega la mañana. Y después del invierno la primavera. En la primera parte, el otoño, nos muestra la luz tenue del atardecer. Hay que hacerse muchas preguntas, ¿Qué pasó en el paraíso? Su poesía atraviesa el murmullo del agua y nos hace sentir como un día de lluvia o sirimiri versado por Blas de Otero. Nos llegan noticias de Ucrania, de oriente medio, de Palestina, del África que se muere de enfermedad y miseria. Aparece el mundo de la calle y la pobreza mientras la cínica Europa florece en paraísos fiscales. ¡qué bárbaro es nuestro mundo! Dios se hartó de nosotros. Hay un niño muerto en Alepo, niños que se prostituyen mientras los ricos siguen ganando. Frente a esa tristeza Carlos Launaz propone la rebeldía a todo lo que le rodea. Porque pertenece a la realidad y al mundo y porque ha vivido el dolor en su propia vida. Entierra el temor en lo cotidiano y resucita el anhelo de que podemos mejorar lo que esta pasando. El anhelo es la palabra básica del romanticismo pues el poeta anhela el mundo y su misterio y refleja su sociedad. A pesar de ese escenario amargo Carlos no desdice de su fe, de su rebeldía ni abandona la lucha por nada. 

Alza la voz para decir que el amor mueve el mundo. Llega al corazón. Usa con libertad y sensibilidad el lenguaje para provocarnos deleite en su poesía. El mensaje cala y empapa como lluvia que cae del cielo. Hay despedidas a Marcos o a Pablo González de Langarica, homenajes a Gloria Fuertes o a Blas de Otero. Hay poemas de despedida y también amorosos. La despedida es siempre dolorosa. Sus poemas están ordenados cronológicamente. Carlos ha recibido cordiales elogios por estos poemas. El amor no se olvida ni el sentimiento de alegría. Su verbo está lleno de vigor y sus imágenes tienen poder. Se convierte todo en un ímpetu de sentimentalidad. Opta por una posible recuperación del mundo, por el compromiso. Nosotros decidiremos lo que sembramos. Quien siembre el amor de verdad recogerá esperanza y alegría. Quien siempre la fe recobrará las certezas. Es necesario construir, aunque otros se dediquen a destruir con el odio. Su credo es seguir denunciando las injusticias, invitando a amar, aunque antes estuviéramos decididos a odiar. Ojalá este libro nos provoque deseos de despertar y oír su mensaje entre sus versos. La poesía no es ningún adorno pues se acerca al corazón. Donde palpita un corazón humano las estrellas se estremecen. 

Carlos nos dedica esta tertulia a nosotros. Este espacio de las tertulias le ha ayudado en su vida y solo pide que pasemos un rato agradable con sus poemas. Carlos no comulga con el pretendido axioma de que el poeta es un fingidor, porque lo que cuenta es real. Podría haber hecho una poesía amable del cielo azul y mar acogedor, pero opta por la rebeldía. Como dijo Frida Kahlo; “quise ahogar mis dolores, pero ellos aprendieron a nadar”. Es dura la vida de los hombres. Pero el calor de la sangre baja por el agua de los ríos, y hay esperanza en medio de hambrunas y guerras. Los grandes capitales y empresas hacen huir a muchas personas de sus tierras. Se encuentran exiliados, sin lecho ni cubierta, sin más pan que las espigas del camino, desahuciados de la vida. Por eso hay que empuñar en el combate una lanza por todos los que sufren. 

Carlos estudió en el colegio Santiago Apóstol. Allí empezó su amistad con Javier Mouriz de Eguidazu. Era un chico extraño que no jugaba a futbol. Javier era un intelectual, parecía estar por encima de ellos. Carlos estaba hospitalizado cuando su amigo murió y se enteró de su muerte días después y no pudo ir a su funeral porque no le dejaban salir de la cama del hospital. Sintió no haber ido. Recuerda su ultimo homenaje, en el que Javier se apoyaba en sus brazos para bajar las escaleras. Carlos estaba encantado de llevarle. Era muy alto, el más alto de la clase, y tenía una voz profunda como ruta, de bajo. Por eso ha hecho un poema a Javier Mari que tenía una voz extraordinaria.  Y lo ha titulado “la voz”. Se pregunta el poeta donde está su amigo para abrazarlo, tanto si es cielo como si es nada. Muchas mujeres se enamoraban de la voz de los locutores sin haberles visto nunca. La voz de su amigo era una voz extraordinaria y por eso le ponían a recitar en todos los concursos de poesía.
Tiene un poema al Ché Guevara. El Ché era asmático. Esto le sirvió a los capitanes bolivianos para encontrarlo. Buscaron en las farmacias cuales habían suministrado medicamentos contra el asma. Cuando le cogen preso solo tenía un huevo duro en el bolsillo. Mandaron a una persona para que le matara, pero este, cautivado por la personalidad que tienen los lideres, solo le pegó un tiro. Luego le ametrallaron. Pero a aquel que debía matarle le impresionó tanto que no pudo matarlo. También tiene un poema a Muhammad Alí que sufrió cárcel por no ir a la guerra de Vietnam.  



Pequeña entrevista.
¿cuándo decidiste escribir y por qué? Siempre ha querido escribir. No hubo un día en que se dijo “ahora empiezo a escribir” El fraile del Santiago Apóstol le puso un diez en una redacción y al lado un cero. Él fue a protestar, ¿esto qué significa? La redacción era de 10 pero a él le pusieron un 0 por haberla copiado de alguien. El profesor no creía que Carlos fuera capaz de escribir un poema así y eso fue como una orden para él; tú no eres capaz. Dejó de escribir. Luego en la vida se dio cuenta hasta de que se había equivocado de carrera, perito industrial. Lo dejó todo y empezó a escribir y hasta hoy. (tenía 11 años entonces y ahora tiene 73 y no ha dejado nunca de escribir. Aquel profesor tendría 50 años, así que ahora estará muerto) Frecuentaba una librería en la que había una pequeña tertulia de libros. Un amigo le llevó a la asociación artística vizcaína y hasta hoy. Han pasado 25 años. Y la asociación tiene 75 pero hace 25 empezó a realizarse en el edificio la Bolsa del casco viejo. Las tertulias empezaron en el bar la concordia de Bilbao, donde ahora esta el casino y la sociedad Bilbaína. Zenón García era el presidente. Luego con Marino Montero les cedieron el boulevard de Bilbao donde se reunían en una mesa mientras tocaban el piano. Empezaban con una introducción, luego iban recitando y haciendo comentarios, pasándose el micrófono mientras tomaban cafés. Begoña Melero, tan aficionada a los balnearios de Cestona, fantasea con que ha conocido a María Zambrano y su padre a Unamuno. Carlos tiene un poema también cuando murió Ana María Matute. (Begoña Melero tiene una hermana música en Italia, donde pudo conocer a la Zambrano) Él empezó a editar sus poemas hace 22 años, más o menos cuando empezó en la sociedad artística vizcaína. Tiene ya 11 poemarios publicados y muchos poemas guardados en el cajón. La sociedad artística vizcaína en su origen era una tertulia de pintores y estaba Luis de Castresana, el autor del árbol de Guernica. Propusieron que los poetas también fueron a la concordia hace más de 50 años. Ahora rendirán homenaje al socio fallecido Daniel Ojanduren. Carlos Launaz ha sido durante años profesor de gimnasia en varios colegios y entrenador de yudo. Maribel es su mujer y la conoció en un bar Urquijo. Él ha sido quién la ha introducido en la poesía. 

Tiene un poema a la quimioterapia. Cuando le diagnosticaron la enfermedad aquello le derrumbó, pero también pasado el impacto le sirvió para escribir. Ha escrito cosas sobre esa experiencia como enfermo de cáncer. Recuerda cuando le dijeron la palabreja “tienes un cáncer” Al principio no se ponían de acuerdo y en las biopsias le sacaron un ovulo del cuerpo, tenía un linfoma, que es de lo que murió Gabo. En ese momento pensó que se moriría, “soy ya mayor y me toca” Tuvo que acudir a largas sesiones de quimioterapia y dos años de inmunología, cada sesión duraba 6 horas. Se defendía construyendo historias y poemas. En casa tomaba apuntes de lo que recordaba estaba sintiendo debajo de aquella máquina. El fruto de esos años es este libro. Tuvo el apoyo de su esposa y de sus hijos. No le ha faltado cariño. La literatura fue su afición, la forma de afrontar esto. ¿Despues de vivir esto aún le quedaban ganas de escribir? La mente le traicionaba mucho y la escritura fue su refugio y su recurso. Se concentraba en estos poemas. 

Tiene un poema dedicado a su nieto en el que habla del niño interior. Le ha dedicado también un cuento, aunque no le ve mucho pues vive en Madrid. ¿Cuáles son sus influencias? Su escritor favorito es Machado, aunque hay que aprender de todos. Le gusta Andrade, un poeta portugués, Miguel Hernández y Unamuno y Lorca y Blas de Otero. Lee más ensayo que novela. Y mucha poesía. Él diferencia entre un poemario y un libro de poemas. El libro de poemas contiene poemas, pero el poemario sigue un hilo conductor, un alma. Es una recopilación más cálida.  

¿La poesía te ha hecho mejor persona? La poesía es uno de tantos caminos para el auto conocimiento. Si te planteas ser honesto, veraz, al final te das cuenta de quien eres, de las cosas que te motivan o te hacen reaccionar. El tiene unos fundamentos religiosos cristianos, pero en estos poemas no se plantea si existe dios o no sino por qué permite tanta injusticia. Muchos en la asociación recuerdan que cuando entraron en ella la primera sonrisa fue la de Carlos. Desde entonces todos nos hemos hecho adictos a sus libros. Sus poemas son intimistas y expresivos en sus temas que toca.

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