sábado, 24 de junio de 2017

LA GENERACON DE CARLOS, MAYO DEL 68



Esta GENERACION DEL 68, la generación de García Calvo, tiene una serie de puntos en común que he analizado; El principal es su carácter libertario, no organizativo. No se sabe lo que se quiere, pero se sabe lo que no se quiere. El no como palabra sagrada. La ideología de todos ellos es más anarquista que comunista, desengañados todos con el comunismo de la URSS y Cuba, pero también del nacionalismo. Apuestan por un anarquismo de carácter sindicalista y federativo. La república federal como ideal de todos ellos. Todos son de orígenes humildes, clases medías o mediana burguesía, muchos de ellos venidos de pueblos por el éxodo rural como el caso de Calvo o Adelaida García Morales. Son autodidactas, rechazan el sistema organizativo de la universidad. Son estudiosos del lenguaje, amantes de la palabra. Les interesa y defienden con vehemencia el romancero popular (y el gitano de Lorca) y los cantares de gesta y de juglaría y el mester de clerecía. De hecho, a Carlos le encanta el grupo nuevo mester de juglaría que despuntó en la transición. Y Victoria Gullón, amiga de Isabel Escudero, se dedica a versificar y recitar este romancero medieval. todos estos poetas, porque son más poetas que novelistas, incluyen en su poesía mucha filosofía. La filosofía preferida de todos ellos es la filosofía clásica griega (el matrimonio García Calvo era experto en presocráticos)
Pero también el idealismo alemán Schopenhauer Kant Nietzsche, Bergson, fitshe, Heidegger etc y el existencialismo de Albert camus, Sartre, Simone, el teatro del absurdo, la novela anti nazi, la novela de posguerra. También comparten el gusto por la poesía americana (what whitman, Thoreau, sobre todo la generación beat (keruak, gisber, dorothy parker)  Les gusta la experimentación con el lenguaje, la poesía fónica reversista (como la de goiko, galleta del norte) pero sin abandonar nunca la poesía social (Figuera, Blas de Otero, Celaya, Gloria Fuertes, José Hierro…el grupo Aralar) El poema de Ítaca de kavafis les ha marcado en el sentido de la vida como viaje (en tren). Una metáfora que emplean todos en común es la del traje nuevo del emperador de Andersen donde el niño se atreve a decir que el emperador va desnudo. Esta metáfora se la he escuchado a Carmen Martin Gaite, a Alfonso Castaños, a Carlos de Agustín… Muchos de estos poetas sociales y experimentales lo son también de la experiencia, como los novísimos, gil de biedma, Gimferrer, Alberto de cuenca, Terenci moix, Luis Antonio de Villena, Gimferrer.. porque hacen poesías de sus propias vidas, vidas de poetas malditos. Están todos ellos a camino entre la generación de posguerra y la del 68. Los novelistas de posguerra les han influenciado menos; Delibes, cela, Umbral, Torrente Ballester, Hortelano, Juan Marsé, Barral, Fernández Santos, Juan Benet, Ignacio Aldecoa, Josefina Aldecoa (creadora del colegio estilo, inspirado en el instituto de libre enseñanza) Mercedes Salichas, Matute, Laforet, Gaite, Ferlosio (Ferlosio Sánchez mazas, el padre franquista, chicho el cantautor poeta que tantos homenajes ha recibido y Sánchez Ferlosio, excelente prosista poético pero poeta menor) Ferlosio y Gaite simbolizaban el matrimonio Sartre Simone Beauvoir a lo castizo y español, ejemplo de matrimonio no tan bien avenido como nos hacen creer, pues acabaron durmiendo en camas separadas y divorciados. El teatro de sastre y Buero vallejo les influencia tangencialmente. Pero es sobre todo ángel González, De Ory, Claudio Rodríguez, los Goytisolo, los Panero, Caballero Bonald, Antonio Gamoneda, Felix Grande, Gala, Biedma, Jesús ángel Valente los grandes poetas de los 50 que más les influencian.  Les gusta mucho el romanticismo en cuanto a su indiviudalismo ciudadano libertario.  La poesía romántica alemana de Rilke o Holderlin, la inglesa de keats y Coleridge, el romanticismo español de larra Bécquer Rosalía Espronceda, la novela decimonónica dieciochesca (el realismo francés, inglés, ruso). Por supuesto la generación del 98, pero en especial los poetas modernistas (los Machado, JRJ, Darío, Neruda) y destacando sobre todos ellos la generación del 14, del 27, del 36...(Lorca Alberti Cernuda Hernández Aleixandre Altolaguirre León Felipe Cesar Vallejo Gerardo Diego y sus mujeres Maruja mayo, maría Zambrano, victoria kremer, clara Campoamor, maría teresa león, rosa Chacel, Ernestina champorciu, margarite mason..) Se había fundado la revista espadaña que con su poesía social hacía frente al garcilasismo oficial del régimen de victoriano cremer, jose garcia nieto, dionisio ridruejo, Felipe Vivanco, luis rosales o panero (Los Panero siempre vivieron de las rentas del padre. Felicidad Blanche ni siquiera escribió su autobiografía espejos de sombra y ejerció de madre fálica castradora de sus hijos. El mayor les salió mitómano, fetichista, jugaba a travestirse. De Leopoldo todo lo sabemos, metido en el psiquiátrico por jugar con las drogas o por acostarse con su madre no de forma metafórica y el pequeño que acabó en la movida madrileña metiéndose cocaína y haciendo películas y criticas de televisión) Todos estos poetas intentaron en la vida no trabajar, y vivir con lo mínimo, como si pidieran bicarbonato con agua en el Gijón y se pasaran allí toda la tarde. Una generación no future para la que solo existía el hoy. Claro que se ha mitificado lo de la movida madrileña, igual que la transición no fue ese cuento de caballeros y cruzados que nos han contado. Pero en general fue una generación que supo divertirse y aprovechar el momento. Esta generación además descubrió en los cines Renoir de Madrid el cine, la nueva ola francesa del cine de tati, trufault, romher, el cine de Woody allen, el neorrealismo italiano de Visconti, felini, roselini, pasolini… hector scolla..(el neorrealismo  influenciará en la narrativa de Ferlosio, el Jarama)  Además de descubrir el cine y la fotografía, descubren la nouvelle vague, la nueva narrativa al modo francés, la frescura de Francoise Sagan o la novela italiana de Moravia, Elsa Morante etc. 
Esta generación tiene una serie de señas de identidad que les definen como tales. Hay un deseo de justicia social, de lucha de clases y de cierta marginalidad, de poeta maldito romántico a la vez que escritor obrero, aristotélico y realista. Blas de Otero sería el modelo de este poeta. Llueve y Llueve en Bilbao y ya estamos un poco cansados de tanto Blas de Otero-Angela Figuera, como si no hubiera otros poetas en Bilbao. Sabina de la cruz sería una especie de novia impuesta por el partido comunista. No es cierto que se conocieran desde niños o jóvenes y además el amor fue desigual. Sabina cargó con el poeta por amor, le perdonó su amante rusa (Tachia Quintanar) y su amante cubana (Yolanda Pina), todas sus infidelidades se las perdonó pues era su amor eterno y verdadero. Ella cuidó de él y de su cáncer de huevo, que al menos le garantizaba la fidelidad en los últimos años de vida del poeta. Es un poco el modelo de mujer santa que perdona todas las infidelidades. Ese modelo lo representó también María España que debía aguantar que Umbral tuviera cada noche a una estudiante progre de filosofía o literatura haciéndole una entrevista en profundidad en su dormitorio. Eran las “chicas de Umbral”, a las que dedica su libro “Carta a una chica progre” o con la que empieza la novela Mortal y Rosa sobre su hijo muerto. Umbral, a la sombra de Cela al principio (enemigos después), enseguida se convirtió en la reina de esta colmena de abejas. Su aspecto amariconado, con su bufanda y gafas de culo de vaso, escondía a un hombre mujeriego, machista, cabrón y cruel con todo el mundo de la literatura que no fuera él. Era el ejemplo de cómo un hombre de un pueblo de Valladolid (como Aznar o como Delibes al que conoció en el Norte de Castilla) podía llegar a lo más alto. Hijo de una funcionaria secretaria del alcalde de su pueblo, hijo de una viuda pobre, enseguida se abrió paso en una radio pequeña (Carlos también empezó en la radio) y gracias a las lecturas de su madre y del cura Juan Martin Descalzo se fue convirtiendo en el gran escritor, peor persona, que fue. Umbral allí conoció a Cerezales, el marido de Laforet, que junto a Delibes, le presentan a los escritores del Madrid del momento, en especial a Cela. Umbral enseguida te preguntaba que estabas escribiendo o llevado por el prejuicio te calificaba de “cristiano comunista”, de “filo comunista” o de “Galdós- barojiano” con su forma autoritaria y egocéntrica de mirar a los demás por encima del hombro. Umbral se metió con Blas de Otero y su poema avión capitalista- cabrón y con su cáncer de huevo. Se metió con la memoria de pensadores del 98, como Baroja al que no soportaba. Se metió con escritores vivos y muertos y con sus viudas. Umbral intentó llevarse a la cama a Adelaida García Morales, por entonces una escritora silenciosa solitaria y misteriosa (al estilo de Laforet) que tenía un amor platónico, sin sexo, con Adolfo Castaños y a él le preguntó si debía casarse con Víctor Erice, autor de su novela el sur o el sol del membrillo de Antonio López o el espíritu de la colmena. Ella le hizo recobrar a Castaños su amor por la vida y le dijo; Mozart existe, sigue habiendo amor y belleza en la vida, y sensibilidad. Cuando Umbral corteja a Adelaida Adolfo le pega un puñetazo y ella dice; no estoy a favor de la violencia, pero se lo merecía. Morales escribió también de Benet el sur, el silencio de las sirenas y la lógica del vampiro. En los últimos tiempos su figura estaba algo deformada y se han escrito libros diciendo mentiras de ella. Umbral y Cela fueron maestros también de José Manuel de Prada que iba a sus casas a beber y tomar apuntes y aprender de la literatura de la misma forma que Etxebarria, Gopegui o Freire lo hacían con esas tres amigas inseparables que fueron la Gaite, la Matute y la Aldecoa (junto a Mercedes salichas, quizás y Laforet que fue menos expuesta a los medios de comunicación) Ahora parece que las escritoras actuales se preocupan más de las apariencias, pues no sé qué pinta en un blog que la escritora posee con distintos vestidos, sombreros o libros junto al café y sus gatos. Se convierte aquello en un mercado en vez de un templo como debería ser la literatura. Pero hemos de aceptar que el mundo editorial es más un negocio comercial que un arte o humanismo. A veces es un circo mediático.

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