lunes, 12 de junio de 2017

PRISIONEROS DEL PARAISO XABIER GUELL, LA MUSICA EN LOS CAMPOS DE CONCENTRACION



La música ha ocupado el casco viejo. Es un día esplendido para hablar de libros con la feria de Bilbao aquí mismo. Xabier Guell está aquí en Bidebarrieta para hablarnos de su segunda novela Prisioneros del paraíso.Resultado de imagen de PRISIONEROS DEL PARAISO XAVIER GUELL
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Xabier Guell es un autor barcelonés, de formación musical, director orquestas, ha trabajado en campos de interpretación también. Hace dos años publicó un relato novelado de compositores famosos. Debutó a una edad no muy habitual entre escritores, aunque no olvidemos que Saramago publicó su primera novela a los 60 años. (Había escrito otras novelas sin éxito antes).   Prisioneros del paraíso es su segundo libro. Cuenta en 15 segundos lo que se puede contar de la novela. Trata de la historia de un campo concentración en la república checa. Hubo un número de artistas y músicos muy elevado. Hubo un programa cultural, el régimen nazi quería blanquear lo que estaba haciendo. Aparece una serie de personajes de notable importancia en la novela como músicos, Víktor Ulllman o san craus. Otros menos ilustres. Aparece un personaje femenino realmente inventado, la protagonista de la novela. ¿Cómo surge la idea de esa novela?, esa mujer es experta en ingeniería genética, y música de vocación que lo deja todo por el campo de la investigación. Refleja lo que hizo el órgano nazi de investigación con los judíos, cuyos cuerpos ponían en el laboratorio para que los médicos investigaran sobre genética. 
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Bilbao es una de las ciudades preferidas del escritor. Parte de su familia es del país vasco, de san Sebastián y de Bilbao también. Tenía dos necesidades antes de escribir esta novela. Dar a conocer la creación de esos artistas, músicos, directores de cine de escena escritores pintores que estuvieron encerrados hasta octubre del 44, dos años. Con su obra hace un testimonio de la capacidad de lucha y por sobrevivir del ser humano. Nos da una elección maravillosa de hasta que punto el ser humano se sobrepone a las más terribles circunstancias que surgen de la noche a la mañana y se enfrenta con un coraje tremendo en su lucha por sobrevivir. Es una respuesta de dignidad maravillosa. Se convirtieron en héroes de su tiempo, creadores de obras maravillosas cuyo espíritu penetra en nuestro tiempo y nos da esperanza. La esperanza no se puede acabar mientras siga existiendo el amor. Entre una parte importante de los prisioneros lo que hay es una relación solidaria, intensa, de compañerismo y de lucha conjunta por superar las dificultades terribles que se encuentran que es muy emotiva. Son creadores formidables. Necesitaba escribir de esa creación que ayuda a sobrevivir y da testimonio de que el ser humano (a pesar de sus limitaciones y parte oscura sórdida que sin duda tiene) tiene algo maravilloso. Se desvela con nitidez absoluta cuando al ser humano se le coloca en el filo de la navaja, en el límite, en ese instante momento que no sabes si esas últimas horas serán las ultimas de tu propia vida. Al margen de eso no se limitó a explicar lo que pasó en realidad con el campo. Tenía la necesidad de explicar que muchos alemanes colaboraron en 1930 cuando el nacional socialismo tenía escasa representación en el Reichstag, cuando solo tenían 12 diputados. Hacían mucho ruido en la calle, pero tenían poco poder. Los nazis fueron protegidos por el tejido industrial y aristocrático de Alemania para que alcanzaran el poder. El varón von loyeder es un empresario reconocido como uno de los más grandes industriales de su época. Tenía una compañía farmacéutica. Durante la república de Weimar su estabilidad empresarial se tambalea, puede llegar a perderla. Apoyar a Hitler le da estabilidad a ese conjunto empresarial que tenían grandes industriales alemanes. Esto pasó. Una parte de ellos pronto se dieron cuenta del error brutal que habían cometido y del engendro que habían sido capaces de crear. Esa contradicción dolorosa y culpable está reflejada en la novela los prisioneros del paraíso. La novela habla de miedo, todos tienen miedo (los prisioneros, los nazis), y la necesidad de vivir con pasión (todos viven con pasión por sobrevivir unos, o por imponer sus ideas los nazis) Habla de la pasión acompañada de la compasión. Creían muchos alemanes verdaderamente en la regeneración espiritual de su pueblo, de su país, pero no tenían compasión. Es la diferencia entre vivir el mundo entregándote a tu tiempo, a lo otro, servir a lo otro, y sentirte parte pequeña pero importante de algo más importante que nosotros mismos, esa armonía general que tenemos que oír. El campo de concentración estaba condicionado por esa melodía interior que todo ser humano tiene y que debe ser capaz de interpretar. Se puede interpretar bien o mal como lo dice uno de los personajes. El padre industrial pone dinero y se da cuenta de la barbaridad que ha hecho. Ya no tenía marcha atrás, era el problema, habían alimentado a la bestia y aquello no iba a pararlo nadie. El personaje de la hija está convencido de lo que está haciendo. Pregunta de dónde proceden estos órganos que estamos investigando en 1943. Crea personajes como el del padre y la hija y los incluye en la trama de otros personajes; judíos checos alemanes artistas nazis, todos estaban ahí en ese momento. Elisabeth es el personaje principal, que vertebra toda la novela. Por eso es novela y no un relato histórico de lo que pasó. Hay mucha materia para hacerlo, es interesante explicarlo y se ha explicado poco. Elisabeth es un personaje que tiene todo, es una niña mimada, forma parte de la aristocracia alemana, del Reich, tiene una carrera fulgurante como científica, educada como princesa en la música y el arte. Desde niña adolescente tenía un hilo musical que perseguía por los escenarios de media Europa cuando iba de viaje al extranjero con su padre. Ese compositor lo rencuentra muchos años después roto en el campo de concentración de Terezin, hay algo que se remueve dentro de ella. Hace un viaje y pone en cuestión todos los principios que había dado por validos puesto que había vivido solo el nacional socialismo. El Ideal de su identidad perdida, el ideal de la belleza musical que perdió en determinado momento y que necesita volver a encontrar. Es un proceso convulsivo interior que le lleva a jugársela de verdad. Nadie se la juega más que ella. Los nazis crearon una vorágine de vomito brutal, con condiciones catastróficas que ni preveían. Los judíos van a tener un destino final en los campos de concentración y cámaras de gas. Elisabeth parte de esa situación de privilegio absoluto y es capaz de jugársela y replantearse toda su vida para rencontrar ese espíritu de belleza que representa el compositor que toca música sacra y música en general. Le importaba porque lo que le preocupa es ver como las emociones son sometidas en nuestro cerebro a tal presión que no han tenido gran evolución, siguen siendo las mismas. La vorágine técnica y tecnología ha sido tan grande que chocan esas dos partes del cerebro de los seres humanos. Se plantea su vida, jugársela a punto de perder todo lo que ha conseguido hasta entonces y luchar por esos ideales que pensaba que había perdido.
Hay muchos personajes con un papel secundario, algunos son reales, otros son ficticios. Se enfrentaron a un dilema terrible los que conformaban el consejo judío del campo. Los judíos hacían de capataces, de vigilantes y prolongaban su vida 3 o 6 meses más al tener raciones mayores. Organizaban actividades culturales, opera para niños, representaban el réquiem de Verdi… Hay un consejo judío y el presidente y vicepresidente firma las disposiciones y deportaciones, firma un papel para ir a Auschwitz para morir en dos días. 
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Debaten mucho sobre ello, es el terrible dilema moral en que ellos se movían. Si no firmaba les matarían y otro en su lugar detrás tendría que firmar. Discuten si vamos a firmar o no, o nos vamos a rebelar y de qué servirá. Lee un capitulo fragmentos de la novela en que sitúa a sus personajes en los límites de la ética y resistencia del ser humano. Son capítulos fundamentales los dedicados al estado judío, refleja con crueldad los judíos importantes dentro de los campos. Todo el trabajo sucio, el día a día, estaba cedido al consejo de ancianos judíos, como un ayuntamiento que decidía sobre el destino de los prisioneros. Son ellos los que apuntaban en listas los nombres de los prisioneros que cogían los convoyes para los campos del este, de Auschwitz. No les importa quien fuera, Emiliano o Fulanito. Eran miles cada día. Lo decidía ese consejo. Eso implicaba tensiones grandes en el campo. La conciencia de que jamás serian perdonado por la población de prisioneros que pudieran sobrevivir. Parte de ese capítulo en que el vicedecano se enfrenta a la decisión de sus superiores de firmar deportaciones de los 50 niños que han participado en el estreno participación de la obra, el abejorro. La intensidad de esos diálogos era increíble, él se los ha imaginado, para entender lo que realmente pasó. Lo que cuenta Anna Harendt en Aidman Jerusalén y otros escritos. Pone en cuestión esa colaboración evidente de parte importante de judíos que colaboraron con los nazis. Muchos lo hicieron por mido, o por tener condiciones de vida un poco menos miserables, una ración un poco más de comida. La mayor parte de ellos tampoco sobrevivieron. El consejo se reúne para decidir si firman las deportaciones de los niños o no. 
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Recuerdo el primer día que llegue aquí. Venía desde Viena un tren con ancianos de buena posición, era un tren de segunda clase, con asientos acolchados. Los viejos habían sido engañados por la propaganda nazi. Le dijeron que era un balneario, hogares para ancianos, donde tendrían tranquilidad y asistencia médica y buena alimentación para esperar hasta que la guerra acabase. En el corazón de la hermosa bohemia, aquellos viejos judíos ricos entregaron sus bienes al departamento de inmigración llevado por el más corrupto de los nazis. Les prometieron un lago y un parque, un lago insistente en aquel gueto para personas mayores. Llevaban fracs, sombreros. Nadie había llevado mantas o comida. Todos esperaban una buena vida o una vida mejor mientras esperaban que la guerra acabase. Les habían engañado. El viaje había acabado y sus esperanzas e ilusiones también. De la curiosidad pasaron a la duda y de ahí al terror. Trataron de bajar del tren, que alguien les ayudara. Nadie, ningún mozo les ayudó con sus equipajes. Se cayeron los sombreros que rodaron por el suelo. Empujones, gritos llamando al orden, bofetadas, llantos de mujer, un batiburrillo de cuerpos, muletas, maletas, una visión apocalíptica durante horas para dominar el caos. Les daban ataques de angustia. Los ancianos en fila india tomaron el camino de 3 kilómetros mientras los demás les seguían tirados como troncos en los camiones. Aparecieron mozos para cargar maletas que quedaron oficialmente pendientes de inspección y que fueron confiscadas en realidad. El final de esta historia lo conocen bien. Al cabo de unos pocos meses han acabado sus días ateridos de frio en sótanos mugrientos. Era la gran farsa. Llegaron muchos judíos ricos pensando pasar la vida con tranquilidad por haber pagado a todo el departamento nazi la mayor parte de sus ahorros. Se encontraron en situaciones horribles. Ver al final esa terrible decisión de tener que colaborar para dar mejor imagen a los nazis como tuvieron que hacerlo. No pudo ser evitado. Necesitaban ejercer sus profesiones, la música, el arte, la pintura y el teatro, como el aire que respiraban. Fueron utilizados y han dejado un testimonio extraordinario que ha llegado a nosotros, conmovedor por la potencia que se desprende y la calidad humana que está allí escondida. 
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Esa parte de las conversaciones está más literaturizada. No sabemos las conversaciones que tuvieron esos músicos que murieron. Morían muchos. Pero los lotes fundamentales iban a Auschwitz, una fábrica factoría de muerte, donde mueren - según las estimaciones- un millón 400 mil personas o 2 millones de personas. Era inimaginable algo así. De esas conversaciones se ve que formaban orquestas para cantar un réquiem o hacer actividades culturales. Prolongaban su vida mientras la hacían. Prolongan el rodaje lo más que podían. Si hacen cine que no les salga a la primera porque como es una película de propaganda traerán comida. La música es un lenguaje de esperanza, un elemento de salvación. Todos lo destacan. Leyó unas memorias de una pianista que estuvo mucho tiempo en un campo. No se volvió loco porque interpretaba las 33 sonatas de Beethoven por dentro. Se habrían suicidado algunos de ellos por no poder tocar música. Mucha gente sobrevivió hasta que le mandaron a cámara de gas porque podían tocar música. Consiguieron que durase más de dos semanas la filmación de una película que encargan a un prisionero, director de cine. El dirigió esa película que se llamaba “Hitler regala una ciudad a los judíos”. Entre las presentaciones, y el embellecimiento de la ciudad al recibir la cruz roja, la filmación del film duró varias semanas. Las deportaciones se paran en ese momento y eso consigue salvar a mucha gente. Más de cinco meses estuvieron sin que saliera un convoy a Auschwitz o otros campos. Eso servía. Prolongaron esta pausa importante en las deportaciones. Israel le condena como colaboracionistas con los miembros nazis, pero son gente que había intentado aumentar la vida de estos judíos. La música salva. No dice nada, pero te hace intuir cosas. Mucho más que otro tipo de actividades culturales o de arte. La música no tiene palabra, pero tiene capacidad de llevarte a espacios donde solo ella te puede llevar. Intenta intuir, que no responder, las grandes preguntas que todo ser humano tiene desde que nace. El impulso de hacerse. Qué significado tiene la vida que vivimos, que nos hayan puesto en este mundo sin preguntarnos, qué reacción debemos tener, porqué es mejor el bien que el mal. La posibilidad de trascendencia tenemos, de dónde venimos y a dónde vamos, preguntas que han golpeado a los seres humanos y no tienen respuestas con palabras. La música tampoco tiene soluciones, pero te da intuición, te hace intuir algo que te haga estar más cerca de tener un tipo de respuestas a esas preguntas. Los testimonios de los que sufrieron coincidían al decir que todas las manifestaciones artísticas, y sobre todo música, les obligó a sobrevivir. Los que componían y hacían música y las que lo escucharon. Muchos participaron como espectadores en muchos de los conciertos de Terezin. Era como el festival de Salzburgo. Estaban todos los intelectuales centro europeos judíos de ese momento. Había 4 o 5 eventos diarios, más actividades. En Europa estaban clausuradas la opera Viena, el festival de Salzburgo, habían disminuido todas sus actividades. Se convierte Terezin en el centro desde el que irradiaba el arte, con gente de calidad extraordinaria y artistas. Hacen mucha labor cultural. Sirvió a los que participaron activamente o los que escuchaban esas operas o teatro. Estaba permitido la música de cabaret o el jazz. La música estaba prohibida en todos los lugares de los nazis. Era un milagro ese sitio. En ese sitio de creación hay un sufrimiento intenso. El escritor se fue una semana a visitar ese pequeño pueblo en el centro de bohemia, 80 kilómetros al sur de Praga. Era un pueblo de 5 o 10 mil personas, pero en Terezin no había menos de 50 mil. Había epidemias, enfermedades. El escritor estudió sus archivos, todos sus documentos y archivos de los que estuvieron prisioneros, el ambiente que se vive allí. Enorme sufrimiento y dolor es el que allí se vivió. Vivieron en situaciones difíciles, y es asombroso como convirtieron ese dolor en alegría, compartieron con el arte y la música todo lo que en ese momento pasaban. El final de los protagonistas es conocido. Buscamos en Wikipedia si murieron en ese campo o donde. Al personaje femenino al que ha hecho sufrir tanto, le da un final distinto. Había sufrimiento también en la fe de los nazis, en ese gobierno y esa guerra. En el final se ceba con ella. Hay una escena de sexo violenta, sufre una casi violación por parte de un amante. Es el final de ese personaje y lo que simboliza. El final se lo deja para un personaje que es ficticio y no real. Todos acaban sus vidas en las cámaras de gas. Pero había que dar una salida a todo ese sufrimiento ahí acumulado y una salida de cierta esperanza, cierto aire fresco en medio de esa brutalidad inhumana que paso, también el pueblo alemán. Por eso esa rendición de sí misma de Elisabeth. Representa al propio pueblo alemán que desde sus errores terribles es capaz de afrontar un futuro, estando abochornado de ese futuro para el que sabe no hay perdón. El padre dice para esto no hay perdón. Es como un pecado original que trasmitiéremos de generación en generación y nunca será perdonado. Hará que los alemanes miren cabizbajos, esa culpa tardará mucho tiempo en librarse de ella. Pero ve futuro y esperanza en Alemania. No quiere desvelar el final de la novela. Pero era importante que hubiera una salida, que no acabara con el drama final de las cámaras de gas deshaciéndolo todo. La novela tiene 320 algo de letra relativamente apretada. Le faltan elementos de la sociedad alemana, no solo la elite de las SS, del gobierno, de la cúspide. Le falta describir a la clase media que mira a otro lado cuando ve humo saliendo de las chimeneas y no se pregunta que está pasando ahí. Había demasiado ruido en la novela, o no lo considera importante. Se podía haber incluido más cosas, se centra en esos personajes. el pueblo alemán sabia más de lo que confesó y tardó una barbaridad en reconocer su error y todavía hoy lo confiesa con terror y es un desgarro importante y eso no está expuesto en la novela, pero lo tratará en otro momento. Eso es importante también. Se sabía más de lo que en principio se aparentaba. Veían desaparecer a esas familias judías y eran protegidos por los miembros de las ss. El testimonio de Benjamín repite el contenido atroz de lo que pasaba en los campos, era algo que se desconocía al margen del grupo nazi. Hay un par de momentos o tres que se refiere a la novena sinfonía de Beethoven, música que además fue himno de la fraternidad, a partir del poema, la música y la intención del músico. Era una música para grandes celebraciones, empezando por el cumpleaños de Hitler. Celebraban los cumpleaños de Hitler con la novena. Es esa absoluta contradicción de una música de cómo fue creada a lo que sirvió. El mensaje final de la novena del cuarto tiempo no es solo un himno de fraternidad, va más allá; o nos salvamos todos o nos condenamos todos. La salvación no puede ser individual. Abrazaron millones de espíritus como hermanos y eso es consustancial para la salvación de todos. La novena fue usada como estandarte para los nazis para las celebraciones mas importantes.
Turno de preguntas;
La escritura tiene una responsabilidad con la historia, es algo con que se trasforma el relato. Se trata la historia más de eso o de una trasformación de ella. Lo que le preocupa profundamente es esa responsabilidad del peso de la historia de la que aprendemos poco. No tenemos demasiado presente nuestro propio devenir como seres humanos, la devastación que hemos producido desde que el hombre es hombre. Se plantea con la intranquilidad de hablar lo que pasó en ese momento, el más oscuro de la historia de la humanidad. Es difícil abordar la entrada en el tiempo presente de todos los prisioneros en la cámara de gas. ¿Qué piensas en ese momento? ¿qué haces al margen de gritar y suplicar? Lo que realmente le importa es intentar aprender de nuestra historia para no seguir cometiendo errores parecidos. El ser humano no ha aprendido mucho desde entonces. Se siguen cumpliendo infamias en el día a día. Sin atender al otro, escondido dentro de nosotros mismos. Somos incapaces de oír ese sonido general que te hace intentar abrazar a ese mundo, que es lo que pedía Beethoven al final de la novena. En ese sentido la historia que debería enseñarnos mucho más tiene la sensación de que hemos aprendido poco de ella. Volver a explicarla le parece fundamental, desde un ámbito particular de la heroicidad y el valor con que esas víctimas fueron capaces de afrontar el final de sus vidas. Lo demás le resulta más difícil.
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Leyó en su día el diario de Ana Frank que recomienda a todos. El genocidio de Auschwitz fue armonizado con esta música, algo que realmente era para volverse loco. La música era como un engaño general cuando los iban a matar. Wagner ponía la valquiria, ¿cómo se pudo utilizar algo tan bello, tan maravilloso para una matanza tan grande? Se sigue preguntando. La historia nos cuenta lo que quiere. Es una historia de ayer mismo. Hay quien clasifica a Wagner como nazi. El no era nazi porque murió antes. Es un tema que no se puede contar con frivolidad. Era antisemita reconocido por cuestiones personales. Entiende que todo musical y loby judío no había sido justo con él y le había fastidiado su carrera. Era nazi, porque entendía que los judíos habían perjudicado al desarrollo de su carrera, más que por convicción genética o racial. Él hace escritos terribles lamentables contra los judíos, pequeños panfletos de libros, según piensa, como consecuencia de eso y no por un antisemitismo intelectual. El mundo era una fiesta y él era su anfitrión. Todo el que no hubiera colaborado con su conquista del mundo era un enemigo. Desarrolló un potencial enorme de talento. La prueba de que no era un antisemita convencido es que trabaja con músicos judíos, cantantes colaboradores judíos, con los que hace el Parsifal y otras obras. Otro tema son los descendientes de Wagner, kosiva Wagner era antisemita convencida, directora de la organización. Su nuera, casada con el hijo de Wagner Sigfrido, era una inglesa absolutamente racista, amiga íntima de Hitler etc. Se alía con el nazismo como elemento espiritual para dar espíritu a través de la música de Wagner al propio tercer Reich. La cabalgata de las valquirias y otras obras de Wagner se usan para el régimen. Eso no puede olvidarse. Israel se niega inevitablemente a que se represente Wagner en su país. Grandes directores han intentado tocar obras de Wagner en Israel. No ha sido posible, no han pasado suficientes generaciones., hablamos de 80 años solo. Es difícil que la memoria, que esta tan cercana, pueda superarse. Fue un enorme compositor de toda la historia de la humanidad. Conocer su música nos mejora como seres humanos. Lo importante no son esos libros horribles que escribió, por su resquemor de no haber sido ayudado por el pueblo judío. Queda una obra descomunal que nos hará disfrutar y gozar durante mucho tiempo. Llegará un momento en que Israel permita tocar Wagner en sus territorios. Terezin, ese pueblo, llegó a estar liberado al final de la guerra por las tropas antifascistas. Ese pueblo aldea fue liberado por tropas de tito o al acabar la liberación fue liberado por tropas soviéticas. Fue uno de los últimos campos en ser liberado. El 9 de mayo de 1945. El último de los campos de concentración liberados. Quedaron algunos supervivientes. Pasaron 2 años y hubo 140 mil prisioneros. De los cuales sobreviven poco menos de 15 mil. De los 15 mil niños menores de 12 años sobrevivieron solo 150, poco más. Esos niños fueron asesinados allí o enviados a campos de exterminio. Una imagen horrible que difícilmente será borrada de nuestra retina.   

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