sábado, 10 de junio de 2017

NATALIE GISBURN



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Natalie Ginzburg nace en 1916. Se llevan 4 años entre las tres. Comparten generación (por edad, no por literatura) con las españolas equivalentes; Laforet Matute Gaite. Tienen algunas características comunes con las españolas. Se apellidaba Natalia Levi, nada que ver con primo levi. Cogió el apellido de su marido leo Gisburn. Son judíos en la ítala fascista. Bien no lo pasaron. Nació en Palermo Sicilia en 1916. Era de una familia turinesa. Se trasladan a Turín, al norte de Italia. Iba mucho a Roma. Participa de joven en la creación de la principal editorial de la época y de ahora, Ennaudi que pertenece ahora a Mondadori, propiedad de Berlusconi. Se creó antes de la primera guerra mundial. Pretendió modernizar el panorama de la literatura italiana publicando literatura europea, americana, latinoamericana; Borges Cortazar Onneti. Faulkner dos pasos Joyce Hemingway … Tradujo obras de Proust. En la creación de la editorial participa su marido, el editor Euraldi e italo Calvino y Cesare Paese. Al abrir la editorial detuvieron a muchos intelectuales. Estaba Mussolini. En el 34 detienen intelectuales, al marido lean. Le condenan a dos años de cárcel y al editor. Al salir de la cárcel se casa con ella. Al inicio de la primera guerra mundial le vuelven a encarcelar. Estuvo encarcelado hasta que lo asesinan en la cárcel. Pavese, poeta novelista, también estuvo encerrado en la cárcel. Se suicidó después de la guerra mundial, por lo que había pasado. En 1950 se suicida. Ella sigue tirando con la editorial. Hacía de todo- el negocio a veces era rico y a veces pobre. Lo sabía porque no llegaba puntualmente a fin de mes el sueldo y porque pasaba un carrito con te, zumos, pastas. Cuando iba mal el negocio no pasaba. Escribe la carretera y camino que va a la ciudad que es su primera novela en el 42, querido miguel es otra. La última fue la ciudad y la casa del 84- voces de la tarde. Publica léxico familiar, su mejor novela, en el 63. Y los ensayos las tareas de la casa y otros ensayos, eso es lo que pasó y las pequeñas virtudes. Trasforma el lenguaje literario italiano antes de la segunda guerra mundial que era críptico y hermético, demasiado experimental. El lenguaje de preguerra era enemigo de la literatura, hay que crear un nuevo lenguaje entendible a todo el mundo., conciso y claro, como lo hablado. Por eso simplifica su lenguaje, acorta las frases de gran longitud. No le gusta la literatura fantástica surrealista. Se trata de comunicar con el lector y no aburrir. No se considera intelectual ni a ella ni a su literatura. Es un trabajo duro, pero desde niña conoce las calles arboles bosques y siente que debe escribir de ellos. Escribir es lo único que sabía hacer. No cae en el barroquismo o lenguaje retorico, ha de ser divulgativo. Oriana Fallaci, periodista italiana, entrevistó a Natalia. No era ni guapa ni elegante, con su falda de ceniza gris, aire apagado de tía soltera sin edad. Piernas acostumbradas a caminar, de una persona sana y deportista. Tenía voz de mujer fatal, voz de otra que atrapa y fascina. Es la voz más importante de la literatura italiana. Murió en el 91. En las familias describe a los levis, una familia judía antifascista y su infancia juventud desde los años 30 en Turín. Es hija del profesor levi y describe momentos íntimos de la familia, los lazos que la unían con padres y hermanos y el primer marido y los políticos intelectuales del ambiente antifascista italiano. Son anécdotas familiares con componentes simples y expresión más libre. Describe la familia en su conjunto y lo que hacen juntos en las cenas. Esas bromas eran entendibles solo en esas familias. Practica el idioma. Habla de todos nosotros al hablar de su familia. Es una novela autobiográfica. Se sirve de las varias formas de hablar que tiene cada familia. Son expresiones y frases en el seno de una familia que otros no entienden. Silencios, frases hechas y expresiones, cuenta la historia de su primer matrimonio. Fabrica Company, autora de Barcelona, hace una introducción de ella y prologa su libro. La lee por indicación de Carmen Martin Gaite. Es la mayor voz narrativa del siglo xx. Describe nuestras mujeres y sus pequeñas virtudes. Es el momento de leer a esta mujer que escribió cercana a su medio siglo de vida. Un ejercicio insospechado de la memoria. Aparece en el 63 la memoria, no persigue crear una parte de ficción y tampoco una autobiografía. No es una crónica o historia, pues no evita la subjetividad, son lugares reales, no ha inventado nada, ha escrito solo lo que recordaba por lo que como crónica hay infinitas lagunas. No habla de sí misma y no tiene ganas de que hablen de ella. No es mi historia sino la de su familia, su forma de ver y mirar el mundo y nombrarlo. Una familia hecha de voces cruzadas, repeticiones en que se reconocen, frases que solo se entienden en ese contexto, y consignas. Un lenguaje que significa mucho diciendo poco, evocando la sabiduría que conforta, el humor y la ironía, y los recuerdos que guarda. Nuevas palabras inventadas o mal dichas. La ternura que de ellas se desprende. Recordar es escribir y preservar el código y el tabú, el mecanismo de todo. El lenguaje compartido de unos seres allegados y la que habla es la fundadora de la familia o la última heredera. Lo familiar abarca a cuanto estamos en el mundo. Todos hemos tenido familia. Son recuerdos en una época y lugar, se diluye el espacio tiempo por la historia sentimental. Se usa como contexto y escenario peor lo que importa son los personajes. La escritora es la última de 5 hijos. Los años 40 50 en Italia son su marco de estudio los campos de concentración, la lucha antifascista, el ejercicio de la memoria que hace recordar y contar el lenguaje conformando esos recuerdos. La jerga en la vida. Se acompaña de una reflexión sobre la condición humana. Hace una observación de los pequeños detalles de la cotidianidad como los comentarios en una familia y sus amigos más allegados. Es una crónica autobiográfica como un libro de recuerdos. El padre era autoritario, dictador, tenía hijos y mujer, la mujer también era de tela marinera. No alaba a su familia precisamente. Habla del surgimiento del fascismo a través de su familia con frases que van sumando la forma de hablar de la familia y te atrapa a través de eso.   
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Las pequeñas virtudes son ensayos muy personales; mi oficio es escribir, lo es desde hace tiempo. “Puedo escribir, estoy cómoda en este elemento que conozco bien. Son elementos conocidos y familiares cuando firmo y escribo con mis manos. Si intento hacer otra cosa como hacer punto o viajar o aprender historia o un idioma me pregunto cómo lo harán los demás, hay una forma de estudiar que yo no conozco y me angustio. No me importa lo que hagan los demás escritores, hago mal una crónica o escrito o artículo. Me dedico a hacer novelas y todo lo demás es como engañar al prójimo con palabras que robo o tomo de allá. Engaño al lector al usar palabras secuestradas de otros lados. Me angustio cuando hago cosas que no tienen que ver con la cultura y sufro. La memoria y fantasía es lo que me permite escribir. Estoy contenta con este oficio que no cambiaría por nada. A los 5 años querría pintar, conquistar países, pero desde esa edad supe que me dedicaría a escribir”, decía la autora.
Hay que enseñar las grandes virtudes. No el ahorro sino la generosidad e indiferencia del dinero. No la prudencia sino el coraje, no la astucia sino la franqueza y el amor a la verdad, diplomacia y amor prójimo, deseo de saber. Elegimos el camino más corto, las pequeñas virtudes sin camino nos enseñan grandes virtudes. Consideramos nuestra naturaleza instintiva. Es necesario enseñar las pequeñas virtudes que vienen de lo más profundo de los instintos, pero la razón habla. Las grandes virtudes vienen de un mundo de instintos donde no dialoga la razón
Se casó por segunda vez y tuvo un par de hijos. En el relato él y yo, se compara así misma con su segundo marido. El texto se ha trabajado en clase de italiano, es muy entrañable el relato dentro del ensayo las pequeñas virtudes.
Ha pasado la guerra, se ha derrumbado las casas, pasan los años y no nos curaremos nunca, tendremos un jarrón en casa y fotos, pero ya no creeremos en nada. Buscaremos entre los escombros. Los que fueron perseguidos ya no tendrán paz. Un ruido a la noche significa policía. Palabra que produce espanto, aunque sean nuestros amigos y nos protejan la policía. Pero ellos nos levantaron en plena noche y huimos y dejamos los recuerdos, las ropas. La experiencia del mal ya no se olvida. Podremos tener paredes blancas, y jarrones en una casa hecha de cal y ladrillos. Pero la sentiremos derrumbarse de un momento a otro. Una casa derrumbada es algo atroz. No nos curaremos de esta guerra, aunque la gente estudie y viva en paz. Mirar lo que han hecho con nosotros, ya no seremos gente tranquila. Reprochan a los escritores que cuentan cosas duras tristes, aparece la violencia y agresividad. Un bien que trajo la guerra es no mentir ni consentir que nos mientan. Los mayores siguen enamorados de la mentira. No comprenden nuestra actitud ante la realidad. Es el único bien que nos ha dado la guerra a los jóvenes. Miedo e inseguridad. Se llenaron de una dureza y fuerza que no conocieron jamás aquellos que sufrieron la guerra. Sufrieron los primeros años del fascismo y luego con los alemanes la guerra. Era siempre la sensación de tener que esconderse, dejar de lado la casa y la guerra nos siguió hasta los pupitres de la escuela. Ver en todos lados enemigos sin caminar en paz por las calles de Italia. No podemos curarnos del mal, buscamos nuevas fuerzas. Buscamos la serenidad interior, pero no hay paz para el hijo del hombre que no tiene donde apoyar la cabeza. La guerra ha creado una generación de zorros y lobos. En la pequeña madriguera no hay paz. Las certezas y fe de entonces fueron arrancadas. No podemos concebir el sueño. No tenemos lágrimas. No nos compadecemos de nada. Los viejos quisieran que veláramos cosas a la infancia y les mintiésemos sobre la guerra. Pero a nuestros hijos peor no podemos hacerlo pues les hemos vestido de noche para escapar de las bombas. La sirena desgarraba el aire, han muerto todos o han envejecido o han emprendido un largo viaje. Hay un abismo generacional. Terremotos incendios son fenómenos que nuestros padres no han vivido. Hacían punto, recibían amigos y no había casas derrumbadas. En el fondo estamos contentos con nuestro destino de hombres, con el tiempo histórico que nos ha tocado vivir.
Autores del este estilo son Agata Criston húngara o herta Mulller rumana que vivieron la guerra, el nazismo y estalinismo, huyen de sus países y son refugiados en otros. Para los nacidos en la primera década del siglo xx, la realidad que vivieron fue tremenda. Nuestros abuelos fuertes y sinceros vivieron la guerra. La escritora recuerda a través de amigos y familiares la guerra en su novela querido miguel. Un pueblo pequeño pone sus esperanzas en un lugar que está lejos, una utopía, son narraciones cortas
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