LUIS LANDERO EN LA FERIA DEL LIBRO
Carlos ha escuchado hoy a Luis
Landero en la feria del libro nuevo de Bilbao que estará la primera quincena de
junio. Ha hablado en la carpa, con 12 personas. Carlos se queda a escucharle
mientras ojea libros. Landero toma la palabra y hace una cosa preciosa. Habla
de cómo necesita la vida para escribir y escribir sobre la vida. Hay días que está
en casa escribiendo. Voy a dejar de escribir, se dice y va a la vida de la
calle. Ve la vida, se cansa de ella, y vuelve al habitáculo para escribir lo
que he visto de la vida y lo que va a interpretar de todo ello. Escribir es contar a través de la lengua, la
palabra precisa y concisa. “Todos los días escribo y escribo porque es lo que
hago en la vida. Un camarero hará otra cosa”, dice Landero reflejando ese amor
al mundo del libro, de la palabra, del lenguaje. Juegos de la edad tardía es su
primera novela. Carlos observó libros preciosos entre las novedades, y no
estaba pendiente de las autoridades que empezaron a llegar para inaugurar la
feria del libro. Había 20 o 30 personas importantes inaugurando el acto. Carlos
no estaba al oído de los sonidos, pero le ha llamado la atención volver a oír
la voz de Landero. Ha sido una preciosa interpretación de lo que es la
literatura, el amor al libro, el lenguaje, y la palabra. Y ha sido una
coincidencia escucharle. Carlos iba a ver libros, nada sabía de qué Landero iba
a pronunciar unas palabras. Ha sido algo azaroso y espontaneo. En el comienzo de feria del libro el premio de
los libreros ha recaído en Juan José Millas, que agradecido, ha recogido el
premio. Landero ha recordado a Carlos que la literatura es contar la realidad a
través de las vivencias de cada cual. Cuando se ha girado para verle se ha dado
cuenta de que él mismo está haciendo su propia literatura. Carlos ha retomado
el libro que lleva escribiendo toda su vida, las ambivalencias, una serie de aforismos
culturales sobre la vida y los libros. Conoció a Landero hace ya más de cuarto
de siglo. Era delgadito, ahora esta muy gordo, por el paso del tiempo y por algo
más (la comida). En 1989 sacó los juegos de la edad tardía. Luego llega el
mágico aprendiz. Es una literatura narrativa costumbrista donde la realidad siempre
es muy hostil. Juega con el mágico realismo. En medio de esa realidad suceden
hechos fantásticos. Consigue que todos los protagonistas a través de una
voluntad de seguir adelante no sucumban. Lo fácil en otro escritor sería que
esos seres acabaran mal. Landero muestra una sencillez absoluta en los 10
libros de narrativa que ha descrito. Su tema es la voluntad esperanzadora del
hombre, el hombre interviene en las cosas de la realidad y siempre se recompone
de sus crisis y depresiones y se engancha a la vida de nuevo. Por eso es una
literatura optimista y esperanzadora. Los ambientes son hostiles. No es como
Zunzunegui, no escriben realismo social. Ha dado una vuelta de tuerca al realismo
social y también al realismo mágico de Márquez. Es más moderno escribiendo que
ambos estilos. Por eso en vez de realismo mágico hablamos de un mágico
realismo. Dulcifica el ambiente en teoría hostil con esos personajes que
siempre salen adelante. De alguna manera uno hace literatura con lo que otros
están diciendo. Carlos al volver a ver a Landero, recordaba la imagen que se le
quedó grabada en 1990. Cuando un día por la mañana en Madrid iba por allí y se encontró
con la presentación del segundo libro de Landero. Eran las 12 del mediodía de un
domingo cualquiera en una librería preciosa de Madrid con mucha gente. Carlos iba
con un amigo. Han pasado 26 años y se acuerda de la gente conocida de allá, de
los artistas y políticos. Carlos se pone a recordar, a rememorar su tiempo
perdido y hace literatura del tiempo pasado en su cabeza. Los personajes de Landero
son sencillos y prácticos. En sus libros habla de los antihéroes con mucho amor
frente a la destrucción de las cosas. En Landero hay destrucción y cenizas,
pero siempre reconstrucción. Es muy balsámico, terapéutico y sanador. Félix de
azua también retrata antihéroes, pero su filosofía no tiene que ver con esto. Los
personajes de Landero tienen nombres y apellidos. Puede contar cosas
truculentas, asesinatos o violaciones, pero siempre lo hace con dulzura, como
la literatura francesa.
PASEO BOHEMIO POR LAS LIBRERIAS DE BILBAO
Carlos se sorprende de toda la
gente que viene hoy a entrelineas, igual que la gente del siglo pasado se
sorprendía por una máquina que funcionaba a diez por hora. Ha venido Oliver, su
amigo Javier con unas cervezas, la librera que ha trabajado en todas las
librerías de Bilbao… Oliver, la pareja de Fernando Botanz, ha estrenado hace
poco su obra de teatro de por quién llora el sirimiri. Se ha estrenado como
dramaturgo pues es su primera obra teatral. Se ha estrenado en el palacio
bidarte casa de cultura de Deusto, en el bilborock y en la residencia Miranda. Ha
ganado un premio y a partir de ahora las representaciones ya no serán
gratuitas. Fue el único día que no pude venir a charla de Carlos de entrelínea
porque quería ver la obra de teatro de mi amigo. En su obra la muerte se quiere
al protagonista, un hombre rico depresivo y melancólico. La demás gente a su
alrededor simbolizan el jolgorio, el viva la vida, representan la mentira de
la vida. La verdad de la muerte se lo quiere llevar.
Recuerda Carlos en el año 67 su
periplo sagrado religioso por todas las librerías de Bilbao los lunes. La
librería que siempre recorría era Herriak. En los escaparates se mostraban los
libros clásicos de la editorial cátedra, o de planeta; con fondo blanco y
letras negritas. Leía en la solapa del libro; traducción de José maría Valverde.
Kairos era la editorial de Salvador Pániker. Era un paseo sentimental los
lunes. Recorría la librería Eduardo en la calle buenos aires, bajaba las
escaleras y el señor le recibía en zapatillas, el suelo era de madera antigua. Tampoco
podía faltar a la librería Arriguzea, de color verde, a la galería del libro, a
erguia y luego estaba la librería de la esquina del cine, galería del libro que
estuvo 7 años. Era un habitáculo. Se acuerda de la librería vagar que era una
gitanada, como un cuarto oscuro del hide hace tiempo, para hacer tiempo. recuerda
la librería pequeña del búho. Javier recuerda los libros de Tom Wolfes; el
nuevo periodismo, la hoguera de las vanidades, soy charlote simons, y todo un
hombre. Tenían una recepción muy abierta los libreros de la época. Era la
posibilidad de que el conocimiento se materializara en la presencia de
emisor-receptores, los que estaban trabajando en la librería y los clientes que
la frecuentaban. Había un feed back interesante, sabias lo que podías
encontrar. Te daban una información muy válida cuando preguntabas por el libro.
Se cubría esa posibilidad de conseguir el libro deseado, que no era un producto
ni objeto. El librero era el intermediario que te vendía esas dosis de
necesidad de conocimiento. Los libros estaban bien presentados en las
estanterías y las librerías de Bilbao eran tiendas de gran idiosincrasia. Había
mejores y peores, pero ahora se han convertido en el super mercado del libro,
tienen que vender libros, es el Eroski del libro. Solo importa el negocio. Cada
vez más difícil pedir un listado de libros interesantes. Antes pedias el depósito
de libro y te lo traían. Había gente lectora y procuraban traer escritores
alternativos, gente maja. Recurrían a veces a Amazon. Pero ahora te miran mal
si pides un libro experimental o de nueva era. Cuando se agota el libro se
descataloga y los muchos que sobran se queman, pues no tienen capacidad de
guardar miles de libros. Esos libros los venden a ferias o para papel. En el paseo
del duque de Marzana por las librerías, la niña del emperador va desnudo le
señala con el dedo; ¡el duque de Marzana va desnudo por la gran vía bilbaína!
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