Helena Cortes tiene varios libros
dedicados a Holderlin; Claves para lectura hiperion, estética y ética de Holderlin,
Biografía en verso, poética de Holderlin, El señor del fuego, mitos y símbolos
del herrero germánico. Ha traducido poemas de Shelin Goethe Heidegger. Y el
libro sobre Electra Antígona en Holderlin. La poesía supera a la filosofía. Ha
vertido del alemán obras difíciles y las traduce para el gran público. La poesía
alemana es indivisible de la filosofía
Responde Holderlin a la pregunta
retórica de para que poetas, los poetas son necesarios en tiempos de penuria,
llevan mensaje de renovación en la noche de los dioses. No habla de poesía
cualquiera, no piensa en la poesía intimista sentimental, de las penas del
alma. Piensa en otro tipo más complejo de poesía. Nos movemos en la época de
los inicios del romanticismo. Se interesa por la poesía, por poetas como Novalis;
hay que poetizar “romantificar” el mundo. Apuesta por la creación literaria en
general con componente estético, no habla solo de versos o liricas. Analiza
textos y lenguajes cruzados. Suma la auto reflexión, y crítica literaria, y
quiere introducirlo en el tipo literario. No se va a ocupar de lo que llaman poesía
sino con lo que se entiende por creación artística en general con un componente
estético. Lo llaman una nueva mitología. Hace falta relatos que sean plásticos,
visuales y fáciles de captar como eran los mitos de la antigüedad de las
religiones y culturas. Hay que llenarlos de ideas especulativas racionales sin
perder la parte plástica, de relato fácil de contar. Se refiere a la parte
sensible estética del ser humano. De esta forma cruza la poesía con el pensamiento
Rilke. Hace una poesía integradora de todo. Giorgio Agamben lo llama la Sprachereignis. La poesía como creadora
de mundos lingüísticos dentro de la lengua, pero tiene que ver con nuestro
mundo real. Un evento lingüístico. Algo que acontece de verdad.
Paul Valery, poeta francés muy
conceptual complejo y simbolista, define la poesía de la forma más bella e interesante;
es una vacilación prolongada entre el sonido y el sentido. En el sentido va la
parte especulativa racional las ideas. Pero no podemos perder la parte
estética, rítmica, algo que pasa a través de los sentidos y no de la razón. La
música la recibimos de forma directa sin pensar en nada. Se une lo especulativo
y lo emocional en el mundo del arte. Hay 3 disciplinas que se ocupan de los enigmas
del ser humano; la filosofía, la religión y la poesía. A partir de cierto
momento de la historia la gente se dedica a filosofar, lo hace con elementos
racionales especulativos, complicados para los no iniciados, pero esto no
abarca la parte sensible emocional no racional y sentimental del hombre. La
religión se ocupa de esto, da respuesta a la parte emocional, consolarles, dar ayuda
espiritual, pero obliga a dejar la razón. Es la vía de la fe, de la creencia.
La poesía en sentido amplio trata de reunir los dos componentes y dar respuesta
a la parte intuitiva y la especulativa. Es la perfección para tratar estos grandes
temas del ser humano.
Vamos a tratar los dos grandes
ciclos que dieron fama a Rilke; las elegías y los sonetos a Orfeo. los crea
Rilke a punto morir, en 1922, los escribe en pocos días, del 2 al 5 de febrero es
la primera parte de los sonetos. Del 11 al 20 de febrero la segunda parte y el
11 de febrero termina las elegías de Duino.
Escribe 55 sonetos en pocos días. Él decía que parecía que se los
estaban dictando. Coincide con el día que termina las dos obras. Las 10
elegías, tardó en escribirlas 10 años. Fue un momento de crisis creativa, gran
depresión. El año 22 es una tormenta creativa. Un caudal poético tremendo. Los
sonetos son inferiores a las elegías, dicen muchos críticos. Los sonetos son
positivos. Es una poesía difícil la de su última época, es muy conceptual y
simbolista. Juega mucho con el sonido, el ritmo. Quiere hacer poesías perfectas
desde el punto vista sonoro y le da igual si tiene sentido o no. Es un difícil
abordaje iniciarse para desentrañar el misterio que encierran. Hay que entenderlo
como ciclo. Se puede leer por separado. Admiramos la capacidad sonora que
tienen el mito de Orfeo que nos habla del orfismo. Es un canto y poesía de trascendencia
de la muerte y metamorfosis. Se basa en la poesía de Valery que le influencia,
quería una poesía con símbolo, concepto y ritmo. Era sensible a los paisajes
bellos. Escribe en un castillo y describe el paisaje del Rodano. La naturaleza
revive después del letargo invernal y florece la naturaleza, el renacer de la
vida, el eterno ciclo ambiental, la metamorfosis de la naturaleza.
Dedica el ciclo a Ouckama, es un epitafio de la muerte de
Wera Ouckama ejemplo de trascendencia de la mortalidad a través del arte y la
belleza. Era una bailarina del círculo de amistades que representaba el arte y
la belleza, era joven, pura y virginal. Baila muy grácil. Muere a los 19 años y
esto le provoca un shock, es la muerte temprana de algo que representa belleza
en estado puro. Es una forma artística de aceptar su muerte. Ella sigue
bailando a pesar de la enfermedad, luego se dedica a hacer música, y cuando no
puede, dibuja. Muere así siempre artista. Le impresiona esta muerte tan cercana
y esta forma de morir. Idea de la trascendencia de la poesía. Esta suma lirica
habla de la experiencia de la despedida del tiempo y la muerte y la
trascendencia del no ser en la poesía y en la vida
Hablar del cantor y poeta es lo
mismo. Orfeo es alter ego, es el mismo y auto reflexiona como poeta sobre la
poesía misma, sobre el quehacer poético. Orfeo está casado con la bella Eurídice
que muere por una mordedura de serpiente. Su canto tenía hechizado a los dioses
y ninfas, los animales iban a escucharle, las fieras se tranquilizan con él, se
apaciguaban. Hay cuadros preciosos en la historia del arte que lo ilustran. Los
ríos se salían de su cauce para escucharle, las rocas se desplazaban para
oírle. Era un canto maravilloso que cesa cuando muere ella. El mundo se vuelve
frio y triste. Los dioses no lo admitían. Las ninfas le convencen de que baje a
los inframundos para devolver al mundo a su esposa. Es un viaje complicado.
Gracias a la música supera los peligros del inframundo. Cesan los tormentos del
infierno cuando él toca. Con esa música maravillosa convence a Hades y Perséfone,
dioses del inframundo, para que vuelva al mundo de los vivos. Eurídice debe seguirle,
no debe girarse atrás a sus espaldas oiga lo que oiga. Están los dos bañados
por la luz del sol. Pero él se gira cuando a ella le falta de salir un pie, el
pie no estaba bañado por el sol. Ella tiene que regresar al inframundo. Ya no
es la desesperación inicial, ahora está iniciado, él ha visto la muerte y la ha
vencido, ha salido del mundo de los muertos. La poesía es capaz de traspasar
los umbrales. De integrar muerte y vida. La propia muerte de Orfeo así lo
cuenta. Las seguidoras del dios Dionisos del vino entraban en un frenesí y
bebían vino y con el puro éxtasis despedazaban animales y los comían.
Participaban de la carne y sangre del dios. Esos animales estaban consumidos
por el dios. Se lo ofrecían como sacrificio.
Las ménades se enfadan con él pues no quiere gozar de ninguna mujer, las
repudia. Solo amaba a Eurídice. Aunque las malas lenguas dicen que se consolaba
con muchachos. Ellas le despedazan. La cabeza sigue cantando y la lira sigue
tocando. Es un mito que refleja que la poesía eterna no se puede destrozar.
La metamorfosis aparece en los
cuentos clásicos como símbolo. En el libro de Ovidio la metamorfosis y las
geórgicas que tratan este tema. Los dioses se trasforman en seres de la
naturaleza. Las ninfas son acosadas sexualmente por algún dios y ellas se
transforman en árboles o arroyos. Es el caso de la ninfa Dafne acosada por el
dios apolo que se convierte en el laurel, el árbol de Apolo. Apolo es el dios de
la poesía. Se les corona con laurel. Su árbol es siempre verde, nunca muere.
Sus poemas están llenos de metamorfosis. Los acosadores sexuales se trasforman
en otros seres vivos para obtener a sus presas. Zeus o júpiter se trasforma en
cisne para Leda, en toro para Europa, en lluvia de oro para Dafne, rayo para
Selene, en águila para Ganimedes (el muchacho homosexual). Se integra en los sonetos
de Orfeo. Habla del ciclo eterno de vida y muerte como circulo eterno en que
todo se trasforma. La energía ni se destruye ni se crea, se trasforma. Es el eterno
retorno de lo mismo, el circulo órfico. No hay noción de mortalidad, el ser es eterno.
Hay momentos de retorno al ser para valorar la inmortalidad. Son momentos de
plenitud absoluta del ser, en los que somos y ya está. Se anula el tiempo, hay
eternidad.
Un árbol
ascendió entonces, oh pura trascendencia, Orfeo canta. Canta al alto árbol en
el oído, todo enmudeció y del total silencio nació su metamorfosis. Este
verso es una invitación a abrir los oídos como hacían los juglares (oh,
escuchen mi historia). Hay que abrir los oídos al canto órfico. Indica que los
poemas son de estilo hímnico, no son elegías. Celebran algo. La idea de lo
inexpresable con palabras. No es una idea visualizable, pero si audible. Cuando
no tenemos palabras decimos Oh. Es decirlo a través de sonidos y símbolos. El
árbol es metáfora de la naturaleza siempre mudable, eterna metamorfosis.
Trasciende la naturaleza orgánica y se convierte en un árbol que oímos en el
poema. Vive en el oído. Este verso es traducido por trascendencia, traspasar es
elevar. Se trasciende el caos de la naturaleza que le lleva al silencio del que
escucha el canto. Las bestias emergieron del silencio,
abandonando sus guardias. Ni por astucias ni por miedo se mostraban en silencio
sino por estar a la escucha. Nos ponemos a la escucha de estos cantos
órficos. La metamorfosis no es la de las ninfas en árboles, sino la trasformación
del lenguaje. De eso habla Rilke. Las metamorfosis son las metáforas. Un árbol
se trasforma en algo que tenemos en el oído. Hagamos un trabajo conceptual y
simbólico. Desentrañemos esto. Trabajamos con la metamorfosis lingüística, nace
un árbol de la vida en el oído. Tenemos la plenitud de la vida. Hay que darle
casa al dios de la música en el oído. Darle templo al dios en el oído, no el
físico, sino el oído de nuestro interior. Ponernos a la escucha del poema
órfico. No se aborda con la lógica sino con la sensibilidad. Usa tercetos
cuartetos. Juega con las referencias al oído. El soneto es un árbol y una lira.
Los árboles son la voz de Orfeo, el maestro.
La primavera
ha retornado. La vida es como un niño que sabe poemas. El maestro te enseñó
tanto. Ella lo canta la tierra. Rilke está cantando a la vida, a la
tierra misma. Se celebra ese canto, la vida siempre retorna. Le obsesiona la
hermandad con las cosas. El hombre con su racionalidad está separado de los
objetos. Tenemos momentos de comunión con las personas, pero con los objetos
no. Pone en mismo nivel a lo orgánico y a lo no orgánico. No hay diferencia, en
la ciencia, se dice ahora, pues todo son algoritmos. Hay que hermanarse con el todo para celebrar
la vida.
Si uno durmiera
con las cosas que ligero volvería. Retornando allí se quedaban. Es una traducción,
en el original es más bonito. Nos habla de unirse al todo del universo.
Traspasar los umbrales, ser maestro de los mundos, de los vivos y muertos. No
dejar que nos asuste la muerte sino integrarla al círculo de la vida. Las voces
se tornan dulces y eternas. Muerte y vida pasa todo a la vez, no hay separación
en el círculo, es un eterno retorno. Hay que traspasar los umbrales como Orfeo.
Entregarse al instante y vivir esos momentos de eternidad en que no se cuenta
el tiempo. El éxtasis amoroso o artístico son momentos de plenitud del ser.
Habla de los instantes de culminación poética. El ser es en el aquí y ahora. Dejar
a la rosa florecer cada año a su gusto y manera. Ve metamorfosis en esto y
ahora. una vez por todas Orfeo es cuando canta, viene y se va. El cáliz de
rosas sobrepasa un par de días. Él tiene que desparecer para que podáis
entenderlo. Él no tiene miedo a desaparecer. Ya está donde no podéis
acompañarlo. La lira no constriñe sus manos. La rosa es imperecedera, dura dos
días, es absoluta belleza cuando permanece. Es lo perfecto que dura instantes y
se va. Pero ¿qué importa? La vivencia es eterna. Como no tiene conciencia es
eterna. El hombre levanta memoriales de piedra para ver si ganamos al tiempo,
para que su recuerdo viva siempre. Es algo inerte frio. El tiempo siempre gana.
La piedra desaparecerá. La rosa dura un día, pero es perfecta.
Reclama la vivencia de la existencia frente a
la racionalidad del hombre que busca la eternidad por el camino equivocado.
Orfeo es su propia metamorfosis que se trasforma en todas las cosas. El agua
cae y vuelve a alimentar al manantial. Eso simboliza la fuente, el espejo que
congela los instantes. Y siempre los árboles que están sin hojas, pero luego
aparece el fruto. Usa símbolos diversos para hablar de la trasformación de las cosas.
No existe la muerte, todo vuelve a florecer.
No hay que buscar otros nombres.
Los nombres son clasificadores, no hay que hacer categorías, divisiones, noche día,
hombre mujer. Esta división de conceptos es separadora. Debemos apostar por la
ambivalencia, aceptar la noche y el día. El hombre tiende a medir, contar,
clasificar, poner en parcelas estanco, delimitar lo eterno e inaprensible. Al
hacer eso nos separamos de las cosas y nos quedamos escindidos del resto del
universo. Hay que ir al contrario de esa tendencia. Vivir las experiencias del
instante. Orfeo es cuando canta, eso es la plenitud de la eternidad. No cuenta
el tiempo. No hay un discurso o lógica sino una canción eterna. El hombre con
su conciencia es mortal, tiene en la cabeza la idea de finitud. El animal o
niño al no tener conciencia son eternos. Si no hay conciencia no hay muerte.
Aves, animales, árboles son ejemplos de ello. Superemos la metafísica
tradicional. Pensemos la existencia humana desde parámetros integradores. Hay diferencia
entre los seres con conciencia o sin ella. Los árboles invernales son eternos.
No somos uno, dentro de nosotros mismos estamos fragmentados, rotos.
Sobrepasados y tardíos nos colocamos con urgencia alas y caemos en el estanque indiferente.
Somos conscientes del tiempo del acostarse. Los leones mientras dura su majestad
no saben de su impotencia. Los árboles no son conscientes de que perderán la
hoja y la volverán a recuperar. Los hombres no somos uno, estamos escindidos
por el pensamiento lógico. Las aves sin ponerse de acuerdo todas juntas emigran
al sur. No lo hacen con conciencia racional sino de otra forma. Los hombres no
llegan a tiempo, siempre corriendo, pero si tienes conciencia del tiempo el
tiempo siempre te ganará. Caen al instante indiferente. Somos conscientes del
florecer y el agostarte. Incluso en momentos de plenitud y éxtasis sabes que
esto va acabar, vas a morir, se va a despedir la vida. Los leones son los reyes
de la naturaleza y viven los instantes en plenitud sin saber de su ocaso. Es superar
a la finitud. Adelántate a toda despedida como este otoño que ya se marcha. Hay
que poner el tiempo detrás y no delante. Nos despedimos de lugares, objetos y
personas queridas. No poner la muerte delante como un destino trágico al que
estamos abocados. Ponerlo detrás. Para luchar contra este invierno. Hay un infinito inverno que tras traspasarlo el corazón todo
supera. Eurídice asciende con la canción de Apolo, hacia la relación
pura. Sé siempre muerte en Eurídice. Acepta esta muerte. Solo si la entendemos
e integramos en la vida podemos ser iniciados y entender el ciclo órfico.
Aparece mucho el “sé”. Entrégate al ser en el instante, al aquí y no uses todo
el tiempo categorías clasificadoras. Los hombres estamos de paso en el reino
del declive. Sé un cristal sonoro, aunque se quiebre en el instante. Un solo
instante basta de plenitud. Una soprano quiebra un cristal. Ser entraña la
condición del No ser. La intima vibración del cristal se consume. Súmate a la
gastada muda provisión de la naturaleza. Súmate jubilosa y reduce su cifra a la
nada. Habla del ruido de las maquinas, de la revolución industrial, que impide vivir
el ciclo. Después del ciclo da una lección final. De ti se olvidó lo terrenal.
Yo fluyo. A las presuras aguas diles; yo soy. Fluir es algo que se va, finito y
ser se ponen de acuerdo, lo estable y lo inestable. En ese círculo eterno que
fluye hay un ser permanente. Se aleja del ser platónico y se acerca al ser de Heráclito;
nunca te bañarás en el mismo río pues ni el río ni tú seréis los mismos. Es el
eterno fluir, ser y encontrar el sentido a la existencia.
Es una negación del tiempo, es la
atemporalidad. La metáfora como metamorfosis. El fluir como el ser. Son un
canto a la existencia casi nietzschiano, el gozo del vivir existir, algo
jubiloso. Es el circulo de la vida como metamorfosis y continuo cambio. La circularidad
del tiempo. la atemporalidad. Muerte y vida en un círculo temporal, la
anulación de la antítesis del lenguaje. Un niño comiendo una manzana con todo
el jugo. Cuando mordemos la manzana esta muere en nuestra boca, pero el niño
vive gracias a esa manzana. Vida y muerte están unidas. La manzana se convierte
en niño. Esa abundancia de manzanas, de espinosas grosellas, nos habla de vida
muerte en la boca al morder. Presiento que a un niño se le lee la felicidad en la
boca cuando saborea la manzana. La manzana simboliza el pecado, el demonio peor
también la felicidad. Al morder la manzana de la sabiduría Eva queda condenada
y la bella durmiente se envenena y queda aletargada. La manzana cae del árbol
de la sabiduría, como le cayó a Newton mientras dormía bajo un árbol. La manzana
es peligrosa si Guillermo Tell lanza una flecha contra ella sobre la cabeza de
su madre. es la manzana envenenada. Se diluyen el nombre de manzana en la boca
del chaval. La realidad de la manzana supera la idea de manzana. Esto nos habla
de que no hay que poner nombres a las cosas, sino vivir las experiencias como
al morder la palabra o la manzana. Donde antes había palabras ahora hay vida.
Atreveos a saborear la manzana sin nombrarla. La definición más hermosa de
manzana; dulzura que primero condensa y se eleva al ser degustada. Despertar y
tornarse trasparente, ambigua y soleada la manzana. Es la experiencia un goce
gigantesco. Es la experiencia de la plenitud. La poesía puede superar a la
filosofía y la realidad a la ficción y la existencia precede a la esencia.
Rilke nos trasmite ideas a través del caudal de símbolos, sensaciones y
sonidos, sin racionalización. Quevedo a la tumba de julio cesar decía; también
para la tumba hay sepulcro. También la muerte muere.
Rainer María Rilke escribe las
elegías, encuentra inspiración para completar una concepción poética. Es el
poema de la separación, en el que el humano aparece escindido y deseante siempre
de algo. El deseo implica una carencia anterior, una necesidad, decía Schopenhauer,
pero lo propio del hombre es soñar y desear. Rilke escribe este poema de
añoranza y desolación. Febrilmente Rilke completa una concepción filosófica
poética en la figura y forma de sonetos. Es un canto a la eternidad, una celebración
de la unión del hombre con la naturaleza. Son piezas y símbolo que se unen
formando momentos innumerables de la poesía que no es versificar sino construir
un mundo. La ponente nos invita a una aproximación bella a su poesía.
En la rueda de preguntas, una
asistente destaca la sencillez y profundidad de esta conferencia. La ponente
recomienda no obsesionarse por interpretar cada verso racionalmente sino
dejarse llevar por la experiencia vital. Aunque no se entienda exactamente lo
que dice en cada verso, léanlo porque es una cumbre de la poesía de todos los
tiempos. Rilke habla de unirse con la naturaleza, y viajar hacia dentro.
Poetiza el mundo otra vez de forma inmensamente humana. En vez de salir parece
que entra. Es un canto más a la finitud, lo que sabemos lo sabemos para
siempre. No podemos dejar de ser humanos. Ese salir hacia fuera evita
bestialidad y hostilidad de la naturaleza que también existe. La mirada es
lírica y plenamente humana. No plenamente exterior. Se mezcla el mundo interior
del artista con el mundo exterior de la naturaleza. Para Rilke el exterior no
es la ciudad y el mundo urbano sino la naturaleza salvaje e inocente. es un
feliz rencantamiento del mundo otra vez.
El poemario es un tanto complicado
y ambiguo. Se puede leer en varios niveles. Habla de la naturaleza. La metamorfosis
de Ovidio y de los mitos griegos es la metamorfosis de las metáforas. Crea un
mundo nuevo en el lenguaje. Los sonetos cantan ellos solos, son sonidos ellos
mismos. No habla de lo de ahí afuera sino de lo de dentro, como poeta quiere
crear mundos poéticos. Es sobre todo poeta. Se pueden trasladar esas ideas para
la vida misma. Tiene varios niveles. Los símbolos no hay que tomarlos al pie de
la letra. Son metáforas visibles para él; la primavera, el invierno que siempre
retorna. Habla de la construcción lingüística que él está haciendo. Es una obra
por tanto meta literaria o meta poética, habla del proceso de creación lingüística.
Se pueden hacer varias lecturas simultaneas de los poemas. Y guarda similitudes
con la mística. Rilke estuvo influido por doctrinas exotéricas metafísicas. Y filosofía
oriental. El orfismo está conectado con todo eso. Coge mitos del mundo griego,
pero está hablando del zen oriental. Conocía estas corrientes que conectan con
sus ideas. Había leído trabajos de filosofías orientales.
Vuelven a destacar el equilibrio
entre claridad y profundidad de la ponente. Ha gustado mucho a una asistente la
imagen del monumento de piedra; nos obsesionamos por mantener el tiempo, por
luchar contra la muerte y el olvido. Rilke entendía su literatura cuando lo
recibimos como un verdadero monumento que nunca se va a demoler. Es una necesidad
poética diferente al intento burdo de inmortalizarnos. Va más allá. A veces
notamos al poeta irritante. Es un excelente poeta. pero se obsesionó con lograr
poemas tan perfectos que esto le ocasionó crisis existenciales. Enfermaba
escribiendo. De su poesía quitó las afectaciones y vanidades, la retórica
pomposa. Buscaba la esencia entre las apariencias y la verdad entre las
mentiras. Es el legado que nos deja. El poeta
puede ser eterno a través de esos poemas que deja. Es la carrera que persigue
toda su vida, lograr unos poemas lo más perfectos posibles. Consigue la
perfección absoluta del poema y así ser plenamente. Lo vive como poeta, a través
de la poesía hace esa búsqueda de sentido filosófica.
La ponente ha traducido a Rilke
para sus clases o para este ciclo. Pero no ha traducido toda su obra ni publicado
poesía de Rilke. Sn haberse dedicado a él como traductora es uno de los poetas
que más le interesan. Esta unido a Holderlin, porque ambos poetas en su poesía integran
la profundidad del pensamiento, cuidando el puro lenguaje, el sonido y la forma.
Cuando lee esos poemas es una experiencia única. La experiencia de traducir es un
mayor acercamiento a un texto. Hay que luchar para captar la forma, el sentido,
las metáforas… entras a una comunión especial con el texto. Ella no entendía a
Fausto hasta que lo tradujo. Lo ha entendido a su manera, no sé si es válida o
no su forma de entenderlo, pero esta ha sido su invitación a los poemas órficos
de Rainer María Rilke. alejada del sectarismo, concibe el orfismo como una
filosofía interesante, siempre que no se tome al pie de la letra, con fanatismo
o como una nueva secta New Age. El orfismo ha influido a muchos escritores,
pues el ciclo órfico nos habla de la rencarnación, la inmortalidad y la vida
eterna al menos durante el artificio de eternidad que es el arte.
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