En el video vemos obras de
artistas como Andy Warhol, Picasso, Fernando botero, David Horcney, Francis
Bacon, Dalí, Eduardo Zamacois, Eduardo arroyo, Klimt, Chagal, los
impresionistas. Javier Goma entrevista a Miguel Zugaza sobre el humor en la
pintura. Goma siempre ha sentido envidia de los autores que suben y después le
dan un aplauso. Cuando el acaba un trabajo le invitan a cenar, pero nadie le
aplaude. Fernán Gómez decía que cuando iba al notario nadie le aplaudía y que él
tenía un trabajo que le aplaudían. Lo increíble es que les aplaudan cuando no
has hecho nada como ahora, solo por lo que son. Hablar de arte no tiene que ser
humorístico sino muy grave, serio. La relación entre el arte y el humor es
problemática. En el cine o literatura es más sencilla. Goma trata de explicar
porque a su juicio el arte ha sido más serio antiguamente y se ha hecho más
popular y divertido con el paso del tiempo. Estructura la charla en 15 minutos
para definir como un esbozo nada concluyente unas notas sobre el humor y su relación
con el arte. En segundo lugar, se ha repartido los papeles así; Miguel
propondrá unos cuadros en evolución histórica y un discurso sobre la evolución
del arte en general y la pintura en concreto con el humor y cerrarán con unas
viñetas alusivas al arte contemporáneo.
Les ha parecido prudente no
empezar con una sucesión de obras concretas sino una breve introducción de que
es el humor y su relación con el arte plástico. Basta con madurar, salir del
gineceo de la infancia adolescencia, para ver que la vida es seria. El destino
funerario nos espera y añoramos lo que podemos llamar unas vacaciones de la
realidad, unos instantes donde las reglas de la realidad queden temporalmente
suspendidas. El juego, el sueño, el erotismo son formas o modos alternativos de
vivir. Lo que un teólogo alemán llamaba el sentimiento oceánico de lo divino,
la mística y el arte y el humor. Nos ayudan a negar la tremenda sequia de la
vida y nos da la ilusión de un mundo sin dolor. Esto admite muchas
modulaciones. Son varias las modalidades de humor que existen; ingenio,
agudeza, broma, chiste, parodia, sarcasmo, ironía… el principio común de estas
modalidades es que en todas las formas hay un empequeñecimiento o disminución
del tamaño moral de lo que es sujeto de la broma. Kant dice que la risa, o el
humor, es la súbita trasformación de la ansiosa espera de la nada. En lo cómico
hay cierto nihilismo, que reduce a la nada el todo o disminuye el tamaño en
términos morales de algo que pretende constituirse en el todo. Es el enemigo de
las formas variadas de totalitarismo, ideológico, político teológico. Lo
primero que no acepta, lo primero que Platón expulsa de la república es el
humor y a los poetas. Se ve en el terror estalinista o el islamismo, suprime la
proposición relativista del humor. Hay también un totalitarismo del ego
freudiano. Si nos dejaran el yo ocuparía como el gas todo el espacio
disponible. No se trata tanto de negar el ego como de civilizarlo, educarlo,
sublimarlo. Y para ello el humor es un instrumento muy socorrido. No hay nada más
terrible que un hombre que se toma tan serio que no admite un tono de humor. No
hay nada más civilizado que un hombre que haga una auto ironía. Su ego se
ensancha ampliamente, pero conoce los mecanismos que civilizan el totalitarismo
de su ego. Al final está el totalitarismo de la muerte, la aceptación del
principio de realidad que es un absoluto que nos abruma y necesitamos algunos
trucos para conllevar esa realidad. Max Sheler el filósofo recomendaba aplicarse
un poco de frivolidad metafísica, una jovialidad o sentido deportivo de la
existencia que permita y haga tolerable nuestro destino. Aunque él era muy
serio. El humor desdramatiza la existencia y hace vivirla con una liviandad soportable.
¿A quién no le ha dado un ataque de risa en el momento menos apropiado, en un
entierro, funeral o acto oficial? Este elemento hace que la realidad insoportablemente
seria se haga soportable. El humor es como unas vacaciones de la realidad, un
relativismo, empequeñecimiento, anonadamiento, para sobrevivir a la vida. ¿esto
es o no aplicable al arte? No le parece tan evidente que lo sea. Les han dado
un regalo envenenado porque el tema es complicado, pero se han esforzado en
llegar a unas conclusiones. En la antigüedad grecolatina se desarrolló la pintura,
pero apenas ha quedado nada de ella. Han quedado documentos gráficos en paredes
y techos. Cuando en el renacimiento se trata de renacer imitando en la pintura
a los clásicos pintaron imitando la escultura porque no les llegó obras
pictóricas. Los renacentistas asumieron temas como propios, muy serios, algunos
heredados de tiempos anteriores. Los temas eran los grecorromanos, la fuente
bíblica y las hazañas épicas y guerreras de los príncipes, emperadores y reyes
que llenan paredes y paredes del renacimiento. El renacimiento trajo muchas
novedades. El retrato, por ejemplo, que surge cuando la individualidad pide
reflejar unos rasgos individuales. Antes era una pintura de modelos más que de
rasgos individuales. Otro tema serio fue el bodegón. El humor relativista, de
empequeñecimiento no es fácilmente compatible con estos temas de seriedad que
quieren elevar y dignificar a una nueva clase social, la nobleza. El arte que
se hace es de estado, de reyes, de las partes nobles y la iglesia. Esos
estamentos estaban para poca broma, quieren dignificarse, glorificarse. Son retratos
de estado donde se vanaglorian, nadie quería comprar un retrato que apareciera
ridiculizado el noble. Hay ironía, juego mental, agudeza, ingenio, y
relatividad sobre los temas anteriores de una forma sutil. Hay cierta evolución,
pero muy lenta, porque los pintores están ideológicamente controlados por algún
tipo de autoridad. Hay una idea que no es suya, sino que viene del mundo de la
literatura, pero se puede aplicar a la pintura. Durante milenios se había
repetido la misma ecuación. En literatura es clarísimo. Si se quiere hablar de temas
serios (dilemas morales, Edipo, Sófocles, la toma de Troya, la justicia, la
dignidad…) el artista debía utilizar grandes héroes idealizados y en literatura
normalmente era verso. Si uno tenía el capricho de meter en sus obras una
persona cotidiana, (no a dioses o héroes del olimpo) la regla era que fuera en
un registro cómico. Sófocles hace temas serios con personajes míticos.
Aristófanes retrata pescaderos o verduleros, pero siempre en registro cómico.
Una peculiaridad del renacimiento es la conquista de la vulgaridad, de la cotidianidad
como registro serio y de lo cortesano como algo cómico. En los bodegones renacentistas
tenemos una naranja plátano y vasija pero aunque sea de la vida cotidiana el
registro es serio. ¿Los borrachos de Velázquez es una ironía respecto al mito
de Baco o es un subterfugio para dignificar la dignidad de los borrachos? El
cuadro es profundamente serio. En la familia de Carlos IV de Goya, con esos
rastros lerdos de la familia y ese porte tan poco distinguido, ¿está ironizando
sobre la familia real? Es algo inverosímil en un cuadro de arte mandado hacer
por los reyes. ¿o está más bien reconquistando la vulgaridad dotándola de una
gran dignidad? Existía un arte más esquivo, más popular con otro registro, a veces
panfletario o que ilustraba o iluminaba los libros. En la edad medía el pueblo
se ilustraba a través de un lenguaje icónico, con los cantos y santos y los
libros iluminados. Las caricaturas que Lutero y lucas Cana el viejo hicieron en
“el libro contra el papado de Roma fundado por el demonio de 1545” son cómicas.
Le ha venido a la cabeza estas imágenes sin saber porqué. Lutero se muestra bárbaro,
popular, incluso con mucha escatología cuando Lutero es capaz de los mayores refinamientos
espirituales. Esto sólo demuestra que había en otro nivel más popular y no
elevado un arte satírico, de crítica. Esto se desarrolla en el siglo XVIII con
un grabado de denuncia social, de crítica de las costumbres. Y con el
desarrollo del periódico y la generalización de esas viñetas de tono satírico,
burla y denuncia. Todo lo que acaba de decir es anterior al arte de las
vanguardias, de finales del xix y del siglo xx. Todo en el arte contemporáneo
es una especie de gran broma, basta ironía, casi sarcasmo del arte original. No
hay un principio heredado del arte tradicional, que de maestro a discípulo se
había generalizado en los gremios. Si querías pintar debías aprender y respetar
unas reglas como el arquitecto. Uno aprende del maestro la forma, la
proporción, la línea, el canon, los colores... La vanguardia demuestra que todo
esto que parecía inherente al arte se puede prescindir de ello. El arte
consiste en la libertad. Es igual un coche de alta velocidad o el bigote de la
mona lisa que la capilla Sixtina. Las vanguardias son explícitamente humorísticas
como el arte surrealista, el dada o el arte abstracto, el arte del ingenio
llevado al máximo terreno.
Zugaza va a hacer de picadero
banderillero tras recibir Javier goma a este toro del arte que le tocará
matarlo. Es un toro de cuernos, serio y asesino. Hay tres alternativas, ¿la
pintura burlándose del hombre, provocando la risa? ¿el hombre burlándose del
arte en las vanguardias? O una modalidad más retorica ¿o el arte burlándose de
si mismo? Son las tres alternativas del debate. Ha elegido los cuadros del
museo de bellas artes de Bilbao y del prado, los dos museos que más conoce. Es
difícil encontrar el humor lo ´cómico en el prado si no estuviera muy presente
la obra del Bosco y sus seguidores en esa exposición que se celebró el año
pasado y que presidieron los reyes de España. Tendríamos que esperar a Goya y
al mundo contemporáneo para encontrarnos con el humor. Estamos en el norte de Europa
en el mundo del renacimiento entre el mundo medieval y el moderno. Gracias a la
paciencia de Felipe II tenemos la obra del Bosco en el museo. Tiene una resistencia
en considerar humorística la obra del Bosco, aunque es una persona muy liberal.
Tratan de defender al Bosco quitándole ese carácter humorístico que tiene, convirtiéndolo
en un pintor más moralizante que crítico con la sociedad de sus tiempos. El
tríptico del jardín de las delicias, su obra más famosa, entró en el escorial.
El que hizo el inventario del cuadro dijo; un cuadro sobre la variedad del mundo.
Una pintura de historia no creada para un templo religioso sino para la corte.
Los cortesanos hablaban delante del cuadro del edén en una conversación sobre
lo humano, lo divino, la naturaleza. No hay que quitarle esa cualidad
intelectual ni renunciar a su potencia intelectual. Incluso el padre Sigüenza,
el primer defensor del Bosco, se contradice. Trata de proteger al Bosco de la
pasión a la obra del Bosco y de los críticos que lo pueden considerar herético.
El cuadro lo acepto el propio rey que era tan caótico. Hay que darle al Bosco
ese carácter profundamente religioso. Se interpreta el Bosco en su jardín con un
registro humorístico, aunque hayamos perdido sus códigos simbólicos. Aparecen
los pecados capitales, obras que relacionamos con una visión moralista y con
vocación de ser ejemplificador, identificar los pecados y debilidades de lo
humano a través de la pintura. Hay una clave de humor, cree. El propio padre Sigüenza
pretendía demostrar que el Bosco denunciaba las malas costumbres, los malos hábitos
de las almas miserables que se condenaban al infierno. “Son hombres que por
soberbia son leones, por venganza tigres, por la lujuria mulos caballos y puercos,
por tiranía peces, por vanagloria pavos, por diabólicos; aves rapaces, por la
gula lobos, por la insensibilidad y malicia asnos, por la simplicidad vastas
ovejas, por travesura cabritos” “Y otros accidentes, metamorfosis y formas que corresponden
y transitan sobre este ser humano. Se hacen monstruos y disparates por el fin
tan vil del gusto de una venganza, la sensualidad, la honrilla y la apetencia y
la estima hasta el punto de que no llegan a paladear y mojar la boca del saborcillo
de una fresa o madroño y muchos sólo con el olor se sustentan”. Unamuno decía cuando
escribía la historia de la orden jerónima que la mejor prosa del XVII estaba en
Sigüenza que tiene un castellano verdaderamente delicioso como podemos apreciar
en la cita. Cuando hacen la exposición del centenario del Bosco hicieron un
documental del jardín de delicias y reunieron 20 voces autorizadas de intelectuales
y artistas. Todas tenían una opinión del cuadro, pero el único que entendió esa
vis cómica fue Mikel Barceló que en el documenta no paró de reírse buscando
esas formas diferentes de representación de la condición humana y las malas
costumbres.
Pieter Brueghel el viejo pintó la
fiesta de san Martin, era discípulo directo del Bosco. Es una obra perteneciente
a a familia Medinaceli, una de las grandes colecciones del arte del país que
hace poco la han recuperado para el museo del Prado. Allí vemos el recurso a lo
cómico que toma mayor visibilidad. Lo veíamos escamoteado en el caso del Bosco.
En esta bacanal popular se reúnen centenares de figuras en torno a la fiesta
del vino todos tratando de beber el vino. Es un tríptico imitando la escena
ejemplificadora, el religioso cubre con su capa a un pecador. Está llena de
escenas cómicas. No oculta los caracteres, cada personaje está caracterizado en
la pretensión de tomar ese vino usando todas sus armas. En la parte izquierda
de ese tríptico esta la consecuencia del vino, la embriaguez, los vómitos, la
mala práctica de la madre que hace beber el vino al niño. Hasta que punto lo cómico
por ser realista siempre se asocia a lo popular. No vemos registros de un rey o
obispo haciendo algo cómico. Siempre le ha chocado a Goma que a finales del
siglo xviii apenas haya opera con humor. Preguntó a un asesor de ópera, y
efectivamente en el siglo xx no hay opera con humor. Después del romanticismo
nos llenamos de énfasis y solo podíamos hablar de amores, desamores, muertes, despechos
y venganzas. No está el humor en la ópera. Lo humorístico se asocia a la clase
baja que ya está empequeñecida en si misma. No es más que el ejemplo de una
moraleja. En otra obra del museo de bellas artes de Bilbao, vemos una obra de Jan
Manyn, un pintor flamenco de Amberes del siglo XVI. Pertenecía al marqués de Leganés
que en su inventario figuraba como el Bosco. Es una boda campesina con ese
humor aún moralizante; se critica la ignorancia, la novia con cuchara, las cascaras
de huevo representado la lujuria. Es el triunfo de lo anecdótico. Se pueden
añadir muchos ejemplos a este género. De David Teniers a la propia pintura
vasca, Antonio Lecuona fue profesor de Unamuno. Unamuno le tenía y le decía que
era el Tenier vasco. Pinta escenas en torno a la embriaguez, y a la alegría de
vivir, la anécdota del vivir, que tienen que ver con el humor. El humor en la
pintura de costumbres. Unamuno en un artículo en 1904 habla del sentido
humorístico propio del vasco; “Se ha dicho que el vasco es triste, triste
habría que creerle según los escritos de Baroja. Pero tiene una alegría casera
y recogida, el estallido de la vid que se desborda. Para alegría la de mi país;
una sonrisa casera, la alegría del vasco como el sol que sonríe entre las nubes
entre las montañas verdes, a través de la lluvia. Es una alegría agridulce como
la del chacolí o la sidra, una alegría de dentro. No la que el sol impone sino
la que brota del estómago saciado. No del cielo sino de tierra. Alegría a la
holandesa, sobremesa tras grandes cenas pantagruélicas y comilonas. No la que
se nutre de manzanilla, aceitunas y pinchos morunos”. Esa cita de Unamuno nos
lleva a la pintura de Rubens, aún clásica pero con gordas de chiste, con humor.
Damos un salto a lo contemporáneo.
El triunfo de los borrachos de Diego Velázquez que es el más contemporáneo de
todos los artistas contemporáneos. Había varias opciones en la época. Estaba la risa filosófica. Los bufones, profesionales
dedicados en la corte al recreo y divertimento de reyes y cortesanos. Pero nos
encontramos que Velázquez con su gran inteligencia trasporta y trasmuta los géneros
de la historia del arte. A el genio le decían que solo sabía pintar cabezas.
Había sido contratado para pintar los retratos del rey y tenía la mala fama de
ser solo retratista. Su suegro Pacheco en “el arte de la pintura” sale en
defensa de su yerno diciendo que en Sevilla pintaba escenas de género, y de
bodegones, el triunfo del bodegón. Pintado este cuadro antes de su primer viaje
a Italia, está anticipando el arte que se va a encontrar en el arte italiano. Allí
es donde se celebra la historia del arte moderno. Empieza el conflicto entre el
clasicismo y el naturalismo o realismo. Nos habla de la pintura, de un discurso
interno de la pintura, entre Caravaggio y sus discípulos, entre el olimpo de la
divinidad con el pueblo, lo divino apolíneo y lo dionisiaco de los personajes
populares. Tiene una forma de expresar el humor. La risa es uno de los temas
del cuadro. Hay pocos cuadros en el prado donde encontremos personajes riendo,
esa escena del Baco coronando a uno de esos personajes populares. No es una crítica.
Ha superado la idea moralizante del Bosco y Brueghel y lo convierte en una fábula
donde habla del consuelo que reciben las personas más humildes; el vino. No
existe una recriminación moral en ese cuadro. Coge un tema serio por antonomasia
que era el mito griego junto a lo bíblico y las guerras o pintura de historia.
Pero no hace un tema serio del mito del Baco sino que lo protagonizan personas de
una cierta vida miserable, de un submundo. ¿el cuadro es una crítica o
degradación o sarcasmo de un mito? ¿o es una redención de esas personas del
submundo que nos eleva y ensalza de pronto al mito? Elevan lo bajo a lo
sublime. Esa vida de las pobres gentes (que diría Dostoievski) se puede
representar con la grandeza del mito. Es una ambigüedad buscada por Velázquez y
es muy enriquecedora. Aparece el realismo. La gran misión de la pintura, de los
grandes tratados del arte del renacimiento, es la representación de historias ejemplares,
en la edad medía también. Velázquez se da cuenta que ya no se puede contar esto,
que el pueblo se ha alejado de Dios y la iglesia. Rubens era anticuado, un
pintor demasiado clásico. Se da un salto a Goya. Este va de su Zaragoza natal a
la corte y le encargan hacer grabados sobre obras de la colección real. Elige
el cuadro de Velázquez. En la versión de Goya es más cómica. La seriedad del
original de Velázquez es aún más burlesca, tiene que ver con la versión más
contemporánea. Representa la embriaguez con personajes populares y es más
cómica en su doble escena, el boceto y el gran cartón que convierte en un tapiz
de la gran fábrica de tapices. Es la escena del albañil borracho. Cargan con él
los compañeros. No es políticamente correcto, lo trasforma en una escena de
crítica social a las condiciones de trabajo. De pronto el borracho es un herido
laboral. Lo cómico es contemporáneo. Willian hogarth pinta la carrera del
libertino, es un grabador y pintor ingles que introduce un nuevo camino a lo
cómico. Ya no es moral sino un
divertimento. Triunfan los caricaturistas, el mundo actual. Baudelaire es el
gran teórico de lo cómico. Escribe por primera vez un ensayo sobre lo cómico,
una historia de la caricatura. El humor aparecía de forma indirecta. El arte
era de encargo, siempre elevando a quien lo encarga. Lo ha heredado del
renacimiento, pero hay una conquista de la realidad frente a la visión ejemplar
moralizante que habían heredado de los griegos. Es una realidad dándole
seriedad a esa realidad. Lo bajo se eleva y lo altivo se baja, en el fondo se
nivelan los estamentos, que luego serán clases sociales. Lo popular que era
siempre cómico empieza a ser serio y lo cortesano que era siempre elevado y
serio se vuelve más humorístico. Se rompe la teoría del genero elevado
idealizado y el popular siempre cómico. El evangelio en un análisis literario es
profundamente cómico y popular; aparece un individuo que se dice hijo de dios y
redentor del universo que entra sobre un pollino y se rodea de pescadores y
analfabetos. Esto no había aparecido nunca. Cuando aparecían Sempronio o
Apuleyo, personajes del pueblo, eran siempre cómicos. La ruptura de los dos
niveles se da en el evangelio y en la novela realista del siglo xix. Aparecen
individuos como tú y como yo sin comicidad y que tienen la misma seriedad que
las comedias de Shakespeare. Esto se introduce de forma indirecta, levemente en
el arte, en formatos menores, en la clase baja, siempre ocultándose. Lo cómico
encuentra su soporte, la viñeta, con finalidad satírica. Lo icónico tiene una fuerza
de persuasión increíble, lo cuenta literariamente y tiene menos gracia. La viñeta
representa una arca de alianza donde en vez de estar las dos tablas de Moisés
con los diez mandamientos está el becerro de oro y es una sátira del materialismo
de 1840, época de esplendor en París. El arca lo soporta un banquero, un pirata
a la derecha y un obispo judío en medio, un emperador, monedas por el suelo. Es
una crítica a un materialismo grosero que se está imponiendo en París. Lo
literario no tiene esa fuerza de lo icónico. Ha encontrado su forma en el
periódico. La vida de París parece la carrera del libertino. Luis Paret vuelve del
destierro a París a Bilbao, a 40 leguas de la corte porque no podía acercarse a
ella. Pinta un cuadro entretenido, no cargado de demasiado humor, peor que es
la primera vista del espacio urbano del Arenal donde ya hay escenas de idilio
al lado del trabajo muy presente en las escenas de cortejo. El cuadro de
Ignacio Zuloaga representa el mismo escenario en el Arenal, lo pinta para sus
amigos del Curry, que montaron el club “el escritorio”, jóvenes de familias
adineradas de la ciudad, muchos grandes artistas. Es el amanecer, el final de
una noche de embriaguez, de “una gaupasa”. Formaban parte de la decoración de
ese club. Esa forma de ver la pintura es Baudelaire teorizando sobre la vida
moderna. Olimpia de Manet en 1863 causó gran escándalo cuando se presentó en el
año 64. Está inspirada en la venus de Urbino de Tiziano. Es un desnudo
femenino. Deja de ser diosa y mira directamente al espectador. El espectador se
siente burlado y responde ridiculizando y burlándose de la obra de Manet.
Baudelaire que era su amigo le consuela de las críticas del cuadro en su salón;
“se burlan de usted. No es el primer hombre que se ve en ese trance. Tiene más
genio que Chautebriand o Wagner .Esos dos hombres son modelos cada uno en su género
en un mundo propio muy rico cuando usted solo es el primero en la decrepitud de su arte.” Baudelaire anticipa
que la pintura se desprende de representar un mundo ejemplar. La crítica a la
Olimpia es que había perdido su calidad de ejemplaridad. Se convierte en un
retrato realista, naturalista. Se inicia una serie de escándalos en torno a lo
artístico que han caracterizado el arte contemporáneo con los que quiere
terminar su discurso Javier.
De 1863 a 1917 Duchamp crea la
fuente Urinario, obra maestra del arte del siglo xx, que cumplimos su
centenario este año. Una pieza de aseo que hubiera sido de utilidad para los
borrachos del cuadro de Zuloaga. Lo presenta en Nueva York, dio una vuelta de
turca al arte. No hay nada más realista que tomar un objeto de la realidad como
objeto del arte. Picasso lo había hecho ya pero no con la voluntad de
escandalizar de Marcel Duchamp. Frente a la burla del arte conceptual el premio
grande se lo llevaba un artista clásico que formaba parte del proceso de
decrepitud del arte. Volvemos a otra obra del museo de bellas artes Bilbao que
está en depósito. Uno de los cuadros grandes de Zuloaga. El limito de lo cómico
en el arte español está en lo tragicómico, no llega a lo cómico, sino que se
queda en el punto medio entre la visión trágica y cómica del mundo. Zuloaga es
criticado por proponer una visión de España que proyectaba internacionalmente,
como una españolada. José Gutiérrez Solana refleja esa visión negra que seguía
proyectando la pintura negra de Zuloaga; “cielo negro de pesadilla. Destaca en
la pintura un viejo bárbaro cansado con lanza, mirando al suelo. Quijote sin
ideales que no conoció día de gloria. Triste rocinante, viejo caballo que
produce pena y que recorre viejos y pobres caminos de España entre las burlas
de un pueblo bajo y cruel”. Ya decía Dostoievski; pobre España. Termina con una
obra contemporánea del tragicómico pintor Eduardo Arroyo que a principios de
este año ha pintado inspirándose en Zuloaga esta versión que titula “el regreso
de las cruzadas”. Reflexiona sobre su propia biografía, la pintura se ríe de si
misma. Se convierte en una ironía de la propia pintura, que una visión cómica
de la misma nos devuelve. Nos anticipa que a finales de este año habrá una exposición
de las obras ultimas de Eduardo Arroyo. Y de Arcimboldo el 7 de noviembre
gracias a la colaboración de Javier goma y la fundación Max, las tres
originales de Arcimboldo que están en colecciones privadas y públicas españolas,
cabezas compuestas de flores. Por último, da contexto histórico a la obra de
arte más famosa de Bilbao, el Puppy, que se inventaron, por conciliar el
desencuentro entre la sociedad y el público contemporáneo. En el límite de lo
frívolo, es un mensaje más de ternura que de humor, para conciliar al público
con el arte. Es una imagen con la que le gustaría terminar este recorrido con márgenes.
Le hubiera gustado a juan Carlos Eguillor al que quiere dedicar estas palabras.
La última sesión la buena noticia
es que es muy corta, nos dice Javier Gomá. Le da angustia al público que al dar
una conferencia suele decir “divido mi intervención en 18 partes” y cuando
llevan una hora dice “vamos rápidos a la segunda parte”. El arte de vanguardia
se basa en la negación de las normas. Arte en griego y latín significa reglas,
aprender un oficio no muy diferente a otros hasta el xix. De pronto hay unos
artistas que dicen que esas reglas no van con ellos y que lo que hacen es arte
también. Te ponen un cuadro todo negro o blanco y te dicen que es arte. Arte
significa figura, fondo, perspectiva… o el urinario, la propuesta decisión de
que la esencia del arte es la invención. Un instrumento funcional se convierte
porque lo digo yo en arte. No se basa en reglas sino en la intimidad del
artista. Es algo de burla poner un urinario pretendiendo que gente a la que le
gusta Turner o Rubens le guste esto. Es una denuncia social, pero tiene una
intención burlesca. Pero el arte ha sufrido la burla de los demás. No es
fácilmente identificable lo que es arte o no. Cuantas veces hemos oído hablar
de que el arte contemporáneo es una tomadura de pelo. Que regocijo produce en
las noticias del telediario; Señora de la limpieza del museo reina Sofia tira
al contenedor una obra a la basura pensando que era un contenedor o un conjunto
de piedras mal colocadas. O al revés; observamos un individuo que pasea por la sala
de exposiciones y se pone a admirar una botella de incendios. No, esto no es
arte. Es una botella. No hay reglas objetivas. El arte contemporáneo ha sido
objeto de mofa y chiste. Una pareja que viene deprisa ha aparcado a toda prisa
y solo tiene unos segundos para contemplar la mona lisa. Actualmente no podemos
ver la mona lisa, están 35 personas viéndola y levantas la cámara para sacar
una foto. Ahora se hace un selfie directamente. Se dice que el arte imita a la
naturaleza, pero en la caricatura de esta academia se imitan unos a otros y
nadie observa a la mujer, sino que todos ya la ven de forma cubista. O admiras
una pantalla de salida, un expositor. Yo mismo no lo sé que es arte y que no. Este
tiene pinta de académico neoyorquino mirando muy sesudo una salida de incendios.
El arte ya es interpretación. No es la fisicidad sino lo que interpretas
intelectual, críticamente. Ya no es ni siquiera emoción o sentimiento. No es el
público sino la crítica y las subastas millonarias las que deciden que es arte
o no. Esas exposiciones que tienen espacios exhaustivos…lo voy a contar todo
del artista y se inicia con lo que hizo con 6 años. No se dejan nada del artista, ni lo más prescindible.
O la donación que hace su mujer de su marido al museo del Prado. Aquí mató dos
pájaros del tiro, se desgravó la donación y prescindió del marido. Nos muestra
la imagen de Rosseti, un artista prerrafaelista muy precoz que fundó la
hermandad y llegó a hacer una gran fortuna cuando expuso en 1864 el retrato de
una niña. Se extendió una moda manía de la infancia, multiplicó muchos cuadros
con el motivo de esa niña. Termina Javier Gomá el dialogo con una reflexión; todas
las obras tienden ellas mismas al sermón. Ha reflexionado sobre la expresión
hermosa de “prestar atención”. No se regala la atención, sino que se presta y como
todo préstamo hay que devolverlo con intereses; el conocimiento, un poco más de
sabiduría. Los anglosajones lo saben y el orador ha de hacer pasar buen rato a
los oradores. Ha ido a miles de conferencias de personas que le han hecho daño,
han cogido sádicamente su atención. No cogen la atención y la devuelven con
gracia, sino que piensan que le han dado un ladrillo, que han caído en la trama
del intelectual que les ha soltado un rollo tremendo. Termina la conferencia
con la imagen de un cuadro de una niña durmiendo. Que no sea este el caso de lo
que ha suscitado la conferencia en el público de la sala BBK de la gran vía bilbaína.
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