LA FIESTA Carácter trascendente de la fiesta bacanal.
Son los jóvenes los principales
participantes activos de esta efervescencia colectiva. La salida de los findes
(sobretodo sábados noche) a los pubs, macro discotecas o salas de bailes es una
enorme catarsis colectiva, una histérica forma de comunión con los otros y el
alcohol bacanal, desprendiéndose de las tensiones acumuladas en la semana y
cargando las pilas para el resto del infierno y presión académica. La fiesta
del finde, la “jaia” o “gaupasa” o la
“farra” será recordada con añoranza durante toda la semana, monotema en toda
conversación.
Carácter globalizado de la catarsis del “finde o
Week End”
La industria mercantilista crea
mediante el merchandising (un marketing de productos basados en ideas) una
serie de nuevos mitos o héroes, cantantes cuyas vidas entran dentro de la
leyenda como Kurt Cobain, líder de Nirvana que se suicidó. La industria de las discográficas
son quienes deciden que música sonará en tal bar. Los 40 principales y la
KissFM (música de la nostalgia del absoluto y del recuerdo sesentayochista) son
lideres de audiencia (con medio shared radiofónico en su haber) y deciden que
esta “in” y que “out” en este arte- empresa. El arte ya sólo produce en serie,
no crea nada nuevo (¡normal que ante esta comercialización del arte el
espectador piratee CDs en el Top Manta o se descargue gratuitamente las novelas
x internet!)
Este nuevo culto musical, además
de lideres masivos (con fans de OTE fanáticas e histéricas) exige su propia
indumentaria o look que les supone ejerciendo determinado rol social
(pertenecen a un concreto grupo social estereotipo o “tribu urbana”)
Despierta sentimientos colectivos
y la conciencia universal, con ecos a la tribu gregaria, a la Gemeinschaft, al
Mogol de la tierra. (colegas vistos como “camaradas” por los borrokas
abertzales, por ejemplo)
Sus participantes buscan el
éxtasis (como la pastilla de lSD), el frenesí y la erotización lasciva. (con
juegos como pasarse los hielos del cubata de boca en boca; libertad y ambigüedad
sexual a más no poder) Se trata de
grupos de “colegas”, no de amigos, colegas torrenciales y pasajeros, colegas de
borracheras y farras, camaradas o compañeros de cervezas y barras. No se
establecen verdaderas relaciones emocionales o núcleos afectivos entre sus
miembros. Además, es un grupo unido de forma momentánea y puntual y con fines
marcados; beber, ligar o “pinzar”, drogarse... Se puede decir que entre sus
miembros se usan, se utilizan, los colegas son medios para salir a divertirse.
(ve al hombre siempre como fin y nunca como medio, decía Kant)
Carácter pagano- cristiano de las fiestas.
La love Parade, el carnaval de
los locos en París, las orgías romanas, las bacanales griegas, las danzas
africanas... la fiesta siempre ha sido una de las manifestaciones culturales
más naturales, ligada a los ciclos de la tierra (fiestas de la cosecha, san
Juan...) . Estas fiestas paganas fueron institucionalizadas, ritualizadas por
el cristianismo como determinadas festividades y efemérides en el calendario
occidental (del carnaval se hace semana santa, de Pentecostés se hace la
Pascua, de la fiesta del crepúsculo invernal la Navidad...)
2) EL DEPORTE Juegan los niños
que no conocen el estrés, pero los adultos no juegan; hacen deporte. Y el
deporte, por ejemplo; el fútbol, es todo menos un juego, es un negocio. Aparte
de las millonadas por fichajes, hay una realidad más cercana en el mundo del
deporte y es la afición, los fans, los fanáticos. Estos fanáticos religiosos
acuden en masa a los estadios (stadium sacro como “La Catedral” de San Mames) y
lo hacen un domingo litúrgico. El gol es el punto álgido, el momento en que el
espíritu de Maradona les inunda sus fosas nasales hinchiéndoles de orgullo por
“los colores”. El
gol es el orgasmo, el derrame de
champaña por los aires... Y luego tienen también sus ídolos, nuevos Dioses,
héroes homéricos...; los fichajes y estrellas.
Y sus símbolos y banderas. Al defender la camiseta defienden al equipo y
al grupo o peña de aficionados (conciencia grupal, universal) y también están
defendiendo “unos colores”, es decir; una ciudad, un determinado spot
publicitario, un himno, una comunidad autónoma, una selección, una nación, unas
ideas y unos valores.
Además, según las leyes de
retroalimentación comunicativa o fenómeno boomerang, hablaran del partido del
“día D- espués” hasta la saciedad. Hay feedback y feedfoward.
Y en el fondo, muy fondo, tan
fondo que ni lo vemos por tanta comercialización, late en el deporte un
espíritu competitivo pero solidario, que sigue “las reglas de juego limpio”: lo
importante es participar, hay que saber perder... y toda esa ética que del
deporte se desprende, sobretodo de deportes como el ajedrez que te enseñan la
tolerancia, el quedar en tablas, empatado en la vida, sin vencedores ni
vencidos. (aunque a veces olvidemos que el ajedrez es ese juego de la lucha por
la vida desarrollado en un 8x8)
3) EL CUERPO
Histeria de Fama. Esta cultura ha llegado a la cúspide de su
superficialidad. Ocurrió el día que Marylin pasó a la historia como la novia de
América, Blondie, como El cuerpo (ya no su cuerpo, El Cuerpo de la Humanidad,
igual que Cristo; la gran “fashion victim”, la victima social) Marylin, esa
gran victima del pop art y la mass media, es la fashion star que ha dejado en
su cola de estrella fugaz, de flor de un día, muchas fans, muchas seguidoras
que aspiran a tener un lugar en el efímero firmamento estelar. Otro ejemplo es
Lady Dí, la princesa del pueblo, o Belén Estebán que ostenta el mismo título o
Lola flores, que era la novia de España como la Marylin lo fue de América. En
España tenemos peor gusto.
La prostitución. Hemos pasado de un estoicismo recalcitrante a un
relativismo preocupante. Hemos pasado de ver el cuerpo como jaula del alma,
como esa prisión de concupiscibilidades e irascibilidades platónicas-
cristianas a verlo como un objeto más de nuestras posesiones y tenencias
burguesas. Se dice que “soy dueño de mi cuerpo y puedo hacer lo que le quiera
con él”, pero no somos dueños de una naturaleza que nos viene regalada, sólo
portadores que luego devolvemos el cuerpo a su ceniza originaria. Hemos
excusado hasta la prostitución con nuestro cinismo; la prostitución es la venta
del “sujeto” como “objeto” sexual. Debemos acabar con esa visión de la mujer
objeto-florero, ángel de su hogar, y la que emerge ahora del hombre como nuevo
objeto sexual de la publicidad. (el macho o latin lover, el metrosexual o
rubito ambiguo)
El cuerpo de un/a prostituto/a no
le pertenece a él sino al dinero, no lo hace por voluntad propia sino por
circunstancias que lo atan. (si lo hace por placer, allá él/ella) El mayor
culpable de la prostitución es el que la paga, la sociedad que la margina y
repudia y las condiciones sociales en las que vive. Sin paternalismos, debería
protegerse el mundo de la prostitución y apartarlo de las mafias, igual que con
la droga. Por todo ello la legalización de la prostitución sería una buena
idea. La prostituta vende un servicio igual que el fisioterapeuta o el
masajista pero la clave está en si lo hace voluntariamente o son las circunstancias
penosas de pobreza la que le obligan a hacer algo que no le gusta.
La tiranía de la Moda, la
esclavitud de la Belleza.
Dejando el tema de la
legalización de la prostitución (para evitar mafias, chulos, etc), tenemos el
problema ético de los esclavos de la Belleza, de la cirugía plástica, de la
cosmética (probada con animales)
Para empezar el canon de Belleza
es muy relativo y ha variado en la fenomenología histórica (a Rubens le iban
gordas, a Baroja las anémicas románticas y ojerizas, ahora se llevan las
latinas morenas que bailan pachanga) La mujer es la principal victima de la
belleza, aunque el hombre la esta siguiendo en tal esclavitud. Un día se llevaban los pechos grandes y todas
se ponían silicona. Ahora se reducen los
pechos porque eso dicta la tiranía de la moda. La mujer siempre ha sido
retratada en el arte por hombres y por tanto la visión que de ellas nos hacemos
ha sido machista y continúa siéndolo pues la mujer realizada profesionalmente
sigue haciendo las tareas de su casa, no es una mujer liberada sino una super
woman muy estresada, al borde del ataque de nervios cual película de Almodóvar.
La mayoría de productos cosméticos se dedican a la mujer (la industria del
pintalabios es una de las más rentables del mundo. Armas, petróleo y cosméticos
son las principales exportaciones con las que EEUU contribuye al mundo)
Hemos pasado de un mundo ético a
un mundo estético, de un mundo en que se buscaba lo esencial, a uno donde sólo
importan las apariencias, lo superficial y superfluo. Ya no hay que SER bueno,
hay que ESTAR bueno. Hombre y mujer postmodernos viven la obsesión de estar
buenos cara a la galería. Ya no valen en cuanto sujetos o personas, sino como
objetos de compra- venta, como objetos que las demás personas usan, utilizan
(el hombre siempre es un fin para el hombre. Kant), como objetos que las demás
personas han de tasar, valorar, etiquetar y pasar por caja. (y los concursos de
belleza son eso; tasaciones del ganado, pechuga que vale tanto en una
carnicería)
EL HOMBRE ANDROGINO Y METROSEXUAL
El nuevo hombre postmoderno,
andrógino, indefinido, de mentalidad igualitarista, de rostro suave, light,
aniñado, efebillo, casi femenino, de sexualidad ambigua (¿metrosexual, bisexual
o maricón?) también se cuida la cara, se echa polvos faciales... Teme a la
bella arruga, se cuida el cabello, se afeita con suavidad y cuchillas guillet,
compra la ropa en tiendas cada vez más mixtas de ropa unisex etc.
LA ETERNA JUVENTUD Hombre y mujer
postmoderna sufren el complejo de Narciso, son egocéntricos, se contemplan en
el espejo, se ven crecer y madurar y se resisten, quisieran ser siempre jóvenes
eternos como Peter Pan, congelarse en el retrato de Dorian Gray (para que
envejezca el cuadro y no ellos) o en una de esas cámaras frigoríficas o
biogenéticas que mantienen los tejidos corporales supuestamente vivos y que nos
prometen la resurrección en un milenio mejor. Como a Walt Disney.
LA FAST FOOD Y LOS VEGANOS Como estar bueno y
ser siempre joven le obsesionan patológicamente, el postmoderno hace tonterías
con la dieta alimenticia (anorexia, bulimia, anemia y demás trastornos) y sufre
vigorexia (obsesión por ir al gimnasio como los atletas griegos) Pero además,
siguiendo la máxima “Mens sana in corpore sana”, no sólo busca salud física
sino mental y hace yoghi, técnicas de relajación, de respiración...
Los anuncios de la Tv le
convencen de que él es lo que come, de que tal yogur tiene bio- ácidos activos
etc, porque los nuevos alimentos siguen una línea no sólo nutritiva sino
saludable, con poderes casi mágicos sobre la persona. Y por otra parte, el
hombre postmoderno se declara lácteo- vegetariano y vegano, pretende cuidarse
totalmente, enterarse de hasta el último ingrediente y edulcorante que lleva su
comida precalentada favorita. Como en lo demás, la comida postmoderna se
caracteriza por su diversidad y “transculturalidad”: desde la “fast food” del
Mc Donald hasta comer pescado crudo en un étnico restaurant japonés. Y los
alimentos transgenicos y luego los remedios de la botica de la abuela, el auge
actual de tener un herboralista personal para pasar de los fármacos
industriales.
SEXUALIDAD Hay tanta libertad y
promiscuidad sexual que se ha acabado por cuestionar la existencia del amor
(unos pensadores postmodernos lo llaman invento cultural occidental, un rollo
de trovadores, inventos de la época de la cortesía medieval)
El matrimonio cristiano, la
familia funcional y nuclear, pasó a la historia. Familias desestructuradas,
familias monoparentales, parejas de hecho y con derecho a serlo... desafían la
forma tradicional de familia que viene ya del oikos griego y que beatifican los
cristianos en la Sagrada Familia (la virgen que no lo era, el hijo de Dios y un
carpintero que por ahí pasaba... y la mula, el buey y un ángel acoplado, por no
hablar de la palomita) Los curas célibes son quienes predican esto del
matrimonio para toda la vida y cuyo fin es la procreación, la supervivencia de
la raza y esas cosas que aún dicen nuestros párrocos.
Pero ahora, actualmente en
España, están en minoría los casados en primeras nupcias frente a separados, divorciados,
viudos, solteros y vueltos a casar. En las sociedades más neocapitalistas como
la de New York o Hongk Kong una mayoría aplastante es soltera, vive en pisos
funcionales, en pisos inteligentes, en celdillas (como los ejecutivos
japoneses) y no piensan casarse a corto plazo, aunque muchos “viven en pecado”
o simplemente deciden convivir antes de casarse para evitar disgustos. El
matrimonio no tardará en desaparecer de nuestra cultura, tal como anda el
patio. La sexualidad se ha mercantilizado, convertido en una transacción, un
intercambio de cargas sexuales, de iones, de energías. El sexo sólo da un
placer efímero que libera de las tensiones acumuladas. El orgasmo visto como la
pettit morte de los franceses, la muerte que nos resucita, una catarsis para el
estrés capitalista, para sentir un cariño que ya no se da más que como roce
físico puntual. Por no hablar de toda la pornografía o el sexo cibernético que
esta acabando incluso con el más elemental, primario y salvaje de los
contactos; el corporal. Cada vez somos más introvertidos, nos tocamos cada vez
menos, somos fríos y sin embargo en el sexo se explota, se devora cuerpo con
cuerpo con una sed acumulada. En el siglo XXI crecen las patologías y
desviaciones sexuales (fetichismo, necrofilia, zoofilia, sadismo/
masoquismo...), la adicción al sexo, las nuevas prácticas sexuales (desde las
posiciones del Kamasutra hasta la búsqueda de puntos Gs y zonas erógenas del
trantrismo o del Mándala, el circulo, los mantras y chacras corporales...)
Vivimos tiempos hedonistas,
alentados por la publicidad y los temas musicales y la TV tonta, pero el
epicureismo era algo más que la búsqueda del placer físico instantáneo, el
epicureismo buscaba todo tipo de placeres, hasta los intelectuales.
La publicidad crea en la/os
modelos una serie de prototipos, estereotipos, que todos imitan; los sex
simbols, los cuerpos Danone, los cuerpos 10, el hombre Hugo Boss, la femme
fatale vestida de caperucita feroz buscando su lobo... etc A esto paso
convertiremos a los hombres y mujeres en maquinas de follar (novela de
Bukowsky) o en la maquina orgásmica de la que habla Reich en la Revolución
Sexual.
Sí, si volvemos a Freud vemos que
la religión reprimió el sexo, después sublimamos la
procreación con múltiples
fórmulas; la sensualidad (no es sinónimo de pornografía explicita, aquello de
sugerir sin mostrar, sugerir sin explicitar), la literatura erótica, los
preliminares de lisonjeo, los juegos, el sexo visto como arte amatorio... y
ahora asistimos a la desublimación, una vuelta a lo animal, primario, salvaje;
al mero acto copulativo para experimentar la mayor intensidad en placer. El
sexo se ha desligado de su función de pocreación y se usa para hallar un placer
en una sociedad en malestar, patológica, enfermiza, decadente, esquizofrenia, a
disgusto con su propio cuerpo que estiran y encogen como chicles volubles y
voluptuosos. El sexo, sobre todo el homosexual, se ha llenado de violencia y
brutalidad.
Hemos llegado a ese abismo sexual
que puede ser el SIDA o el VIH, verdadero demonio del postmoderno, y como decía
Nietzsche: cuando miras al abismo, el abismo te mira a ti. La postmodernidad es
vivir a tope, vivir al límite, en el exceso, en lo bacanal y dionisiaco, en lo
trasgresor y en el desbordamiento, pero el peligro del límite es siempre lo que
habrá después. El miedo que da, y a la vez atracción, esta caída, esta
decadencia de la sexualidad (que se ha desligado de la reproducción y del amor,
y que es mero placer por el placer mismo, como en los últimos años de
decadencia del Imperio Romano). Atravesamos el último umbral, la séptima puerta
en la sexualidad, transgredimos lo más “sagrado” de ese misterio que siempre
fue la sexualidad humana.
Como en aquella canción
mesopotámica: “Oh, diosa Ianna, no te atrevas a bajar a las profundidades”. No
te atrevas a cruzar esta puerta, pero la postmodernidad se halla como dice el
tópico sobre los madrileños; en la puerta, sin saber si entra o sale. En el
límite y barrera de lo humano, lo animal y lo divino. No se sabe si más cerca
del súper hombre divino o del super mercado, si más cerca de Dios o del primer homúnculo
antecesor del sapiens.
NUEVOS CULTOS POLITICOS;
La religión comunista
Marx afirmaba que la religión era
el opio del pueblo y una superestructura ideológica y sin embargo el comunismo
se convirtió en religión de medio mundo. El comunismo era el hijo
revolucionario del cristianismo y pretendía una escatología, un mundo nuevo,
una tierra prometida, el paraíso en la tierra. Sus líderes eran los ídolos,
Stalin el hombre de acero y Lenin el del hierro (¿o era al revés? no me hagas
mucho caso) y se daba un culto a la personalidad (y en las republicas bananeras
ídem, por no hablar del “divino” Ché de nuestras camisetas) Los obreros eran
llamados mesianicamente desde la Internacional a tomar conciencia de clase, de
su esclavitud, de su condición de parías, a luchar en las barricadas, a luchar
esa cruzada final entre las fuerzas del bien y del mal. No había peor crimen
que ser considerado “pequeño burgués”. Ese eterno antagonismo entre ángeles y
demonios, esa lucha de clases entre el burgués y el obrero, lucha de contrarios
y opuestos que eternamente se repite en la historia según el materialismo
didáctico. Y la dialéctica tesis antítesis sintaxis.
La religión capitalista.
La nueva Diosa es la razón tecno cientificista-
pragmática- utilitarista- positivista- globalista- mercantilista-
neocapitalista (y añadan a gusto “istas” a esta lista)
Y Bill Gates es su profeta. En el
capitalismo el hombre sin Dios encuentra un nuevo ídolo; el dinero, la diosa Plutos
de la riqueza, el afán de lucro... El mundo esta abierto a su bolsillo, al
capital, todo se compra y vende con dinero, hasta el amor. El arte es sólo una
industria más, una empresa, todo con el mercado, nada fuera del mercado.
Holywood es la nueva factoría o fabrica de los sueños que produce
superproducciones con las estrellas y diosas del momento que debemos adorar. La
música nutre a su vez de mitos y leyendas. Los deportes son los reyes de las
supra naciones, de los emporios, de los monopolios porque hasta la política es
concebida de forma macroeconómica.
Los Mac Donalds son sacros
territorios donde se lleva a cabo el sacramento simbólico de comer la carne y
beber el ketzup, con colores estridentes de simbología y un payaso triste
siempre sonriente como sacerdote de este misterio o oficio gastronómico.
Nuevos movimientos religiosos en el mundo y se revisitan las religiones
históricas.
Las olas demográficas migratorias
contribuyen a estos híbridos religiosos. (mezquitas, sinagogas, iglesias,
templos budistas y protestantes se mezclan en los paisajes urbanos)
Todo EEUU es un estado
teocrático, paranoico, donde Bush cohesiona la sociedad a fuerza de llevarles a
una cruzada o guerra santa contra los moros. (EEUU es la tierra de los
predicadores metodistas tvmediaticos, de las iglesias evangelistas, de la secta
de la Ciencia- logia, de la new age etc) Y en los países árabes es indudable el
estado teocrático, casi medieval, en que viven sumidos.
En Latinoamérica los movimientos
evangelistas y jesuitas están de misioneros, aunque los medios de comunicación
nos informan muchas veces de asesinatos, de abusos sexuales, de errores financieros
en estas arcas de la solidaridad etc. Además, voces dentro del cristianismo
mismo advierten que en Latinoamérica se ha llegado a tal punto de fetichismo y
herejía que se dirían un cisma protestante algunas de sus experiencias
religiosas. En Rusia asistimos, tras la caída del comunismo, a una conversión
religiosa en masa; los ex bolcheviques miran al Islam, a su tradicional
religión ortodoxa o al catolicismo mismo.
ANIMISMO Mundo de los
antepasados, fundirse en el pasado, panteísmo, espíritus naturales, éter.
RESURRECCIÓN Dádiva o regalo
divino, gracia que nos da
REENCARNACIÓN Crecimiento en
niveles progresivos existenciales. El mundo es pura apariencia, la verdadera
realidad es la conciencia. Nirvana o dios, estado de no sufrimiento tras
eliminar el placer. Negación de lo humano, de la vida, del placer. El pobre
lastra su karma.
LOS MITOS VASCOS Y GRIEGOS
A mi nunca me ha interesado demasiado el folklore
vasco, eso de la dama de Amboto, las lamías y el basajauns, porque me parece un
invento reclamo de turistas y una forma de nacionalismo en cubierto. Las lamías
son personajes muy absurdos... ¿qué hacen sin cola de sirena y con unas ancas
de pato por pies? ¡si en todo caso fueran patos de cisne... otro gallo nos
cantaría! Pero no, los pies de las lamías son las ancas de los patos de Doña
Casilda. Los patos rosas de Doña Casilda, a los que alimentábamos mi abuelo y
yo con mendrugos y migas de pan, eran poco mitológicos. Son los mismos patos
que en invierno no nadan por central park, para disgusto del Holden del
guardián entre el centeno. Yo prefería las genealogías grecolatinas,
interminables, todos emparejados entre sí, viviendo en incesto, en pecado,
padres que se comían a sus hijos, diosas que ponían los tubos en menuax se trúa
o como se diga. Eran historias crueles, llenas de parricidios, matricidios,
mucha sangre, crímenes, metamorfosis, dioses interviniendo, auténticas
tragedias. Los griegos.... todo el
Platón que quieras... pero en el fondo eran unos inmorales y libertinos adictos
al sexo y a la guerra, o bueno, ¿para que juzgarlos? eran simplemente mortales,
igual que los de ahora, los dioses se inventan a imagen y semejanza de los
humanos, igual que nosotros inventamos a Dios a nuestra forma dijera la
catequista lo que dijera. Porque Dios de fijo es una mujer y encima negra.
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