jueves, 7 de junio de 2018

HISTORIA DE DIOS AL SECULARISMO



"Siempre fue lo que una vez fue, porque si no hubiera habido, nada hubiera sido porque de la nada (no ser) nada puede surgir". Alecmeon(Filósofo Presocrático).
El concepto dios como fundamento no se pueda negar a la ligera sin contradecir la inteligencia sintiente.  Un Dios creador, pero no intervencionista. No se puede crear desde la nada. De la nada nada puede surgir. Nunca podremos conocer la partícula nada o la partícula Dios. Los científicos niegan la nada al estudiar el todo. Nada llamamos a un tiempo 0 eterno, hasta el infinito, proveniente de un enigma. Hay un todo que envuelve la nada. Lanza del Basto ponía el ejemplo de los peces que en una pecera ignoran quien les echa comida. Solo creen en las algas, la materia, pero hay algo que la envuelve. Nos quedamos con el significante material olvidando el significado que hay detrás. Pero no creo que el nihilismo rechace toda significación sino sólo la cristiana. A la palabra del lenguaje le damos un significado o idea platónica, un fondo. No podemos quedarnos en el significante (interpretar la biblia literalmente) sino en el significado que le da el religioso o el nihilista que no le da ninguno, pero ese no darle es ya darle algo. Por eso los religiosos no querían que se representara artísticamente o se pronunciara el nombre de dios, y sin embargo el pueblo caía en un pensamiento ingenuo (diría Pániker) donde lo ven como un dios con barbas, pero rechazando el significado. En el fondo no creían, sólo temían el castigo divino y el infierno. Se prohibía o se promovía una idea antropomórfica de dios (el dios tiránico del antiguo testamento o el dios amor del nuevo) y de ahí se pasa a verlo como idea intelectual desde Spinoza en adelante.  Dios es la idea de la no idea pues toda idea de dios es negativa. Pero Dios no es una idea, o no lo es tan solo, también es cosa de fe de mi inteligencia sintiente (xubiri), inteligencia emocional. De la nada nada puede surgir y entonces algo ha debido haber. 


ERA CLASICA
Para Platón el mundo nace de un demiurgo, idea suprema del mundo de las ideas al que se subordina todo lo material y para Aristóteles proviene de la materia primera, motor inmóvil (el mecanismo que mueve la lavadora). ¿qué guadaña habrá detrás del que nos puso en el mundo al amparo del azar?  No debemos ignorar que antes de los sofistas y de Sócrates (el verdadero origen del cristianismo, para Nietzsche) estaban los presocráticos; Demócrito (los átomos), Heráclito que buscaban explicaciones pre- científicas según los elementos de la naturaleza. Nos han llegado pocas líneas de ellos, y algunas nos parecen muy peregrinas mientras que otras, como el famoso río en el que no te bañarás dos veces de Heráclito parecen verdades universales. El panteísmo era la creencia holística en un Todo en la naturaleza, relacionado con los mitos de Eleusis y las bacanales; el origen de la tragedia griega y del pensamiento trágico de la vida estaba paradójicamente en la comedia de unos borrachos que danzaban ante la luna y practicaban el sexo libre. Del panteísmo surgirá el epicureísmo. Epicuro, el primer hedonista, en el siglo IV plantea la paradoja tautológica; o Dios puede y no quiere evitar el mal y entonces no es bueno o quiere y no puede y no es omnipotente o ni quiere ni puede y entonces no es dios. Pero para Pániker esto sería el metafísico ingenuo que se piensa que Dios tiene forma humana. Los hedonistas buscan el placer intentando joder al otro lo menos posible. Todo esto Comte y el positivismo sociológico lo calificarán de religión primitiva antes de que surja la ciencia y el individualismo. Y sin embargo muchos pensadores como Rousseau (buen salvaje) Hobbes (hombre lobo) o Nietzsche (Zaratustra) se habrán intentado aproximar al origen, relacionando el paraíso cristiano, el edén terrenal, con una edad dorada y feliz en la que el hombre no estaba corrompido. En el fondo es una vuelta también al origen personal, al jardín de infancia que trata de recuperar Proust en el tiempo perdido. Una vuelta prenatal, fetal.  Ese panteísmo originario, del locus armonios o paraíso bucólico y pastoril renacentista, estaba muy relacionado con el politeísmo griego, que los romanos copian, aunque añadiéndole un culto a la personalidad del emperador. Y es en Roma cuando surge la corriente opuesta al hedonismo de Epicuro; el estoicismo.  La virtud del hombre está en templarse, en medirse, el punto medio, en asumir el dolor y ser fuerte y valiente, rechazando el placer inmediato. Y sin embargo los epicúreos cuando hablan de placer no se refieren solo a los corporales o necesidades básicas de Maslow (comer, dormir, el sexo…) sino también a los placeres intelectuales. Frente a los sofistas y los vendedores de humo de la época ((como los fariseos de Jesús) Sócrates era un auto marginal, acusado de pervertir a los jóvenes y que no cobraba por sus enseñanzas. Su suicidio fue ejemplar para la Polis. Entonces la enseñanza religiosa era oral y estaba en la academia que funda Platón y después en la escuela de Aristóteles de peripatéticos, escuela en movimiento, andando. Ambos filósofos fueron mentores y consejeros de tiranos; Platón en Samos y Aristóteles con Alejandro Magno. Pero sin duda el mas auto marginal de todos era Diógenes que denunciaba la inmoralidad de su época haciendo trasgresión y actos inmorales pero éticos. A Alejandro Magno le rechazó porque le apartaba la luz del sol. Siempre iba iluminado con su linterna y dormía en el suelo, como el resto de cínicos a los que decían se comportaban como perros, canes. (igual que a Sartre en Le Flore) 

EDAD MEDIA
San Agustín y Plotino continúan con el idealismo platónico y Tomas de Aquino y Averroes con el materialismo aristotélico. El mal se vinculaba con el placer y con la libertad durante toda la edad media. Uno cuando quería ser libre era para poder pecar, para poder hacer el mal. Vivian en esa dualidad bien y mal, sin matices. El cuerpo era el mal, estaba censurado, era lo concupiscible y el pecado. La iglesia criticaba la fornicación pandémica frente a un amor uránico y elevado, que se ve en obras como la Celestina, aunque está ya es renacentista. San Agustín y Santo tomas de Aquino fueron unos libertinos que se recondujeron intelectualmente, renegaron de lo anterior y se hicieron santos de la iglesia, con el concepto de la pureza apolínea. Represores, pero no reprimidos sexuales. En la biblia se sugiere que el apóstol Juan era muy femenino y el discípulo amado (homosexual) de Jesús (montan juntos una tienda de campaña) y que María magdalena era la puta que le adoraba. De igual forma que el Eros o principio de placer era reprimido, también el thanatos o principio de muerte. Concupiscibilidad e Irascibilidad eran los dos caballos locos y desbocados de Platón que el auriga de la templanza debía domar. El libre albedrio cristiano daba una libertad muy relativa al hombre que era más objeto que sujeto y no tenía el concepto de Yo o Individuo o ser en sí que tiene ahora en la postmodernidad. 

RENACIMIENTO
Este libre albedrío cristiano es revisado por la naciente burguesía que quería escapar de un sistema estamental que anulaba la voluntad del hombre para acumular Capital y formar Estado. El invento del individualismo está ligado al del capitalismo en su origen, (Max Weber en el origen protestante del capitalismo), pues libertad era medrar socialmente, como el Lazarillo de Tormes, prosperar de clase social. La reforma protestante del renacimiento, fue de corte idealista platónica. Spinoza, ateo entre los ateos, malditos entre los malditos, fue condenado por su herejía a la máxima condena judía; “nadie en la tierra podrá perdonar tu blasfemia, solo dios”. Necesita de la religación relación con dios, pero no de la religión. Le interesa mucho el concepto de dios, dedica todo su pensamiento a dios, pero no a la simbología religiosa. La religión tiene la parte material de la iglesia y la parte ideal del monoteísmo. Spinoza solo acepta la parte ideal de dios. La esencia de dios y no la apariencia. Ya en 1500 ve a Dios como fundamento significado idea y no como significante forma o materia. Cree en un dios creador como un principio metafísico. “El ateísmo de los hombres de hoy es el teísmo de un dios ocioso”, pues creen ingenuamente (según Pániker) en la forma de un dios con barbas, pero no creen en el fondo. Tienen miedo al infierno, y en eso basan su fe; en el miedo al castigo. En el renacimiento le excomulgan. Le quitan la catedra de profesor en la universidad. Tuvo que trabajar fabricando lentes de gafas. Lo suyo es un ateísmo teogonal. El hombre está ebrio de dios, pero se alimenta de las migajas religiosas judías católicas… Spinoza es un platónico idealista, un hombre renacentista y humanista, por tanto.  

BARROCO
La contrarreforma sin embargo es más bien materialista, a pesar del idealismo con que podríamos calificar por ejemplo en Santa Teresa, pues en el fondo era también una metafísica ingenua la de esta señora tan fanática; un retorno a lo medieval, material, objetual, una vuelta a lo aristotélico que vemos por ejemplo en el teatro del siglo de oro, según los cánones neo-aristotélicos (las unidades de espacio, tiempo etc). El barroco se reafirmó en los valores absolutistas en lo que después los ilustrados llamarían “antiguo régimen”, dando los últimos coletazos de un régimen feudal de objetivismo que el renacimiento había internado superar con el humanismo.  Un ateo es un niño religioso que se da cuenta de que el Dios interior con el que hablaba es su propio pensamiento. La palabra religión viene de religare, relación del hombre con Dios. El logro del protestantismo (Lutero, Erasmo, Calvino) fue la salvación por la fe (te salvas si crees, aunque obres mal, porque Dios te perdona) y sobre todo el sacerdocio universal (el fiel se comunica directamente con Dios sin intermediación del cura) Fue el primer paso a la secularización, la individualización del Objeto al Sujeto, de la religión heterónoma a la moral autónoma.  Esta relación más personal llevaría a los excesos en el barroco de los místicos. La religión era la unión espiritual con Dios, sin intermediación de la Iglesia material que los acusaba de herejía y heterodoxia. Lo importante es la conversación con él, Dios como un monologo interior, que luego Freud llamaría inconsciente. Santa Teresa vive sin vivir en ella y el Dios la deja balbuciendo. Los sico-marxistas dirán que era una forma de descargar su carga orgásmica y su demanda sexual reprimida. Tomaba mucho pan de cebada, alucinógenos muy grandes, y sufría procesos hormonales fuertes, tenía mucho deseo sexual. Ortega lo aborda en sus ensayos del amor. Sus poemas eran retoricas, juegos del lenguaje para nombrar lo erotice y lo thanatico (pues además de penetraciones del Señor sufría ataraxias, éxtasis, desfallecimientos, desmayos, experiencias cercanas a la muerte) El concepto de dios trascendía las circunstancias de la señora, pero yo creo que sin la señora en concreto no habría circunstancias que trascender ni Dios al que rezar.

ILUSTRACION
Con la burguesía surge el liberalismo económico y político. Esta libertad es de nuevo recortada por el imperativo categórico de Kant. El deber moral es una especie de auto represión; el propio hombre se pone los límites, según su razón personal que trata de hacerse Universal. Como diría Ortega; soy esclavo de mis ideas por voluntad propia, pero la masa lo es de sus creencias por imposición de los demás. Es el principio del secularismo. Se pasa de una religión y moral heterónoma que te dice cómo comportarte desde fuera a una ética individual y autónoma que te obliga a comportarte según uno mismo, una razón personal que debe parecerse a la Razón Universal de miles de ojos enfocándote y como si tu forma de pensar fuera a hacerse ley universal para el resto. El cuestionamiento que hace Nietzsche de los conceptos “bien” y “mal” se explica porque el bien se había desligado del placer y el mal se había desligado del dolor. Estaba mal lo que causaba placer. Estaba bien todo lo que fuera autoflagelarse a uno mismo.  Incluso los epicúreos y panteístas reconocían que el limite a buscar el propio placer era no hacer daño al otro, que la libertad acaba donde empieza la de mi hermano. Kant es un agnóstico, como Spinoza, al ver a dios como un “parche” o principio intelectual o hipótesis que se pone para todo aquello que escapa del fenómeno estudiado por la física. Es en este noúmeno, lo sin-nombre, lo que no podemos conocer, es dónde entra la metafísica. La filosofía tampoco estudia la física química, sino que plantea una ontología (estudio de ontos, el ser) y una epistemología (estudio de la episteme, de lo que podemos conocer) Sin entrar en más complicaciones la diferencia entre filosofía y metafísica es que la filosofía plantea una búsqueda racional o intelectual y la religión una búsqueda espiritual a través de la fe. Sin embargo, la palabra Logos en su origen englobaba tanto lo espiritual como lo intelectual.

El teísmo ve a Dios como creador y no como interventor. Y además le ve ya como categoría intelectual y no con forma antropográfica. En el romanticismo se vuelve a poner de moda la creencia holística en el panteísmo que se rescata de los presocráticos. Unamuno decía que el panteísta es un ateo disfrazado de dios. Tiene concepción de dios, pero no de la religión. Es Dios de sí mismo, pero no se lo acaba de creer del todo, como Nietzsche, al observar la naturaleza que todo lo devora. Los deístas de la ilustración (Kant Hegel), padres del idealismo alemán, ponen a Dios como principio intelectual, más creador que intervencionista. De ahí la derecha hegeliana acaba en el cristianismo de radio maría y la izquierda hegeliana en el marxismo. El comunismo se basa en el contrato social de Rousseau. Rousseau era un romántico, un idealista puro.  El origen de la injusticia social venía con la propiedad privada, con el primer hombre que ponía dos palos a su terreno y lo vallaba. Si el hombre era bueno por naturaleza, un cordero de dios capaz de sacrificarse por el otro y por la comunidad, el origen del mal estaba en la sociedad, en la forma de organizarse de ese individuo. Por tanto, habría que cambiar el sistema capitalista por uno anarquista federalista.  Hobbes es el polo opuesto. El hombre es un lobo para el hombre y si se le deja libre haría la guerra de todos contra todos en un estado de naturaleza. Por eso es necesario un estado fuerte, un leviatán o Gran Hermano, que proteja a los hombres de la amenaza de los otros.   Vemos en estos dos pensadores que el hombre nace como un cordero para sí mismo, pero afila sus dientes de lobo al encuentro con el otro. Por lo que el anarquismo parece más una pose intelectual de los burgueses de izquierda que cobran RGIs que un proyecto comunitario. Es realizable de forma individual, pero un proyecto social no debe ignorar que existe maldad en el hombre. Esto los anarquistas lo solucionan con la educación; amansar a ese lobo hasta hacerle cordero o hombre. Hay que trabajar al humano para que sea humano. Herman Hesse decía que la labor es pasar de animal a hombre o el mismo Sartre dirá; no soy, me hago. No se nace con libertad, se conquista.  

El ANARQUISMO idealiza al hombre como cordero manso, prometiéndole la salvación por la negación del hombre como lobo. Hay que ver al ciudadano como hombre con pasión, emocional y no sólo la racional y por tanto con la posibilidad de enfrentamiento por ideas (nacionalismo, capitalismo, socialismo) El anarquismo no es la guerra sin cuartel en el estado de la naturaleza donde el otro aniquila a su semejante, como quisiera Hobbes y los fascistas. Pero tampoco es un estado ideal y perfecto, pues dónde hay educación debe haber correcciones (que no castigos) y medidas (que no penas) Seguiría habiendo psiquiátricos, crímenes, disidentes, oposición, rechazo internacional, no adecuación de lo ideal a lo práctico, de la justicia a la ley… Busca la equidad-igualdad, a la par que la libertad, y creo que ambas están reñidas. ¡Un hombre igual a otro y a la vez respetado en su diferencia e individualidad! ¡Un hombre libre y que a la vez reduzca su libertad en aras del bien común! Claro que es la utopia. Todos tenemos la misma capacidad destructiva que constructiva. Pero la Razón Universal es un ideal que topa con la realidad de varias razones personales, y aunque la mayoría democrática se pusiera de acuerdo siempre habría una minoría rechazada. El imperativo moral no deja de ser subjetivo. Ir hacia una sociedad sin clases sería posible, pero solo para sustituir las clases por otro sistema de ordenación, pasar de la dictadura burguesa a la del proletariado, para que luego se diera el tercer pasado de auto disolverse ese cómete proletariado y toda forma de estado. Abolir el estado contradice la esencia del hombre político, habitante de la Polis. Carlos Díaz era el secretario de Buenaventura de Urruti, máximo dirigente del anarquismo, líder de la columna anarquistas de Aragón. Era un sacerdote cristiano Miguel bose en libertarias de Vicente Aranda hace de ese sacerdote. Le dice a una religiosa que interpreta Ariadna gil; gracias a la religión y a la revolución sientes el placer del gozo del beso, 

Es paradójico que el materialismo dialectico marxista (que bebe del liberalismo inglés, del socialismo utópico francés tanto como de las experiencias de comunas en la edad media) tenga como origen a un romántico tan idealista como lo fue Rousseau. El materialismo aquel rechazaba el idealismo como una enfermedad burguesa, y sin embargo es de allí de dónde viene. Ese comunismo se contradecía con el individualismo, como hemos visto en la URSS, pues sigo pensando que libertad individual e igualdad social son difíciles de casar. Rousseau no dejaba de ser un ilustrado, pero no una especie de Leibniz que creía que el mundo estaba bien como estaba y este sistema era el menos malo de los malos y todos debíamos ser optimistas con él, y no rebeldes ni pesimistas. Tampoco era un Voltaire cínico que se burlara de la inocencia de Cándido, y de cualquier sentimiento mujeril o que se hiciese erigir estatuas de su cabezón socrático y de su Diosa Razón. No, Rousseau era un sentimental, un blando, un romántico, aun siendo ilustrado. 

Rousseau, no lo olvidemos, fue cristiano hasta que se hizo ateo, y su concepto del buen salvaje estaba muy ligado al concepto de cordero de dios de la iglesia católica. De hecho, después veremos las similitudes entre comunismo y cristianismo como en los curas obreros de la transición. Nietzsche diría que comparten ambos la moral de esclavos, de poner la otra mejilla, de auto inmolarse como Sócrates, Buda, Jesucristo. Se puede ver a Dios como salvador del pueblo judío y a Jesús como liberador o héroe revolucionario. En el anticristo de Nietzsche viene a decir que Cristo, el anticristo y Sócrates representan al mismo suicida del idealismo. Sócrates es el primer sofista, el primer mentiroso de la historia para Nietzsche. El hombre en toda su bipolaridad y ambivalencia es tan cordero como lobo, tan idealista como materialista. Y sin embargo, la sociedad del siglo XVIII y XIX se vuelve a fracturar; El romanticismo vuelve al idealismo y el realismo al materialismo. El mejor ejemplo de un pensador que pasa del romanticismo apolíneo, de creer en lo ideal y lo platónico, a una defensa feroz del materialismo dionisiaco material es Nietzsche. Nietzsche está a caballo entre el siglo XVIII y XIX.  

VITALISMO DE NIETZSCHE. En primer lugar, no mata a Dios, se lo encuentra muerto. Esa metáfora de la muerte de Dios denuncia una sociedad inmoral, relativista y sin valores como la que vivió. En el fondo propone la amoralidad, que no es inmoralidad y que es otra forma de moral. También podemos entenderlo literalmente; Occidente ha matado a Dios porque ya no lo necesita. Quizá en los tiempos de Voltaire si Dios no existiese habría que inventarlo para atemorizar al pueblo o justificar el misterio. Pero en los tiempos de la industrialización Dios era un estorbo a la inmoralidad que causó el capitalismo, que dividió la sociedad de nuevo en clases sociales. Nietzsche en más allá del bien y el mal hace una trasmutación de valores; el bien se había separado del placer a uno mismo y el mal se había separado de la compasión hacía el dolor del otro. Por eso propone volver a los orígenes. En el fondo Zaratustra es otro “buen salvaje” de Rousseau en el edén primigenio y soñado. Hace una aproximación al origen. Este minotauro, o Calibán o monstruo interior también reconocía su parte de lobezno, sus instintos y pasiones. También era el lobo de Hobbes. El romanticismo estaba liberalizando las costumbres y se estaba relajando lo de reprimir y censurar el sexo, claro que disfrazado de enamoramientos verdaderos. Nietzsche distingue entre lo apolíneo (lo platónico, lo ideal, lo uránico) y lo dionisiaco (lo aristotélico, lo material, lo pandémico) En toda la edad medía debía prevalecer el espíritu sobre la carne, la mente sobre el cuerpo, las ideas frente a las cosas. Pero Nietzsche se pregunta de dónde nacía ese mundo ideal. Nacía del resentimiento de un cuerpo enfermo como era el de ese ancho de espaldas homosexual que fue Platón. Su resentimiento sexual (o represión de carga orgásmica en Reich) lo traducía en reprimir a su pueblo. Platón fue consejero de tiranos y en su sistema de Republica ideal expulsó a los poetas. Pero es precisamente la poesía, cercana al canto de Baco y al órfico, el mejor instrumento para divulgar las teorías de Nietzsche. En el sentimiento de la tragedia, Nietzsche analiza que el teatro viene de esos ritos dionisiacos y orgiásticos, de los ritos de Eleusis etc. Nietzsche estaba ya criticando ese sentimiento trágico de la vida, esa gravedad del intelectual. En el nombre de la rosa el monje malo, una especie de Borges medieval teológico, quería esconder toda la parte que Aristóteles escribió sobre la comedia.  La risa libera al hombre y el dolor y la tragedia son las formas con las que el miedo se impregna en aquella pobre gente de la edad medía que temía al demonio y a ir al infierno. Esa naturaleza resentida es la que crea la idea enfermiza (diagnosticable para Freud) que se traslada en creencia para la masa. La filosofía se había convertido en un sistema seudocientífico (lo vemos en la pretensión de Hegel de crear una Historia monumental de la filosofía, que ha muerto con él, pues Hegel se considera el último filosofo) Nietzsche prefiere la poesía para expresarse, la música de Wagner, los consejos prácticos y sabios de Schopenhauer, su maestro, hasta que se enfadan.  Para Nietzsche tiene la misma validez un poema del lúcido Hölderlin, que acabó en un psiquiátrico como él, que los delirios de un Platón que decía; hay que estar loco para ser filosofo. Lo que pasa que la filosofía se Platón se había impuesto mientras que la revolución a golpe de martillo de Nietzsche se sugería. Todo lo apolíneo estaba enfermo, porque le faltaba VIDA y le sobraba erudición y cultura. Así surge el super hombre como un hombre que se antepone a la voluntad de la naturaleza, pero que quiere siempre imponer su propia voluntad de poder. El mismo Nietzsche nos impone su megalomanía cuando se considera así mismo un destino, ¿por qué soy tan bueno? ¿por qué soy tan fabuloso? Nietzsche no quiere ser maestro de nadie y lo es de todos. Pero ese super hombre puede convertirse en un nazi que asesine al otro. Si uno se hace Dios de sí mismo no hay nada que le frene.  Nietzsche no fue nazi, y tenía amigos judíos, pero Heidegger sí lo fue, porque era Nihilista.

La diferencia entre esos dos pensadores es que Heidegger se aboca a un NIHILISMO sin respuesta; no somos nada frente a la voluntad de la naturaleza, somos un ser abocado al no ser. Ese nihilismo sin sentido que vuelve a lo de Macbeth de un mundo lleno de ruido y furia que nada significa no tiene salida. O su salida fue el genocidio nazi. Está claro que la vida no tiene más sentido que el que le demos. Pero el siglo XX empezó de la peor forma posible y era necesaria otra nueva revalorización de los valores éticos. Nietzsche reconocía que él mismo se había pasado. Al final de su vida ve al héroe Hermes o Prometeo (el periodista, el mensajero y el creador) como un punto intermedio ambivalente ente lo dionisiaco y lo apolíneo. Frente al super León y a la gacela mansa él proponía el niño creador y artista (la razón poética) Acabó abrazando a un caballo y pidiéndole perdón por parte de Descartes por enjuiciar que los animales no tenían alma. Nietzsche se conmueve por el otro, al final de una vida egoísta y temerosa del amor (sólo iba de prostitutas hasta contraer la sífilis que le enloqueció), siempre dominado por las mujeres, su madre, su hermana… Aquel que defendía el super hombre era un pobre hombre. Aquel que defendía el ateísmo fue toda su vida un chico estudioso de su colegio de curas. Todo esto lo cuenta en su última obra El Anticristo (en la que se compara con Jesús y con el demonio) y en la primera, su auto biografía adolescente.  Y en medio de toda esa vida mesiánica; una obra llena de gritos, improperios, martillos, cuestionamiento de la gaya ciencia, y esa nueva promesa de la Nueva Aurora, la era de Acuario, la postmodernidad. El primer Nietzsche, como pasa con Marx, era más voluntarista que determinista. El último Nietzsche ya habla del Destino, del Eterno Retorno de lo mismo, no somos nada frente a la Naturaleza que nos devora como Saturno a sus hijos.  De Nietzsche a rescatar frases como “lo que no me mata me hace más fuerte”. Nietzsche no solo fue malinterpretado por los nazis, también por la izquierda Sico marxista, y por el individualismo postmoderno de pisotear al otro, ser el más trepa o apoyarse en la ley del más fuerte y la supervivencia de Darwin de las especies más fuertes (a veces son las más listas las que sobreviven) Este super hombre más allá del bien y del mal sufre por un caballo. Solo cree en la materia, pero ama la ópera y la poesía. Va de duro, pero es un blando.

Lo de Nietzsche no es un nihilismo aséptico y ataráxico en el que se hunda sin salida. Zaratustra es un salvaje que se guía por el placer y evita el dolor, pero tiene valores. Porque somos humanos demasiado humanos no podemos dejar de conmovernos por los otros. Mal y bien van juntos, infierno y cielo están aquí. El anticristo es un nuevo cristo. La materia resentida es la que crea la idea, pero necesitamos crearla para explicarnos a nosotros mismos, y el resentimiento es innato a todo intelectual que está siempre en malestar con su mundo, que es yo, pero también circunstancias. Nietzsche niega para luego afirmar. Niega lo muerto, lo apolíneo, y afirma la Vida como VIDA personal y no solo vida biográfica.   Para el ateísmo Dios soy yo mismo. Yo soy mi propia divinidad. Pero en el común de los mortales ese individualismo exacerbado solo es guiado por las pasiones primarias. Guiados por lo parte animal inconsciente podemos hasta matar a una persona, había advertido Freud. El principio de placer acaba al evitar el dolor del otro, es lo mismo el Eros tanatos de Freud y el placer dolor de Nietzsche que los caballos de Platón o el lobo-cordero.

Para el EXISTENCIALISMO que es un humanismo, la VIDA concreta personal y la existencia precede a la esencia, el Ser frente a la Nada. Es el mismo vitalismo de Nietzsche; la vida antes que la idea. “Respeta a las personas, pero no sus ideas”, decía Savater. Primero es la materia, pero eso no significa que se rechace la idea. “En el café Le Flore no nos fían porque somos trogloditas” (En el café Manuela pasaba parecido) Para el existencialista con la realidad es más que suficiente. El infierno son los otros, en el sentido de ese cordero bueno por naturaleza que se quema en el fuego del capitalismo o al contacto con los demás. Aparece ese ateísmo en la obra de Albert Camus, en la náusea o los justos de Sartre. Se habla de procesos, de revolución, de aniquilar al enemigo para que el grupo revolucionario no desaparezca, los problemas morales son qué hacer con los disidentes. En a puerta cerrada, la obra de teatro, nos vamos a quemar por la convivencia de los otros. No hay necesidad de parrillas ni aquí en la tierra ni en el infierno cristiano. El infierno somos nosotros mismos, cada uno, y a veces los otros pueden ser nuestro cielo. Los existencialistas rechazan tanto la postura de Aristóteles de creer en una pre- materia o motor inmóvil como la de Platón de creer en un mundo de ideas, primando un origen esencial sobre una realidad existencial. Y los existencialistas le dan la vuelta; primero es el hombre que inventa a Dios, y no al revés. El sabor a vino precede a la copa que lo envuelve y que Sócrates nos blinda en el Banquete. Sartre estaría ahora escuchando a Juliette greco en las Cabas, o al trompetista de jazz Boris Vian, el autor del hombre lobo en París. Son las hojas muertas de Jack Prevert, el cine de Marcel cané, los documentales de jean Cocteau burlándoos de todas las filólogas. Albert Camus escribe en combate político, la peste, el extranjero, el hombre rebelde, el mito de Sísifo, Malraux escribe la condición humana, Celina el viaje al fin de la noche… A Sartre le viene la náusea, como un odio profundo por el mundo y una subjetivación de los objetos en esa mesa. El café es la misma metáfora y sinestesia que la magdalena de Proust, evocadora del recuerdo. O la flor de Xubiri.

PERSONALISMO CRISTIANO Para los existencialistas solo importa el café que se toman, no van a la idea de café, pensará quién sólo haya leído la náusea y no los tratados de filosofía de Sartre en los que no hace otra cosa que ahondar en el Ser, en la Idea. Xubiri quiere ir a la idea de café en su libro el hombre y dios. Por eso Xubiri coge una flor, y ve a la vez la metafísica y física de la flor. La fenomenología de Husserl estudia la realidad de la flor, pero no la proto realidad de la flor. La deconstrucción de Derrida también quiere abarcarlo todo. Frente al infierno de los otros de Sartre, Esquirol (la penúltima bondad, la resistencia intima) sugiere que el otro nos puede abrazar, ayudar, y ser nuestra agarradera en la tierra. Juan David García Vaca hizo otra metafísica de la materia en devenir. Bernanos es otro de estos existencialistas cristianos. Gabriel Marcel era contemporáneo de Sartre. Si Sartre concebía al hombre como una pasión fútil y destructiva, de nuevo un lobo para el hombre (materialista y malo), Carné lo ve de nuevo como el cordero cristiano-romantico-roussiano-idealista y comunista. Pasa lo mismo que con el anarquismo. El existencialismo cristiano se niega a ver la parte mala del hombre, lo cree con un sentimiento de bondad natural otorgado por Dios, sin el pecado original de llevar también pasiones destructivas. Tanto el anarquismo como el cristianismo son formas de ingenuidad sobre el hombre. El existencialista reconvertido al cristianismo es como un hijo prodigo que exclama; “Padre, ¿por qué me has abandonado solo y triste en este valle de lágrimas?” Huérfanos de dios clama al cielo nuevas cadenas cristiano-existencialistas. Tememos la libertad total del existencialista que acabaría en el mayor acto de voluntad consciente para Kinkegaard; nuestro propio suicidio. Los titulos de este cura danés nos estremecen; temblor, angustia, desesperación… Este personalismo cristiano quiere al existencialismo, pero le da miedo ahondar en él, anegarse en la nada y además le es insuficiente Prefiere perder su tiempo conociendo algo que no va a conocer, pero justificándolo con la fe. A nivel intelectual dan vueltas a la espiritualidad, que como la filosofía, no tiene respuestas.

Dios se empieza a ver en la época hippie como un dios amor (al menos el del nuevo testamento porque el del viejo era belicoso y castigaba a su pueblo) y a Jesús como una especie de primer comunista, liberador y salvador de un pueblo histórico concreto. Nietzsche lo asemeja a la inmolación de Sócrates, el primer sofista mentiroso de la historia, y es una figura esta del cordero que ya estaba en todas las mitologías (Visnú, Buda, Anubis). Luego va surgiendo la teología feminista (y la teología de la liberación. Ignacio de Iñacuria, discípulo de Xubiri, recibió dos tiros en el Salvador en la revolución del frente de liberación Nacional del 89) Dios no estaba solo en su nube allí en el cielo sino en la tierra, como veían los curas obreros de la transición, marxistas cristianos. Xubiri llamaba a Ángel Gabilondo, el hermano de Iñaki que va a ir por el SOE a la comunidad de Madrid, como el último metafísico de occidente.

Somos una idea enfermiza de dios. ¿Dios está loco? Su pensamiento somos nosotros y somos una puta mierda. Gustavo Bueno pasó del monoteísmo del ateísmo, hasta acabar en Gran Hermano con Mercedes Mila.  Al  Dios que echas por la puerta se te cuela por ventana. El silencio de Unamuno es un silencioso ruidoso, pues pasa del tormento y la desesperación nihilista de Kinkegaard al ateísmo de Nietzsche, al existencialismo… Buscó toda su vida a Dios por la fe y por la razón, estudiando a los padres de la Iglesia y leyendo a los místicos. Acumuló cultura y sobre todo conocimiento de Logos (espiritual- intelectual) pero esto no sirvió para evitar su muerte. Unamuno exclamaba más patéticamente que sentimentalmente trágico de la vida; Dios, no me quiero morir” Reafirmaba su Noluntad de no morirse, daba pataletas y sin embargo va y se muere. No es un fracaso de toda su vida de erudición y búsqueda de Dios como Logos sino la victoria de una vocación. Vocación entraña voluntad (O Noluntad) Y pero al final se hizo la voluntad de Dios y no la suya.

ESTRUCTURALISMO
Mientras estos hombres se divertían en París, en el centro de Europa se estaba gestando el estructuralismo con Russel y las matemáticas de Wittgenstein. La biblia nos dice que el principio fue el verbo (refiriéndose a la esencia de Dios), pero ellos lo toman al pie de la letra. NI idea ni materia; lenguaje. La idea se verbaliza con el lenguaje y sirve para expresar la materia. Es como si confundieran en el significante al significado y al referente. Nada existe, solo lo que se nombra. Eso es como decir que no mata el pistolero (el hombre) sino la pistola (el lenguaje como instrumento) Lo que está pervertido es la forma de referirnos a las cosas. Nietzsche había dicho que la gramática era una vieja hembra engañadora al servicio de un mentiroso del ágora, de un comunicador y orador como Sócrates. El lenguaje no es materia, aunque parte de la materia y tampoco es una idea, aunque sirva para expresarlas. Cometiendo un anacronismo, diríamos con Mac Luhan que el medio (el lenguaje) es el mensaje. El lenguaje es gozo y dolor para que entendamos o nos obstaculizamos ante la compresión de la realidad   El lenguaje miente, manipula, distorsiona, es subjetivo, engaña, y por otra parte el lenguaje es insuficiente. Los románticos se quedaban sin palabras para describir la Belleza, el Éter, el Absoluto, el Infinito, los sentimientos, lo sublime. El lenguaje es el significante con que un hombre material expresa significados ideales. ¿Tiene la naturaleza una significación por sí misma, aunque un hombre no la juzgue? Un cristiano te hablará de la suma teológica y de la clasificación de las especies que viene ya de Aristóteles. Un científico te remitirá a unas leyes universales naturales. El lenguaje nos da un soporte para inventar la realidad, como decía Foucault. Sthendal en Rojo Y negro dice; “esta mujer no sabía lo que era el amor porque no había leído nunca novela de amor”.  Yo añadiría que no sabía expresar el amor, pero sentía algo parecido que no sabía nombrar. Wittgenstein dice; los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo. A mayor lenguaje más realidad Para el estructuralismo el mundo no lo crea ya la idea, demiurgo de Platón ni la materia de Aristóteles motor inmóvil (dios materia primera inicial, separada de la materia segunda) sino que lo crea la palabra. El lenguaje crea la realidad (pero hay una proto realidad, insiste el cristiano) No tenemos conocimientos de física aeronáutica, pero podemos ubicarnos si nos hacemos con las palabras precisas. Aunque no conozco los significados de esa realidad conociendo el lenguaje te defiendes. El nombre de ese director de cine no lo conozco, pero tiene similitud con Ingmar Bergman. Se puede hablar de un libro que no has leído. Los periodistas pueden de hecho hacer entrevistas a escritores que no han leído, consultando cuatro datos en la Wikipedia o repitiendo los conceptos que más se repiten en un texto científico, sin saber ni de lo que están hablando. Es hacerse con el lenguaje. En esa “pasarela Cibeles” puedes entrevistar a las autoras en entrevistas de personaje, preguntando tópicos de por qué escribes y qué influencias tienes.  Un autor te lleva a otro en su intertextualidad, No conozco a esta mona, pero me la describen como una “txistulari feminazi” a lo Zambrano. Ya sé quién es Salome, la ubico en el romanticismo, y me ahorro la pedantería y el capricho intelectual de decir en que año se estrenó la ópera. El estructuralismo se queda en el significante, en las formas, en el lenguaje, y la apariencia y en la cultura y no profundiza en el conocimiento y significado, la idea, el fondo, el alma, la esencia. Y Tampoco profundiza en el sujeto material que significa el significado.  Simplemente aplica el lenguaje en la historia. Luego el estructuralismo se ha ido ramificando en el sociologismo o positivismo (Comte), en el conductismo, que son formas de clasificar la realidad a traves de categorias linguisticas cerradas, parcelitas estancos reductoras y simplistas.

CONOCIMIENTO-LOGOS/CULTURA/ INTELIGENCIA EN LA VIDA
A García Calvo le invitaron a una tertulia radiofónica con un filósofo materialista, qué apoyándose en según qué libro iba recogiendo teorías de…y al final de la charla cuando le preguntaron exclamó; ¿Y yo qué sé quiénes son estos señores, y a mí qué me importan?  Hay que tener la mente amueblada de conceptos para ubicar al individuo en la historia. ¿Qué más da lo que digan estos señores? El conocimiento es tener base y soporte para edificar el mundo de la compresión humana. El conocimiento es un rio con distintos afluentes. Te vuelves loco si los les a todos en la feria del libro. O si ahora me pusiera a citar y renunciar a todos los que han hablado de Dios.  No es lo mismo conocimiento que cultura.  Una señora culta está con todos los poetas y habla con todos señores, y aprecia los poemas de Blas de Otero, de los que no entiende nada, se sabe todas las fechas y no se pierde un acto. Pero quizá no pueda expresar diez líneas de verdadero logos conocimiento. En esta pasarela Cibeles el vendedor de humo edifica un mundo sobre la nada y lo legitiman como verdad. (ahora se diría post verdad y zona de confort, y estas palabras tan cultas que hay que decir) El conocimiento lo da un maestro o al ver que tu intuición coincide con lo que hace siglos pensó alguien.  Puedes tener un sentido panteísta sin leer a Spinoza, y establecer una complicidad preciosa.

Pero ¡cuidado con eso de la intuición! La postmodernidad carece de base o memoria histórica, se hace un grafiti de “Dios no existe” sin haber leído a Nietzsche, o sin contextualizar esta frase. El conocimiento profundiza, se enraíza para luego ramificarse en nuevos conocimientos. Y el rumor, la mentira, el slogan y la consigna tiende a reducir, crear estereotipos, banalizar, frivolizar y reducir. Yo me atrevería que hay otro tipo de inteligencia además del que conoce y del que es culto (el que sabe, diría García Calvo) Existe una gramática parda, el pillo pícaro, el listillo, el busca -vidas, el lazarillo. No defiendo la felicidad del aldeano ignorante ni del buen salvaje, pero sí que creo que la inteligencia debe tener como objetivo la felicidad. ¿De qué sirve una razón abstracta, teórica y pura si no puede convertirse en una razón practica o moral? Ese debate de la Diosa Razón se cerró hace mucho tiempo. Ortega hablaba ya de una razón vital y la Zambrano de una Razón poética y hoy en día Tierno o Marina y otros psicólogos lo llaman inteligencia emocional. Sentido y mente no están separados, sino que comunican a través del sentimiento. El sentimiento está a medio camino entre lo intelectual y lo sensorial, como dice su propia palabra SENTI- MENTO. Es decir, la emoción y la sensación y el instinto y la intuición y el deseo deben ser procesados por la mente, se debe reposar el sentimiento para no abrumar de patetismo y afectación, como reprochaban los realistas a los románticos. Pensar con el corazón y sentir con la cabeza. ¿de qué le sirve a Virginia Woolf crear obras inmortales si su propia vida no fue más que un proceso de auto destrucción e inmolación? Ya decía Pascal; el corazón tiene razones que la Razón no entiende.

Las asociaciones de poetas cósmicas del Inserso Postmoderno abandonan el proyecto moderno del conocimiento, pues les vale con sus lágrimas. Ya nos hicieron ver los futuristas italianos que para el postmoderno vale lo mismo la batalla de Samotracia que un urinario público, o unos bigotes a la mona lisa. Debemos distinguir entre el que vende un tejido de seda y el que vende humo a precio de oro. Estas asociaciones se adulan entre ellos, en una endogamia en la que se auto alimentan, rechazando el trabajo que requiere mucho esfuerzo, el trabajo como energía en movimiento.  A la señora le encanta Blas de Otero, como a otra coleccionar sombreros. Seguimos debatiendo entre idealismo y materialismo, entre el huevo o la gallina como si fuéramos a encontrar alguna respuesta. Cada vez hay más cultura, más inventiva del lenguaje al servicio del espectáculo. El conocimiento siempre ha sido silencio, trabajo denodado y serio, incluso cuando la lectura no era una actividad individual y solitaria sino de forma participativa en los monasterios. Y sin embargo hay personas con mucha cultura (muchos saberes) y mucho conocimiento intelectual-espiritual (logos, único saber múltiple) que sin embargo no son felices. Virginia Woolf acabó suicidándose, no fue muy inteligente, por tanto.

No existe el monoteísmo, pero si una mente divina, piensa el religioso progre. Einstein creía en el Dios de Spinoza, Hawkins y la mayoría de los científicos no se pronuncian sobre lo que no saben, desde un agnosticismo curioso. Soy ateo practicante, dice Savater. La materia vida crea a través del lenguaje-significante significados, ideas y conceptos La masa se queda con lo material, anecdótico y olvida el espiritual, esencial e ideal. Y el espiritual olvida su propio cuerpo e incluso se olvida de comer. “Profesado el memorial de la trascendencia, desde el fin de la historia nace una ciencia, la decadencia” La gente habla de lo cotidiano, el curro, la cocina, el master chef, los pinchos en Baracaldo con el rubí  En un bar de pinchos se podría hablar de lo que alimenta Spinoza

La escuela de Frankfurt o los sico marxistas (Adorno Marcuse, Eric Fromm Habermas) dan un sentido histórico (marxista) y vitalista (Nietzsche y Freud) a ese existencialismo vital. Tras el genocidio nazi, hay que transmutar de nuevo los valores como hizo Nietzsche, para no volver a permitir tragedias así. El capitalismo que viene del protestantismo y por tanto del cristianismo, según Max Weber, es el verdadero demonio. Capital y Estado son los demonios. Pero tampoco creen en el anarquismo como abolición total del estado. Gracias a ellos, que hablaban de “compromiso social”, algo nos resuena cuando Pablo iglesias se compra un chalé.  Ten un mínimo de imperativo moral, niña prodigio, y no anuncies perfumes. Los sicoanalistas vienen a decir que dios es el inconsciente freudiano. De niño piensas en que hablas con un dios extra mundano en tu interior, pero luego te das cuenta de que es tu propio inconsciente, tu propia mente la que fabrica su propia ilusión. 

POSTMODERNIDAD
El proyecto secular moderno ilustrado no ha logrado evitar el antropomorfismo de dios, “dios ayúdame a encontrar trabajo” sino que lo ha acentuado en la religión a la carta en la que vivimos, donde cada cual coge lo que le gusta de cada filosofo o religión en el mayor de los relativismos, que no ambivalencia. La oración sería el silencio absoluto de los místicos que no hallan respuesta o el parloteo incesante interior de Unamuno que lo único que quería era no morirse. Hasta el propio Unamuno quería creer, pero en un Dios con forma antropomórfica que le evitara el morirse.  En conclusión, vemos que cada rama de la filosofía y de la teología se refiere a los mismos conceptos e ideas con distintas palabras. La historia también nos da la lección de que es cíclica, o pendular, o en eterno retorno, que el idealismo subjetivista o el materialismo objetivista que rechaza una época lo recupera la siguiente en una dinámica de acción reacción, causa efecto, trasgresión de lo anterior e invención de lo nuevo.  Desde luego Dios no puede servirnos de escusa a nuestra conducta, tampoco como promesa de salvación ni nos va a ir a recibir al cielo cuando dejemos de existir.

Las moras negras, Agustín García Calvo
Creí que buscaba
las moras negras,
y encontré la rosa de zarza.

Creí que cogía
la rosa blanca,
y se hincó la espina en mis venas.

Creí que saldría
clavel caliente,
y brotó un arroyo de leche.

Creí que el arroyo
se hundía en tierra,
y fluyó al Océano verde.

Creí que era aquello
el verde Océano,
y era el río eterno de estrellas.

Creí que hallaría,
cruzando el cielo,
al Señor del todo y la nada.

Y sólo encontré
puñado de moras
que de amor en mi mano sangraban.

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