Wyoming y David Trueba se reúnen
en el teatro Campos Elíseos de Bilbao para hablar del humor en la feria de la
risa de Bilbao. Trueba es el director de cine que todos conocemos y el Gran Wyoming
no necesita presentación. ¿se puede hacer un chiste en el que se diga que Gaza es
una especie de Marina Dor? ¿Dónde están los limites en el humor?
Trueba habló de su
infancia en su barrio y cómo decidió hacerse guionista y después director de
cine. Era un estudiante refugiado en sus libros para el que el resto del mundo
le parecía un territorio hostil y le daba miedo. Estuvo en un colegio de curas
y ellos se encargaron de fomentarle aún más miedos, miedos físicos, a su propio
cuerpo, al más allá, a ir al infierno. Es lo que han hecho toda la vida, la forma
de sostener el feudalismo. Nada hay más anti religioso que la risa. Reírte de
los pecados, en vez de traumatizarte con ellos. No podía comulgar en pecado ni
recibir la ostia sagrada pero si recibió muchas de las otras. Le hacían lavarse
la boca con jabón chimbo si decía insultos. Le convencían de que estaba en
pecado. Se ha planteado a veces denunciar a la iglesia por lo mal que lo pasó
de niño y que le indemnicen con dinero. Recuerda su primera comunión. Una vez
casi le atropella un coche, se cayó todo al suelo, una señora con su bolsa de
la compra le ayudo a levantarse. Todo esto ocurría en el callejón que daba al colegio
de los salesianos, al levantarse dijo ¡esto es un milagro del cielo! al ver la
cruz del colegio. Esa es un poco la relación de Trueba con la iglesia en su
infancia. El Gran Wyoming comentó que le gustaban los niños y que no pensara
mal. Trueba veía películas en Fuencarral y la gran vía. Vio muchas películas en
el colegio, el cine era lo único no alienante y además a un módico precio. Obnubilado
con Gary Cooper y Jon Ford soñaba con las calles del oeste. Eran los años 60,
del 600 y los grises. Leía, veía todo el cine de las filmotecas. Su hermano
Fernando era el que hacía reír a la familia, era un poco el payaso de la
familia. David tiene 4 años cuando él se va y toma el rebelo de bufón de su
hermano. En una comida o cena familiar les dijo; quiero estudiar y dedicarme al
cine. En aquellos colegios mayores determinadas pelis estaban prohibidas y
había que verlas de forma clandestina. Así empezó a ver Truffault, Buñuel, Fellini, Tati, Visconti… Leían a Marx Freud Marcuse Adorno Althuser… la rebelión de la transición había empezado en
los cine clubs. Tenía gran sed de saber y leía libros por la calle. Ópera prima
fue su primer largometraje de éxito. El padre le dijo; ya has hecho la peli, te
has salido con la tuya, ahora búscate un trabajo normal, le dijo eso ¡y eso que había
sido un éxito! Wyoming, el autor de no estamos solos ni estamos locos, recordó también
su época en la universidad cuando publicaba en la revista Ozune alternativa, la
revista de la universidad. Trueba salía con su cámara de súper 8 mm (que ni si
quiera era suya sino del padre de un amigo) y rodaban. Luego lo llevábamos a rebelar, estaba
todo en negro, yo creo que hay q poner luz… así empezó Trueba a hacer cine negro. Luego se
pasó a la comedia que es más místico. Había que leer las escrituras, ¡hágase la
luz!, el primer día grabó su primer corto. Rodaron los planos sus amigos Oscar
y Carlos y él en la facultad. Grabar con una cámara 16 mm era como tener un
coche hoy, como quien tiene un mercedes. Trueba habló de aquel rodaje, del flexo
luz, de sus sueños posibilistas de cuando tenía 30 años y era un soñador. Siempre
el optimismo y la esperanza en él; pensar que es posible, que no haces algo que
no se pueda hacer sino que lo puede ver todo el mundo y no solos sus padres. Trueba
asistió a la proyección de la peli y se perdía los diálogos porque la gente se reía
exageradamente, se aprendió los diálogos de la película
El gran Wyoming al ver la
primera película de Trueba pensó; este tipo es un genio. Compraba las peli por
el título; el fontanero, su mujer y otras historias. Wyoming tiene una importante
carrera como actor en el teatro, además de ser show man y le llamaban para
hacer de actor en varias películas, actuaban un día en una y otra en otra,
generalmente películas poco profesionales, hechas por amigos en la movida. Recuerda
lo importante que era el humor en cierto retrato generacional. Todo lo que se
rio con las ocurrencias de dialogo.
A Trueba se le ocurrió
hacer una película de unos chicos huérfanos de padres ya que no quería retratar
gente de la generación anterior, no quería que aparecían los padres en el fondo
de la peli para hacer una película exclusiva de esta generación. Era una peli
hecha entre amigos que a todo el mundo normal le pareció divertida y graciosa. Empleó
a Paco Rabal que tras los santos inocentes estaba en el paro, y nadie le
llamaba. Leyó el guion de Trúhanes Miguel Hermoso. Era una peli costumbrista, un
mundo en que los padres no existían. Si veía a su padre se iba a Valencia
porque no quería verlo. En este conflicto generacional los padres no pintaban
nada, Trueba no quería que supieran la vida que hacían pues no les iba a sentar
bien. Esto aumentó el entusiasmo por la película, era algo prohibido,
clandestino, hecho al margen de los adultos. Trueba cuando le preguntan a qué
se dedica dice; soy director de cine, eso aparece en sus tarjetas de visita, pero…
“¿soy director cunado no ruedo?, ¿entre peli y peli que eres?, ¿vecino tuyo, artista
polifacético, esta profesión rara es necesaria? Fernando Fernán Gómez, Rafael
azcona, son amigos obreros, gente simpática, mitos que no me han defraudado, Paco
rabal, Azcona y F F Gómez son infinitamente mejor de lo que uno puede pensar. Son
dos increíbles personas, me pasaría la vida con ellos. Y eso que soy hetero
sexual a matar. Entre una y otra peli pasa el tiempo. Cuanto más te acercas a
ellos más te gustan. He conocido a esta gente maravillosa” En el guion belle
epoque le advirtieron; vaya ostia te vas a llevar y le dan un óscar. Su consejo;
hacer mucho ruido, dar el coñazo. Trueba era hijo de madre soltera, que era sinónimo
de ser hijo de puta. Siempre ha estado rodado de gente por encima de la media. Tiene
muchos autógrafos de gente importante. “Hay que mirar hacia delante, no atrás
de la peli, la hubiera hecho de otra manera, pero solo existe la peli que has
hecho. Si fuera posible volvería a escribir el Quijote, dispersándole de aquí
para allá. El éxito de ópera prima fue como subir dos veces una montaña, me hacía
mayor, controlaba más las cosas”, dice. El sueño de monologo es la novela que
lee antes de ópera prima, era un sueño lejanísimo e irrealizable. Estaba loco
por hacer esta peli. Va a ver a Cristofer Le, el autor, a París.
Quizá Trueba siga siendo
el bufón de la familia porque sus películas siguen haciendo reír a su público. Su
humor es inteligente y mediano. Sus propias pelis las ve 40 veces, echa muchas
carcajadas. Antes te echaban del cine si no paraba de reír. “Hace mucho que no
veo dos tontos muy tontos, me producía tanta risa que ni emitía el sonido, como
alguien que se va a morir, pataleaba de risa con ese humor tonto. Esos ataques de
risa a veces me han hecho hasta caerme de la cama. Necesitas para vivir aire, comida,
sueño pero sobretodo… humor. La gente se ríe por todo y eso es sano, que nos
haga gracia. Las películas demasiado serias resultan inhóspitas, poco humanas y
frías y se nos acaba olvidando. Y en cambio las comedías estamos recordamos
meses las carcajadas. Trueba dejo de trabajar para cuidar a su hija, hasta que
le convencen que debía volver a actuar. Le dio un ataque risa, al reírse las carcajadas
asustaron a su hija pero “hacia años que no me reía a pesar de la tragedia que tenía
encima”. En el viaje de Sillman el protagonista va a la cárcel, pero a pesar de
ello sigue riéndose. Pluto o Goofy nos hacen reír. Disney y la Wagner. Wyoming
anuncia que cuando salgan de aquí van a seguir hablando en un bar lo mismo de
ahora. Trueba considera el Oscar como un reconocimiento industrial, oficial. Su
mayor premio es la gente que ve sus películas. El director tiene en su cabeza
el cómo irá la película y memoriza los diálogos. Tiene un sexto sentido para
ver si la peli va a ser buena, donde hay una película de una conversación o de
algo que ha observado. Se le queda marcado en la cabeza. A veces los
espectadores salen del cine con la sensación de que no saben de qué iba la película
pero les ha encantado. La peli es buena si está un día tras otro en tu cabeza, si
forma parte ya de ti, como la película desmontando a Harry que recomienda. Trueba
habla de su narcisismo y de que de adolescente tenia manía a la cámara del 8 y
medio. Luego hace Toomach. Al lado del hotel en un cine pequeño de París ve la película
ya hecha. En esa época él y su hermano iban mucho a la filmoteca cuando
estudiaban cine. Recuerda los personaje de la película. Le parece una película
que no aguanta bien el paso del tiempo. Esto de las modas cinematografías y
literarias es muy fluctuante. Stefen Zeig sus novelas se vendían en todos los quioscos,
pero de pronto desaparecen de los quioscos como si no estuvieran ni nunca
hubieran estado. Ahora la gente lee, los libros actuales están y se anuncian en
los suplementos literarios, pero la moda
de Cervantes o Shakespeare no vuelve porque siempre han estado ahí. Hay escritores
que van y vuelven, resucitan cuando parecen estar olvidados. Las pelis nos
gustan en función de quienes somos, como nos revolucionamos y sentimos. Para
los niños la muerte no significa nada, para los mayores la muerte nos trae recuerdos
personales, y nos hace no aguantar cuentos o películas. Los filósofos quieren
ser cómicos y el cómico filósofo, intenta aprender filosofía. Trueba se ha
interesado toda su vida por la filosofía, por aprenderla y por aprehenderla. ¿Por
qué le preguntan por sus directores de cine preferidos y no por los filósofos
con conciencia social que él lee? El papel del director del cine es como el del
acomodador, hay que mover la silla a la gente para que no se duerman, no es
agradable, te insultan. Igual que al esclavo que escapa de las sombras de la
caverna de Platón. Sus compañeros no quieren ver la luz sino seguir encadenados
en la sombra. Es bueno que los directores en sus películas presten su verdadera
cara. Trueba habló de Paul Sartre que le parece un modelo estético de su época
y su generación pero del mismo modo recomienda la gran película dos tontos muy
tontos que le hacía carcajear. La cultura no está reñida con la alegría o la
risa o el humor. Trueba nos recomienda no fiarnos de los tipos demasiados
serios. Su madre era de derechas y le decía; no tienes remedio porque eres
comunista pero por favor no seas coñazo, sé simpático, siendo simpático se va a
todos los lados.
Wyoming reconoció haber
venido a esta conferencia más por amistad que por negocio aunque en la salida
están sus libros para el que quiera comprarlos. Que esperaba encontrarse con
Claudia Siffer. Recordó a su gran amigo, el cantautor Javier Krae muerto hace
poco, recuerda su conversación con él en el café central de Madrid. Le dijo de
forma consistente que las relaciones fuertes y continuadas conducen al
cansancio. Wyoming, hombre de comedia, confesó por qué era showman; lo mejor que
puedes hacer por la gente es hacerles reír. La comedia es una forma sana y comprensiva.
reírse de las miserias y debilidades varias. sin humor se hace insoportable la
vida. Fernando Trueba apostilló que la vida es ridícula y por eso da risa. La gente
que se toma demasiado en serio la vida no disfruta de ella. Los políticos no deberían
tomarse las cosas muy en serio.
Wyoming habló de Rafael
azcona, de Groucho Marx, Woody Allen, Billy Wilder pero también de Santiago
segura o Carlos Bayero o Pablo Carbonell, humoristas y grandes amigos. El secreto
para triunfar en la profesión es ponerle pasión y amar lo que haces; sean
libros, música o una lectura. Amar y reír
y hacer reír y compartir la risa. Quien conoce las tinieblas, conoce también el
poder terapéutico de la risa. La risa forma parte de la vida de cada uno de los
nuestros. En la rosa purpura del Cairo, Mia Farrow se mete dentro de la
pantalla y vive el ambiente de la peli. Por eso, el buen espectador parece que
se mete en la película. Y nuestra vida a veces hay que tomarla como una película,
pero a ser posible mejor una comedía que una tragedia, no meternos dentro del
exorcista o la matanza de Texas o en medio de un duelo de espadachines. Woody Allen
no es partidario de la eternidad. Trueba se pasaría media vida viendo sonrisas lágrimas
y recuerda películas como la dolce vita de Fellini, el hombre y tranquilo, la ruta
de Jon Ford, belle epoqué o a su actor amado Jon Newman.
Al final de la
conferencia se da un premio al gran Wyoming por su aportación al humor; “Este
premio no es mío, es vuestro, Trueba lo merecía más. MI corazón está siempre abierto,
el bolsillo no tanto. No pagamos por las mejores cosas de la vida que son
gratis. No pagamos por sudar, por las cosas fáciles y sencillas como es la
risa. Os exijo que seáis felices”
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