viernes, 22 de julio de 2016

EL HUMOR PARA DAVID TRUEBA Y EL GRAN WYOMING


Wyoming y David Trueba se reúnen en el teatro Campos Elíseos de Bilbao para hablar del humor en la feria de la risa de Bilbao. Trueba es el director de cine que todos conocemos y el Gran Wyoming no necesita presentación. ¿se puede hacer un chiste en el que se diga que Gaza es una especie de Marina Dor? ¿Dónde están los limites en el humor?
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Trueba habló de su infancia en su barrio y cómo decidió hacerse guionista y después director de cine. Era un estudiante refugiado en sus libros para el que el resto del mundo le parecía un territorio hostil y le daba miedo. Estuvo en un colegio de curas y ellos se encargaron de fomentarle aún más miedos, miedos físicos, a su propio cuerpo, al más allá, a ir al infierno. Es lo que han hecho toda la vida, la forma de sostener el feudalismo. Nada hay más anti religioso que la risa. Reírte de los pecados, en vez de traumatizarte con ellos. No podía comulgar en pecado ni recibir la ostia sagrada pero si recibió muchas de las otras. Le hacían lavarse la boca con jabón chimbo si decía insultos. Le convencían de que estaba en pecado. Se ha planteado a veces denunciar a la iglesia por lo mal que lo pasó de niño y que le indemnicen con dinero. Recuerda su primera comunión. Una vez casi le atropella un coche, se cayó todo al suelo, una señora con su bolsa de la compra le ayudo a levantarse. Todo esto ocurría en el callejón que daba al colegio de los salesianos, al levantarse dijo ¡esto es un milagro del cielo! al ver la cruz del colegio. Esa es un poco la relación de Trueba con la iglesia en su infancia. El Gran Wyoming comentó que le gustaban los niños y que no pensara mal. Trueba veía películas en Fuencarral y la gran vía. Vio muchas películas en el colegio, el cine era lo único no alienante y además a un módico precio. Obnubilado con Gary Cooper y Jon Ford soñaba con las calles del oeste. Eran los años 60, del 600 y los grises. Leía, veía todo el cine de las filmotecas. Su hermano Fernando era el que hacía reír a la familia, era un poco el payaso de la familia. David tiene 4 años cuando él se va y toma el rebelo de bufón de su hermano. En una comida o cena familiar les dijo; quiero estudiar y dedicarme al cine. En aquellos colegios mayores determinadas pelis estaban prohibidas y había que verlas de forma clandestina. Así empezó a ver Truffault, Buñuel, Fellini, Tati, Visconti… Leían a Marx Freud Marcuse Adorno Althuser…  la rebelión de la transición había empezado en los cine clubs. Tenía gran sed de saber y leía libros por la calle. Ópera prima fue su primer largometraje de éxito. El padre le dijo; ya has hecho la peli, te has salido con la tuya, ahora búscate un trabajo normal, le dijo eso ¡y eso que había sido un éxito! Wyoming, el autor de no estamos solos ni estamos locos, recordó también su época en la universidad cuando publicaba en la revista Ozune alternativa, la revista de la universidad. Trueba salía con su cámara de súper 8 mm (que ni si quiera era suya sino del padre de un amigo) y  rodaban. Luego lo llevábamos a rebelar, estaba todo en negro, yo creo que hay q poner luz… así   empezó Trueba a hacer cine negro. Luego se pasó a la comedia que es más místico. Había que leer las escrituras, ¡hágase la luz!, el primer día grabó su primer corto. Rodaron los planos sus amigos Oscar y Carlos y él en la facultad. Grabar con una cámara 16 mm era como tener un coche hoy, como quien tiene un mercedes. Trueba habló de aquel rodaje, del flexo luz, de sus sueños posibilistas de cuando tenía 30 años y era un soñador. Siempre el optimismo y la esperanza en él; pensar que es posible, que no haces algo que no se pueda hacer sino que lo puede ver todo el mundo y no solos sus padres. Trueba asistió a la proyección de la peli y se perdía los diálogos porque la gente se reía exageradamente, se aprendió los diálogos de la película

El gran Wyoming al ver la primera película de Trueba pensó; este tipo es un genio. Compraba las peli por el título; el fontanero, su mujer y otras historias. Wyoming tiene una importante carrera como actor en el teatro, además de ser show man y le llamaban para hacer de actor en varias películas, actuaban un día en una y otra en otra, generalmente películas poco profesionales, hechas por amigos en la movida. Recuerda lo importante que era el humor en cierto retrato generacional. Todo lo que se rio con las ocurrencias de dialogo.
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A Trueba se le ocurrió hacer una película de unos chicos huérfanos de padres ya que no quería retratar gente de la generación anterior, no quería que aparecían los padres en el fondo de la peli para hacer una película exclusiva de esta generación. Era una peli hecha entre amigos que a todo el mundo normal le pareció divertida y graciosa. Empleó a Paco Rabal que tras los santos inocentes estaba en el paro, y nadie le llamaba. Leyó el guion de Trúhanes Miguel Hermoso. Era una peli costumbrista, un mundo en que los padres no existían. Si veía a su padre se iba a Valencia porque no quería verlo. En este conflicto generacional los padres no pintaban nada, Trueba no quería que supieran la vida que hacían pues no les iba a sentar bien. Esto aumentó el entusiasmo por la película, era algo prohibido, clandestino, hecho al margen de los adultos. Trueba cuando le preguntan a qué se dedica dice; soy director de cine, eso aparece en sus tarjetas de visita, pero… “¿soy director cunado no ruedo?, ¿entre peli y peli que eres?, ¿vecino tuyo, artista polifacético, esta profesión rara es necesaria? Fernando Fernán Gómez, Rafael azcona, son amigos obreros, gente simpática, mitos que no me han defraudado, Paco rabal, Azcona y F F Gómez son infinitamente mejor de lo que uno puede pensar. Son dos increíbles personas, me pasaría la vida con ellos. Y eso que soy hetero sexual a matar. Entre una y otra peli pasa el tiempo. Cuanto más te acercas a ellos más te gustan. He conocido a esta gente maravillosa” En el guion belle epoque le advirtieron; vaya ostia te vas a llevar y le dan un óscar. Su consejo; hacer mucho ruido, dar el coñazo. Trueba era hijo de madre soltera, que era sinónimo de ser hijo de puta. Siempre ha estado rodado de gente por encima de la media. Tiene muchos autógrafos de gente importante. “Hay que mirar hacia delante, no atrás de la peli, la hubiera hecho de otra manera, pero solo existe la peli que has hecho. Si fuera posible volvería a escribir el Quijote, dispersándole de aquí para allá. El éxito de ópera prima fue como subir dos veces una montaña, me hacía mayor, controlaba más las cosas”, dice. El sueño de monologo es la novela que lee antes de ópera prima, era un sueño lejanísimo e irrealizable. Estaba loco por hacer esta peli. Va a ver a Cristofer Le, el autor, a París.
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Quizá Trueba siga siendo el bufón de la familia porque sus películas siguen haciendo reír a su público. Su humor es inteligente y mediano. Sus propias pelis las ve 40 veces, echa muchas carcajadas. Antes te echaban del cine si no paraba de reír. “Hace mucho que no veo dos tontos muy tontos, me producía tanta risa que ni emitía el sonido, como alguien que se va a morir, pataleaba de risa con ese humor tonto. Esos ataques de risa a veces me han hecho hasta caerme de la cama. Necesitas para vivir aire, comida, sueño pero sobretodo… humor. La gente se ríe por todo y eso es sano, que nos haga gracia. Las películas demasiado serias resultan inhóspitas, poco humanas y frías y se nos acaba olvidando. Y en cambio las comedías estamos recordamos meses las carcajadas. Trueba dejo de trabajar para cuidar a su hija, hasta que le convencen que debía volver a actuar. Le dio un ataque risa, al reírse las carcajadas asustaron a su hija pero “hacia años que no me reía a pesar de la tragedia que tenía encima”. En el viaje de Sillman el protagonista va a la cárcel, pero a pesar de ello sigue riéndose. Pluto o Goofy nos hacen reír. Disney y la Wagner. Wyoming anuncia que cuando salgan de aquí van a seguir hablando en un bar lo mismo de ahora. Trueba considera el Oscar como un reconocimiento industrial, oficial. Su mayor premio es la gente que ve sus películas. El director tiene en su cabeza el cómo irá la película y memoriza los diálogos. Tiene un sexto sentido para ver si la peli va a ser buena, donde hay una película de una conversación o de algo que ha observado. Se le queda marcado en la cabeza. A veces los espectadores salen del cine con la sensación de que no saben de qué iba la película pero les ha encantado. La peli es buena si está un día tras otro en tu cabeza, si forma parte ya de ti, como la película desmontando a Harry que recomienda. Trueba habla de su narcisismo y de que de adolescente tenia manía a la cámara del 8 y medio. Luego hace Toomach. Al lado del hotel en un cine pequeño de París ve la película ya hecha. En esa época él y su hermano iban mucho a la filmoteca cuando estudiaban cine. Recuerda los personaje de la película. Le parece una película que no aguanta bien el paso del tiempo. Esto de las modas cinematografías y literarias es muy fluctuante. Stefen Zeig sus novelas se vendían en todos los quioscos, pero de pronto desaparecen de los quioscos como si no estuvieran ni nunca hubieran estado. Ahora la gente lee, los libros actuales están y se anuncian en los  suplementos literarios, pero la moda de Cervantes o Shakespeare no vuelve porque siempre han estado ahí. Hay escritores que van y vuelven, resucitan cuando parecen estar olvidados. Las pelis nos gustan en función de quienes somos, como nos revolucionamos y sentimos. Para los niños la muerte no significa nada, para los mayores la muerte nos trae recuerdos personales, y nos hace no aguantar cuentos o películas. Los filósofos quieren ser cómicos y el cómico filósofo, intenta aprender filosofía. Trueba se ha interesado toda su vida por la filosofía, por aprenderla y por aprehenderla. ¿Por qué le preguntan por sus directores de cine preferidos y no por los filósofos con conciencia social que él lee? El papel del director del cine es como el del acomodador, hay que mover la silla a la gente para que no se duerman, no es agradable, te insultan. Igual que al esclavo que escapa de las sombras de la caverna de Platón. Sus compañeros no quieren ver la luz sino seguir encadenados en la sombra. Es bueno que los directores en sus películas presten su verdadera cara. Trueba habló de Paul Sartre que le parece un modelo estético de su época y su generación pero del mismo modo recomienda la gran película dos tontos muy tontos que le hacía carcajear. La cultura no está reñida con la alegría o la risa o el humor. Trueba nos recomienda no fiarnos de los tipos demasiados serios. Su madre era de derechas y le decía; no tienes remedio porque eres comunista pero por favor no seas coñazo, sé simpático, siendo simpático se va a todos los lados.

Wyoming reconoció haber venido a esta conferencia más por amistad que por negocio aunque en la salida están sus libros para el que quiera comprarlos. Que esperaba encontrarse con Claudia Siffer. Recordó a su gran amigo, el cantautor Javier Krae muerto hace poco, recuerda su conversación con él en el café central de Madrid. Le dijo de forma consistente que las relaciones fuertes y continuadas conducen al cansancio. Wyoming, hombre de comedia, confesó por qué era showman; lo mejor que puedes hacer por la gente es hacerles reír. La comedia es una forma sana y comprensiva. reírse de las miserias y debilidades varias. sin humor se hace insoportable la vida. Fernando Trueba apostilló que la vida es ridícula y por eso da risa. La gente que se toma demasiado en serio la vida no disfruta de ella. Los políticos no deberían tomarse las cosas muy en serio.

Wyoming habló de Rafael azcona, de Groucho Marx, Woody Allen, Billy Wilder pero también de Santiago segura o Carlos Bayero o Pablo Carbonell, humoristas y grandes amigos. El secreto para triunfar en la profesión es ponerle pasión y amar lo que haces; sean libros, música o una lectura.  Amar y reír y hacer reír y compartir la risa. Quien conoce las tinieblas, conoce también el poder terapéutico de la risa. La risa forma parte de la vida de cada uno de los nuestros. En la rosa purpura del Cairo, Mia Farrow se mete dentro de la pantalla y vive el ambiente de la peli. Por eso, el buen espectador parece que se mete en la película. Y nuestra vida a veces hay que tomarla como una película, pero a ser posible mejor una comedía que una tragedia, no meternos dentro del exorcista o la matanza de Texas o en medio de un duelo de espadachines. Woody Allen no es partidario de la eternidad. Trueba se pasaría media vida viendo sonrisas lágrimas y recuerda películas como la dolce vita de Fellini, el hombre y tranquilo, la ruta de Jon Ford, belle epoqué o a su actor amado Jon Newman.
Al final de la conferencia se da un premio al gran Wyoming por su aportación al humor; “Este premio no es mío, es vuestro, Trueba lo merecía más. MI corazón está siempre abierto, el bolsillo no tanto. No pagamos por las mejores cosas de la vida que son gratis. No pagamos por sudar, por las cosas fáciles y sencillas como es la risa. Os exijo que seáis felices”

 

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