En la casa de cultura de Cruces
se da una charla sobre la literatura erótica. La literatura erótica ha estado
presente ya desde la prehistoria; poemas como los de Safo de Lesbos o Anacreonte
o el cantar de los cantares que narra la relación sexual entre David y Betsabe.
Fue con la Hermenéutica y los Filósofos de la sospecha (Marx Freud Nietzsche) cuando
se crea este género como tal. En la edad medía la literatura erótica estaba
completamente prohibida aunque en los monasterios se pasaban clandestinamente
tratados eróticos. La pornografía y el erotismo han estado siempre presentes en
la historia. En la época victoriana, con aquella moral y disciplina inglesa, circulaban
videos eróticos y también muchos textos. El marqués de Sade es sin duda el
pornógrafo más conocido. Sus historias están llenas de perversiones
sadomasoquistas, felaciones, sexo oral, anal… por sus obras le condenaron a la
cárcel de la bastilla pero allí se enamorará de una mujer. Con el romanticismo
se deja de valorar la Razón ilustrada y se empiezan a escribir relatos de
sensaciones y sentimientos. En el barroco el sexo estaba muy presente, en obras
como la celestina. En el renacimiento ya había habido obras como el Decamerón
de Bocaccio donde se abordaban relatos eróticos. O también en los cuentos de
Canterbury. En el Decamerón se refugian unas personas de la peste de Florencia
y allí empiezan a relatar historias eróticas. Freud empieza a ver que además de
la parte consciente o racional las personas tenemos deseos internos, del subconsciente
e inconsciente, muchas veces relacionados con traumas de nuestra infancia y
siempre relacionados con nuestra sexualidad. Así Freud descubre la frase oral,
anal, fálica y edipica y complejos como el Edipo o Electra. Freud era misógino
y también homófobo y considera a los homosexuales como libidinosos y
pervertidos. Lo sano para Freud es buscar una mujer como tu madre a la que des idealizas
y perdonar al padre. la homosexualidad era el fracaso del Edipo y una
perversión. En Dostoievski también aparecen esos deseos extraños y discursos contradictorios
del sexo. Circulaban en la épocas las novelas eróticas de Paul Richard. Freud
revisita la sexualidad, podemos enamorarnos de nuestro tio, querer a nuestro
padre o hermano. Los niños también tienen sexualidad. Obras como las de Edgor
Schielle miran la sexualidad con tolerancia; el retrato de homosexuales,
prostitutas, enfermos sifilíticos… la Literatura occidental está llena de textos
consolidados sobre erotismo. Se recogen teorías, luego se vomita lo que uno
piense del sexo , va evolucionado la visión del mismo, desde la censura al sexo
pandémico hasta la tolerancia y liberalismo del amor y sexo libre. Hay una película
de Woody Allen que se llama; todo lo que usted quería saber sobre sexo y no se
atrevió a preguntarlo. Un best seller como sombras de gray nos sigue
advirtiendo de la importancia que tiene el sexo en nuestra cultura. La novela
trata de un rico mecenas que crea encuentros con la chica que le gusta, encuentros
de sadomasoquismo. Siempre es la misma postura con diferentes atrezos y
vestuarios, dirá la crítica a la que esta novela le parece pésima y que sigue
con los estereotipos caducos del amor romántico o del sexo como sumisión y
sometimiento de la mujer al hombre. El sexo impregna nuestro día a día, las
cosas de la vida. Está presente en la novela dieciochesca y decimonónica, en la
regenta, en Bobary y Ana katerina. En la comedia humana de Balzac o en la obra
de Pedro Juan Gutiérrez, un cruce entre Bukosky y Arthur Miller caribeño. La novela
del cubano será una colección de escenas sexuales con las que de paso critica el
régimen. Se acaba de editar en Barcelona a este escritor cubano. Dulce Maria Laima
es otro artista que ha hecho un poema a Tutankamon, el faraón niño que murió a
los 14 años. Es un poema erótico a la estatua yacente del sarcófago.
Guillermo cabrera infante emplea
también mucho el sexo en sus novelas llenas de poder y lenguaje barroco
divertido, juegos de palabras, humor y sensualidad. Su prosa es una cosa
maravillosa, la forma directa y dura de sus frases largas. Virgilio pinera en oposición
al régimen se enclaustra en su casa y desde allí ataca al régimen de Fidel
castro. Hay poemas europeos dedicados a los muertos en el xix que rozan la
necrofilia. El sexo es elegante cuando no es explicita pornografía. En París se
han escrito bellos versos y poemas a las prostitutas de Monmartre. Poemas modernistas
de pájaros, flores y cisnes. Este diplomático escribe contra Castro aunque
hable de cisnes. Está comprometido con la situación social del momento. La doble
moral de la iglesia condena el sexo fuera del matrimonio y prohíbe el condón en
África. La mística sin embargo siempre se ha mostrado sin prejuicios ni perjurios.
Luego está el tema del velo afgano, de la religión fundamentalista árabe. El cuerpo
humano es más sencillo de lo que quieren hacernos creer que es. Ya decía
Quevedo; Polvo seremos, más polvo enamorado. Para el católico el cuerpo es un
templo que no se puede profanar. Las muchachas, aunque no fueran a monjas, eran
consideradas casi doncellas vestales. La virginidad era un valor en alza para
las mujeres en aquella época. La mujer debía llegar virgen al matrimonio,
incluso en el noviazgo debía estar apartada del marido y solo consumar la
relación después de que el cura las casase. Sin embargo, a través de sus poemas
nos llega la vida erótica e inflamada de San Juan de la Cruz. Eran poemas
verdaderamente eróticos, sin rastro de pornografía. La pornografía puede
repugnarnos; la trata de blancas, la pornografía en internet de niños y
adolescentes para el consumo gay… en nuestra época desgraciadamente hay
publicadas en internet muchas listas de violadores, proxenetas, pedófilos…
puede repugnarnos este tipo de consumo de pornografía pero el caso es que
interesa a mucha gente. ¿Dónde están los límites entre erotismo y pornografía?
Todos llegaremos al consenso de que la prostitución es más culpa del que la
reclama que de quien la ofrece. Sobre todo porque muchas veces las prostitutas
vienen de otros países (sudamericanos, africanos, de la Europa del este)
engañadas por chulos y proxenetas que las ofrece una vida mejor, una familia,
prosperidad económica… En internet hay millones de imágenes de sexo sin
sentimientos. Se habla poco del erotismo y de la pornografía femenina, para
mujeres. Los gays son un público potencial para el consumo de estas fotos. Cuando
se escribe relato erótico suele ser más violento si va dedicado al hombre y más
sutil o sensual si va dirigido a la mujer. Las novelas de Corín Tellado han
sido durante años líderes de las estanterías de ventas. La asturiana se hizo
rica con unas novelas que venían de su imaginación pues esta mujer apenas tuvo
relaciones amorosas. Hay más escritores que escritoras pero hay más lectoras
porque el hombre lee menos. El mundo masculino reclama más fotos e imágenes visuales
y menos literatura. Está de moda en el sexo los lugares comunes. Vargas Llosa distingue
entre buena y mala literatura. La literatura debe ser un placer estético y a
veces incluso sexual. Kafka Montaigne cervantes Shakespeare Melville han
reflexionado sobre el sexo. Le pido autor, sea hombre o mujer, que cuente su
verdad. No tiene por qué haber pasado en la realidad pero si que tiene que ser verosímil,
creíble. La competencia de la tv e internet deja en muy mal lugar a la
literatura erótica. La literatura erótica tiene que tener cierta calidad y ser
algo más que culo, pedo, pis y caca. Debe haber una práctica sexual, una
reflexión sobre el sexo. Norman Brailer escribe
sobre relaciones entre hombres y mujeres. Hay que pedirles a estas novelas que
nos hagan pensar. El texto para el hombre es más explícito pues el deseo en el
hombre está más presente que en la mujer. Debemos leer y pensar un mundo propio
estemos de acuerdo con él o no. El conferenciante habló de Valeri taso y su diario
de una ninfómana. Está escrito en primera persona y relata las escenas sexuales
de una prostituta de lujo que cansada de su rutinario trabajo se dedica al
oficio más viejo del mundo. Hay literatura erótica de todas las orientaciones. La
novela gay se constituye como un género en si mismo. Hay literatura erótica para
todas las edades y gustos. Hay varias voces en la literatura tórrida. No sólo Corín
Tellado. Estas novelas no se caracterizan por reflexiones filosóficas importantes.
No es corriente el proceso de una introspección profunda, se quedan en la
frivolidad, en lo externo, en la descripción realista y detallada del acto
coital. Se ha escrito ya todo lo que había de escribirse sobre sexo, las
escenas sadomasoquistas nunca imaginadas por el marqués de Sade ya se han
escrito. Nada nuevo hay bajo el sol, nada nuevo que pueda trasgredir o
escandalizarnos. Vemos ahora casi con inocencia las novelas diarios de Anais
Nin y Henry Miller que en su tiempo fueron lo más rompedor que se escribía
sobre sexo. Anais nin sufrió violaciones y malos tratos de su padre y estuvo
obsesionada psicoanalíticamente con su padre toda su vida. Tuvo una relación
incestuosa con su padre. Supongo que la literatura fue una forma de sublimar y
limpiar aquello igual que Louis Borgueouse con los penes falos de su padre. en España
se creó el premio la sonrisa vertical que ganó la novela edades de Lulú de
Almudena Grandes. La historia de una chica enamorada del mejor amigo de su
hermano que tiene una escena de sexo en el coche. Miller publicó sexus, nexus y
plenus, la historia de su vida sexual, igual que el coloso de Marusi y sus viajes.
Bukosky es el mito más claro de escritor erótico, que se emborrachaba e iba a
puticlubs donde describía felaciones, penetraciones anales y de todo. Al hablar
de Henry Miller recordamos al otro Miller, a Arthur Miller y su relación con la
neumática Marilyn. EL conferenciante habló de Pilip roth, premio príncipe de
Asturias, que convoca a sus padres a desayunar, les dice que va a escribir un
libro, “no hablo exactamente de mi, pero es fuerte, muy erótico” Se trataba de
su autobiografía el oficio del escritor y sus colegas y obras. Guido Geronetti ha
escrito el cantar de los cantares actualizado describiendo las escenas sexuales
de Betsabe y el rey David. No olvidemos la trilogía de la sucia Habana de Pedro
Juan Gutiérrez. El protagonista es un buscador de la vida. Nos es cercano el ritmo
de su prosa, su palabra corta. Podemos considerar eróticos a Santa Teresa o Sor
Juana de la cruz y otros místicos que escribieron en el siglo XVI, en el barroco.
Juan de la Cruz decía que había varias formas de compenetrarse con Dios; la
purgativa, la terminativa y la unitiva. A través de la oración. Se negaba lo carnal
y concupiscente. El purificado espera a Dios, librándose del pecado y las tentaciones
del demonio. El erotismo del místico no depende de el sino de Dios que se
comunica con él. Por la vía unitiva se extiende el alma que viene de Dios. Se trata
de experiencias difícil de expresar por escrito o de otra forma. En el
renacimiento se revisitan los cantares medievales, el mester de juglaría y el
amor cortés de los trovadores eran plenamente eróticos. Petrarca
habla de la noche oscura de los amantes y de vivencias suyas en el Renacimiento.
.Iñigo Larraque es un escritor del
taller de escritura de Getxo (del de Pinilla) que también escribe de erotismo. Es
un trabajo arriesgado que aún no ha publicado. Relata un erotismo sencillo de imágenes
y ingenuidad
En el Siglo 18 se da la revolución
de las enciclopedias, se abole el poder de los reyes y se liberaliza la
sexualidad. El Siglo xx será el siglo del sexo y el dinero. Esto es muy
polémico para la sociedad puritana. Choca esta forma de escribir. En lo 80
surge una novela como es Lolita de Nabokov, todo un hito en la literatura erótica.
Otra novela de nuestros días polémica es la vida sexual de Katherine MIllet que
también ha confesado ejercer la prostitución por propia voluntad, por dinero o
por placer. El buen erotismo hace sentir emociones. El sexo ha estado muy
presente en la literatura desde el lazarillo de Tormes y el buscón. De hecho la
mujer ramera se la llama buscona. Ramera, puta, prostituta, cortesana, hieródula,
casquivana, fulana…muchos nombres para describir a la mujer ardiente de sexo. La
sensualidad en la madurez es un teatro de sombras. El sexo se ve de distintas
formas según la edad. Hay una evolución en la apreciación del sexo. Cuando se
está más abierto y capaz de aprender es en la niñez, la adolescencia es una
explosión de la sexualidad (la pubertad) y después nos vamos reprimiendo hasta
ver el sexo como algo que ya no nos pertenece. El escritor tiene plena libertad
para tocar el tema del sexo. Ulises es el quijote de Irlanda. Estemos de acuerdo o no, el escritor nos ofrece un
mundo propio, trasmite la esencia que tenemos. La frontera entre erotismo y pornografía
es el buen gusto, la barrera del pudor, tener algo que contar o simplemente
relatar escenas subidas de tono. Un texto duro te puede excitar pero no te
amplia la libertad. Debemos retratar al sexo sin tapujos pero no quedarnos en
su mero relato, el relato erótico puede ofrecernos más placeres que solo el
sexual. En Alemania el protestantismo primero y el idealismo alemán después nos
ofrecían una nueva forma de ver la sexualidad. Nietzsche, Freud y Marx, los filósofos
de la sospecha, son los responsables de que veamos ahora el sexo como lo vemos.
Foucault ha escrito toda una teoría e historia de la sexualidad (además de la
locura) La cabeza es más complicada que lo que creemos, y el cuerpo es más
sencillo de lo que nos pensamos. En el sexo está siempre la esencia hibrica que
decía Aristóteles, es inalcanzable esa hybris y sus extremos y límites. Queremos
más de lo que tenemos, deseamos lo que no tenemos. Leemos para escribir las propias vivencias. El
erotismo es una forma de relacionarse en la vida, y sin él no podemos entender la
historia de la literatura.
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