lunes, 4 de julio de 2016

MAS BLAS (DE OTERO)

En 1916 nació Blas de Otero. Este año se celebra el primer centenario del nacimiento de Blas de Otero en Bilbao. El Poeta del siglo xx nació en Urtado de Amezaga 36 frente a la quinta parroquia. Estudia derecho en Deusto. En 1942 escribe el cantico espiritual, un libro religioso de carácter católico muy importante para el Bilbao de la época. Blas de Otero es un adolescente que se convierte en joven, que se convierte en adulto. Que empieza a leer los libros clandestinos de Nietzsche, de Ortega y Gasset, de Unamuno, que le hacen plantearse su religión, su creencia, o ateísmo o agnosticismo. Toda su vida ha estudiado con los jesuitas y los religiosos y ve esta moral como represora, propia de camellos, apolíneos. Sin embargo, Blas de Otero tiene un Dios personal, habla con Dios y se angustia al no encontrar respuesta. Toda la poesía de esta época es un dialogo con Dios o más bien un monologo, un soliloquio quejándose a un Dios que no le da respuesta. Blas de Otero se revela a los beatos de Bilbao. Bilbao estaba muy dominado por el catolicismo nacionalista. Bilbao era la patria de los carlistas, de las feligresas que iban a la misa de Begoña o de San Nicolás o de la catedral de Santiago (aunque la verdadera catedral es San Mames) Claro que su crítica a Dios es más suave que la de Nietzsche, y tiende más al agnosticismo de Ortega. Es un lector empedernido de Unamuno hasta que se desengaña de él, de su cobardía, de su miedo a morir. Llega a decir que Unamuno es una carraca, que escribe bien los cuentos y ensayos pero no tiene ni idea de poesía. La poesía de Unamuno es intelectual y conceptual. La de Otero no parte de la idea sino de la experiencia. Esto no quiere decir que la poesía de Otero no sea ideológica. Lo es. Está cargada de ideología marxista y comunista, pero el protagonista siempre es él y su vida y el lamento de una España en decadencia, de un pueblo obrero que quiere rebelarse. Blas de Otero viene de la clase media, del pueblo, fue toda su vida un obrero. Trabajaba en forjas de Amorebieta dónde después le hicieron un monumento a este poeta que sigue en pie. Aunque estudia derecho lo hace por obligación de su familia y siguiendo el ejemplo de su hermano. Sin embargo, él sólo se veía así mismo como poeta, fue poeta toda su vida, desde niño. El contexto de su poesía es el fin de la segunda guerra mundial, la crisis de fe en el ser humano. Otero es nihilista en su filosofía y existencialista. En París descubrió la bohemia que había vivido su maestro Juan Larrea. Es en París donde rompe todos sus poemas, como también hizo Juan Larrea. Influido por Sartre, Camus o Heidegger o Celine en París se descree de Dios, no hay nada que nos proteja, venimos del caos o de la nada que tampoco es un absoluto. No existen los absolutos, no existe Dios. Dios ha muerto. Otero sabe que Dios no ha muerto, porque está dentro de él, es un Dios intimista y de moral autónoma, un Dios personal y heterodoxo como el de los místicos o Santa Teresa. Blas de Otero no abandona la religión hasta el final de su vida. Fue un hombre creyente aunque desengañado.  En París en el 50 escribe Ángel fieramente humano, seguido de Redoble conciencia y Ancia. Allí en París recolecta los poemas. En su ensimismamiento acepta la condición trágica y dionisiaca del ser humano en su angustia personal. Ha leído a Nietzsche y Kinkegaard (temor temblor, angustia, desesperación). Y a Freud, el eros, thanatos.  Blas de Otero tenía un compromiso con el hombre y las circunstancias sociales. Se afilia al PCE con Gabriel  Celaya o Oteiza que le presentaron al partido. Su Poesía social se incluye en Pido la paz y la palabra del 55, En castellano del 59 y Que habla de España en el 64. No le gustaba la denominación de poesía social, es poesía histórica o sociológica. Es Poesía e historia, una poesía circunstancial, experiencial, de su vida. Trata los problemas esenciales de la muerte y el amor, eros thanatos. Es conocido en España y más en el extranjero pues su poesía con Franco se censuró o prohibió. Publica en Francia Argentina México pues a finales de los 50 y 60 viaja por los países del bloque del este, los países comunistas le abren sus puertas; Moscú y la URSS, China Cuba. Del 64 al 68 vive en cuba. Se divorcia de Sabina de la Cruz y se casa con una cubana divorciada. Entonces le diagnostican cáncer. Volvió a España tras muchos años de exilio para ser operado. El primer poema de hojas Madrid y la galerna lo escribe de corrido cuando sale del hospital sabiendo su diagnóstico.  Historias fingidas y verdaderas lo escribe en Cuba, son poemas en prosa igual que su casi historia de mi vida, su única autobiografía en prosa poética. El poeta está muy tocado de salud. Pero tiene el Amor de Sabina de la cruz que es ahora su viuda. Los temas de su poesía son la vida, la poesía, las circunstancias sociales de España. En Mayo del 68 es operado Madrid, coincide con los movimientos estudiantiles en París,l a revolución cubana que él apoya, la guerra de Vietnam que él denuncia y la España de posguerra que él detesta. Muere en el 79 pero hasta el 77 escribe poemas. En 2010 se publica este libro recopilatorio. Este año, 2016 acaban de salir sus obras completas. Relata un mundo revuelto en lo social y político, su separación matrimonial y su cáncer. Su poesía está a la altura de los poemas del 27; Alexandre, Dámaso Alonso, incluso  Lorca. Siempre se estaba quejando de todo, no disfrutó los  viajes que hizo. Al igual que Larrea siempre huía de si mismo, de todos los países. Sufrió toda su vida depresión y tuvo  ingresos siquiátricos. Hojas de Madrid en La galerna está escrita en plena depresión, el poeta no quiere morirse, no acepta el diagnostico. Tuvo ingresos incluso en cuba Rusia y Madrid. Siempre le acompañó la nostalgia de Bilbao, como los poemas de morriña de Rosalía de Castro. De Madrid tiene menos nostalgia. En Cuba estuvo con una cubana más joven que él. A los 65 murió este joven ligón, este don juan total. Su vida amorosa era mejor que el Sálvame. Ahora se investiga sobre supuestos y presuntos hijos. A lo largo de su vida amó muchas mujeres, desde jarroncito de porcelana (amor de su adolescencia) hasta la mujer que conoció en las barracas.  Se divorció en Cuba de Sabina pues en España no se podía. Sabina fue novia de el. Desde que se conocieron en la asociación artística vizcaína. Ella era mucho más joven que él. Blas de Otero marcha a Madrid a estudiar filosofía y letras e historia y Sabina, también intelectual y poeta, le acompañó. Vivieron juntos en Madrid. Luego él se marchó a viajar y en Cuba se divorciaron. Y el poeta se casó con una cubana. Pero a raíz de que enfermó Blas de Otero volvió a Madrid. Sabina le cuidó los 17 años que duró su enfermedad. Cuando volvió a Madrid se casaron en san Antón. Tacha quintana, fue novia de él y de Gabriel García Márquez, tenía mucho salero. En algunos homenajes a Blas sino va Sabina va la tacha. Se pueden sacar novias de Blas por debajo de las piedras. Hijas tuvo pero no fueron no reconocidas o oficiales. Sabina provenía de una familia de Sestao que emigró a Madrid. En las Jornadas sociales de Sestao Sabina se convierte en testaferro de la obra de Blas. Otero murió en el 79, 30 años han tardado en publicar este libro. Sabina no quería publicarlo, pues en él se describen más ligues y amores. Sabina le consideró su único amor, el amor de su vida. Ahora hay problemas con la herencia, con las hermanas. Parece que esto se está solucionando y solventando. Hay mucho material aún inédito, y obras póstumas, poemas de sus viajes por los países del bloque soviético (china Rusia cuba) Se ha publicado hace poco nuevas historias verdaderas e historia fingida de mi vida, autobiografía en prosa, y su obra poética completa. La primera interesada en darles de conocer debería ser la viuda. Mario Hernández, estudioso de la obra de Blas, hace prologo en sus obras completas. Sabina, catedrática de filosofía, dice obviedades cuando empieza y acaba el libro. Se han ordenado alfabéticamente los poemas de Bilbao y Barcelona. En sus poemas habla siempre de la muerte. Aunque fuera depresivo, sus poemas no son derrotistas o pesimistas, sino vitalistas, optimistas, idealiza hasta la lluvia de Bilbao. Galerna no es un libro depresivo aunque lo escribiese deprimido.
Tenía un pájaro y un perro llamado Chustu. Su poesía es sencilla, la leen entonando, es sencilla de leer. Conocida es la declamación de saturnino García ante 30 personas. También Iñaki Urrutia lo ha recitado con su asociación escribe y lee reunidos en el centro cultural de Deusto. A veces nos enfadamos con los poetas porque no entendemos sus poemas, son herméticos, encriptados pero eso no pasa con la poesía de este hombre. Su poesía polifónica se deja leer en voz alta. Las palabras se lanzan al aire, como una lluvia de ideas, no parece poesía. Se acercó una niña que preguntó si era poesía, pues no tiene ritma métrica. Las obras completas están llenas de sonetos, pues fue ante todo sonetista y versificador. Algunos de sus poemas no tienen rima pero si ritmo, musicalidad y referencias a la música. El poeta leía muchas veces el poema en voz alta para ver su capacidad rítmica. Borró la separación entre vida y poesía. Para él estaba unido.  Es poesía de la vida, buscaba la verdad de sí mismo, como auto indagación. Las pequeñas cosas cotidianas de la vida contadas por él se convierten en grandes cosas, trascendiendo la inmanencia. Le gusta el surrealismo y la libre asociación de sonidos. Se deja llevar por la sonoridad de palabras y la asociación de ideas ininteligibles. Experimenta pero no se queda en el experimentalismo. Un poema habla de la Guerra del 14 y la hecatombe del planeta, con la descripción de una mujer. Sabina y él se amaban hasta reñir como dos adolescentes enamorados. La revolución va creciendo a sus pies. Tiene poemas al momento concreto que está viviendo con sus viajes a cuba. Capta el instante de los pensamientos, su cabeza al viento se revuelve como algas. Trata el tema de las guerras, revoluciones, los libros de estudiantes, la revolución del 68, la destrucción del capitalismo, una niña bañándose sonríe como un caramelo. Retrata las ondas y olas mientras llueve en la costa vasca, en el Bidasoa, en Bermeo y Bakio, en las 7 calles, en el arenal. Aparece Indautxu en sus poemas como la isla cascabeltza sonajera, el puente de la canción de cuna, la anteiglesia del puerto de Antxobe lleno de música. Vuelve a Madrid cuando enferma, es su ciudad, es su Ítaca. Sale del hospital tras operarle de cáncer. No hay grandilocuencia en sus poemas sobre sus últimos días. Otros poemas son enfáticos, este no, está a punto de morir, no hay mayor levedad que esto. Recién operado de la clínica, se acerca su final, siente pena, piensa en Cuba, vendrá el médico cojeando un poco. Blas en su historia de vida hace un autorretrato, dónde no hay gravedad. Java, maleta, papelotes, cometas, palabras cubanas como antillano o camisa cubana. Escribe los versos más tristes, plagiado de versos ajenos, ¿es poesía la meta poesía? Le gusta leer, no puede evitar referenciar a otros poetas, se está adelantando a la intertextualidad posmoderna. Acuérdate de mi cuando vayas a Galerías Preciado, en tus manos encomiendo mis discos, cds… en la campaña de la calle de Alcalá. Hay Humor, ironía y sarcasmo. Una morena coqueta se compró las obras de Platón en el rastrillo de Madrid, en la cuesta de Moyano. Sus influencias son Lorca Alberti Cernuda león Felipe Gabriel Aresti Celaya vallejo What witman Martí Neruda Asturias Rosalía Bécquer Joyce Rilke Manrique Espronceda Galdós Bob Dylan Betoween Beatles Serrat Víctor jara… sus poemas han sido musicados por agua viva o Serrat. Los cantautores que empiezan a recitar, disfrutan la vida y la música y le sienten como un maestro de referencia.  Seguir viviendo, inventa voces nuevas, apoyar pueblos, recorrer arboles, ojos asombrados, mirarte desnudo junto al espejo, agradecer al señor su agrio silencio. Habla de su nacimiento, su casamiento y su divorcio. Escribe Ser original en el 79. Su salud sigue empeorando. Tiene 9 libros escritos. Habla de la terquedad revolucionaria y la posibilidad del amor. Lleva vagabundeando desde los 9 años, es un vagamundo más que vagabundo. Lee a Gabriel Galán sus poemas de  la revolución. El Twist de Madrid, mi vida por tu cuello, juntos en el Manzanares. Twist del 68 es mezcla de tantas cosas…
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De joven viajó por castilla en busca trabajo. Va denotando los nombres, lugares y pueblos de España, sus montes y ríos. España siempre fue su tema, el problema de España que decían los del 98. Enumera los lugares buscando  su música. Ven prieta y dame un besito. Escribe en el Café lago y el café Iruña y el café boulevard, ahora gran mercante. Son los cafés literarios de Bilbao dónde empieza a escribir cuando conoce a Sabin en la asociación artística vizcaína. Describe la Margen izquierda, su último viaje a Bilbao, sabiendo que no volverá. Y en Cuba, en Madrid lo añora. Ama Sestao pues los árboles son los apéndices de torneros amenazantes. Desde la estación de abajo a la de arriba habla de la recta cuesta de la recia calle. Describe la Balcom. Lee filosofía, marxista, hegeliana, la dialéctica tesis antítesis síntesis, la síntesis es imposible, sólo la hipótesis. No hay respuestas en filosofía, sólo preguntas. La filosofía es un círculo cerrado sin solución que se va complicando enredando cuanto más conocemos. Cuánto más sabemos menos sabemos. Trabaja en los consejos de administración de la locomotora colosal a punto de explotar. En sus poemas aparece el Puente colgante, el  horno de fundición, los astilleros euskalduna. Obrero a obrero hombro con hombro, en la plaza Sestao un silencio colérico  estallará de un momento a otro. Era comunista, asume la dialéctica vitalmente. Industria, fábricas, minas, el trabajo en Sestao aparece en Blas de Otero. Cuando muera no pongan nombre a ninguna calle como la calle Gabriel Aresti. Describe la industria oxidada de Bilbao. Le despiden de Bilbao, me voy pronto, no sé si volveré, me llevo mis discos, tus cosas negras y tu hipocresía, no volveré, quemaste mi juventud como un paño o trapo sucio, cerré la puerta, volví, no, no volveré, si muero dejare el balcón abierto no sé si en Cuba o París, sólo sé seguro que me voy y no volveré. Muere en Majahonda y es enterrado en Madrid. A París me lo paso por debajo del puente colgante, por el arco de triunfo, había dicho. Siempre fue un emigrante. Me voy al norte, a ver a católicos, ver el mar, descampar en el campo, bajo el fuerte castaño. Me carga el Caribe, el mar de China me tiene sin cuidado, solo quiero mis montes suaves, y unas palabras de madre porque me encuentro muy cansado. La familia de Blas venía de Orozco dónde tiene una abuela que es la primera que le anima a escribir. El nieto de Sabina de la cruz nace en Orosco también.
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En 1970 un niño llora en la escalera. Es un  niño azul. La  poesía está hecha para ser oída, falta la práctica de leer poesía. Nosotros lo dejamos con los clásicos. La poesía rimada tiene valores rítmicos. Los contemporáneos quieren que lo que más se vea no sea el ritmo. Hay que ser sutil con eso, que la forma métrica pase a segundo plano. En primer plano está lo que quiere contar, hay que leerlo con la puntuación. Otero es un poeta tradicional que canta la poesía. Le canta con la rima, dónde este la rima acaba el verso. Otero usa endecasílabos de 11 silabas y  alejandrinos de 14. Busca los valores rítmicos tradicionales pero también otras formas de buscar el ritmo porque Blas de Otero es muy experimental. Hay que leerlo en voz alta, hacer oído, buscar la musicalidad del poema, el significado, los recursos literarios y sus encabalgamientos en los tonemas. A sus 53 años de vida, la esperanza aguarda  fuera. El soneto suena distinto, las vocales son más anchas, los naufragios más originales. Hay que ascender a las noches de cristales rotos y alegrías, ¡como escuchan los hombres, como miran los muertos!

Blas de Otero recuerda haber escuchado una obra de teatro de Lorca en el Arriaga cuando se estrenó. Es la obra de Balba, un muchacho 13 años. Lorca va por el cielo con un niño de la mano. Margarita Xirgu lo interpreta. Las banderas republicanas hondean en el cielo. Y Otero ve bodas de sangre.
“El mono de mi memoria yergue como un fusil en paz, no hay paz todavía hasta que tus huesos resuciten en la luna. Lorca, poeta de Nueva York, un niño comiendo naranjas, el segador segundo, las banderas azules de la república y  los verdaderamente rojos nos encontramos aquí, los verdaderos” En 1929 Blas de Otero asistió al estreno de bodas de sangre en el Arriaga. Estalla la República en el 31. Para Blas de Otero ver a Lorca era una trasgresión, una experiencia que nunca olvidó. En esa época tan religiosa, Blas disfruta de las pequeñas cosas. “Tener música, pasear por el parque del retiro de Madrid y su biblioteca, ¿qué más quieres Blas, qué más se puede pedir? Libros, cuadros, recrear la vida, festejar los ojos, las mujeres hilando, y un árbol hermoso. Esto es todo. Y lo que no podemos cambiar que siga su curso imperturbable y sin perturbarnos, porque todo llegará”
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Blas siente muy buen rollo en Madrid, la liberación del  amor  y el odio, del principio de eros y el de angustia o muerte. Pasear por Manzanares y el Jarama. Según como se encuentre anímicamente escribe. Admira las violetas, da gracias a Madrid y a la vida por perdurar, ver las calle, el sol, los transeúntes… comprar el Ulises de Yoyce, y leerlo ante una cerveza checa que toma en un bar. Decir buenos días al avión (¡el avión tan presente en su obra siempre!), ligar con una moza… Las olas rompen y saltan y derraman. Blas cierra los ojos, aparece dentro el color violeta. Sin darse cuenta se mueve su mano. Visita el mausoleo a Lenin en Moscú. Entre la nieve quiero besarte, un poco ladeada, ¿qué tal has dormido niña? Comprar el periódico, perdurar un poco en la historia. Y ser cada vez más mayor, cada vez más realista. Morir tiene ventajas, dejar de sufrir cuando no se siente. Piensa sobre la muerte, no se sabe nada de ella. El  cuerpo descansa, se desintegra, se entrega a la energía, ni destruye ni construye, se trasforma. Unánime, el alma ni rastrea ni vuela, se acabó el juego. Pompas fúnebres, un juicio civil, cuando muera me preocupare de que todo esto se arregle. Mi pena es no saber cómo seguirá la política cuando yo muera. No me dediquéis ninguna calle. Pañuelos, pájaros, colores, fuertes, vergeles, claveles, ruiseñores, flores, cascabeles, la vida, la nieve, con fuegos y llanos, el rio se mueve, entre naranjos, pintaré tu vida en movimiento. Y otras cosas, que como decía Machado, no quiero recordar. Madrid amanece, espejos débiles, Madrid en peligro defenderme quiere. En el dos de mayo, el corazón de España y Euskadi. Verde y valiente Andalucía, leve a ver quién puede clavar tu cuchillo, bandera roja que te lleva para siempre, los obreros, los niños interrumpen en el oscuro Madrid impotente. Asaltaste el cartel de la cuadrilla con un cuchillo entre dientes. El hombre serio, no habló, no contesta, luz roja en la mano naranja
Blas tiene tendencia a usar su nombre y citar las fechas dentro del poema. Deseo aquí ahora del presente. Madre amacho estoy solo y como emigrante retorno a mi aldea, llevare a orosco en mi sangre. Anciana, cargada de años, cansada de tanta aventura, bajo el nogal contemplamos la iglesia y las nubes. Vamos a no morirnos madre Establecer el eterno retorno para nosotros dos, en la romería como el azul de las mañanas. Llévame en tu vientre, apenas palpitado, dejaré que me lleves en el vientre. Atado como un corderillo blanco escucho. Desdicha y desolación después. Una cosa que tú no sabes, el bisturí que extirpó el cáncer. Muchas mujeres de mi vida desaparecen. Solo permanecen algunas, solo tan solo existes allá en mi mente. Al igual que Ángela Figuera dedica muchos poemas a su madre, muy importante en su vida. Acuérdate de mí cuando estés en el corte inglés, en Alcalá ponme rama de laurel en la puerta. Comete los collares, los estudiantes han destrozado una campiña, acuérdate de mí, no sé si volveré, acuérdate de mi
No hay casa museo de Otero cabeza y la cabeza de Unamuno se pregunta por qué no hay casa y solo una estatua que ni siquiera figura bien su fisonomía. Y sobre todo por qué se han tardado tanto en publicar sus obras completas, y aún en la picota más de la mitad de sus poemas inéditos
En la cocina surrealista de Dostoievski el frio invierno, el granizo, las botas, las lívidas baldosas de la cocina. Por poco te he rezado en la cocina, santuario de Fátima. Espronceda, gran poeta, interesante la Teresa de Espronceda. Es un poeta social de cocinas y barricadas, Bécquer, que solo quedan los muertos, un muerto en la cocina es un asunto muy serio. Parece que llueve en Bilbao como una infancia delicada, dile a Txorito que la querías, a Txaro Quintana. En la quinta parroquia, siempre llueve.
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Jesús, hombre salvador de eternidad y castigo. Desesperado oye siente escalofríos, ruido, siente frio, deseos de llorar. La señora cursimente pintada, pide pendón, indulgencia, piedad.  Atragantada en cuello un caramelo, la negra ingratitud del niño cabreado arrastrando sus pies.  Entra en la iglesia, el padre perfecto le parece un perfecto idiota. Patadas piedrecitas, no hay estrellas que valgan, no hay Dios, sino niños en la calle. Quiere tocarle culo a Sarita mientras monta en la bici. Cercenarme la lengua, en el valle de orozko o durangesado. Las cerezas del  huerto, letra impagada, cada vez que hablo o escribo. Pedí la paz y me la dieron en parte, pedí la palabra y me la dieron a plazos, si yo callase hablarían las piedras. El sol  de Enero, los poetas no hacen más que repetirse, el mismo ritmo, los vocablos, decir algo nuevo de forma nueva. La espada es anti escolástica, nada hay que decir,  todo está ya dicho. Se prohíbe molestar, tus poetas han hablado de todo, del aburrimiento y del sol de invierno. De qué he de hablar yo. Esa muchacha con abrigo, y minifalda, una copa de anís la llevo a los labios. A la isla de Groenlandia iré, dónde no moleste la gente. Mi historia está en mis libros. He escrito cientos  de poemas a borbotones. Me he enterrado en una fábrica, a campas de la vida, de los años, sucediéndose revolviéndose. Vibra el pensamiento, la imaginación y la palabra. No multiplico este poemario en vida. El ciervo de verso  herido, trozos de tiempo, años mozos, madurez y olvido, no me cubre la luna.
 

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