En 1916
nació Blas de Otero. Este año se celebra el primer centenario del nacimiento de
Blas de Otero en Bilbao. El Poeta del siglo xx nació en Urtado de Amezaga 36
frente a la quinta parroquia. Estudia derecho en Deusto. En 1942 escribe el cantico
espiritual, un libro religioso de carácter católico muy importante para el Bilbao
de la época. Blas de Otero es un adolescente que se convierte en joven, que se
convierte en adulto. Que empieza a leer los libros clandestinos de Nietzsche,
de Ortega y Gasset, de Unamuno, que le hacen plantearse su religión, su
creencia, o ateísmo o agnosticismo. Toda su vida ha estudiado con los jesuitas
y los religiosos y ve esta moral como represora, propia de camellos, apolíneos.
Sin embargo, Blas de Otero tiene un Dios personal, habla con Dios y se angustia
al no encontrar respuesta. Toda la poesía de esta época es un dialogo con Dios
o más bien un monologo, un soliloquio quejándose a un Dios que no le da
respuesta. Blas de Otero se revela a los beatos de Bilbao. Bilbao estaba muy
dominado por el catolicismo nacionalista. Bilbao era la patria de los
carlistas, de las feligresas que iban a la misa de Begoña o de San Nicolás o de
la catedral de Santiago (aunque la verdadera catedral es San Mames) Claro que
su crítica a Dios es más suave que la de Nietzsche, y tiende más al
agnosticismo de Ortega. Es un lector empedernido de Unamuno hasta que se
desengaña de él, de su cobardía, de su miedo a morir. Llega a decir que Unamuno
es una carraca, que escribe bien los cuentos y ensayos pero no tiene ni idea de
poesía. La poesía de Unamuno es intelectual y conceptual. La de Otero no parte
de la idea sino de la experiencia. Esto no quiere decir que la poesía de Otero
no sea ideológica. Lo es. Está cargada de ideología marxista y comunista, pero
el protagonista siempre es él y su vida y el lamento de una España en
decadencia, de un pueblo obrero que quiere rebelarse. Blas de Otero viene de la
clase media, del pueblo, fue toda su vida un obrero. Trabajaba en forjas de Amorebieta
dónde después le hicieron un monumento a este poeta que sigue en pie. Aunque
estudia derecho lo hace por obligación de su familia y siguiendo el ejemplo de
su hermano. Sin embargo, él sólo se veía así mismo como poeta, fue poeta toda
su vida, desde niño. El contexto de su poesía es el fin de la segunda guerra
mundial, la crisis de fe en el ser humano. Otero es nihilista en su filosofía y
existencialista. En París descubrió la bohemia que había vivido su maestro Juan
Larrea. Es en París donde rompe todos sus poemas, como también hizo Juan
Larrea. Influido por Sartre, Camus o Heidegger o Celine en París se descree de
Dios, no hay nada que nos proteja, venimos del caos o de la nada que tampoco es
un absoluto. No existen los absolutos, no existe Dios. Dios ha muerto. Otero
sabe que Dios no ha muerto, porque está dentro de él, es un Dios intimista y de
moral autónoma, un Dios personal y heterodoxo como el de los místicos o Santa
Teresa. Blas de Otero no abandona la religión hasta el final de su vida. Fue un
hombre creyente aunque desengañado. En
París en el 50 escribe Ángel fieramente humano, seguido de Redoble conciencia y
Ancia. Allí en París recolecta los poemas. En su ensimismamiento acepta la condición
trágica y dionisiaca del ser humano en su angustia personal. Ha leído a
Nietzsche y Kinkegaard (temor temblor, angustia, desesperación). Y a Freud, el
eros, thanatos. Blas de Otero tenía un compromiso
con el hombre y las circunstancias sociales. Se afilia al PCE con Gabriel Celaya o Oteiza que le presentaron al partido.
Su Poesía social se incluye en Pido la paz y la palabra del 55, En castellano del
59 y Que habla de España en el 64. No le gustaba la denominación de poesía
social, es poesía histórica o sociológica. Es Poesía e historia, una poesía circunstancial,
experiencial, de su vida. Trata los problemas esenciales de la muerte y el amor,
eros thanatos. Es conocido en España y más en el extranjero pues su poesía con
Franco se censuró o prohibió. Publica en Francia Argentina México pues a finales
de los 50 y 60 viaja por los países del bloque del este, los países comunistas
le abren sus puertas; Moscú y la URSS, China Cuba. Del 64 al 68 vive en cuba. Se
divorcia de Sabina de la Cruz y se casa con una cubana divorciada. Entonces le diagnostican
cáncer. Volvió a España tras muchos años de exilio para ser operado. El primer poema
de hojas Madrid y la galerna lo escribe de corrido cuando sale del hospital
sabiendo su diagnóstico. Historias fingidas
y verdaderas lo escribe en Cuba, son poemas en prosa igual que su casi historia
de mi vida, su única autobiografía en prosa poética. El poeta está muy tocado
de salud. Pero tiene el Amor de Sabina de la cruz que es ahora su viuda. Los temas
de su poesía son la vida, la poesía, las circunstancias sociales de España. En Mayo
del 68 es operado Madrid, coincide con los movimientos estudiantiles en París,l
a revolución cubana que él apoya, la guerra de Vietnam que él denuncia y la
España de posguerra que él detesta. Muere en el 79 pero hasta el 77 escribe
poemas. En 2010 se publica este libro recopilatorio. Este año, 2016 acaban de
salir sus obras completas. Relata un mundo revuelto en lo social y político, su
separación matrimonial y su cáncer. Su poesía está a la altura de los poemas del
27; Alexandre, Dámaso Alonso, incluso Lorca.
Siempre se estaba quejando de todo, no disfrutó los viajes que hizo. Al igual que Larrea siempre
huía de si mismo, de todos los países. Sufrió toda su vida depresión y tuvo ingresos siquiátricos. Hojas de Madrid en La
galerna está escrita en plena depresión, el poeta no quiere morirse, no acepta
el diagnostico. Tuvo ingresos incluso en cuba Rusia y Madrid. Siempre le
acompañó la nostalgia de Bilbao, como los poemas de morriña de Rosalía de
Castro. De Madrid tiene menos nostalgia. En Cuba estuvo con una cubana más
joven que él. A los 65 murió este joven ligón, este don juan total. Su vida
amorosa era mejor que el Sálvame. Ahora se investiga sobre supuestos y presuntos
hijos. A lo largo de su vida amó muchas mujeres, desde jarroncito de porcelana
(amor de su adolescencia) hasta la mujer que conoció en las barracas. Se divorció en Cuba de Sabina pues en España
no se podía. Sabina fue novia de el. Desde que se conocieron en la asociación
artística vizcaína. Ella era mucho más joven que él. Blas de Otero marcha a
Madrid a estudiar filosofía y letras e historia y Sabina, también intelectual y
poeta, le acompañó. Vivieron juntos en Madrid. Luego él se marchó a viajar y en
Cuba se divorciaron. Y el poeta se casó con una cubana. Pero a raíz de que
enfermó Blas de Otero volvió a Madrid. Sabina le cuidó los 17 años que duró su
enfermedad. Cuando volvió a Madrid se casaron en san Antón. Tacha quintana, fue
novia de él y de Gabriel García Márquez, tenía mucho salero. En algunos homenajes
a Blas sino va Sabina va la tacha. Se pueden sacar novias de Blas por debajo de
las piedras. Hijas tuvo pero no fueron no reconocidas o oficiales. Sabina provenía
de una familia de Sestao que emigró a Madrid. En las Jornadas sociales de Sestao
Sabina se convierte en testaferro de la obra de Blas. Otero murió en el 79, 30
años han tardado en publicar este libro. Sabina no quería publicarlo, pues en
él se describen más ligues y amores. Sabina le consideró su único amor, el amor
de su vida. Ahora hay problemas con la herencia, con las hermanas. Parece que esto
se está solucionando y solventando. Hay mucho material aún inédito, y obras
póstumas, poemas de sus viajes por los países del bloque soviético (china Rusia
cuba) Se ha publicado hace poco nuevas historias verdaderas e historia fingida
de mi vida, autobiografía en prosa, y su obra poética completa. La primera
interesada en darles de conocer debería ser la viuda. Mario Hernández,
estudioso de la obra de Blas, hace prologo en sus obras completas. Sabina,
catedrática de filosofía, dice obviedades cuando empieza y acaba el libro. Se
han ordenado alfabéticamente los poemas de Bilbao y Barcelona. En sus poemas
habla siempre de la muerte. Aunque fuera depresivo, sus poemas no son derrotistas
o pesimistas, sino vitalistas, optimistas, idealiza hasta la lluvia de Bilbao. Galerna
no es un libro depresivo aunque lo escribiese deprimido.
Tenía
un pájaro y un perro llamado Chustu. Su poesía es sencilla, la leen entonando, es
sencilla de leer. Conocida es la declamación de saturnino García ante 30
personas. También Iñaki Urrutia lo ha recitado con su asociación escribe y lee
reunidos en el centro cultural de Deusto. A veces nos enfadamos con los poetas
porque no entendemos sus poemas, son herméticos, encriptados pero eso no pasa
con la poesía de este hombre. Su poesía polifónica se deja leer en voz alta.
Las palabras se lanzan al aire, como una lluvia de ideas, no parece poesía. Se
acercó una niña que preguntó si era poesía, pues no tiene ritma métrica. Las
obras completas están llenas de sonetos, pues fue ante todo sonetista y
versificador. Algunos de sus poemas no tienen rima pero si ritmo, musicalidad y
referencias a la música. El poeta leía muchas veces el poema en voz alta para
ver su capacidad rítmica. Borró la separación entre vida y poesía. Para él
estaba unido. Es poesía de la vida,
buscaba la verdad de sí mismo, como auto indagación. Las pequeñas cosas cotidianas
de la vida contadas por él se convierten en grandes cosas, trascendiendo la
inmanencia. Le gusta el surrealismo y la libre asociación de sonidos. Se deja llevar
por la sonoridad de palabras y la asociación de ideas ininteligibles.
Experimenta pero no se queda en el experimentalismo. Un poema habla de la Guerra
del 14 y la hecatombe del planeta, con la descripción de una mujer. Sabina y él
se amaban hasta reñir como dos adolescentes enamorados. La revolución va
creciendo a sus pies. Tiene poemas al momento concreto que está viviendo con
sus viajes a cuba. Capta el instante de los pensamientos, su cabeza al viento se
revuelve como algas. Trata el tema de las guerras, revoluciones, los libros de estudiantes,
la revolución del 68, la destrucción del capitalismo, una niña bañándose sonríe
como un caramelo. Retrata las ondas y olas mientras llueve en la costa vasca, en
el Bidasoa, en Bermeo y Bakio, en las 7 calles, en el arenal. Aparece Indautxu en
sus poemas como la isla cascabeltza sonajera, el puente de la canción de cuna,
la anteiglesia del puerto de Antxobe lleno de música. Vuelve a Madrid cuando
enferma, es su ciudad, es su Ítaca. Sale del hospital tras operarle de cáncer. No
hay grandilocuencia en sus poemas sobre sus últimos días. Otros poemas son enfáticos,
este no, está a punto de morir, no hay mayor levedad que esto. Recién operado de
la clínica, se acerca su final, siente pena, piensa en Cuba, vendrá el médico
cojeando un poco. Blas en su historia de vida hace un autorretrato, dónde no
hay gravedad. Java, maleta, papelotes, cometas, palabras cubanas como antillano
o camisa cubana. Escribe los versos más tristes, plagiado de versos ajenos, ¿es
poesía la meta poesía? Le gusta leer, no puede evitar referenciar a otros
poetas, se está adelantando a la intertextualidad posmoderna. Acuérdate de mi cuando vayas a Galerías Preciado, en tus
manos encomiendo mis discos, cds… en la campaña de la calle de Alcalá.
Hay Humor, ironía y sarcasmo. Una morena coqueta se compró las obras de Platón
en el rastrillo de Madrid, en la cuesta de Moyano. Sus influencias son Lorca Alberti
Cernuda león Felipe Gabriel Aresti Celaya vallejo What witman Martí Neruda
Asturias Rosalía Bécquer Joyce Rilke Manrique Espronceda Galdós Bob Dylan Betoween
Beatles Serrat Víctor jara… sus poemas han sido musicados por agua viva o Serrat.
Los cantautores que empiezan a recitar, disfrutan la vida y la música y le
sienten como un maestro de referencia. Seguir
viviendo, inventa voces nuevas, apoyar pueblos, recorrer arboles, ojos
asombrados, mirarte desnudo junto al espejo, agradecer al señor su agrio
silencio. Habla de su nacimiento, su casamiento y su divorcio. Escribe Ser
original en el 79. Su salud sigue empeorando. Tiene 9 libros escritos. Habla de
la terquedad revolucionaria y la posibilidad del amor. Lleva vagabundeando
desde los 9 años, es un vagamundo más que vagabundo. Lee a Gabriel Galán sus
poemas de la revolución. El Twist de Madrid,
mi vida por tu cuello, juntos en el Manzanares. Twist del 68 es mezcla de
tantas cosas…
De
joven viajó por castilla en busca trabajo. Va denotando los nombres, lugares y
pueblos de España, sus montes y ríos. España siempre fue su tema, el problema
de España que decían los del 98. Enumera los lugares buscando su música. Ven prieta y dame un besito.
Escribe en el Café lago y el café Iruña y el café boulevard, ahora gran
mercante. Son los cafés literarios de Bilbao dónde empieza a escribir cuando
conoce a Sabin en la asociación artística vizcaína. Describe la Margen izquierda,
su último viaje a Bilbao, sabiendo que no volverá. Y en Cuba, en Madrid lo
añora. Ama Sestao pues los árboles son los apéndices de torneros amenazantes. Desde
la estación de abajo a la de arriba habla de la recta cuesta de la recia calle.
Describe la Balcom. Lee filosofía, marxista, hegeliana, la dialéctica tesis
antítesis síntesis, la síntesis es imposible, sólo la hipótesis. No hay
respuestas en filosofía, sólo preguntas. La filosofía es un círculo cerrado sin
solución que se va complicando enredando cuanto más conocemos. Cuánto más
sabemos menos sabemos. Trabaja en los consejos de administración de la locomotora
colosal a punto de explotar. En sus poemas aparece el Puente colgante, el horno de fundición, los astilleros euskalduna.
Obrero a obrero hombro con hombro, en la plaza Sestao un silencio colérico estallará de un momento a otro. Era
comunista, asume la dialéctica vitalmente. Industria, fábricas, minas, el trabajo
en Sestao aparece en Blas de Otero. Cuando muera no pongan nombre a ninguna
calle como la calle Gabriel Aresti. Describe la industria oxidada de Bilbao. Le
despiden de Bilbao, me voy pronto, no sé si volveré, me llevo mis discos, tus
cosas negras y tu hipocresía, no volveré, quemaste mi juventud como un paño o
trapo sucio, cerré la puerta, volví, no, no volveré, si muero dejare el balcón abierto
no sé si en Cuba o París, sólo sé seguro que me voy y no volveré. Muere en Majahonda
y es enterrado en Madrid. A París me lo paso por debajo del puente colgante, por
el arco de triunfo, había dicho. Siempre fue un emigrante. Me voy al norte, a
ver a católicos, ver el mar, descampar en el campo, bajo el fuerte castaño. Me
carga el Caribe, el mar de China me tiene sin cuidado, solo quiero mis montes
suaves, y unas palabras de madre porque me encuentro muy cansado. La familia de
Blas venía de Orozco dónde tiene una abuela que es la primera que le anima a
escribir. El nieto de Sabina de la cruz nace en Orosco también.
En 1970
un niño llora en la escalera. Es un niño
azul. La poesía está hecha para ser oída,
falta la práctica de leer poesía. Nosotros lo dejamos con los clásicos. La
poesía rimada tiene valores rítmicos. Los contemporáneos quieren que lo que más
se vea no sea el ritmo. Hay que ser sutil con eso, que la forma métrica pase a
segundo plano. En primer plano está lo que quiere contar, hay que leerlo con la
puntuación. Otero es un poeta tradicional que canta la poesía. Le canta con la
rima, dónde este la rima acaba el verso. Otero usa endecasílabos de 11 silabas
y alejandrinos de 14. Busca los valores
rítmicos tradicionales pero también otras formas de buscar el ritmo porque Blas
de Otero es muy experimental. Hay que leerlo en voz alta, hacer oído, buscar la
musicalidad del poema, el significado, los recursos literarios y sus
encabalgamientos en los tonemas. A sus 53 años de vida, la esperanza
aguarda fuera. El soneto suena distinto,
las vocales son más anchas, los naufragios más originales. Hay que ascender a
las noches de cristales rotos y alegrías, ¡como escuchan los hombres, como
miran los muertos!
Blas
de Otero recuerda haber escuchado una obra de teatro de Lorca en el Arriaga cuando
se estrenó. Es la obra de Balba, un muchacho 13 años. Lorca va por el cielo con
un niño de la mano. Margarita Xirgu lo interpreta. Las banderas republicanas hondean
en el cielo. Y Otero ve bodas de sangre.
“El
mono de mi memoria yergue como un fusil en paz, no hay paz todavía hasta que tus
huesos resuciten en la luna. Lorca, poeta de Nueva York, un niño comiendo
naranjas, el segador segundo, las banderas azules de la república y los verdaderamente rojos nos encontramos aquí,
los verdaderos” En 1929 Blas de Otero asistió al estreno de bodas de sangre en
el Arriaga. Estalla la República en el 31. Para Blas de Otero ver a Lorca era
una trasgresión, una experiencia que nunca olvidó. En esa época tan religiosa, Blas
disfruta de las pequeñas cosas. “Tener música, pasear
por el parque del retiro de Madrid y su biblioteca, ¿qué más quieres Blas, qué
más se puede pedir? Libros, cuadros, recrear la vida, festejar los ojos, las mujeres
hilando, y un árbol hermoso. Esto es todo. Y lo que no podemos cambiar que siga
su curso imperturbable y sin perturbarnos, porque todo llegará”
Blas
siente muy buen rollo en Madrid, la liberación del amor y
el odio, del principio de eros y el de angustia o muerte. Pasear por Manzanares
y el Jarama. Según como se encuentre anímicamente escribe. Admira las violetas,
da gracias a Madrid y a la vida por perdurar, ver las calle, el sol, los transeúntes…
comprar el Ulises de Yoyce, y leerlo ante una cerveza checa que toma en un bar.
Decir buenos días al avión (¡el avión tan presente en su obra siempre!), ligar
con una moza… Las olas rompen y saltan y derraman. Blas cierra los ojos,
aparece dentro el color violeta. Sin darse cuenta se mueve su mano. Visita el mausoleo
a Lenin en Moscú. Entre la nieve quiero besarte, un
poco ladeada, ¿qué tal has dormido niña? Comprar el periódico, perdurar un poco
en la historia. Y ser cada vez más mayor, cada vez más realista. Morir tiene
ventajas, dejar de sufrir cuando no se siente. Piensa sobre la muerte, no se
sabe nada de ella. El cuerpo descansa, se
desintegra, se entrega a la energía, ni destruye ni construye, se trasforma. Unánime,
el alma ni rastrea ni vuela, se acabó el juego. Pompas fúnebres, un juicio
civil, cuando muera me preocupare de que todo esto se arregle. Mi pena es no
saber cómo seguirá la política cuando yo muera. No me dediquéis ninguna calle. Pañuelos, pájaros,
colores, fuertes, vergeles, claveles, ruiseñores, flores, cascabeles, la vida,
la nieve, con fuegos y llanos, el rio se mueve, entre naranjos, pintaré tu vida
en movimiento. Y otras cosas, que como decía Machado, no quiero recordar. Madrid
amanece, espejos débiles, Madrid en peligro defenderme quiere. En el dos de
mayo, el corazón de España y Euskadi. Verde y valiente Andalucía, leve a ver quién
puede clavar tu cuchillo, bandera roja que te lleva para siempre, los obreros, los
niños interrumpen en el oscuro Madrid impotente. Asaltaste el cartel de la
cuadrilla con un cuchillo entre dientes. El hombre serio, no
habló, no contesta, luz roja en la mano naranja
Blas tiene tendencia a
usar su nombre y citar las fechas dentro del poema. Deseo aquí ahora del
presente. Madre amacho estoy solo y como
emigrante retorno a mi aldea, llevare a orosco en mi sangre. Anciana, cargada de
años, cansada de tanta aventura, bajo el nogal contemplamos la iglesia y las nubes.
Vamos a no morirnos madre Establecer el eterno
retorno para nosotros dos, en la romería como el azul de las mañanas. Llévame
en tu vientre, apenas palpitado, dejaré que me lleves en el vientre. Atado como
un corderillo blanco escucho. Desdicha y desolación después. Una cosa que tú no
sabes, el bisturí que extirpó el cáncer. Muchas mujeres de mi vida desaparecen.
Solo permanecen algunas, solo tan solo existes allá en mi mente. Al igual que Ángela Figuera
dedica muchos poemas a su madre, muy importante en su vida. Acuérdate de mí cuando estés en el corte inglés, en Alcalá
ponme rama de laurel en la puerta. Comete los collares, los estudiantes han destrozado
una campiña, acuérdate de mí, no sé si volveré, acuérdate de mi
No hay casa museo de Otero
cabeza y la cabeza de Unamuno se pregunta por qué no hay casa y solo una
estatua que ni siquiera figura bien su fisonomía. Y sobre todo por qué se han
tardado tanto en publicar sus obras completas, y aún en la picota más de la
mitad de sus poemas inéditos
En la cocina surrealista de Dostoievski el frio invierno, el granizo,
las botas, las lívidas baldosas de la cocina. Por poco te he rezado en la
cocina, santuario de Fátima. Espronceda, gran poeta, interesante la Teresa de Espronceda.
Es un poeta social de cocinas y barricadas, Bécquer, que solo quedan los
muertos, un muerto en la cocina es un asunto muy serio. Parece que llueve en Bilbao
como una infancia delicada, dile a Txorito que la querías, a Txaro Quintana. En
la quinta parroquia, siempre llueve.
Jesús, hombre salvador de eternidad y castigo. Desesperado
oye siente escalofríos, ruido, siente frio, deseos de llorar. La señora
cursimente pintada, pide pendón, indulgencia, piedad. Atragantada en cuello un caramelo, la negra
ingratitud del niño cabreado arrastrando sus pies. Entra en la iglesia, el padre perfecto le parece
un perfecto idiota. Patadas piedrecitas, no hay estrellas que valgan, no hay Dios,
sino niños en la calle. Quiere tocarle culo a Sarita mientras monta en la bici.
Cercenarme la lengua, en el valle de orozko o durangesado. Las cerezas del huerto, letra impagada, cada vez que hablo o escribo.
Pedí la paz y me la dieron en parte, pedí la palabra y me la dieron a plazos, si
yo callase hablarían las piedras. El sol de Enero, los poetas no hacen más que
repetirse, el mismo ritmo, los vocablos, decir algo nuevo de forma nueva. La espada
es anti escolástica, nada hay que decir, todo está ya dicho. Se prohíbe molestar, tus
poetas han hablado de todo, del aburrimiento y del sol de invierno. De qué he
de hablar yo. Esa muchacha con abrigo, y minifalda, una copa de anís la llevo a
los labios. A la isla de Groenlandia iré, dónde no moleste la gente. Mi historia
está en mis libros. He escrito cientos de poemas a borbotones. Me he enterrado en una
fábrica, a campas de la vida, de los años, sucediéndose revolviéndose. Vibra el
pensamiento, la imaginación y la palabra. No multiplico este poemario en vida. El
ciervo de verso herido, trozos de tiempo,
años mozos, madurez y olvido, no me cubre la luna.
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