viernes, 15 de septiembre de 2017

ALMA Y CUERPO EN LA CULTURA GRIEGA

“MENS SANA IN CORPORE SANO”

El cuerpo. Los médicos hipocráticos y el dios Asclepio

Los griegos rinden culto al cuerpo como forma estética (En sus representaciones apolíneas del hombre varonil) y naturalista (Phisys) No padecen rubor de su desnudez. Consideran normal y sublime – uránica- la homosexualidad. Creen la naturaleza como el estado esencial en que se cura el hombre, para ellos el filosofo es al alma lo que el médico al cuerpo. Por eso, un sofista crítica escéptico a los socráticos diciendo que una filosofía que no logre ayudar al alma es tan nefasta como un médico que no cure. La reflexión es el paseo del alma. (Peripatéticos) No se imaginan que en algún momento el hombre vaya más allá de la naturaleza, curando enfermedades que se creían crónicas e incurables, o que el filósofo, supuesto curandero del alma, vaya a negar este concepto.
Los médicos hipocráticos son expertos en huesos (Esqueletos de los muertos en guerra). No así en músculos o los llamados órganos blandos, ya que aparte de que sus métodos empíricos dejen mucho que desear, existía cierto pudor y respeto hacía el cuerpo muerto. No se practican disecciones según su juramento hipocrático (Realizan verdaderas deontologías profesionales de escasa originalidad). Tampoco intervienen enfermedades crónicas de irreparables consecuencias, y aún así muchos de sus EPIDEMIAS o cuadernos de anotaciones médicas acaban con “Y murió”  No nos llegan vestigios de las plantas medicinales que recomiendan, eran naturalistas, y no practican los oscurantistas métodos medievales como las sangrías o las sanguijuelas. 
                                                                                                       
Se creía que la mente, la capacidad intelectiva, descansaba en el diafragma. Incluso Aristóteles cree que la razón se halla en el corazón. No obstante, si poseen una intención científica en cuanto ven al cuerpo como suma de órganos (Y no son tan especialistas como los actuales) Así que el concepto de cuerpo como tal no existe para los griegos, se trata de distintos órganos. A la vez toleran el culto al Dios Asclepio de la medicina, por ejemplo en las islas jónicas. 
Los médicos hipocráticos (De la zona de Medica) tenían una concepción materialista del alma en cuanto esta provocaba algunas enfermedades que hoy llamaríamos psicosomáticas. Su tratamiento era preventivo o dietético, y aconsejaba no sólo sobre las dietas alimenticias sino sobre los ejercicios que deben realizarse o no. Nos remite mucho a la psicoterapia freudiana, por ejemplo en su tratamiento de los sueños, aunque estos no obedecen a un demiurgo del soñador que insufla nuestros mundos oníricos, sino al contexto, al entorno, lo que hemos comido si era lento o pesado, nuestro nivel económico y demás pragmatismos como la humedad de la casa...
Ellos ven el cuerpo casi como una vasija en la que no dejamos de recibir y execrar líquidos. (Inputs y outputs) Los alimentos frente a los ejercicios, los cuales desgastan los alimentos (Por ejercicios entendían no sólo la gimnasia, sino el paseo peripepatetico y el sexo) Según la historia de la sexualidad humana de Foucault, creían que con el orgasmo escapaba nuestra esencia, parte del alma, aconsejaban una vida ascética. La distinción y dicotomía entre Pisque y Soma (Cuerpo) no se evidencia hasta Sócrates y Platón. En las epopeyas homéricas los cadáveres son referidos con la proposición Él.
En algunas sectas pitagóricas y órficas, totalmente estoicas, creen en la trasmigración de almas y en la metástasis de los espíritus, especies de reencarnaciones que Platón continua en sus teorías. Puedes volver a este mundo con forma de persona, de animal, de flor... como escribió cierto presocrático. 
Sin embargo (Al margen de estos “hombres de ciencia”), para el griego común el alma se simboliza con lo etéreo y aéreo, trasciende, sobrenatural y ultraterreno. El alma, en griego Xemis, significa “Aire”, “suspiro” o también “mariposa”. (De ahí que los poetas, quienes practiquen el culto al espíritu, sean tan trascendentes, aéreos y mariposas) Por ejemplo en los moribundos que exhalan su último aliento se evidencia este alma volátil. Estas almas de los muertos se cree van al limbo (Los niños, los locos...), al paraíso o campos elíseos o al báratro llamado Hades; a la laguna Estigia. Mundo de ultratumba en el que el alma sin embargo se reconcilia con su naturaleza aérea. Por eso se les ponía un óbolo o moneda en la boca que entregar al cancerbero y a Caronte que trasportaba las almas en barca por la laguna.  Algunos pitagóricos juzgan que comer abas no sólo es flatulento sino pernicioso, pues en ellas, en su forma sexuada, descansa el alma de los muertos que asciende del fondo de la tierra.    
Se empieza a ver el cuerpo como soma o sema  (Es decir; corpore sepulcrus) El cuerpo como jaula y cárcel del alma. La palabra soma que luego utilizará Adous Huxley como droga de su mundo feliz. De ahí la palabra sicosomatico; afecta a la sique y al soma o cuerpo.
 
PLATON   Y EL IDEALISMO
En la apología a su maestro Sócrates expone cómo este renunciaba a todos los placeres hedonistas y concupiscibles, y se quedaba sólo con su alma, distinguiendo en ella 3 partes (Mito del auriga):
La concupiscible, que políticamente sería representada por el pueblo artesano
La irascible y belicosa dominada por la templanza de los guardianes
La parte racional, propia del filosofo, gobernante ideal de su república utópica. 
E incluso 3 tipos de países
Los volubles e interesados sólo por lo erótico como los egipcios o los babilónicos que aman la voluptuosidad. 
Los irascibles y guerreros como los hititas o los fenicios que adoran cual urracas el dinero y practican el comercio. 
Los que aman el conocimiento o filósofos griegos.

ARISTÓTELES Y LA ESCOLÁSTICA CRISTIANA
Aristóteles distingue entre la forma humana (Cuerpo) y su fondo (Alma) y sigue creyendo en la reencarnación animal, en que la mujer carece de ella etc
La escolástica cristiana hereda este odio al cuerpo del platonismo y el sionismo (Cultura Hebrea donde la mujer también esconde su cuerpo) sobretodo a través de Plotino y San Agustín (Quien no osó jamás representarse en un cuadro, pues creía que se le escaparía el espíritu) Cree en la resurrección de la carne, de las formas y no sólo de los fondos, además en su más completa perfección según Santo Tomás de Aquino (que traduce al aristotelico Averroes) en la Suma Teológica. Santo Tomás era tan gordo que tenían que moverle la mesa, ¿Así que cual es su perfección? Quizá se acerque a la esfera, que es la más perfecta de todas las formas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario