“MENS SANA IN CORPORE SANO”
El cuerpo. Los médicos hipocráticos y el dios Asclepio
Los
griegos rinden culto al cuerpo como forma estética (En sus representaciones
apolíneas del hombre varonil) y naturalista (Phisys) No padecen rubor de su
desnudez. Consideran normal y sublime – uránica- la homosexualidad. Creen la
naturaleza como el estado esencial en que se cura el hombre, para ellos el
filosofo es al alma lo que el médico al cuerpo. Por eso, un sofista crítica
escéptico a los socráticos diciendo que una filosofía que no logre ayudar al
alma es tan nefasta como un médico que no cure. La reflexión es el paseo del
alma. (Peripatéticos) No se imaginan que en algún momento el hombre vaya más
allá de la naturaleza, curando enfermedades que se creían crónicas e incurables,
o que el filósofo, supuesto curandero del alma, vaya a negar este concepto.
Los
médicos hipocráticos son expertos en huesos (Esqueletos de los muertos en
guerra). No así en músculos o los llamados órganos blandos, ya que aparte de
que sus métodos empíricos dejen mucho que desear, existía cierto pudor y
respeto hacía el cuerpo muerto. No se practican disecciones según su juramento
hipocrático (Realizan verdaderas deontologías profesionales de escasa
originalidad). Tampoco intervienen enfermedades crónicas de irreparables
consecuencias, y aún así muchos de sus EPIDEMIAS o cuadernos de anotaciones
médicas acaban con “Y murió” No nos
llegan vestigios de las plantas medicinales que recomiendan, eran naturalistas,
y no practican los oscurantistas métodos medievales como las sangrías o las
sanguijuelas.
Se
creía que la mente, la capacidad intelectiva, descansaba en el diafragma.
Incluso Aristóteles cree que la razón se halla en el corazón. No obstante, si
poseen una intención científica en cuanto ven al cuerpo como suma de órganos (Y
no son tan especialistas como los actuales) Así que el concepto de cuerpo como
tal no existe para los griegos, se trata de distintos órganos. A la vez toleran
el culto al Dios Asclepio de la medicina, por ejemplo en las islas
jónicas.
Los
médicos hipocráticos (De la zona de Medica) tenían una concepción materialista
del alma en cuanto esta provocaba algunas enfermedades que hoy llamaríamos
psicosomáticas. Su tratamiento era preventivo o dietético, y aconsejaba no sólo
sobre las dietas alimenticias sino sobre los ejercicios que deben realizarse o
no. Nos remite mucho a la psicoterapia freudiana, por ejemplo en su tratamiento
de los sueños, aunque estos no obedecen a un demiurgo del soñador que insufla
nuestros mundos oníricos, sino al contexto, al entorno, lo que hemos comido si
era lento o pesado, nuestro nivel económico y demás pragmatismos como la
humedad de la casa...
Ellos
ven el cuerpo casi como una vasija en la que no dejamos de recibir y execrar
líquidos. (Inputs y outputs) Los alimentos frente a los ejercicios, los cuales
desgastan los alimentos (Por ejercicios entendían no sólo la gimnasia, sino el
paseo peripepatetico y el sexo) Según la historia de la sexualidad humana de
Foucault, creían que con el orgasmo escapaba nuestra esencia, parte del alma,
aconsejaban una vida ascética. La distinción y dicotomía entre Pisque y Soma
(Cuerpo) no se evidencia hasta Sócrates y Platón. En las epopeyas homéricas los
cadáveres son referidos con la proposición Él.
En
algunas sectas pitagóricas y órficas, totalmente estoicas, creen en la
trasmigración de almas y en la metástasis de los espíritus, especies de
reencarnaciones que Platón continua en sus teorías. Puedes volver a este mundo
con forma de persona, de animal, de flor... como escribió cierto
presocrático.
Sin
embargo (Al margen de estos “hombres de ciencia”), para el griego común el alma
se simboliza con lo etéreo y aéreo, trasciende, sobrenatural y ultraterreno. El
alma, en griego Xemis, significa “Aire”, “suspiro” o también “mariposa”. (De
ahí que los poetas, quienes practiquen el culto al espíritu, sean tan
trascendentes, aéreos y mariposas) Por ejemplo en los moribundos que exhalan su
último aliento se evidencia este alma volátil. Estas almas de los muertos se
cree van al limbo (Los niños, los locos...), al paraíso o campos elíseos o al
báratro llamado Hades; a la laguna Estigia. Mundo de ultratumba en el que el
alma sin embargo se reconcilia con su naturaleza aérea. Por eso se les ponía un
óbolo o moneda en la boca que entregar al cancerbero y a Caronte que trasportaba
las almas en barca por la laguna. Algunos
pitagóricos juzgan que comer abas no sólo es flatulento sino pernicioso, pues
en ellas, en su forma sexuada, descansa el alma de los muertos que asciende del
fondo de la tierra.
Se
empieza a ver el cuerpo como soma o sema
(Es decir; corpore sepulcrus) El cuerpo como jaula y cárcel del alma. La
palabra soma que luego utilizará Adous Huxley como droga de su mundo feliz. De ahí
la palabra sicosomatico; afecta a la sique y al soma o cuerpo.
En
la apología a su maestro Sócrates expone cómo este renunciaba a todos los
placeres hedonistas y concupiscibles, y se quedaba sólo con su alma,
distinguiendo en ella 3 partes (Mito del auriga):
La
concupiscible, que políticamente sería representada por el pueblo artesano
La
irascible y belicosa dominada por la templanza de los guardianes
La
parte racional, propia del filosofo, gobernante ideal de su república
utópica.
E
incluso 3 tipos de países
Los
volubles e interesados sólo por lo erótico como los egipcios o los babilónicos
que aman la voluptuosidad.
Los
irascibles y guerreros como los hititas o los fenicios que adoran cual urracas
el dinero y practican el comercio.
Los
que aman el conocimiento o filósofos griegos.
ARISTÓTELES Y LA ESCOLÁSTICA CRISTIANA
Aristóteles
distingue entre la forma humana (Cuerpo) y su fondo (Alma) y sigue creyendo en
la reencarnación animal, en que la mujer carece de ella etc
La
escolástica cristiana hereda este odio al cuerpo del platonismo y el sionismo
(Cultura Hebrea donde la mujer también esconde su cuerpo) sobretodo a través de
Plotino y San Agustín (Quien no osó jamás representarse en un cuadro, pues
creía que se le escaparía el espíritu) Cree en la resurrección de la carne, de
las formas y no sólo de los fondos, además en su más completa perfección según
Santo Tomás de Aquino (que traduce al aristotelico Averroes) en la Suma Teológica. Santo Tomás era tan gordo que
tenían que moverle la mesa, ¿Así que cual es su perfección? Quizá se acerque a
la esfera, que es la más perfecta de todas las formas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario