martes, 5 de septiembre de 2017

RALLY LITERARIO POR EL BARAKALDO INDUSTRIAL



Josu Montero nos reparte fotocopias, textos de autores y análisis. Como en las redacciones escolares te dan el tema. Cualquiera no es capaz de escribir. Hay que tocar el diente al lenguaje. Somos consumidores y productores. El lenguaje de ir a por pan no es el mismo de escribir poemas. Aunque a veces sí. A veces la literatura se salta las reglas ortográficas y normas sintácticas. La literatura puede saltarse normas con criterio. No se puede enseñar a nadie a escribir. Escribes cosas sueltas porque te apetece. Esta tarde la hemos dedicado para escribir, no estas para amigos o familia. Al escritor hay que orientarle, corregirle, aconséjale. Escribir es crear un hijo, no puedes criticar al hijo de nadie. En el Taller de literatura vamos a leer, escribir cosas personales. Hay gente que no había escrito nunca. Un miércoles al mes tenemos un espacio para la lectura, escribir y recomendar libros. Estudiamos la literatura del siglo XVIII, XIX; XX. Reflexionamos lo mal que llevan al cine los libros, aunque hay pelis que han superado los libros. Estudiamos la novela dialogada sin descripciones, la policiaca, el tebeo, y la novela gráfica, las novelas de robots maquinas, la ciencia ficción. Analizamos el teatro de Darío Fo, los textos eróticos del Kama Sutra. Somos viejos haciendo dictados de niños. El sábado a las 4 de la tarde empezamos este rally poético con un trayecto por la dársena de Portugalete. Atravesamos Andikollano, la ría, Lutxana, cruces, Gorostiza el Regato y Retuerto. Cruzamos la ría en el gasolino Y armados de block y boli escribimos el primer poema:

Digo la palabra piedra con la suavidad del terciopelo. Es un poema primitivista al estilo de Oteiza. Oírse. Serio Rio Oír Irse Orse. Púrpura Poca pura Para purar Pura purpa
Oh hombreo Sombero Sombra oh hombre Nombremos al hombre de las rayas.
Bueno, mayor volando Hombre sombra de horror.
Sol Amor Satanás Purenos Sananas O hombre de amor Oh amor Oh rana.
Oh manos abrasadas Oh hombre hembra Ramo amor rana
Que brama sin amor Que searte con horro  Oh noches de hombres

Nervión arteria con Europa. Esperanza, presente pasado futuro
Cristales en el agua que es sucia y marrón Y azul y gris
Y negra como España Y gris como la noche sin esperanza
Gris fábrica Gris grúa Y el río llora
Verdor del paseo Verdel y la trucha
Nervión, lágrimas y sudor, sal y suciedad, Nervión.
Nubes de gris desembocadura
Mana el río sangre azul Que no roja
Sino de príncipe verde, de sapo, rana encantada
En el verdor vespertino de la mañana.

Los hermanos Ibarra fueron los creadores de altos hornos. Estaban instalados en Sestao, Barakaldo y Lutxana. En Santurce estaba el puerto y también en Bilbao. En la zona de Abanto Cierbana, de Gallarta y los montes de Triano estaban las minas.  Visitamos los cargaderos, la plataforma satélite del Mineral. Había una alhóndiga bodega que sufre una reforma entre 1889-1893. Trabajaban 1500 obreros
¿dónde quedó aquel tiempo en que la ría joven aún furiosa rompía el cauce orado, la curva?, llevándose ahora su agua aceitosa por los estribos de la ruina de hierro. Espera la siguiente subida de marea que la alza sobre lodos y escoria, esa será la definitiva.
Subimos a una canoa de la trainera de kaiku. En Santurce está el puerto sardinero y hay txalupas o embarcaciones pequeñas. El bote comunica Santurce, Portugalete, Sestao y Baracaldo con la margen derecha; Erandio, algorta, las arenas. Hay barcos de remos y embarcaciones modernas. En el astillero se dividían las aguas.  Visitamos diferentes zonas; san Ignacio, las minas, las casas obreras donde parece caerse el hormigón, san bento, cruces, santa Ageda, Retuerto Rontegi. El regato, la arboleda, el argalario, Pagasarri ganekogorta, la niebla de Amboto arila, las fabricas de Sefanitro, eretxa, el mesinger, zorrozaude. El barco de vapor salía del puerto. Norai se llamaba a las amarras de los barcos bolarbo Vemos el contraste entre una casa tipo Beurko y una conductista de reciente creación. Los niños jugaban con la Goytibera de madera y la rayuela. Visitamos kareaga y la casa torre museo de Larrea donde ahora es un restaurante.

Postrado de rodillas. beato de lo verde, como un monje descalzo, un carmelita del desierto Baracaldo. Beato de lo verde, rezando al puente de Rontegi, casas azules, autobuses volando, sonrisa de piedra, olor a musgo cortado, canto a las máquinas y fábricas y a la harley davison, que me lleva al cielo, al cielo nublado, gaviotas en círculo chocando. El futurismo me esta iluminando, cristales de botella, espigas y colada en las nubes flotando.
Comisura de un labio, Descarga de un revolver, Tren desvalido. Entrepierna de la luna rota, martilleo de un parpado, semáforo de hiedra. Dios sabelotodo, etílico de la noche
Tranvías de medianoche, Confesionario de iglesia, Arroyo de lima, Recuerdo sin memoria, Ojo de túnel, Bolsillos llenos de mariposas

Pestaña dios sabelotodo
Beber sudor etílico de la noche
Cabello insípido lluvioso
Brioso tranvía de medianoche
Borrachos en confesionarios

La mañana era preciosa
Pero la mañana es pasado
El mañana será como esa casa de hormigón
Que llaman futuro

Escribo versos
Y bebo el vino triste del viento
Que mece la melena susurrante de los árboles
Y los muros de piedra
Del silencio

Y el túnel sin salida
Y la estación sin tren
El tren sin maquinista
El paseante sin paseo
Sin mañana ni futuro ni pasado
Hojas mecidas que se caen

Ácido clorhídrico salido de rontealde sefanitro
Droga dura Lingote amapola
Opio salido del bolígrafo
Extraña ria esta, de tarde por el sol
En Ibaibe quisquillas, en Musikuluna, gaviotas y Aguas cristalinas

Las malditas sirenas llamaban al obrero a la fábrica. Allí dejaban sudor y lágrimas para la plusvalía del burgués. Los jefes vivían en los paraísos de Neguri. Lutxana o Erandio son ciudades que se reforman cuando surge el metro En Santurce hacían romerías y traineras en kaiku donde aún vemos barcos a medio construir y la vieja fábrica a medio destruir. Hay paseos reconvertidos, paseos marítimos y un nuevo Barakaldo más limpio.
En Cruces nací y mi familia vino a verme con regalos y peluches. Morí allí cuando murió mi bisabuela, mi abuela, mis abuelos. En Cruces me enamoré de una chica, entre poemas y cigarros y libros de mujeres y cortes de venas. Discursos, monólogos, mongo logos. Besos de Javi, gritos de José Luis, aquí en Cruces gané el concurso de cartas de amor, escrito el último día entre el sabor del té con limón y aquí me ingresaron por esquizofrenia bipolar; loco de amor, entre Cruces y mi corazón.
En la exposición de Cruces vemos pinturas de gran agitación, despertar interior, experimento en color en la pintura, la marginación obrera en estas imágenes y  narraciones. Diferentes volúmenes, formas, colores, los movimientos de la piel envolvente, el mundo interior. Vemos piezas del diseño moda y vestuario y composición de la época. Estas obras son de una comunicación directa, una sintaxis del artista, como una ventana abierta desmaterializada. Hay cuadros de diseño web y audiovisual, cuadros gráficos hechos con infografía. El cuadro es un medio que ayuda a entender el significado de la poesía. La imagen visible es un camino paralelo a la escritura. En los cuadros vemos diversas estaciones, diversas visiones de conciencia. Es un paseo la vida entera con un final incierto. Por eso estos cuadros nos hablan del comienzo cuando es semilla, antes de florecer los tallos. Debe el árbol observarse, palparse y extender raíces. La rama abierta nos muestra a un ser finito al que miramos. Caerá la estación, mudará de piel. Ahora Barakaldo tiene su cara limpia y lavada. La industria nueva y blanca ha sustituido a la negra, siderometalúrgica pero aún vemos parte de su corazón lleno de arterias y fábricas. Una gaviota sobrevuela el mar contaminado. En la cresta del Serantes, entre la esbeltez de las grúas, vemos la gaviota que huye y regresa. Te vas en bus y te alejas cargado de recuerdos. Cauces que te resultan monótonos. Dormido en el tiempo. Suenan vapores Pasajeros aletargados. Un gigantesco verdel de lunas de oro y plata. Helada piedra caliente. En los cuadros aparece el niño del jersey o la niña de anónimos ojos. Cuadros que nos hablan de paseos, de cañas de hojalata, de fábricas que aun respiran y languidecen. Higueras Manantiales Tenderos, un antiguo Barakaldo. A hurtadillas entre recovecos y matorrales vemos la Torre del Bilbao exhibición center BEC como el Orinoco, río entre selvas. Los cascotes de hierro y metal nos hablan de la antigua industria, antes de que se rindiera tributo a la especulación inmobiliaria. Los niños jugaban a las chapas, con la Goitibera, al rincón, la rayuela, con los patines, a la casa de muñecas que vestían con sus corsés desnudos. Ana nos habla de su abuelo zapatero remendón que tenía dos hijas, su madre y tía, trabajando en la zapatería. Eran anarquistas. Los chicos se las quedaban mirando, eran las guapas de Lutxana. En Ortuella y Gallarta estaban las minerías de la Orconera de carbón. La división azul sobrevoló esta zona en la II guerra mundial, alemanes y rusos, voluntarios bombardearon a los pobres de la miseria. Los gudaris eran los soldados vascos, a los que se creía salvadores de la patria. En muchos caseríos se protegían a los fugitivos, muchos criaban caballos o ovejas o otros animales. La crisis de la posguerra fue mucho más cruel que las posteriores.  
Me sentí muerto como animal descompuesto. Se congela mi cuerpo. Orquídeas. Flores amarillas. Pecíolos. Pareado Enmudecido, ¿por qué no mueres? ¿por qué no te callas en el éter luminoso al olvido? Azul eléctrico de la fábrica y el aire caliente espeso. Contenedores de chatarra y ladridos. Especulación y miedo de marcharte el pantalón entre estas ruinas oxidadas y hombres rudos navegando sin descanso en las traineras. Olor ocre, el paso del tiempo, la ruina vista, relámpago y ruido en la lejanía. Los ferroviarios, de linterna roja, se sientan en los asientos de madera. El cielo verde estrellado. Margaritas, pérgolas sin vegetaciones, sigue siendo noviembre. Ruinas de mis recuerdos de juventud. Al pitido del tren y las campanas corres amortajado en verde cuchillada, morena piel. La roca tiene tu destino en las noches sin alma Los niños no saben de ti ni las beatas del orden de la pasión De los caminantes emergen islas

Cara feerica de bruja atormentada. Es el latir de la tierra, en la raíz del vientre, en el dolor del pecho. Es la metamorfosis de hombre o mujer, de chica o chico o etéreo rostro o su cadáver, última mascara o su verdad desnuda

Apariencias felices solitarios, ambigüedades de lo visible e invisible, magia, teatro, velos, sueños, espejos, lamías, polvo de hada, pintura de ojo, silencio, descanso del camino. Amar hasta quedarse en los huesos, empezar con la piel del olvido y el silencio, ¡tanto para encontrar sólo esto!, tras tus huesos, irrealizable, nada más que un sueño. Mano en el pecho, ofrezco mi corazón a los dioses, fuego de amor, calma y sed de sangre, deposito en ti la sangre. Herencia de mi infancia, atrapados tras el cristal, imagen frágil quemada, distorsión tras el espejo. Rosa sangre y oro en tu mirada y cabello. Resplandor de estrellas, odiar la esencia, entre literas, mi buena estrella, mi pecho oscuro. La verdad desnuda, me miro, me miras, de pie aguardas y se sujeta la mesa, la verdad en tus ojos, la mentira en tus manos. Luciérnagas vuelan. 

 

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