ANNIE ERNAUX
1940 Normandía. Pasó su infancia
y juventud en nivelan, hasta ir a Ruan estudiar, la ciudad de la catedral de
Renoir y de madame Bobary. Dedica su vida a la enseñanza y es profesora de
literatura moderna en el liceo y en París donde vive actualmente. Su obra es
autobiográfica e intimista. Escribe sus memorias
vacías, el lugar, la vergüenza, los años y la otra hija. Es premio de la
academia francesa por el conjunto de su obra y la más reconocida en Francia. Ha
sacado hace un año memoria de chica
en la que se refiere a un suceso de cuando era adolescente. Ese hecho con 18
años le marcó a ella y a su literatura, a algunos títulos que escribía y a la
forma de escribir. Trabajó de monitora en un campamento y allí se enamoró por
primera vez, perdió la virginidad, tuvo relaciones con unos y otros. Se ganó la
leyenda de ser una mujer fácil, una puta. Sentía no un trauma por esto, pero si
mucha vergüenza. Le hacían vejaciones por eso a finales de los años 50. Francia
era un país católico y machista y puritano. La castidad era sagrada. La revolución
sexual y la libertad llegó en los 60 como reacción a ese puritanismo de los 50.
A propósito de esta anécdota construye la historia de una mujer que es ella. Llama
a sus novelas memorias socio biográficas. No fue un trauma la experiencia
temprana, pero le dio vergüenza que es el terreno del que nace la literatura.
Esa estigmatización no era solo de ella sino de todas las mujeres. Se dio
cuenta leyendo el segundo sexo de que es un problema colectivo, político. El libro
la hizo comprender que existían injusticias globales. La culpable no era ella
ni cada mujer sino las mujeres en general.
La novela el lugar parte de la
muerte de su padre. la ficción en un tema tan dramático era como una traición.
No tenía el derecho a trasformar una experiencia tan real en una novela. Ella
crea una tercera vía entre la realidad y la ficción. No son autobiográficas,
pero es que tampoco son novelas. Le considera una forma de investigar sobre sí
misma. Llama a sus libros socio biográficos pues tiene en cuenta el contexto
histórico cultural y parten de uno mismo para reflejar ese contexto de fondo.
Ella quiere describirse a sí misma en el paisaje. Eso es a lo que aspira.
Retratar el paisaje histórico del momento que vivió. A partir de la novela el
lugar, novela de la que más orgullosa esta, entiende la novela como una
investigación de sí misma. Esa novela la hizo reconciliarse con la conciencia
de clase. Era de una familia obrera. Ella y sus hermanos intentaron prosperar y
enterrar sus orígenes humildes. Lo hizo de forma inconsciente, tomó conciencia
de clase y pertenencia al proletariado, importante en su obra. Pertenece a la
generación de escritores franceses que nació antes o durante la segunda guerra
mundial 39 45. Tras las guerras surge esta generación a la que pertenecen Patrick Modiano o Pascal
Quignard, Pierre Michon o Le Clézio. Esa generación lleva consigo
una historia interior sobre lo que fue la guerra. Se ha dado en el momento una
voluntad de olvidar, de barrer todo dentro de la alfombra. Modiano en su trilogía
cuenta que cuando acaba la guerra todos decían que habían estado en la
resistencia cundo hubo un colaboracionismo brutal con los nazis. Todos se creen
héroes. Colaboraron en la ocupación nazi mucha gente. Ante el chauvinismo francés,
la autora habla del abismo entre las grandes declaraciones de generosidad fraternidad
libertad y derechos humanos y la realidad- ¿Dónde está ese liberalismo y
humanidad en las manifestaciones contra el matrimonio gays o en los partidos de
ultraderecha como Le Pen? La escritora denuncia estas cosas
Tiene
treinta años, es profesora, casada con un ejecutivo, madre de dos niños. Vive
en una casa confortable. Sin embargo, es una mujer helada. Igual que miles de
mujeres ha sentido cómo su curiosidad, su impulso vital se iban anquilosando a
fuerza de un trabajo que compaginar con compras que hacer, cenas que cocinar,
baños de niños que preparar... Todo eso que se entiende por la condición normal
de mujer. Annie Ernaux cuenta
brillantemente esta alteración de lo cotidiano, este empobrecimiento de las
sensaciones, esta dilución de la identidad; esclavitud a la que las mujeres son
empujadas como a un desafío.
Hay
mujeres frágiles, vaporosas que siguen el orden y la belleza y tienen la voz
suave y son sumisas, que friegan hasta dejarlo como una patena, que buscan al
niño en el cole, organizadas hasta la muerte. Pero en mi infancia había otro
tipo de mujeres, mujeres de cuerpo descuidado, caras sin pintar o maquilladas
como putas. No saben cocinar ni limpiar el polvo a diario, trabajan en el
campo, en fábricas y toman chorritos de café con whisky. Mujeres negras, rudas
por dentro. No son viejas empalagosas que leen a los niños, abuelitas que les
leen cuentos de hadas. No les gusta que se sienten en su regazo y solo dan un
beso de saludo y de despedida. ¿has menguado? ¿aprendes algo en la escuela? Los
vecinos se ríen. Vamos en bici y pasamos los charcos, hay chubascos en el
cielo. La tía nunca está en casa y preguntamos a la vecina. A veces ayuda con
las manos en el parto de una vaca. Hace cena huevos. Estas como un roble. Si se
le echa ganas siempre hay tarea. Tengo miedo a estar sola pero qué coño me van
a hacer a mí a mis años. Recoge los platos rotos y las latas de conserva
oxidadas con bichos. Rebuscaba en el medio. La abuela tiene 80 años y esta
mujer envuelta en faja no necesita de nuestra compasión. Es un poco sucia.
Lleva pelusas en el vestido. Da vueltas a una cuchara y pela una pera. Lo que
no mata engorda. La abuela remienda, coge comida. Lava a mano los conejos. ¿no
podrías descansar con la edad que tienes? Ella vendía sidra y manzana a los
soldados en la guerra. Echa un chorrito de aguardiente en la taza vacía. Habla de la historia de sus vecinos, del
caserío, del vecino que no quiere hacer obra. Vive en una casa pequeña sin
terreno. sorbe con fruición el vaso. No le gusta remendar calcetines. A veces
mea de pie en la huerta cuando cree que esta sola. La bisabuela le dijo que no
estudiara, pero fue la más brillante en el bachiller. Podría haber sido
doctora. Su vida no fue color de rosa. Tenía 5 chavales a su cargo, sus
hermanos, y los cuidó ella sola. Y ella trajo otros 6 hijos al mundo. Y sin
ayuda social. Son las cosas de los pobres. No le falta inteligencia. Pero tuvo
que cuidar a los niños con el moco colgando, llevar los coches de bebe, llegar
a fin de mes. No la tiremos la primera piedra. Lo normal era tener 6 hijos en
la época. Ahora estamos rodeados de hijos únicos. Esta generación de padres ha
decidido no tener descendencia. La abuela vivía en el barrio. La matriz nace en
la tripa. Tiene los ojos fijos. Abre la ventana. hace la cena. Dice que siempre
ha sido una desgraciada. Me voy a meter la cabeza en la cisterna. El tío le
dice; no tienes donde caerte muerta. Se va al baño- con aire apagado. Se deja
dar ostias por el marido. Lleva la bolsa de limpiar pegada al cuerpo. La abuela
no pone ojos de cordero degollado al dirigirse a los niños. Es una mujer llena
de tacos. En las comidas familiares enseña sus brazos. No hace cosas como
coser. Son mujeres de exterior, casadas y con muchos hijos, que trabajaban en
la tierra.
La novela,
aunque está llena de frases muy largas, se lee bien, aunque es difícil
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