martes, 30 de mayo de 2017

ANNIE ERNAUX



ANNIE ERNAUX
1940 Normandía. Pasó su infancia y juventud en nivelan, hasta ir a Ruan estudiar, la ciudad de la catedral de Renoir y de madame Bobary. Dedica su vida a la enseñanza y es profesora de literatura moderna en el liceo y en París donde vive actualmente. Su obra es autobiográfica e intimista. Escribe sus memorias vacías, el lugar, la vergüenza, los años y la otra hija. Es premio de la academia francesa por el conjunto de su obra y la más reconocida en Francia. Ha sacado hace un año memoria de chica en la que se refiere a un suceso de cuando era adolescente. Ese hecho con 18 años le marcó a ella y a su literatura, a algunos títulos que escribía y a la forma de escribir. Trabajó de monitora en un campamento y allí se enamoró por primera vez, perdió la virginidad, tuvo relaciones con unos y otros. Se ganó la leyenda de ser una mujer fácil, una puta. Sentía no un trauma por esto, pero si mucha vergüenza. Le hacían vejaciones por eso a finales de los años 50. Francia era un país católico y machista y puritano. La castidad era sagrada. La revolución sexual y la libertad llegó en los 60 como reacción a ese puritanismo de los 50. A propósito de esta anécdota construye la historia de una mujer que es ella. Llama a sus novelas memorias socio biográficas. No fue un trauma la experiencia temprana, pero le dio vergüenza que es el terreno del que nace la literatura. Esa estigmatización no era solo de ella sino de todas las mujeres. Se dio cuenta leyendo el segundo sexo de que es un problema colectivo, político. El libro la hizo comprender que existían injusticias globales. La culpable no era ella ni cada mujer sino las mujeres en general. 
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La novela el lugar parte de la muerte de su padre. la ficción en un tema tan dramático era como una traición. No tenía el derecho a trasformar una experiencia tan real en una novela. Ella crea una tercera vía entre la realidad y la ficción. No son autobiográficas, pero es que tampoco son novelas. Le considera una forma de investigar sobre sí misma. Llama a sus libros socio biográficos pues tiene en cuenta el contexto histórico cultural y parten de uno mismo para reflejar ese contexto de fondo. Ella quiere describirse a sí misma en el paisaje. Eso es a lo que aspira. Retratar el paisaje histórico del momento que vivió. A partir de la novela el lugar, novela de la que más orgullosa esta, entiende la novela como una investigación de sí misma. Esa novela la hizo reconciliarse con la conciencia de clase. Era de una familia obrera. Ella y sus hermanos intentaron prosperar y enterrar sus orígenes humildes. Lo hizo de forma inconsciente, tomó conciencia de clase y pertenencia al proletariado, importante en su obra. Pertenece a la generación de escritores franceses que nació antes o durante la segunda guerra mundial 39 45. Tras las guerras surge esta generación a la que pertenecen Patrick Modiano o Pascal Quignard, Pierre Michon o Le Clézio. Esa generación lleva consigo una historia interior sobre lo que fue la guerra. Se ha dado en el momento una voluntad de olvidar, de barrer todo dentro de la alfombra. Modiano en su trilogía cuenta que cuando acaba la guerra todos decían que habían estado en la resistencia cundo hubo un colaboracionismo brutal con los nazis. Todos se creen héroes. Colaboraron en la ocupación nazi mucha gente. Ante el chauvinismo francés, la autora habla del abismo entre las grandes declaraciones de generosidad fraternidad libertad y derechos humanos y la realidad- ¿Dónde está ese liberalismo y humanidad en las manifestaciones contra el matrimonio gays o en los partidos de ultraderecha como Le Pen? La escritora denuncia estas cosas


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Tiene treinta años, es profesora, casada con un ejecutivo, madre de dos niños. Vive en una casa confortable. Sin embargo, es una mujer helada. Igual que miles de mujeres ha sentido cómo su curiosidad, su impulso vital se iban anquilosando a fuerza de un trabajo que compaginar con compras que hacer, cenas que cocinar, baños de niños que preparar... Todo eso que se entiende por la condición normal de mujer.  Annie Ernaux cuenta brillantemente esta alteración de lo cotidiano, este empobrecimiento de las sensaciones, esta dilución de la identidad; esclavitud a la que las mujeres son empujadas como a un desafío.
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Hay mujeres frágiles, vaporosas que siguen el orden y la belleza y tienen la voz suave y son sumisas, que friegan hasta dejarlo como una patena, que buscan al niño en el cole, organizadas hasta la muerte. Pero en mi infancia había otro tipo de mujeres, mujeres de cuerpo descuidado, caras sin pintar o maquilladas como putas. No saben cocinar ni limpiar el polvo a diario, trabajan en el campo, en fábricas y toman chorritos de café con whisky. Mujeres negras, rudas por dentro. No son viejas empalagosas que leen a los niños, abuelitas que les leen cuentos de hadas. No les gusta que se sienten en su regazo y solo dan un beso de saludo y de despedida. ¿has menguado? ¿aprendes algo en la escuela? Los vecinos se ríen. Vamos en bici y pasamos los charcos, hay chubascos en el cielo. La tía nunca está en casa y preguntamos a la vecina. A veces ayuda con las manos en el parto de una vaca. Hace cena huevos. Estas como un roble. Si se le echa ganas siempre hay tarea. Tengo miedo a estar sola pero qué coño me van a hacer a mí a mis años. Recoge los platos rotos y las latas de conserva oxidadas con bichos. Rebuscaba en el medio. La abuela tiene 80 años y esta mujer envuelta en faja no necesita de nuestra compasión. Es un poco sucia. Lleva pelusas en el vestido. Da vueltas a una cuchara y pela una pera. Lo que no mata engorda. La abuela remienda, coge comida. Lava a mano los conejos. ¿no podrías descansar con la edad que tienes? Ella vendía sidra y manzana a los soldados en la guerra. Echa un chorrito de aguardiente en la taza vacía.  Habla de la historia de sus vecinos, del caserío, del vecino que no quiere hacer obra. Vive en una casa pequeña sin terreno. sorbe con fruición el vaso. No le gusta remendar calcetines. A veces mea de pie en la huerta cuando cree que esta sola. La bisabuela le dijo que no estudiara, pero fue la más brillante en el bachiller. Podría haber sido doctora. Su vida no fue color de rosa. Tenía 5 chavales a su cargo, sus hermanos, y los cuidó ella sola. Y ella trajo otros 6 hijos al mundo. Y sin ayuda social. Son las cosas de los pobres. No le falta inteligencia. Pero tuvo que cuidar a los niños con el moco colgando, llevar los coches de bebe, llegar a fin de mes. No la tiremos la primera piedra. Lo normal era tener 6 hijos en la época. Ahora estamos rodeados de hijos únicos. Esta generación de padres ha decidido no tener descendencia. La abuela vivía en el barrio. La matriz nace en la tripa. Tiene los ojos fijos. Abre la ventana. hace la cena. Dice que siempre ha sido una desgraciada. Me voy a meter la cabeza en la cisterna. El tío le dice; no tienes donde caerte muerta. Se va al baño- con aire apagado. Se deja dar ostias por el marido. Lleva la bolsa de limpiar pegada al cuerpo. La abuela no pone ojos de cordero degollado al dirigirse a los niños. Es una mujer llena de tacos. En las comidas familiares enseña sus brazos. No hace cosas como coser. Son mujeres de exterior, casadas y con muchos hijos, que trabajaban en la tierra.
 La novela, aunque está llena de frases muy largas, se lee bien, aunque es difícil
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