sábado, 20 de mayo de 2017

ENTREVISTA A EDURNE; DUEÑA DEL BAR LA RIOJANA



EDURNE
Cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo, dice Edurne cuando entramos en su bar LA Riojana Rock en Barakaldo. Su vida es el rock roll y los libros. Es la dueña y camarera del Riojana rock que puede visitarse en Facebook. Allí la gente pone fotos, pero no lee nada. Le gustaba hacer redacciones, pero escribía de pena en el colegio. Ahora la da vergüenza leerlo. Se ha publicado dos autoediciones con cien ejemplares para los amigos. Vende en los bares sus poemarios. Están hechos en los bares donde trabaja los poemas. Tiene un cuadernito de papel pequeño. Salen rockeros, por supuesto. La camarera está muerta de su trabajo. Los bares son su lugar de paso. En la pared vemos fotos de Janis joplin, Jim Morrison, Jimi Hendrix, los Rollings o Amy Winehouse. Demonios a veces ángeles y se alquila son los dos poemarios de Edurne. Escribe en servilletas de bar. Cerró el Alaska y pusieron una tienda de deporte. Ella compró la antigua riojana de la que solo queda un cuadro de Janes Joplin y el vecino la amenaza con llamar a la municipal porque no tiene licencia. Su tema favorito es el rock an roll y las emociones que le hace sentir. Funde chocolate en moldes en forma de guitarras. Hace una guitarra enorme de chocolate. Un hombre le trae chocolate blanco y ella le echa colorante y lo funde. Ha escrito poemas para la ocasión.  Vive en san Vicente, república independiente y tiene una parcela en el cementerio a la que no piensa ir. 
 Resultado de imagen de la riojana barakaldo
Su padre era taxista. La madre murió hace un año y este es su primer día de la madre sin madre. Vive de noche. Barakaldo ha caído. Lo dice la gente de fuera. Quizá por la crisis o porque no se puede fumar. Si sales a fumar te riñe el vecino. Ha caído también el casco viejo. Los antiguos rockeros tienen ahora 4 hijos. En los conciertos no se ve gente joven. El más joven tenía 30 y tantos. No saben que es rock roll las generaciones de ahora. Aquí solo suena eso. A los chavales les gusta pachanga y reketon, a pesar de que tienen muchas letras contra la mujer. Hay que pelear y buscar su sitio contra el machismo asqueroso. Iba a saltar de la barra a partirle a uno la cara; ya no vas a jugar más al futbolín, le dijo. No estaba miguel su novio para protegerla.
En el bar intentó hacer una novela. Se alquila es una novelita corta y cuentos, sobre casas de alquiler. Lo escribió en el bar carpe diem. El libro es pequeño, solo venia eso. Hacen obras frente a su fachada. Estudio en Alkartu en Gorostiza, en la ciudad deportiva. Entró hace poco en un grupo de Facebook de videos de alumnos. ¿Qué será de ellos? Los nietos llevan al abuelo a conciertos de Queen y les gusta. En su bar estaban los niños bailando Queen, les iba a contratar para que viniesen otros días. Los niños se suben a la alfombra. Se notan los años currando en los bares. “El rock and roll me va a llevar a la muerte”. La dueña del Riojana rock solo bebe cava y champan, tiene glamour. No ponemos a escribir y bailar. Los ha escrito a las 4 mañana cuando llega a casa. Es cuando más escribe. Abre a las 5 de la tarde. Por la mañana no.
En la rivera. Aire salubre abre pelo, costillas reumas, oxidadas. Hombres rudos navegan por las aguas, dioses en montañas, ir venir traineras, desde la nueva atalaya observo historias que quizá un día fueron ciertas
Quimera. Subir bajar cuesta, escalones, vuelta a la nada, buscar lo no perdido, tropezar misma piedra, escribir sin palabras, leer páginas en blanco
Pensáis que pudisteis transformarse en vosotros cuando lo que odie, no esta en venta mi alma
Trasnochados. Hundió la noche helada. Brillar coches y farolas. Nos pertenecen las calles. Nos besamos sin que nos miren. Nos dormidos con la música y los sonidos nos acunan. No había estrellas, pero si lluvia. Llegamos al portal. Nos susurramos poemas en la noche y nos abandonamos a los sueños
Rock roll. Vibrante, escucho me siento atrapado cuerpo sudor brillo. Alzo manos corazón. infierno parece más cercano, libero energía espíritus danzantes, desparezca lo que no me gusta. Manos eléctricas en respiro, hace eco llegar a ti, rock seduce la noche
Quiere tener ayudante, peor se teme que va a tener que cerrar después de fiestas. A diario nadie sale. Cuando vino no había ni un taburete. Es un bar en el que no hay peleas. Su influencia es Bukomsky. Escribe cuando va algo tomada realismo socio, lo único que puede hacerse en Barakaldo
Si bukomsky hubiera sido mujer seria Edurne, porque escribe realismo sucio cuando va algo tocada a las 4 de la mañana. Escribe con el rock vibrante de fondo o quizás nos esté preparando una guitarra de chocolate. Ahí está, detrás de la barra, con su peinado a lo Maitena. Detrás de su dura apariencia hay una mujer que se emociona haciendo los deberes para el taller literario de josu
Tras la trinchera del rock, no pasaran. Pincho poeta de la esperanza. Niña de cabello blanco, riendo con gesto ajeno de nadie. Es la belleza de los iconos muertos, dame la paz amen.  Extender las alas, y volar con los Rolling Stone y los guitarrazos. Palabras chirriantes, estridentes como tijeras llenan la boca y el estómago con los versos latiendo, radar oscuro de noche de bares llenos de palabras. Tras la barra los años pasan, las noches arden. Admira a Bob Dylan, su sonrisa dura brillante. Piedra del camino, la diva se rompe las uñas y en nueva Orleans tocan guitarras. Lleva una chupa con destellos metálicos y desparpajo. En los 90 miraban recelosos asomamos al bar, la guitarra mal sonante. Los últimos son los mejores, algo de ellos queda pegado, en una sonrisa vibrante. Delgadas y vibrantes frases cortas. Levantar los ojos al finalizar los poemas, en los bares toda la vida trabajando, chocolate fundido primorosamente.

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