La democracia en América
Tocqueville
mantiene una postura ambivalente sobre la democracia. Él era aristócrata, pero denota
que la historia, sobre todo desde la Revolución, se encamina hacia ese sistema
de gobierno que tiene sus virtudes y sus peligros. Ya lo decía Chautebriand;
“la humanidad avanza inexorablemente a un futuro llamado democracia”. La mayor
virtud es que es el gobierno de la mayoría, parece que la Voluntad General de
Rousseau está representada en una democracia más o menos directa. Pero
Tocqueville ve los riesgos de que se convierta en una “tiranía de la mayoría”,
o una sociedad de masas tecnificada (tecno céntrica) y dictatorial como la del
“Gran hermano”. Siempre ha habido una tensión dialéctica entre libertad e
igualdad. Rousseau intentó conciliar ambas. pero el sentido común dice que a
veces son contradictorias la una con la otra. Toda libertad entraña desigualdad
pues realmente los hombres no somos iguales, aunque lo seamos en los derechos
abstractos. habrá quien se enriquezca y quien se empobrezca haciendo uso de las
mismas semillas, pero distintos talentos (como en la parábola del sembrador) Se
pasa del sufragio censitario al universal, ampliando el derecho al voto. El ser
humano prefiere ser igual a otro más que ser libre. El concepto que mejor casa
con «democracia» no es el de libertad, sino el de igualdad. La gente prefiere
ser igual, pero él personalmente prefiere ser libre.
La masa solo
quiere procurarse placeres inmediatos y por eso no funciona la democracia. El
hombre no piensa en el bien común porque la humanidad para él es su familia y
sus amigos. Se hallan los demás a su lado, pero no les siente. Lo que le
interesa es lo propio, su entorno cercano. Critica el individualismo excesivo.
Las sociedades medievales eran más comunales, holísticas. Ahora prevalece el
interés privado sobre el público. Es liberal, pero critica lo individual.
“Papa estado”
o un sistema patriarcal tutela y protege a sus súbditos, “asegura sus goces y
vela su suerte. Ese poder es absoluto, detallista, regular, previsor y suave”.
Ese poder es como un padre. Ese padre debería preparar a sus hijos para la edad
adulta y ser un aprendizaje de madurez, pero el pueblo se comporta como un
adolescente caprichoso, inmaduro y consentido. Está muy lejos de la mayoría de
edad responsable y autocritica a la que invitaba Kant con su sapere aude. Al
final el estado es un “ogro falsamente filántropo”. El poder amasa al ciudadano
como quiere. Le somete a “reglas complicadas, minuciosas y uniformes”. Obliga a
actuar a la masa acorde a sus intereses. Y así se explica el régimen despótico. (Hitler
fue elegido democráticamente en unas elecciones) La democracia dificulta que el
hombre se destaque sobre los demás y nivela a todos en un común
denominador. En cierta forma no apoya al
genio, al estudioso o al virtuoso sino al mediocre. Dirige y ablanda las
voluntades, no con una represión directa pero sí impidiendo libertades. Impide
hacer y desarrollarse al sujeto. Molesta, atonta a las masas que al final balan
como un rebaño gregario. Es más necesario mantener las libertades pequeñas,
concretas, que las grandes, pero ambas son necesarias. Tocqueville idealiza la
democracia americana, pero también se desengaña de ella, pues como decía
Borges; la democracia es el abuso de la estadística.
Este texto
pertenece a la democracia en América (primer tomo en 1835 y segundo en 1840),
fruto del viaje que Alexis de Tocqueville (1805-1859) hizo a EEUU en 1831 para
estudiar los sistemas penitenciarios y aplicarlos a Francia. Queda epatado por
la cultura yanqui que él considera mejor que la europea, aunque sea de reciente
creación. En este “best seller” del ensayo político reflexiona sobre las
tendencias políticas a las que avanza la sociedad moderna. Fue testigo del
hundimiento del Antiguo Régimen y su sustitución por un mundo nuevo (más
igualitario) tras la revolución francesa. Fue juez en Versalles y parlamentario
en Normandia y ministro de exteriores con Napoleón II. Estudia la historia de
Francia (revolución 1789-1799, Napoleón 1799-1815, restauración borbónica
1815-1830, Revolución del 30 y la monarquía burguesa de Luis Felipe, la revolución
del 48 y el imperio de Napoleón III 1851-1871)
En ese
estudio sociológico plantea la sociedad como una lucha de clases, adelantándose
a Marx. No deniega de su condición aristocrática, pero es testigo de la
sustitución paulatina de los estamentos por las clases sociales. La historia avanza gradualmente hacía la democracia
debido a que los pueblos tienen una inclinación natural por buscar la igualdad
y nivelar los valles y cimas de la “montaña” social.
Lo bueno de
la democracia es que garantiza la igualdad de condiciones y oportunidades, y
esto es “un hecho providencial, universal, duradero e inexorable”. Parece que todas
las fuerzas sociales se han conjurado para ese desarrollo de lo igualitario. El
hombre directa o indirectamente ha creado esta democracia. La democracia avanza
inexorablemente, nadie puede evitar que así ocurra. Y lo hará de forma
universal, en todo el planeta. Se desarrolla a largo plazo desde la edad media,
pero evolucionaba paulatinamente y ahora a pasos agigantados. Tocqueville predijo
que dos grandes potencias, la Rusia y americana dominarían el mundo. (las
profecías de Marx se han cumplido a la inversa) EEUU empieza a ser una gran
potencia tras la guerra de Cuba, ¿quién podría haber previsto que un país como
Rusia se convertiría en la segunda potencia mundial?
La democracia
le parece el hilo conductor de toda la historia occidental, al menos en los
últimos 700 años (revolución inglesa, americana y francesaS). Sicológicamente el
hombre prefiere ser igual a ser libre. "prefieren
ser iguales bajo un poder despótico que desiguales en régimen de libertad"
Su concepto de democracia, palabra que se repite mucho en su obra, es ambiguo y
polisémico. No la define en su obra y puede convivir con otras formas de
gobierno. Es una forma de organizar la sociedad en estado. Funciona gracias a
las virtudes de sus súbditos, lo que pueden aportar para mejorar la economía
común, pero el hombre tiene el defecto del egoísmo y la envidia al otro. Analiza
la sociedad desde un punto de vista empírico, pero también abstracto. Como
historiador analiza el pasado, hace crónica política del presente y prevé situaciones
del futuro. Tiene una visión más social que la de Marx que es más económica.
Hemos pasado
de una sociedad aristocrática basada en los estamentos a una democrática de
clases sociales. El noble lo era por nacimiento, sus privilegios se establecían
por lazos jerárquicos y sanguíneos. Aquella cultura era más elevada, noble,
virtuosa. Y la de la masa era vulgar, poco estética. Apolínea virtud y
dionisiaco defecto. La sociedad tiende al igualitarismo y la nivelación y “las
clases se confunden, no quedan claras las jerarquías, se comparte el poder, las
inteligencias se igualan”. El hombre tiene iguales oportunidades para
desarrollar sus condiciones. Un hijo de obreros puede llegar a hacerse rico o
poderoso. Este primer capitalismo es
meritocrático, depende del esfuerzo personal de cada uno. SE es noble por tener
“moral de señores”, no por nacimiento. El poder no se garantiza por la fuerza
sino por el consentimiento y la persuasión, mediante la opinión pública. Pero también la opinión pública se manipula.
La democracia
es un sistema más mediocre que la aristocracia, pero más justo: hay menos
genios y obras de arte sublimes, pero todos los ciudadanos tienen el derecho de
la educación y la cultura se divulga. Esa democratización de la cultura entraña
una vulgarización de la misma, el arte se hace menos excelso y más a pie de
calle. De esto se quejaba Ortega y Gasset en la rebelión de las masas, la
perdida de aristocracia, no entendida económicamente sino culturalmente. Ser
noble lo heredabas por nacimiento, pero ahora ser noble se entiende a lo
“renacentista” y entraña comportarse como un correcto “gentleman”, virtuoso y
casi heroico. Y no como un snob o un nuevo rico. La democracia mantiene una
cultura de masas que es pacífica y generalizada. La democracia es una de las
bases del bienestar social actual, junto al prospero capitalismo que garantiza sueldo
y renta y prosperidad y riqueza económica. A Tocqueville no le gusta la
mediocridad y uniformidad de la masa
Pero
comprende que las instituciones democráticas son más justas y se impondrán con
el tiempo. La democracia tiene sus defectos. Para empezar, es una «tiranía de
la mayoría». El sistema liberal tiene sus limitaciones y riesgos.
Para los
aristócratas medievales, ser libre era disfrutar de privilegios y fueros
especiales. Era una libertad determinista, no elegías ser libre, sino que te
tocaba. Habías nacido en el estamento, o territorio indicado y correcto. Sin
embargo, en la lucha de clases el obrero revindica su derecho a ser libre,
independiente de los demás. La libertad se la gana con su trabajo, tiene que luchar
por un derecho, aunque en teoría haya nacido con él. Es un derecho natural que
se consigue históricamente. Ser libre es
decidir el propio destino con su voluntad y sin determinismo. Es una libertad
de elección, y a la vez una condena a serlo y a poder equivocarse. Es una
libertad privada e íntima pero que también busca el bien común, el ciudadano
participa en la vida política social.
El pensador diferencia
entre la democracia en EE. UU. y en Europa. EE UU es el ejemplo de la
democracia; concilian el sentido igualitario con el respeto a la libertad y diversidad
de opiniones. No ha habido revolución alguna sino una guerra de Independencia.
No han cambiado los hábitos de gobierno pues el igualitarismo ha existido
siempre. Francia es el ejemplo de un edifico que cae, el antiguo régimen, para
erigir uno nuevo, pero se ha hecho vertiginosamente. EE UU está organizado de
forma federalista combinando las ventajas de la nación grande –fuerza, unidad–
y la pequeña –participación en la política local–; y su política se basa en
costumbres igualitarias y en la influencia positiva de la religión. A
Tockeville le parece bien la monarquía. Y también le agrada el deísmo de EEUU,
en sus discursos se menta mucho a Dios. En Francia el poder no se reparte comunalmente
y está centralizado en un gobierno fuerte. Hay contraste entre los palacios y
las chabolas de los pobres, y eso no pasa en EEUU donde triunfa la clase media.
Ingredientes
de este invento de democracia son los líderes y el asociacionismo libre. Hay que
evitar la tiranía, pero no destruir el orden establecido. Que queramos ser
iguales no debe hacernos olvidar que somos libres. Por eso prefiere la
descentralización del poder político y una especie de separación de poderes
autorregulándose. Democracia sí, pero organizada, dirigida, controlada y
poniendo límites. Para evitar la tiranía, simplemente. Por eso defiende las instituciones locales,
provinciales, municipales, administrativas…como la división de los Estados
Unidos en estados. Le parece bien que la
democracia americana se haga por elección indirecta y doble proceso electoral
porque tiene miedo al dictamen de la masa. (Si fuera por elección directa hoy
sería Clinton presidenta.) Tiene un ejecutivo fuerte y un poder judicial
independiente (para contrarrestar el excesivo peso del legislativo) La
democracia es una asociación plural vertebrada por "eslabones
intermedios", donde los ciudadanos egregios, ilustrados y opulentos
ejercen su influencia. Esto ya lo había dicho Montesquieu; es necesaria la aristocracia
como intermedios para moderar entre el poder y los súbditos. La libertad la
garantizan las leyes, pero la frena la costumbre religiosa y moral. Las
minorías cultas son las herederas de la cultura aristocrática y no pueden
detener ese río desbordado de la sociedad de masas. La esperanza está en que
logren moderar la democracia con la razón y así eviten el peligro de acabar en
un despotismo de la mayoría. Esto Constant ya lo advertía; es necesario limitar
la soberanía popular para que no sea tiranía. Se ha abolido el feudalismo y
absolutismo medieval, pero se pretende la igualdad y una especie de “democracia
económica”, como e se dio con Marx y los socialistas.
Tocqueville
busca una palabra para definir esa tiranía que teme y no encuentra la palabra.
Quizá la palabra sea totalitarismo, palabra inventada por Mussolini, pero a
veces la tiranía es subliminal, se camufla bajo el nombre de democracia,
sutilmente. El Gran Hermano televisivo es el pan et circum y opio del pueblo,
le entretiene para que abandone la disidencia política, encerrándole en una
“jaula de falso oro”.
Esto se ve
por ejemplo en la teoría de la espiral de silencio, ese miedo por decir algo
diferente que no entronque con el pensamiento único o homogéneo de lo
políticamente correcto. Y nuestra globalización ejerce esa censura encubierta
denotada en nuestras conversaciones más cotidianas. Tocqueville fue testigo de la creación de la
democracia moderna a pesar de que en la época el termino era tan despectivo
como el de “anarquismo”. Él ya sabía, por Constant, que era imposible aplicar
el concepto de democracia antigua a nuestros tiempos modernos, pero reflejó un
el modelo de democracia que se estaba imponiendo. El socialismo apostó por
políticas más igualitarias y el capitalismo por un liberalismo político y
económico, mezclándose ambas en la economía mixta keynesiana de nuestros
estados modernos.
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