El escritor saca los fantasmas de dentro. El tema del que escribimos
nos viene hecho, No somos libres Tenemos una necesidad de buscar en nuestro
interior y fondo y una necesidad de expresarlo y de comunicación. Somos libres
para elegir como escribir, no el qué. En la creación de una novela, la ficción
vive por si misma. No se independiza del autor del todo. Lo que distingue la
mediocridad del genio es su manejo de lo interior exterior. Hay que tener mucho
talento, pero el escritor ha de ser un rebelde que quiera remplazar el mundo
real que no le gusta por uno construido por él. Por eso el escritor es un disidente
rebelde, apartado de lo social. El escritor es muy exhaustivo con la realidad y
polígrafo; escribe en muchos géneros (novela poesía ensayo) escribe según sus recursos
de imaginación y recuerdo, como si fuera una máquina de la verdad. Lo
importante es la autenticidad. Ser autentico, la novela es una mentira que se
hace pasar por real, un artificio de mago, y un ilusionismo. Debe ser buen
predigistiador, con las técnicas del mago. El poeta finge el dolor que en
verdad siente. Es una impostura toda invención o creación. Es el arte de contar
mentiras para trasmitir una verdad. Servirse del Mitos para explicar el logos. Hay
un embauque de espejismos, y que el lector no vea el truco. Surgen nuestros demonios
internos, lo que le sale del cuerpo, sin elegirlo, Parte de una necesidad
interior. Fríamente se escoge temas de manera racional y si no resulta
auténtico será mal novelista. La lista de best selles de los escaparates de los
centros comerciales están llenos de malas novelas. Ahora se escribe mejor, hay más
convención y energía Se imponen temas porque los creen más originales. Un tema
no es malo o bueno, depende de la escritura narrativa Racionalmente uno no elige
escribir novelas para ganar dinero. El mundo trivial, y superficial del mercado
tiene sus reglas extraliterarias que escapan del dominio de la literatura. Uno
escribe sobre lo que le obsesiona, ¿sobre qué escribimos? Siempre hay una disidencia
con la realidad. La idea parte de algo original que se vuelve ficción. Debemos
conseguir autenticidad para que la novela al leerla muestra nuestra
experiencia. Los temas pueden ser el desamor o la pérdida de un familiar. Son temas
siempre en disonancia con la realidad. Cada uno vivimos como podemos y
escribimos como nos dejan. Una novela parte de una preocupación vital
existencial. Una vez elegido el tema investigamos en soledad, nos documentamos.
El escritor es un animal que se alimenta de si mismo. La verdad del autor nunca
va acompañada de una falta de sentimiento pero hemos de mirar nuestro texto con
objetividad, dejarlo reposar, cambiarlo, corregirlo, porque escribimos con
palabras y no con ideas o emociones. Cuando se escribe en caliente se escribe
peor. Hemos de dejar madurar los sentimientos para que no salgan en forma de
verborrea. No hay prisa para publicar. Toda novela tiene mucho que ver con su
escritor, pero los personajes no son él, son otra cosa. Delibes crea una
ficción constructiva, en el hereje mete cosas vivencias personales, pero
escribe desde la fantasía. La Literatura fantástica parte de lo real. Ajusta
cuentas con nosotros mismos. El cómo escribimos, la forma, tiene truco y se
puede aprender. Sobre que escribimos, sobre eso no hay escuelas. Siempre se
mezcla fantasía y realidad. Parta de inquietudes profundas que tienen que ver
con nosotros, aunque a simple vista parezca que no tienen que ver. Escribir
nunca se deja a la improvisación, es algo premeditado. Se puede aprender la estrategia,
la técnica y la disciplina. Manipulas lo que sientes pero siempre parte de algo
que te pertenece de ti mismo Además de los trucos, la literatura tiene que ver
contigo y con tu esencia Si te pones a escribir en caliente escribes peor, deja
pasar el tiempo, y reproducirás las palabras con frialdad, distanciándote. Así
se llega al lector, algo vivido lo pones en papel. Para no traicionar el libro,
el escritor emborrona cuadernos. Uno apunta cosas en caliente pero después las
trasforma y si la literatura logra ser invisible, y no se ve la trampa
literatura, está bien escrita. Escribir como si lo estuvieras viviendo es
imposible. No da ni una vida entera intentando reproducir y cazar y aprehender
el momento.
Al mes te parecerá una mierda. Pero hay que seguir corrigiendo,
retocando. Y hay que leer mucho. Un escritor bueno capta en fresco lo que
quiere decir otro, y así tiene más experiencia. El truco para escribir ficción es
dejar reposar la realidad biográfica que aún está en caliente. El hecho de
escribir es enfriar el sentimiento, al fin y al cabo, estas haciendo de algo
vivo algo muerto, como un forense que analizara las partes del cuerpo humano
que es la novela. La corriente conceptista en el barroco buscaba el concepto,
el contenido y los culteranistas la forma. Entendemos la poesía como un conocimiento
de la realidad. Para comunicar el fondo y que lo entendamos, la forma debe ser
invisible pues solo es un instrumento del fondo. La poesía es decir algo
concreto, algo que todos han dicho ya, pero usando palabras y formas que nadie
ha expresado. Busca en lo que tiene dentro la verdad de las palabras, decía
Casanova. Con el paso del tiempo no se entienden los poemas de Panero, por
ejemplo. Porque para que un poema sea eterno debemos dirigirnos a lo que es
común en los humanos, a lo universal y propiamente humano. No hace falta
entenderlo todo, para que te llegue. A veces la poesía busca el concepto, la
idea, pero otras veces solo mostrar la belleza o que el lector se emocione.
Busca una comprensión más emocional que intelectual. No desechemos los
cultismos, las citas a personajes famosos y referencias. hay poemas que buscan
ser entendidos, y otros por el que la comunicación basta con un me gusta.
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