Hildegard de bingen
“Mujer, cuan diosa eres”,
escribió. Una mujer dentro de la iglesia en el siglo XII hace esa afirmación a
favor de las mujeres. Esta monja fue también una adelantada a su tiempo. Nace
en un pueblo proveniente de una familia noble. Es la última de 10 hermanos y va
con 8 años a un convento. Allí aprende lo propio que se estudiaba. Con 15 años
toma los hábitos y continua sus estudios. No se sabe nada de ella en esa
temporada. A los 40 años muere la abadesa y ella es nombrada en su lugar, con
beneplácito de sus hermanas que la quiere mucho. Es una mujer impresionante.
Fue filosofa, medico, escritora, compositora. No era tan raro que hubiera
mujeres médicos en el siglo XII. Era una amante de la naturaleza, esta mujer
curaba por medio de plantas. No tenían secreto pata ella. Eran muy importantes
para la salud del cuerpo y para la salud del alma. La melancolía tristeza son
enfermedades del alma. Con la sanación del cuerpo llegará la del alma.
Minerales, animales, piedras tenían su valor. Fue también compositora de música.
Nos han llegado 77 composiciones maravillosas. Habla en una de ellas sobre un
ciclo, la composición sobre la tierra y el cielo. Escribe y conoce las plantas
y el cuerpo humano y la anatomía. Es gran conocedora de la sexualidad femenina,
a pesar de ser monja, a pesar de la época. Cuando llega a la abadía esta era
mista. En una de esas visiones dice que tiene que fundar un convento. Eso no
gusta nada al abad. Las monjas aportaban su gran dinero. Ellas tenían los
preparados para curar a la gente. Todo eso daba dinero. E irse a otro convento
significaba perder esa fuente de ingresos. La popularidad de esta mujer fue
creciendo en todos los sitios por su maestría, buen hacer y sabiduría. Las
monjas hacían las labores. No querían que se marchara. Tenían el convento
resplandeciente. Es tenaz en lo que quiere conseguir. Hasta que no consigue
fundar su propio convento no ceja en su empeño. Va con sus monjas, hijas del
alma, al nuevo convento. En esto recuerda un poco a Santa Teresa de Ávila. En
el convento están las monjas y son más libres como mujeres. A los 70 años sale
a predicar por las calles, algo que no era normal en la época y menos en una
mujer. va por los caminos, por el rin, de hecho la llaman la sibilina del rin.
Predica en catedrales, iglesias. Reta a los fieles para que hagan valer sus
derechos. Critica al clero por su apropiación de riquezas materiales y
temporales. Revindica la dignidad del cristianismo y su renovación. No se calla
nada. Es brillante. Fue consejera de papas, reyes y reinas. El rey germano Barbarroja
le pide consejo y explicación. También fue buena consejera de Leonor de
Aquitania o de Irene, la reina germana. Nos han llegado sus códices, sus diferentes
títulos de plantas y anatomías. Un hombre fue excomulgado injustamente. Se muere
y ella consiente que se le entierre en el convento. La gente no está de
acuerdo. La envidian por lo que vale y dice. Tiene que quitar cuerpo de allí.
Se niega y es excomulgada. Sus hermanas, las hijas del alma, no están de
acuerdo con la excomunión. Luchan para deshacer ese entuerto. Fue una mujer con
influencias, con mucho tesón y constancia, consigue todo lo que se propone. Muere
un 17 de septiembre de 1179. Es reconocida entre las grandes mujeres porque fue
valiente tenaz y vital. No se achicó ante nadie, ni ante la iglesia que
criticaba por su mal hacer. se puso metas altas y las cumplió poco a poco. Esta
mujer tiene un nombre difícil de escribir pero nos ha dejado una música vivida
y maravillosa. Era una mujer fuera de su tiempo. que tenía visiones. Hay una
película sobre su vida, y sus profecías
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