Felisa Urraca ha pasado de la
poesía a la narrativa. Tras tres poemarios (Vuelos, gritos y fragmentos y ecos
del recuerdo) se atreve con la novela. Ha escrito esta novela corta que mueve
al lector al sosiego y la esperanza. Todas las personas se basan en personajes
reales de sus recuerdos de infancia. Felisa recuerda que estudió la carrera de ciencias
humanas. En sus compañeros de carrera primaba la solidaridad. Felisa Urraca,
además de novelista, es pintora escultora y autora de cuentos infantiles. La novela
no tiene la moraleja de contentarse con lo que uno tiene sino de buscar el misterio
que tiene la vida, para ser felices, para queremos mas cada vez. En los documentales
de los paisajes africanos vemos como se mueren de hambre, pero ya ni
reaccionamos. Ella recuerda su vida en su pueblo con 4 vacas y ovejas. Su
abuelo la pide antes de morir que siempre tenga un espíritu fuerte y valiente
como la lluvia de espigas. Las espigas se doblan, pero siempre emergen mirando
sol. Se alimentan de sol.
Felisa Urraca.Nace en Bilbao 1954. Miembro de la Asociación
Artística Vizcaína. Estudió arte y decoración en 1975. Se formó en artes
plásticas en el museo de reproducciones de Bilbao y en el estudio Unzalu. En los talleres de 'Udal Kultur Etxea ' de la
Diputación Foral de Vizcaya adquiere su formación como escultora. Participó con U.P.V. 2000 en el curso de 'La
escultura en el siglo XX ' dentro de los encuentros de Arte y Cultura y en el
2001 con U.P.V. curso de 'Escultura y Ciudad ' y ' Semiótica y Museo '.
Artista polifacética y creativa pertenece también a la
asociación de poetas vascos, habiendo editado en 1998 su primer libro titulado
' Gritos y Fragmentos ' en 2013 su segundo libro titulado ' Ecos del Recuerdo'
y su tercer libro titulado ' Vuelos ' en el 2015. Con más de 150 exposiciones
en su haber. Felisa pinta esculpe hace poesía escribe cuentos.
Felisa Urraca, encierra en su manera pausada pero
sentida de expresarse, un algo cristalino y dulce que hace brotar de la pluma,
de un pincel o barro inanimado trazos de vida. Entre la fuerza y la fragilidad
se mueve su arte y su espíritu, que sólo nos exige un esfuerzo: detenernos
frente a ella y dejarnos llevar por la poesía de sus imágenes. (Jon Ander
Acebedo - cultura )
Después de 3 poemarios presenta
su primera novela corta. La presenta primero en el aula de la experiencia y
después en el edificio de la bolsa donde se reúne cada martes la asociación
artística vizcaína. Allí y en el café Lago y Boulevard (ahora Merced) había ya
presentados sus libros de poemas.
La novela es autobiográfica, de
recuerdos del pasado. Sara vuelve a su pueblo al norte de la península ibérica
a las montañas. Retorna porque su abuelo José ha muerto. Su vida cambia
totalmente por los recuerdos y situaciones que se suceden día a día. El protagonista son sus abuelos profesores
republicanos que murieron defendiendo sus ideas. No es una novela larga. El
libro tiene episodios llenos de empatía como la enfermedad de un niño que en la
novela muere. Sara ha creado una escuela de artes plásticas, para inducir a los
niños al proceso de creatividad con dibujos y pinturas. No lo hace por un
interés personal sino por ayudar a que los más débiles tengan un futuro mejor.
Esta obra escrita con el corazón no es fácil de encontrar en nuestro panorama
literario. En la novela no hay violencia, está exenta de palabras malsonantes y
todos los personajes son solidarios e Incita a la reflexión solidaridad con el
prójimo y a hacer feliz al de al lado día a día. Destaca la descripción de las
abuelas de niño siempre trabajando para agasajarle. Y la descripción de esa profesora
creativa del bachiller artística.
En la novela habla de cuando
buscaba con su abuelo minero los diamantes de la tierra. “Cuando camines por la
vida no mires atrás, se cómo las espigas que se doblan, pero siempre siguen en
pie. Sé siempre lluvia de espiga” La novela nos induce a un proceso de vida,
divertirse, pensar. Invita a la reflexión. Critica el ambiente urbano que vive
Sara que revalora la naturaleza al volver al pueblo. Es un mundo donde se
necesita poco para ser feliz. Destaca la solidaridad de los personajes, el
esfuerzo del día a día por salir de la posguerra. Uno tras leerlo se siente
inmensamente feliz. Es un canto a la vida a pesar de los problemas del abuelo
republicano que pasó penurias en la guerra. Sus abuelas son retratadas de forma
idealizada. Coge todo lo humano que ha habido a su alrededor, lo exagera un
poco. Hace lo que quiere con las
palabras y marca sus propias normas. Es un cuento que trasmite al fin paz. No
hay ningún asesinato ni niño violado ni ningún bombardeo, nadie mata a nadie.
Los personajes son amables, solidarios entre ellos, incluso con los animales;
sansón el caballo y el perro. Muestra el amor del abuelo por los animales
furtivos. El abuelo entiende la caza como algo alimenticio, cuando hay una
necesidad. Hay un respeto por los animales. Es un libro lleno de sensibilidad
amistad, de un amor sencillo y verdadero como el que puede sentir una nieta por
su abuelo. Otros miembros del taller poético destacan su capacidad crítica con
el franquismo; el poder nos quiere tener aislados asustados. No interesa gente
crítica y por eso nos asustan para tenernos controlados. Los artistas no somos
demasiado comprendidos, reconoce Felisa. Agradece a todos los que le han
apoyado y a su madre. Recuerdo del abuelo minero su cara ennegrecida y sus
manos. Su casco en la cabeza me parecía la corona del rey de Inglaterra. Volver
al origen nos lleva a territorios cenagosos. Te fundirás en las entrañas de la
tierra, la mina. Resurgirás con fuerzas renovadas para mirar el futuro con
esperanza. Quizás aquí encuentres tu raíz y tu historia.
El abuelo
tenía una casa al norte península ibérica, “en realidad era la casa de mis
abuelos, pero para mí siempre fue mi casa. Retorne a ella porque mi abuelo
estaba muy grave. Después del éxodo comprendí que mis raíces no estaban lejos
sino ahí con mi familia, mis viejos amigos, y el entorno natural. Recordé el trasiego
de los ganaderos nómadas que se movían a merced de la climatología de montaña.
Las aves volando, mugiendo las vacas, el ruido de los cencerros, resultaba una música
ancestral que te poesía en el aire. Me gustaba pasear, el oxígeno, que
impregnaba mis pulmones y el canto del aire que barría los pensamientos negativos
que a veces me aturdían. Tenía la sensación de que me abstraía lo bucólico,
pero a la vez me entristecía por razones que desconozco.” Al recordar a su
gente, se encuentra con el amor que no esperaba y sus sombras. “En los brezos cogía
manzanilla. Fluían las nieves de la montaña, me sumergía como una musa
esperando el espejismo de la belleza más insólita que podía emerger de aquellas
montañas. Mis pasos no se aprendieron para nada mi ruta adiestrada durante los
años de mi niñez”
Olía a campo
y primavera nueva, a punto de nacer. De repente sonaron las campanas potentes
pero tristes. Anunciaban la muerte de mi abuelo. Sentí gran dolor. El abuelo
era la sabiduría del pueblo, estaba para todo dispuesto, él, que tanto nos
quiso. Llevo dos días de continuo rezo, recuerdo su imagen blanca pero llena de
paz. Fuimos al camposanto en lo alto, todos en profesión llevamos al abuelo por
el sendero caminando. El aire silbaba ruido de pájaros. No sé por qué, sentí su
abrazo. Fue un hombre de espíritu fuerte y valiente. Y me decía; no mires atrás
de la vida. Las espigas siempre emergen erguidas llenas de vida, mirando al
sol. Sirven para alimentar a miles de hombres. Me miraba con los ojos fijamente
y me decía “sé siempre espiga, lluvia de espigas”. Cuando murió nada parecía
igual. Mi timón estaba en la deriva. Me trasportaba a ese mundo donde el color
y la magia sentidos se mezclan hasta tomar un eje ancestral que te abstrae del
mundo que te rodea. Estaba enfadada con el mundo. Mi separación sentimental me
había dejado inmune a sentimientos y caricias. No sentía la necesidad de amar o
ser amada. Me fundí en pintar mis lienzos de colores y espacios. Me enfadaba si
alguien se entrometía. Hubo mucha furia, desalientos, esperanzas y temores. Me
ví convertida de repente en la protagonista de una historia que comenzaba de
nuevo como la lluvia de espiga, incógnitas esperanzas y quien sabe si también
amor y locura.
Los
diamantes de la tierra. Aquel día el abuelo y yo fuimos en bici a la mina, el viento
soplaba a favor. Divisamos los andamios que se fundían en la tierra. La tierra
absorbía a los hombres hasta sus entrañas. Recuerdo su cara tiznada y llena, su
casco con luz. Parecía la corona de oro del rey de Inglaterra. La sirena
anunciaba su presencia y yo corría. Ya viene el abuelo, me decía y le abrazaba
hasta sentir su sonrisa abierta que me embelesaba. “Le traigo a mi niña el diamante
más bruto de la tierra.” Lo partíamos en trozos, lo engarzábamos con seda.
Aquellos carboncillos maravillosos eran los diamantes de la tierra. Mi niña
esta bella, lleva una guirnalda de diamantes en cuello, cabeza y muñeca. La sirena
tocaba de forma diferente sin parar. Un día el abuelo no volvía. Solo me decían
“niña quédate ahí”. Preguntaba y nadie respondía. Pasaron las horas y el abuelo
no volvía. La gente lloraba, entraban y salían y yo asustada no comprendía
Mi abuela
dijo compungida, “hoy mi tesoro el abuelo se quedó cogiendo tus diamantes. Le
pesaban mucho y eso ha impedido que regrese a casa”. “Ya tengo muchos diamantes,
abuela. Lo que quiero es que vuelva”, dije yo. Pasaron 6 días y el abuelo no
regresaba. La abuela me decía, pronto el abuelo te traerá los diamantes de la tierra,
y nos pondrá otra corona y me dará la vida. El abuelo volvió con la cabeza
vendada. Los brazos los movía en péndulo cansados de girar. Mi abuelo gritó; “ay
mi niña, la tierra se enfadó y no me dejó traerle los diamantes a mi niña”.
Mostró los diamantes de forma cansada. Puso en mi mano un trozo de carbón. Me apretó
tan fuerte que temblaba. Sentí que nuestras almas se unían. Hacia buen tiempo.
las bicis reposaban en antigua mina. Ambos nos miramos. No necesitábamos
palabras, dejamos que el aire nos acariciase y paseamos por senderos recordando
los viejos tiempos en la mina. El chirriar de las bicis delató aquel paseo que
nos llevó a los dos a esos recuerdos con nostalgia. La voz de abuela luz sonó
por la ventana; “daos prisa, la comida esta sobre la mesa”
El libro gritos y fragmentos lo presenta en la AAV en la Bolsa en homenaje a
los enfermos de alzhéimer, en especial a la memoria de su padre que perdura en
su recuerdo; “fue un gran hombre, mi amigo, mi maestro, se fue, pero dejó su
estela iluminando mi camino. A veces en la nostalgia de mis noches miro al
norte y veo su brillo”. Son las últimas rosas de un otoño gris, impecable y
frio. La poeta recuerda a su padre, mientras huele los cálidos pétalos de una
rosa y exhala su aroma y habla de cantos de alondras heridas esperando el
desenlace. El ruiseñor duerme. Pues que descanse, quizá mañana sea su ultimo
día. El poemario está lleno de imágenes evocadoras de su tránsito por esta
azarosa vida. Este poemario lo presentó en el café boulevard el 1 diciembre del
98. Recuerdos a su padre en el monte Arraiz, en todos los episodios importantes
de su vida.
El 12 de mayo del 2015 publica el
poemario ecos del recuerdo en la bolsa. Ecos
del recuerdo son un réquiem de gloria recordando a su amado tío José. La
serenidad y belleza de su recuerdo nace de su alto amor familiar tejido con los
pretéritos de los días vividos de ese ser tan cercano que representó felicidad
en su vida. Habla de la rica perfección de nuestro mundo. Toca el tema de la
música, el color (es pintora de varios matices) y la madre del arte; la
naturaleza. “Fluyen mis pinceles, expulsan mi rabia y llanto, se elevan en
canto de color y armonía, con sentido o sin el pero buscando”. Habla de la
espiritualidad y momentos de oscuridad opaca. Al estilo de Juan Ramón Jiménez y
haikus japoneses. Es poesía necesaria como decía Celaya. Rencuentros de
emociones y momentos de dulzura y dolor. Es un canto a la naturaleza y el
dolor. Los múltiples ecos del recuerdo son hoy un homenaje a la vida. Recuerda
a su amiga Soledad Sierra que ya no está. Su querida tía Carmen ha venido de la
Rioja y la ha dedicado el poemario a ella y a su amatsu. En la sencillez esta
la belleza. El motor del poemario es su tío.
Después presentó el poemario VUELOS en la asociación en mayo del
2016. Hubo regalos sonrisas y emociones en la Bolsa. Estaba el presidente de la
asociación, José Ramón, y algunos miembros y socios como Loli ubio, Eduardo Zuhaitz,
Antonio, francisca. Se trata de 30
poemas.” Sé que eres tú cuando me llamas, peregrino perdido”, dice uno de sus
versos. Son versos llenos de sensualidad, pero con la elegancia que
caracteriza. Deja a los cuerpos a la merced de la ingravidez de la palabra. Lo
que consideramos todo nuestra imposible, volar, es en ella posible.
Es el amor en el amplio sentido
de la palabra, el que convoca el alma melancólica de los poetas. Todos sentimos,
aunque nos expresemos de distinta forma. Guardamos en la memoria el don de lo
que hemos vivido, amado. Hay poemas llenos de pompa, majestuosidad con técnica
y gran armonía. Y hay otros naturales que se escriben con lágrimas. Provocan emoción
y huyen de la retórica. Tenemos la mente cargada de sentimientos. Felisa quiere
que este lenguaje conecte con nosotros, aunque sea por un segundo, en esa fusión
entre alma, mente y belleza. Así lo dicen sus versos; Cuando el corazón habla,
tus orígenes te llaman. La libertad flota en el aire. El amor es sublime. Respiro
libertad Susúrrale al viento lo mucho que nos amas
Ha participado en el poemario
colectivo que ha sacado la asociación artística este año cumpliendo los 70 años
de asociación. Felisa siempre agradece mucho a sus amigos y compañeros y les
obsequia con flores. El año pasado regaló una escultura con una placa para
conmemorar el 70 aniversario.
También ha presentado varias exposiciones de pintura. Carnaval es
una colección de pinturas; bailes de máscaras, se flautistas, payasos y plumas
desfilan por sus cuadros. Damas vestidas de carnaval y la comparsa… la autora pone un acento dulce de gran expresividad en
todo lo que pinta o escribe. Sus cuadros son un velero de amplias telas que
surca los mares de la imaginación, la creatividad y los sentimientos con
matices. También ha presentado la exposición de cuadros simbiosis o la colección paisajes,
el valle de jertes. O áfrica negra. Expuso en sabin etxea en el 99, Trapagaran en 2000. Hizo la exposición benéfica para lograr
fondos para la esclerosis múltiple o la
retinosis pigmentaria o el Alzheimer
(enfermedad que sufrió su padre). Podemos ver cuadros como atardecer en la
sabana, nubla, toreros. Ha expuesto también en barrankua, el aula de exposiciones del ayuntamiento.
Celebró una exposición en Barrrankua
para lograr fondos para los afectados por la retinosis pigmentaria. Se trataba
de conseguir dinero para una causa justa. Había caras conocidas; Ex lehendakari
Ardanza, Marta López miss Vizcaya mis Euskadi. 4 copas cayeron al suelo. Hubo pinchitos.
Comentando los cuadros estaba Andrea uña. Los cuadros cuestan desde 50 mil pesetas a
200mil e.
Felisa muestra sus sentimientos como
artista. Mediante sombras y delicadas pinceladas retocadas con espátulas,
refleja su mundo interior, ideas y sensaciones. Emplea la espátula con el óleo
espeso. Califica su obra como expresionista, se basa en el color, en las impresiones
internas, las emociones. No trata solo de captar lo que ve sino lo que siente
en cada momento. Influye la situación emotiva que atraviesa cuando lo hace. Es una
pintura con bastante fuerza, trata de jugar con la luz el color, el movimiento,
la materia. Le gusta el contraste de luces. Expresa lo que en ese momento desea
o tiene ganas de expresar. Hace taurinos, cuadros en movimientos, o el carrusel
que expresa la niñez, la emoción, movimiento también. Son características que
trata de ir introduciendo en la obra. Pintar no es un oficio, es una búsqueda. Trata
de jugar con emociones y espacios de su vida incluso interior, captar la poesía
y la luz. Introduce fragmentos de poemas que a la gente le gusta, juega entre
lo plástico y la poesía. Ha movido mucho la obra.
La pintora trata de renovarse a
sí misma. Pinta sin delimitar temas muy concretos, tiende a la línea personalizada,
es inevitable en cada pintor. Ha ido más al paisaje sin abandonar la figura. El
paisaje no le desagrada. Se expresarme por medio de él, dando un toque
personal. No son paisajes comunes que la gente ve. Tiene una pincelada suave,
pero con fuerza, con rabia. Le sorprende esto al público. Tiende a la espontaneidad
violenta. Más que buscar el detalle, trata de expresarse buscando sugerencias. Los
trazos sin detallar dan paso a captar la sugerencia. Abunda la figura de la
mujer. se identifica más con ella, pues es mujer. La mujer tiene que caminar el
doble para conseguir los mismos derechos que un varón. El público sabe que le
gusta la poesía.
Se autoeditado sus poemas en una edición
no comercial sino para amigos y para acercarse al público. Ha escrito gritos y
fragmentos, una deuda que tenía con su padre que falleció hace dos años de Alzheimer.
Se lo prometió al padre y así misma. Son poemas con una trayectoria
retrospectiva, no son todos de ahora. Los ha compilado. Quiere que la gente
conozca su faceta literaria y expresarse a los demás desde dentro. Juega con la
plástica, la pintura como expresión del artista. En homenaje al secuestrado por ETA José Antonio Lara, le ha
dedicado una escultura llamada libertad.
La artista quiere entregarle en persona la escultura al funcionario. La escultura
se ve en varios lugares de Burgos. El funcionario estuvo 532 días secuestrado. Por
la forma y expresión que tenía la escultura simboliza la libertad. Quería atenuar
el sufrimiento que había tenido regalándole esa escultura. En el día internacional
de la cruz roja, Felisa Urraca ha querido colaborar con la organización. Una parte
de lo recaudado por los cuadros se lo llevan ellos. Su pintura es expresionista,
por el color que emplea. Refleja el mundo interior, la potencia y la materia y el
movimiento. Hay que receptar plasmar y expresar a la gente y a ti misma lo que
sientes en cada momento. La escultura es un rarte parecido a la pintura;
plasmar emociones en 3 dimensiones. La forma de trabajar es distinta a la
pintura, pero en cuanto a ideas es lo mismo.
Felisa Urraca sigue buscando la forma
etérea de mostrar su interior, ya sea con la escultura, la pintura, los poemas
o esta su primera novela. Una artista total y querida por la asociación artística
vizcaína. Felisa Urraca siempre agradece a todos y siempre tiene flores para
regalar.
Muy interesante el Blog, y este artículo en concreto. Se aprecia que ha estudiado a la artista y ha seguido su trayectoria.
ResponderEliminarGracias por hacer más visible a nuestra amiga Felisa Urraca.