Gloria fuertes estaba como una cabra. “Lo dicen, repiten, ya lo
creo, pero soy una cabra rara que lleva una medalla y 7 cuernos”. Nunca fue la
modista que madre hubiera deseado, ni siquiera lo intentó. “En vez de mala
leche yo soy todo llanto, la cabra que por lo más peligroso se pasea, me llevo
bien con alimañas todas, escribo en los tebeos”. A temprana edad empezó a
escribir y para ello se escondía en la portería donde trabajaba su padre. “Vivo
sola, cabra sola, que no quise cabrito en compañía”. Fue un espíritu libre, vivió
como mujer libre en un tiempo en que esto no era posible. “Cuando subo a ese
valle siempre encuentro un lirio de alegría”. Fumadora empedernida, noctambula
confesa, nunca se despendió del bolígrafo que incentivó su inspiración. “Vivo
por mi cuenta, a ningún rebaño pertenezco. Vivo por mi cuenta, como cabra sola”.
Siendo mujer y en aquella época vestía pantalón
y corbata, paseaba en Madrid con bicicleta, recitaba por los bares con
seudónimo de “versos con faldas”. “Si
sufrir es estar como una cabra entonces lo estoy, no dudar de ello”. Estaba
como una cabra. Entre mis primeros recuerdos esta esa niña grande con voz de trapo, la poeta de los niños, la inconfundible.
Detrás de esa etiqueta también hay una poesía para adultos, muy buena y poco
estudiada. Hoy nos enfrentamos a poemas en los que habla de sí misma, como nota
biográfica, una excusa para saber la nota de una poeta que se presentaba como
poeta de guardia, que quería llegar a todos con sus versos, ser útil y
necesaria. “Voy a leer el primer poema donde cuento el rollo de mi vida”.
Nota biográfica
Gloria
Fuertes nació en Madrid
a los dos días de edad,
pues fue muy laborioso el parto de mi madre
que si se descuida muere por vivirme.
A los tres años ya sabía leer
y a los seis ya sabía mis labores.
Yo era buena y delgada,
alta y algo enferma.
A los nueve años me pilló un carro
y a los catorce me pilló la guerra;
a los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía.
Aprendí a regatear en las tiendas
y a ir a los pueblos por zanahorias.
Por entonces empecé con los amores
–no digo nombres–,
gracias a eso, pude sobrellevar mi juventud de barrio.
Quise ir a la guerra, para pararla,
pero me detuvieron a mitad del camino.
Luego me salió una oficina,
donde trabajo como si fuera tonta
–pero Dios y el botones saben que no lo soy–.
Escribo por las noches
y voy al campo mucho.
Todos los míos han muerto hace años
y estoy más sola que yo misma.
He publicado versos en todos los calendarios,
escribo en un periódico de niños,
y quiero comprarme a plazos una flor natural
como las que le dan a Pemán algunas veces.
Gloria Fuertes
(Antología y poemas del suburbio, 1954)
a los dos días de edad,
pues fue muy laborioso el parto de mi madre
que si se descuida muere por vivirme.
A los tres años ya sabía leer
y a los seis ya sabía mis labores.
Yo era buena y delgada,
alta y algo enferma.
A los nueve años me pilló un carro
y a los catorce me pilló la guerra;
a los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía.
Aprendí a regatear en las tiendas
y a ir a los pueblos por zanahorias.
Por entonces empecé con los amores
–no digo nombres–,
gracias a eso, pude sobrellevar mi juventud de barrio.
Quise ir a la guerra, para pararla,
pero me detuvieron a mitad del camino.
Luego me salió una oficina,
donde trabajo como si fuera tonta
–pero Dios y el botones saben que no lo soy–.
Escribo por las noches
y voy al campo mucho.
Todos los míos han muerto hace años
y estoy más sola que yo misma.
He publicado versos en todos los calendarios,
escribo en un periódico de niños,
y quiero comprarme a plazos una flor natural
como las que le dan a Pemán algunas veces.
Gloria Fuertes
(Antología y poemas del suburbio, 1954)
Al igual que un náufrago sobreviviente
necesita gritar a los 4 vientos que está viva, quien es, como se llama, todo lo
q piensa y siente. Declara su sentir desde temprana edad. Faceta que empieza a los
17 años cuando ya dice sentirse como una isla ignorada.
Soy como esa isla que ignorada,
late acunada por árboles jugosos,
en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de nada,
—sola sólo—.
Hay aves en mi isla relucientes,
y pintadas por ángeles pintores,
hay fieras que me miran dulcemente,
y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
y voces interiores
de volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro
muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan sólo un pequeño
pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla,
sois vosotros mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene el mar que me rodea!
A esta isla que soy, si alguien llega,
que se encuentre con algo es mi deseo;
—manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo—.
Un nombre que me sube por el alma
y no quiere que llore mis secretos;
y soy tierra feliz —que tengo el arte
de ser dichosa y pobre al mismo tiempo—.
Para mí es un placer ser ignorada,
isla ignorada del océano eterno.
En el centro del mundo sin un libro
sé todo, porque vino un mensajero
y me dejó una cruz para la vida
—para la muerte me dejó un misterio.
late acunada por árboles jugosos,
en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de nada,
—sola sólo—.
Hay aves en mi isla relucientes,
y pintadas por ángeles pintores,
hay fieras que me miran dulcemente,
y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
y voces interiores
de volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro
muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan sólo un pequeño
pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla,
sois vosotros mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene el mar que me rodea!
A esta isla que soy, si alguien llega,
que se encuentre con algo es mi deseo;
—manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo—.
Un nombre que me sube por el alma
y no quiere que llore mis secretos;
y soy tierra feliz —que tengo el arte
de ser dichosa y pobre al mismo tiempo—.
Para mí es un placer ser ignorada,
isla ignorada del océano eterno.
En el centro del mundo sin un libro
sé todo, porque vino un mensajero
y me dejó una cruz para la vida
—para la muerte me dejó un misterio.
Su madre se empeñó en matricularla
en el instituto de educación profesional
de la mujer, las asignaturas propias de su sexo. No tuvo más remedio que hacer
bordado a máquina, corte y confesión, cocina y poli cultura. La madre andaba
mosqueada con las extrañas aficiones de su hija. Era extraño para una hijo de obrero
que estudiase deporte y lectura. Ella misma dice que no la dejan escribir.
NO ME DEJAN ESCRIBIR
Trabajo en un periódicopude ser secretaria del jefe
y soy sólo mujer de la limpieza.
Sé escribir, pero en mi pueblo
no dejan escribir a las mujeres.
Mi vida es sin sustancia,
no hago nada malo.
Vivo pobre.
Duermo en casa.
Viajo en metro.
Ceno un caldo
y un huevo frito, para que luego digan.
Compro libros de viejo.
Me meto en las tabernas,
también en los tranvías,
me cuelo en los teatros
y en los saldos me visto.
Hago una vida extraña
... Soy más bien buen carácter,
y nadie dice
que desde que nací yo duermo sola.
... Soy alegre y afable en el invierno,
en el verano piso por la playa,
el el otoño pliso los visillos,
estoy como una cabra en primavera.
En la obra de Gloria encontramos
una veta profundamente religiosa, tenía
una estrecha relación con dios sin llegar al misticismo o dogmatismo. Así lo
dice en su obra. Tras su muerte encontraron en su domicilio en la pata de una
mesa una inscripción; querido dios te pido amor salud y que no me faltes nunca
firmado Glorita. En una agenda escribió en caso de accidente avisar a Dios
Un hombre pregunta donde está Dios
¿Dónde está Dios?... Se ve, o no se ve. Si te tienen que decir dónde está Dios, Dios se marcha.
De nada vale que te diga que vive en tu garganta.
Que Dios está en las flores y en los granos,
en los pájaros y en las llagas,
en lo feo, en lo triste, en el aire y en el agua.
Dios está en el mar y, a veces, en el templo;
Dios está en el dolor que queda y en el viejo que pasa,
en la madre que pare y en la garrapata,
en la mujer pública y en la torre de la mezquita blanca.
Dios está en la mina y en la plaza.
Es verdad que Dios está en todas partes,
pero hay que verle, sin preguntar
que dónde está,
como si fuera mineral o planta.
Quédate en silencio,
mírate la cara.
El misterio de que veas y sientas, ¿no basta?
Pasa un niño cantando,
tú le amas:
ahí está Dios.
Le tienes en la lengua cuando cantas,
en la voz cuando blasfemas,
y cuando preguntas que dónde está,
esa curiosidad es Dios, que camina por tu sangre amarga.
En los ojos le tienes cuando ríes,
en las venas cuando amas.
Ahí está Dios, en ti;
pero tienes que verle tú.
De nada vale quién te le señale,
quien te diga que está en la ermita, de nada.
Has de sentirle tú,
trepando, arañando, limpiando,
las paredes de tu casa.
De nada vale que te diga
que está en las manos de todo el que trabaja;
que se va de las manos del guerrero,
aunque éste comulgue o practique cualquier religión,
dogma o rama.
Huye de las manos del que reza, y no ama;
del que va a misa, y no enciende a los pobres
una vela de esperanza.
Suele estar en el suburbio a altas horas de la madrugada,
en el Hospital, y en la casa enrejada.
Dios está en eso tan sin nombre que te sucede
cuando algo te encanta.
Pero, de nada vale que te diga
que Dios está en cada ser que pasa.
Si te angustia ese hombre que se compra alpargatas,
si te inquieta la vida del que sube y no baja,
si te olvidas de ti y de aquéllos, y te empeñas en nada,
si sin porqué una angustia se te enquista en la entraña,
si amaneces un día silbando a la mañana
y sonríes a todos y a todos das las gracias,
Dios está en ti, debajo mismo de tu corbata.
En el 37, en plena garra de la
guerra como ella la denominaba, trabaja en una fabrica donde los obuses de la guerra
llovían a diario. Escribe poesía todos los días. En el 39 pasa de una fábrica donde hacia cuentas a una redacción donde escribe
cuentos. Se obsesiona con comunicar sus sentimientos con telegramas de urgencia, por destino tienen la humanidad, los ingredientes son mucha rabia,
mucha pena y un poco de sal, la forma nace con ella, el fondo es que llegue y consiga
emocionar. La música es lo que verso toca según lo que se va a bailar. La técnica
es aburrimiento. El color es el calor natural. Hay que echarle corazón, la
verdad de la verdad, la magia de la mentira. No es necesario inventar, basta contar
lo que pasa, nunca las silabas contar, nace solo el poema y luego está la habilidad
de poner en claro aquello si nace sin claridad
En el 55 es bibliotecaria. Se
siente feliz porque su jefe es el libro y ella es libre. En el 61 tiene ya 6
libros poesía publicados y agotados y recibe una beca a EE.UU. Da clases de poetas españoles en la universidad de
Pensilvania. Inicia el curso con una frase sincera Y estremecedora; “Es la
primera vez que puso una universidad y no como estudiante sino como profesora”.
Se hizo un breve silencioso. A continuación, empezó con Unamuno, padre de la
poesía del siglo xx.
Aquí que me ves estoy
Estoy con una rama en el pico
Con una oliva en la rama
Con la vida casi en vino
Estudiando como niño
Trabajando como tonto
Observando como un simio
Esperando como nuevo hacer útil
Huevo o frito.
Esperando, sobre todo
Que verbo tan socorrido
Vivir es la larga espera
Que resulta un sin vivir
De tanto esperar vivirlo
La preparación del empleo
La beca, el destino
Ahora un viaje, luego boda
Que nos quieran
Luego un piso
Ascender
Tener salud
Ser importante, ser rico y tener
mas
A ver si llega
Pudiera ser si muriera fulanito
Conocí a un camaleón que vivió
como un bendito
La ocupación de esperar no nos
deja hacer los mismo
El barco atraca en un puerto
El terrorista atraca en un barco
Os atraco con ternura de cañones
recortados
Quiero que me entreguéis vuestra
atención
Esto es un atraco
Manos unidas
A punto de poema
Voy asaltar corazones cerrados
A robaros la indiferencia
Si al salir por esta puerta os
dejo tocados
Perdón, son rasguños de amor sin
importancia
Pongo el corazón en el bolígrafo.
En la pluma, en el ave, en la escoba
En la voz, en la luz, en la
palabra, en la cocina y en la alcoba
Pongo corazón, escribo para ahora
y para luego
Para siglos venideros
Horas venideras de labios y manos
juntas
La mujer se declaraba así misma huérfana de nacimiento, quiso ir parar
guerra y la detuvieron medio camino. Se busca la vida, en pro de una pasión. Nos
describe su pasado que escribe de puño y letras en fragmentos de su biografía
Nací sin una peseta. Después de
50 años de trabajar tengo dos. Mi niñez y juventud fue de ataúd, injusta y
dura, y no me hizo duda. Y veo que hay gente que su vida fue cómoda y blanda y
son duros y agreden. Desde los 15 años vivo del libro. ¿Ya escribías? No, vivía
de los libros que robaba. Escribía de cuenta cuentos en una granja. Daban una
peseta por cada hueco que la gallina ponía y yo cogía. Y me descontaban los
cascados Hasta que me cansé de pagar los huevos rotos. Éramos 9 hermanos,
quedamos los más fuertes. La mayoría de mis hermanitos murieron de mortandad
infantil o de guerra civil. Pronto me di cuenta de que era una errata eso de
que los niños vienen de París. A los 6 años cambie la s por la r. Los niños vienen de parir. Lo escribí
en la pizarra de las monjas y me echaron. Vivo a base de vino, vivo de dar, de
darme, cuando nadie me da nada. Nadie me devuelve el amor. Pero no puedo
quejarme porque no lo presté, lo di, lo doy. No debo sentirme huérfana. Vive
dios y él es mi padre. Vivo de milagro. Porque es un milagro cuando solo se
vive de vivir.
En los Años 70 consiguió mucha fama
que le otorga la tv; el programa 3
globos o las versiones humorísticas de Martes y Trece. Se hace jefa de si
misma. Dedica el resto de sus días a crear poesía. Una poesía que entre otras
cosas derrama amor por los cuatro costados.
-después de los versos-,
me entretengo queriéndote.
Viene la noche;
apago las luces
y enciendo el amor.
Y el amor de la lumbre
que brota del recuerdo…
¡Es hermoso el otoño para amarte!
Encandilo mis ojos
con tu fotografía
y caliento mis dedos.
Pongo agua a los nardos
y un disco de silencio.
Igual que un niño pobre,
igual que un niño bueno
sin juguetes, sin gente,
sin merienda, sin besos,
a la luz de la luna
tu imagen presintiendo
al atardecer sola,
queriéndote me entretengo.
Gloria mantuvo toda la vida su
esencia de niña grande, de espíritu positivo. Supo dar vuelta a las desgracias
y convertirlas en esperanza. Deconstruye la realidad para presentarnos la verdad
de las cosas. Encontramos a la Gloria
del humor.
Sociedad de amigos y protectores
de espectros
Sociedad de Amigos y Protectores
de Espectros, Fantasmas y Trasgos.
Muy señores suyos.
Tengo el disgusto de comunicarles,
que tengo en mi casa y a su disposición
un fantasma pequeño
de unos dos muertos de edad
que habla polaco y dice ser el espíritu del Gengis
Kan.
Viste sábana blanca de pesca
con matrícula de Uranio
y lleva un siete en el dobladillo
que me da miedo zurcírselo
porque no se está quieto.
Aparece al atardecer,
o de mañana si el día está nublado,
y por las noches cabalga por mis hombros
o se mete en mi cabeza a machacar nueces.
y a mi me está destrozando de los nervios.
Dice que no se va porque no le da la gana.
Todos los días hace que se me vaya la leche,
me esconde el cepillo, la paz y las tijeras,
si alguna vez tengo la suerte
de conciliar el sueño
ulula desgañitándose por el desván.
Ruego a Ustedes manden lo que tengan que mandar
y se lleven de mi honesto pisito
a dicho ente,
antes de que le coja cariño.
Gloria, aun sacando la sonrisa de
las cosas serias, conoce el sufrimiento; el suyo y el que ocurre a su alrededor.
Desde temprana edad conoció el dolor de perder la madre en la niñez, palpar la miseria,
convivir con la soledad, vivir una guerra que no puede parar. Hay una Gloria que desprende dolor (sí, soy
profundamente infeliz)
HE DORMIDO
He dormido
en el andén del metro,
-por miedo al despellejo de metralla-,
he dormido en el borde de la playa
y en el borde del borde del tintero.
-por miedo al despellejo de metralla-,
he dormido en el borde de la playa
y en el borde del borde del tintero.
He dormido
descalza y sin sombrero
sin muñeca ni sábana de arriba
me he dormido sentada en una silla
-y amanecí en el suelo-.
sin muñeca ni sábana de arriba
me he dormido sentada en una silla
-y amanecí en el suelo-.
Y la noche
después de los desahucios
y los días después del aguacero,
dormía entre estropajos y asperones
en la tienda del tío cacharrero.
y los días después del aguacero,
dormía entre estropajos y asperones
en la tienda del tío cacharrero.
Crecí, me
puse larga regordeta,
me desvelé, pero seguí durmiendo,
llegué a mocita dicen que, a poeta,
y terminé durmiéndome al sereno.
me desvelé, pero seguí durmiendo,
llegué a mocita dicen que, a poeta,
y terminé durmiéndome al sereno.
Y a pesar de
estos golpes de fortuna
ya veréis por qué tengo buen talante;
ya veréis por qué tengo buen talante;
he dormido a
las penas una a una,
y he dormido en el pecho de mi amante.
y he dormido en el pecho de mi amante.
Cómo atar
los bigotes del tigre, 62
NUNCA
TERMINARÉ DE AMARTE
Y de lo que me alegro,
es de que esa labor tan empezada,
ese trajín humano de quererte,
no lo voy a acabar en esta vida;
nunca terminaré de amarte.
Guardo para el final las dos puntadas,
te quiero, he de coser cuando me muera,
e iré donde me lleven tan tranquila,
me sentaré a la sombra con tus manos,
y seguiré bordándote lo mismo.
El asombro de Dios seré, su orgullo,
de verme tan constante en mi trabajo.
Y de lo que me alegro,
es de que esa labor tan empezada,
ese trajín humano de quererte,
no lo voy a acabar en esta vida;
nunca terminaré de amarte.
Guardo para el final las dos puntadas,
te quiero, he de coser cuando me muera,
e iré donde me lleven tan tranquila,
me sentaré a la sombra con tus manos,
y seguiré bordándote lo mismo.
El asombro de Dios seré, su orgullo,
de verme tan constante en mi trabajo.
La Sirena en la playa
dió a luz un Sireno
con un hato de llaves
y su chupa de cuero.
El Sireno no quiso
trabajar tierra adentro
ni conocer su padre
ni quedarse en el Ebro.
Él se nada a Venecia,
él solicita un puesto;
él quiere ser lo que es, Sireno.
En sus lomos lleva
a los turistas lelos,
y con su florescente cola,
señálales los monumentos.
-Trabaja día y noche
como el viento-.
Chapoteando las calles
de Venecia,
va el Sireno sereno
abriendo los portales
con su hato de llaves de misterio,
su brillo de pescado
su chuzo de secretos.
Nunca sale de día
ni del agua,
ni se afeita,
ni asiste a los estrenos.
Y nadie, nadie sabe,
sólo él y yo sabemos,
que es hijo de Sirena,
y que no tiene piernas ni sexo.
Queridos lectores:dió a luz un Sireno
con un hato de llaves
y su chupa de cuero.
El Sireno no quiso
trabajar tierra adentro
ni conocer su padre
ni quedarse en el Ebro.
Él se nada a Venecia,
él solicita un puesto;
él quiere ser lo que es, Sireno.
En sus lomos lleva
a los turistas lelos,
y con su florescente cola,
señálales los monumentos.
-Trabaja día y noche
como el viento-.
Chapoteando las calles
de Venecia,
va el Sireno sereno
abriendo los portales
con su hato de llaves de misterio,
su brillo de pescado
su chuzo de secretos.
Nunca sale de día
ni del agua,
ni se afeita,
ni asiste a los estrenos.
Y nadie, nadie sabe,
sólo él y yo sabemos,
que es hijo de Sirena,
y que no tiene piernas ni sexo.
Os pido excusas y excusados
y os insinúo que me perdonéis
por estas entregas diurnas
que vengo entregandoos últimamente,
Más siento yo que vosotros
que mis versos hayan salido a su puta madre;
más siento yo que vosotros
lo que me han dolido al salir,
quiero decir, la causa por la que,
nacieron tan alicaídos y lechosos.
No soy pesimista,
soy un manojo de venas desplegadas
que apenas puede aguantar el temporal.
Me pagan y escribo,
me pegan y escribo,
me dejan de mirar y escribo,
veo a la persona que más quiero con otra y escribo,
sola en la sala, llevo siglos y escribo,
hago reir y escribo.
De pronto me quiere alguien y escribo.
Me viene la indiferencia y escribo.
Lo mismo me da todo y escribo.
No me escriben y escribo.
Parece que voy a morir y escribo.
Hemos diseccionado a Gloria y
hondado en las raíces de su legado. Esa niña grande de nuestros recuerdos.
Tenemos a una pequeña admiradora de la poesía de gloria de niña y a la que
propone un intercambio poético. Le enseña el programa donde salía Gloria fuertes
y la niña recita un poema. La letra musical fue compuesta también por ella.
Un globo
dos globos 3, la luna es un globo que se me escapo, la tierra es un globo donde
vivo yo. Los niños tenemos en televisión un cuento dos o tres cuentos, en unos
momentos de gran distracción.
Voy a leeros esto que he escrito
-¿Qué es eso
que tienes, Gato Garabato?
-Esto es un
juguete muy barato.
Es un
cohete-juguete,
que me lleva
a la Luna en un periquete.
-¿Qué es un
periquete?
-Un
periquete es…¡Un momento!
Dijo un momento
y se lo llevó el viento
como a María
Sarmiento.
…El Garabato
en su cohete
barato
surca el
espacio.
El gato
Garabato
aluniza
despacio.
El Gato
Garabato no se encuentra nada en la Luna.
GATO: Un
volcán que no funciona,
y ni una
sola persona.
No hay
tejados en la Luna,
y yo soy
gato.
No hay
poetas en la Luna,
y yo soy
gato.
No hay
sardinas en la Luna,
y yo soy
gato.
No hay
ratones en la Luna,
y yo soy
gato,
aquí no
tengo nada que hacer,
este
astrofio me extraña,
me vuelvo a
España.
Y en su cohete-juguete
raudo como
una centella,
regateando a
una estrella,
-el gato
regateando-.
Más veloz
que en un avión,
regresa a su
población.
GATO: ¡Hola
chicos!
¡Viva el
arte!
Como en
“casita”,
en ningún
parte.
CON UN CERO
Con todo se puede hacer algo.
Hasta con un cero
—que parece que no vale nada—:
se puede hacer la Tierra,
Hasta con un cero
—que parece que no vale nada—:
se puede hacer la Tierra,
una rueda,
una manzana,
una manzana,
una luna,
una sandía,
una avellana.
una sandía,
una avellana.
Con dos ceros
se pueden hacer unas gafas.
se pueden hacer unas gafas.
Con tres ceros,
se puede escribir:
y0 0s quier0
se puede escribir:
y0 0s quier0
Nuestras madres
nos leían poemas de ella antes de dormirnos. HA dejado una generación de grandes
admiradores, sus niños. Cela dijo;
aúlla como loba herida. Sus versos son desconsolados y
atroces, saludables y humanos, mortales de necesidad y amargamente sobrios y
juguetones como el diablillo de la guarida a la que esta mujer quiere peinar
los vientos. Angelica y alta voz poética a la que los hombres y circunstancias
putearon sin misericordia. Gloria escribió su propio epitafio antes de
marchar a ese lugar donde estamos seguros que aun escribe poemas.
Ya creo
que lo he dicho todo, que todo lo amé
Soy Gloria, la cabra sola.
Yo también soy Gloria, mujer de verso en pecho
Yo soy gloria, poeta de guardia
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