GABRIEL MIRÓ
Alicante
1879-1930 Tenía una gran sensibilidad para hacer una poesía llena de luz,
colores, sabores y olores Sus poemas son de una sensualidad naturalista,
modernista, contemplativa y estética Exalta la realidad desrealizada. Escribió
las Cerezas del cementerio 1910, el abuelo del rey 1912 y nuestro padre san Daniel Obispo leproso
1926 Crea el trasunto literario, la ciudad imaginada de Oleza que es una ciudad opresora y cerrada, que en la realidad es
Orihuela. Paulina es una mujer vitalista y Don Álvaro es un carlista de
mentalidad estricta y rígida. Son los protagonistas de la novela que tienen
mucha integridad moral, ternura y que buscan la felicidad. La hermana es maliciosa,
astuta, fría, pero sentimental Álvaro es el esposo y Elvira la cuñada. Pablo es
el hijo de la pareja, y en la obra se destaca por la ausencia de
manifestaciones de cariño y las prohibiciones de su madre.
“Retozar en
la hierba cencida que crujía como ropa de terciopelo en la descarnada cera
sudada” Refleja la quietud, la soledad en La quijada, la sien. Son estampas
descriptivas de sensaciones, ambientes, paisajes. Importa la narración de sucesos,
tanto como la creación de personajes con caracteres, y la acción. Trascurre en Orihuela,
Oleza Paulina está unida a la naturaleza y tiene campos de labor y una finca. Cara
rajada es un personaje repulsivo, feo, deforme, pícaro. Tiene belleza interior,
y fealdad exterior (es una especie de Cyrano, de Cuasimodo, de Polifemo de Góngora)
La obra refleja mucho erotismo
sensual, cuando están retozando. Son escenas llenas de tacto, se funde con la
naturaleza y tierra, con lo creado. El clímax es la escena en que se convierte
en una mujer frustrada al casarse con Álvaro. El ritmo narrativo va en progresión
argumental. Hay mucha presencia sensorial de sensaciones, resonancias del
paisaje con su sensibilidad. Gabriel Miró tiene una visión lenta de las cosas como
Proust, Flaubert, Virginia Woolf, Aldous Huxley. Utiliza la prosa poética y el
embelesamiento. Es una cascada de sensaciones, recordadas o vividas, de retrospectivas,
y evocaciones. Su postura contemplativa parece paralizar el tiempo. describe
las sensaciones en las horas doradas de los campos en las vísperas de las
fiestas, la evidencia de sí misma, la luminosidad. Hay una adivinación
sensitiva, cuando habla de las imantadas almas primorosas. Es paisajista
naturalista. Nos ofrece un espacio tiempo lento. Describe troncos seculares,
frondas inmóviles, luminosidad. Utiliza sinestesias con el tacto y la luz, “el silencio
traspasaba, y el aire aleteaba oloroso de siega”. Tiene influencia de los místicos,
de Cervantes, de Quevedo. Utiliza muchos galicismos, arcaísmos. Tiene una conciencia
de las cosas y emplea epítetos, sustantivos, imágenes, metáforas de gran belleza,
comparaciones...tiene influencia del cantar de los cantares. Su narrativa es un
juego de castidad y erotismo. Consigue efectos musicales con su vocabulario,
eufonías, resonancias onomatopéyicas, aliteraciones, “como aleteaba olorosos”, hay
una bimembración, paralelismos sintácticos, simetrías lingüísticas. Describe un
tempo lento con elementos expresivos y tiempos verbales durativos. Hace una
prosa poética al estilo de Dámaso Alonso. Refleja melancólica y tristeza, pesimismo
y la impasibilidad de la naturaleza, la fealdad de la desgracia humana. Refleja
la represión e intransigencia de la moral provinciana, la religiosidad torcida
y amarga, la frustración del anhelo amoroso. Y siempre retrata la belleza, la
armonía. Gabriel Miró supone una renovación en el 98 y en el modernismo, esa corriente
europea de universitarios novecentistas, reunidos en el instituto de libre
enseñanza y maravillados por la prosa de Ortega. Con distanciamiento crea un
arte realista pero también distorsionado y des realizado. Su esteticismo e intelectualismo
es profundamente vanguardista.
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