miércoles, 22 de febrero de 2017

EL PUNTO DE VISTA DEL NARRADOR



En literatura somos libres sobre que escribir – la realidad, la fantasía- y también de como decirlo, la forma. Es importante el punto de vista del narrador y el espacio narrativo. La forma es la armadura de la escritura, el esqueleto interno de la edificación que construyamos. La voz narradora debe ser persuasiva y autosuficiente, y nos debe llevar a conmovernos con lo que cuenta la historia. Solemos creer que todo lo que leemos es autobiografía del escritor, pero no debemos confundir la voz del autor con la del narrador El narrador no es de carne o hueso sino que está hecho de palabras. Por eso la buena literatura hace creer que el narrador es el autor.  No debemos confundir el autor real con el autor Inventado, que es un ser de ficción. El narrador puede desarrollar varias conductas; ser omnisciente, ser protagonista o ser testigo.
Faulkner fue el primero en emplear el narrador idiota. Del narrador ya no podemos fiarnos, pues tiene una visión sesgada de la realidad. O es un narrador del que desconfiamos, por ejemplo, del subnormal idiota del ruido y la furia. Ya no podemos creerle al 100% porque tiene una esquizofrenia o una enfermedad mental. El narrador puede ser un gárrulo charlatán, e idiota y de su mirada dependen los personajes. El Narrador puede ser un personaje desde dentro de la historia, como por ejemplo el que cuenta los episodios nacionales de Galdós. Era un compañero de aventuras del protagonista. El narrador puede ser un dios omnisciente que desde fuera de la historia sabe todo, conoce lo que piensan, sienten y hacen sus personajes. hasta cuándo van al baño. Y hay un tercer narrador que es el ambiguo, y cuenta la historia desde dentro y desde fuera. El Yo tu o él es la persona gramatical desde la que escribe el narrador. Puede usar la primera, la segunda o la tercera persona. Por ejemplo, con el nosotros está escrito la ciudadela de saint exuspery, o las uvas de la ira de stenbeck. La tercera persona se usa cuando el narrador es un dios todopoderoso que lo ve y lo sabe todo, aunque no forma parte de ese micro mundo creado. El narrador dirige allí el espacio y manda sobre la historia. En la segunda persona escribe Carlos Fuentes su aura, o la viuda de 5 horas de Mario que le reprocha todo al muerto o Galindez de Montalbán. Parece ser una conciencia que se desarrolla y se habla así misma, aunque el narrador omnisciente hable del tú. Los reproches de la viuda de Mario van dirigidos a él, pero en el fondo a ella misma. El narrador puede ser un personaje esquizofrénico del que ya no nos fiamos. Con la segunda persona no se ya sabe con certeza, y siempre hay una X que averiguar. La carta está escrita siempre en segunda persona, el que escribe es un yo a un tú. Los dos están en la acción. El narrador es uno o varios, pero que pueden adoptar varios puntos de vista. El narrador en primera persona, en el Yo, se emplea para la autobiografía. Al ser el protagonista el narrador obviamente está metido dentro de la historia. El Tu es ambiguo, el personaje se habla así mismo, o hace preguntas a un tú que a veces no es un tú real sino que es la conciencia, se lo dice así mismo. El personaje narrador no es Kafka sino el personaje que se inventa y escribe la carta; un narrador invisible desconocido habla a un tú. El narrador omnisciente es un Dios prepotente que ordena lo que quiera en la ficción. El narrador de la novela contemporánea suele ser la mayor de las veces ambiguo. El narrador puede ser un personaje tímido que se habla así mismo, a la vez que habla al lector. El narrador testigo pertenece a la historia, sabe lo que sabe el personaje, nada más, pues es un participante de la acción. Los lectores sabemos lo que nos cuenta el narrador. El Quijote está escrita en tercera persona, pero el arranque es en primera persona. En las primeras frases de una novela se suele emplear la primera persona pues muchas dicen partir de unas cartas que alguien encontró o de un diario personal. El narrador omnisciente es un dios que narra desde fuera, y puede detractar a sus personajes o idealizarlos y hace una exhibición de ellos.   Los saltos en la novela se pueden hacer espacialmente o cronológicamente. La novela va saltando, del presente al pasado, al futuro… también se pueden alternar las perspectivas, y la altura del narrador; se puede pasar del “yo” a el “él”, alternándolos. En la segunda parte del quijote, Cervantes encuentra un pergamino. Sabemos que hubo muchos imitadores del quijote porque había un pique entre los escritores de la época, entre Lope de Vega y Cervantes. Cervantes trata de hacernos creer que lo que ha pasado es cierto. Por eso a la novela no se le pide ser verdad sino ser verosímil. Ser creíble. Creer que la ficción ha ocurrido en realidad. Creer que es cierta la ficción, que es una realidad. Y esto viene del renacimiento barroco. “Supongamos que me llamo Ismael” es el comienzo de Movi dick de Melville, él sabe lo que sabe como personaje. Ahí el narrador es el protagonista, pero a veces es solo un personaje testigo, si consideramos al capitán como el protagonista. Sabemos lo que Ismael percibe por sus sentidos, nada más. Movi Dick no está contada por un muerto, eso sería otro relato fantástico más, sino que es contada por un personaje real. Ismael sobrevive para poder contar su historia. El narrador protagonista o el compañero sabe lo que va sucediendo cuando va sucediendo mientras que el omnisciente lo sabe todo antes que sus personajes, se antepone a ellos. Así se escribió el museo de la inocencia de Pamuk, historias de amor de una loca. Se suele escribir una auto biografía usando el yo. En mientras agonizo de Faulkner, el narrador cuenta como entierran a la madre en el lugar donde nació. Hay rasgos épicos, bíblicos, fanáticos en este narrador. Movi dick pasa de la tercera persona a la primera persona. El Quijote pasa de la primera persona a la tercera. No te avisa de estos cambios de narrador. Hay cambios de los puntos de vista, de la primera a la tercera, muchas veces forzados, sin una transición dulce. El marido de Madam Bobary es médico y aparece como personaje secundario, pero como protagonista al describir su colegio al principio de la novela. El protagonista pasa a ser secundario.  Se escribe también desde el nosotros. A veces usamos el nosotros por modestia o timidez. El contarlo en tercera persona invisibiliza relativamente al narrador del XIX; Dickens, Galdós, Dostoievski, pero en la novela actual el narrador es mucho más invisible que entonces. La novela de ahora te presenta a los personajes a través de sus acciones y diálogos. Sabemos que es tímido porque no mira a los ojos, porque tartamudea, porque parece duditativo y porque dice “me da vergüenza”. En cambio, el narrador del XIX decía; “juan es tímido” Aquellos narradores decimonónicos estaban presentes en la acción de los folletines. Eran narradores ilustrados que de todo sabían. El narrador no sólo decía que era tímido, sino que daba sus opiniones, podías ver su ideología y que pensaba sobre tal tema. En las novelas del realismo, el autor y su voz empiezan a desaparecer y se hace invisible. Un ejemplo es Flaubert. Se empieza con Bobary a narrar sin opinar o interpretar o juzgar la historia. Esta objetividad del narrador invisible se da en los narradores modernos, que ya no saben todo, sino que muestran al personaje a través de sus acciones y diálogos. Muchos narradores son incapaces de saber lo que piensan sus personajes y en otros, en cambio, aparece escrito tal cual su pensamiento, su monologo interior.  La novela romántica y realista va haciendo experimentos técnicos, va reformándose y ahora muchas novelas clásicas nos parecen poco creíbles. Víctor Hugo en los miserables usa un narrador omnisciente pero más discreto. Este narrador se hará invisible durante el realismo. En los miserables el narrador sabe y reflexiona sobre todo, política, sociedad… exhibe a sus personajes. El narrador omnisciente idolatra o detesta al personaje, lo presenta como un héroe y lo encarama a un espacio interior.  montsebul birbellus, cosette, marius son la fauna humana que aparece en los miserables. En esta novela el narrador está más presente que los personajes. Actualmente se ha pasado de ese narrador invisible pero en tercera persona a un narrador en primera persona de tono confesional. Desaparece la forma neutral del narrador y en las novelas confesionales el narrador opina, saca conclusiones sin que se note demasiado. Son embargo, un narrador en primera persona nunca es invisible. Esta opinando, tiene una visión de las cosas dentro de la historia. En tercera persona no puede haber monologo interior y es que es un invento reciente del siglo XX que empieza con Yoyce. En las novelas decimonónicas el narrador está constantemente opinando. Ese narrador desaparece pero sigue opinando solo que en boca de ese narrador en primera persona.
Goytisolo usa narradores en primera persona. La novela del siglo XX tiene un gran afán descriptivo y experimental. Muestra la influencia del cine y las novelas. El arte y el cine y la fotografía son las disciplinas artísticas que logran total verosimilitud con la realidad, una suerte de hiperrealismo. La pintura se libera de ser figurativa cuando nace cine. El cine no deja de ser una historia con principio nudo y final. La novela del siglo xx es más experimental y autobiográfica. El narrador está liberado de describir a sus personajes. simplemente los presenta a través de sus palabras y hechos y que el lector los interprete, los juzgue, los conozca.  En el xix los narradores eran más pesados (Tolstoi Dostoievski) y ya entonces eran autobiográficos. Pero la autobiografía ha encontrado su auge en nuestra época. En el siglo XX y XXI abunda la novela escrita en primera persona, más individualista, más “capitalista”. En la novela realista el narrador sabe de todo y moraliza, tiene certezas. En la novela actual el narrador tiene una “doxa”, una mera opinión, no tiene la verdad y sabe de lo poco que sabe. No hay certezas, todo son dudas.  Tras las dos guerras mundiales, el escritor escribe en primera persona como forma de bajarse a tierra. Deja de ser prepotente y pedante y habla de lo que sabe, de su vida, sus opiniones y visiones personales. No quiere sistematizar esas opiniones, solo ofrecernos un bosquejo humilde de su visión. En tercera persona el narrador pasa más inadvertido que en estos relatos individualistas de ahora. Son novelas confesionales, vivenciales, periodísticas, donde a un individuo capitalista le ocurren una serie de anécdotas. Y suelen incorporar el monologo interior que refleja de esta forma el inconsciente descubierto y estudiado por Freud. Se usa la primera persona porque son los sueños, deseos, paranoias de una persona concreta. En la novela realista se buscaba la crítica social, por eso el narrador habla de la pobreza desde la tercera persona. La tercera persona era más objetiva, seguía el pensamiento tecno científico del positivismo y utilitarismo. Ahora se busca más lo sentimental, lo emocional y personal que esa crítica social desde la ciencia. El narrador actual además interrumpe la acción con digresiones y va virando el punto de vista y de narrador, pasa de la primera a la tercera. Esto supone una ruptura del sistema de escribir. En primera persona el narrador discute sobre lo que él sabe, del periodismo, de su familia, lo que piensa de política… Los ilustrados saben de todo, pero los narradores actuales son mucho más modestos. En tercera persona el narrador es invisible, pasa inadvertido, en madam Bobary el narrador es egolátrico. El narrador personaje sabe lo que está a su alcance mientras que el omnisciente sabe de todo, lo que siente, lo que teme, lo que va a pasar. Sabe lo que vive el personaje, incluso lo que le pasa por la cabeza, y lo que va a suceder. Ese narrador omnisciente se mete en la cabeza del personaje. El romanticismo fue dañino, era visto como una enfermedad, aunque sus obras fueron geniales. El narrador testigo ha vivido los hechos, es un personaje que no es el protagonista, pero no es ajeno a la historia que narra; el amigo y vecino del gran Gatsby, o el viajero que llega a cumbres borrascosas. Lo normal en la literatura actual es que haya varios narradores que se rulan unos a otros, de esa forma hay varias perspectivas, como en la novela mientras agonizo. Lo de saltar espacio temporalmente mediante desde nudos ya estaba en Cervantes, y luego en Melville. En una obra de teatro hay una muda sutil, se pasa de lo que habla el personaje al otro actor. En la obra de teatro hay acotaciones “- yo también te amo- exclamó María” Sigue siendo el narrador en tercera persona, pero hace retratos ínfimos. Apenas aparece el narrador en tercera persona en el teatro salvo para enfatizar el estado de ánimo del personaje y si llora, lo dice alegre o lo dice irónico etc. Con pequeños detalles son con los que hacen una gran obra literaria. Actualmente los cambios de puntos de vista y de narradores son de una multiplicidad poliédrica. La tercera persona sigue siendo la modalidad de voz más usada en literatura. La mayoría de best sellers y de novelas históricas que triunfan ahora están escritas en tercera persona. Sin embargo hay que destacar el auge de esta narrativa autobiográfica y confesional que se narra en primera persona.

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