Jordi RA I FABRA
Noche de viernes. Alfaguara, 1994.
Noche de viernes. Alfaguara, 1994.
Se trata
de un libro ¿juvenil? escrito en clara actitud moralizante hacía los jóvenes,
que pretende ser realista y resulta tan tremendista como irreal. El escritor
toma un tono falsamente intimista con expresiones del tipo “Tío, mola, dabuten,
Toda la crema, que guay” Esto nos da una imagen de un escritor bastante
desfasado y su patético intento de acercamiento al público joven. Además, el
libro falla en sus contenidos argumentales, y crea una serie de personajes muy
estereotipados, nada complejos, apenas sin mentalidad, pero a los que acompañan
una serie de problemas- tipo, que me recuerdan los libros moralizantes del
siglo XVIII.
Mariano tiene el complejo
de hijo de divorciados, menuda estupidez. Va al sicólogo. Es pijo, con un
pendiente, recibe mucha paga, es de derechas, un tanto miedica. Su padre le deja
plantado ese día porque su madrastra va a dar a luz, mientras la madre se ha
echado un nuevo novio, Jaime. Es el
más joven del grupo. Serafín tiene delirios
de grandeza, quería ser un nuevo Erik Clapton, quería ser una estrella de
rock... quería, quería. Ahora todo se ha derrumbado. Su timidez no le impide
cometer un crimen, o liarse a ostias con un grupo de neonazis. Este personaje
no resulta nada creíble; es borroka, algo heavy, pero a la vez es el más
callado del grupo y al final se convierte en una especie de superheroe que se
enfrenta a los skins y neo nazis. Ismael está traumatizado con el hecho de
tener un hermano gay, desde pequeño ha sido el más ligón y romántico del grupo.
Es hippy y el personaje que mejor me cae, odia la guerra y es insumiso, no
quiere ir a la mili, sobretodo porque su novia Loli -en una relación abierta-
no sabe si le va a ser fiel. Lázaro
es el matón, el gallito de pelea, el broncas, siempre buscándose problemas.
Trabaja en un taller y le gustan las motos, además tiene una. Es comunista y siempre
está con el rollo de las clases sociales. Es muy violento, desengañado y se
hace el duro y el barriobajero. No para de hablar y se busca líos por bocazas.
José Luís va de líder y se
cree el jefe. Aunque habla poco, al ser el más mayor, es el más experimentado
en la droga y el que más aspecto de duro tiene. Todos le respetan, aunque él se
mete con todos y no respeta a nadie. Siempre va buscando droga. Tiene una
hermana que es una “chica fácil” y explosiva. Mientras, la madre se desvive
trabajando en un bar por la noche. Y el padre que es un borracho que la pega y
vuelve siempre echo una mierda a casa.
Los
tres amigos se encuentran con sus dos amigos macarras. José Luis se encuentra
con una antigua novia, Petra Aunque
esta muy buena, pasa ya de tías pues la noche del viernes es de los colegas y
se la quita de encima. Van a los primeros bares de la noche y hay una redada
policial; no queda nada de droga, no hay camellos en el barrio. Todos huyen de
la pasma.
Preguntan
a distintas personas, entre ellas a Mustafá (Típico nombre de Moro) que asegura
no vender mierda, él ser honrado. Vive en una puta choza, liga cuanto puede,
esta explotado y mandar todo el dinero que gana a su familia en Marruecos.
Hablan con un okupa, unos verdes, unos góticos, chunteros...(Mosaico de
personalidades) Ligan con un par de tías, fumadoras compulsivas, con las que José
Luís se enrolla ante la mirada envidiosa de Serafín a quien le gustaba una de
ellas. Serafín se para a mear y entonces lo atacan al pillarle solo y
desprevenido una panda de cabezas rapadas.
Sus
amigos van a ayudarlo, no ven cómo ha llorado Serafín y entre todos se lían a
hostias. Serafín se hace el valiente. Vuelven a casa de Serafa para curar a
Ismael que tiene un ojo morado, mientras que Mariano no ha intervenido en la
pelea y se enfadan con él. Ahí encuentran al padre de este, borracho perdido y
en un estado lamentable, y le han de subir a arriba a ducharlo y meterlo en la
cama. Mariano lo ve con asco, y su hijo José Luis con odio y vergüenza.
Salen
de ahí y no saben que hacer, se encuentran perdidos sin rumbo, ocio, ni ideales,
como los miles de adolescentes de España y del mundo que cada sábado nos
emborrachamos en el botellón y nos drogamos, intentando buscar un sentido a
toda esta mierda. Pues bien, salen en busca desesperada de la droga perdida. Y
al no encontrarla en ningún lugar, van hasta la casa del moro, una vulgar
choza, y al despertarle, este les insulta, y ellos a él le llaman moraca de
mierda, salido y demás. Y no sé cómo pero se enzarzan en una bronca, de puñetazos,
y mucha acción, en la que queman la casa por accidente (la ceniza de una lámpara
que se propaga el fuego) Serafín, para proteger a sus amigos, forcejea con un “moro”
que les amenaza con una navaja. El adolescente le arrebata la navaja tras forcejear y se la clava
a este un golpe certero.
Todos
le animan a ello “Hazlo, Hazlo” llevados por una catarsis grupal, solo
comparable a la barbarie de la masa nazi. Me recuerda al extranjero de Camus
cuando el protagonista no siente nada por la muerte de su madre y le mata a otro
moro porque hacía calor.
Dejan
el cuerpo del inmigrante allí, ardiendo bajo los fuegos del incendio,
quemándose hasta el dinero que había ahorrado estos años para mandar a
Marruecos. Y desesperados huyen despavoridos de su propio crimen.
El
sábado siguiente de resaca no quieren despertarse ni llamarse, avergonzados,
van a dejar de ser amigos. ¿Cómo vivir con la conciencia de un crimen así,
hacer sus vidas normales? Ellos creían tener problemas, pero nada comparado con
lo que se acaban de meter. Un gran lío para estos niños de papá pijos.
EPILOGO:
El comisario detiene en su casa a Serafín el asesino y al resto de sus amigos
que le instigaron a ello. Como lo sabía no queda claro pero eso es lo de menos,
y dicen estar todos arrepentidos. El final es abierto y redondo. Acaba el libro
como empieza; en la comisaría de policía. Toda la historia es una
reconstrucción de los hechos del comisario ante los comentarios de cada chaval
que en el interrogatorio por separado. Acaban condenándole por homicidio
asesinato, y con él a tantos jóvenes que siguen EN EL CAMINO. El contenido
moralizante resta valor a una historia que hace de la acción su componente más
importante, junto a las descripciones de los chavales que en mi opinión son muy
tópicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario