La
generación kronen fue todo un fenómeno literario pero la diferencia con otros
movimientos o generaciones literarias es que también fue un fenómeno editorial,
un fenómeno hecho gracias a la publicidad y políticas de comercio y
distribución de unos intereses editoriales. Todos aquellos que integraron este
grupo comparten la idea de que esta generación fue un invento comercial,
publicitario. Debemos su nombre a la gran novela de José Ángel Mañas que según
las leyendas urbanas escribió en una noche. Mañas parte de su propia vida para contarnos
las vicisitudes y problemas de su generación.
La
novela se caracteriza por el lenguaje coloquial y el argot del lumpen, de las
clases bajas obreras y urbanas. Es el lenguaje que se emplea en los barrios, en
las zonas desfavorecidas y entre las llamadas familias desestructuradas. Este
ambiente es esencialmente violento, la droga está muy relacionada con ese
mundo. Palabras, tacos, insultos… se trata de un retrato de la generación no future. La obra tiene influencia de
la generación X de Coupland o otros
libros como amerycan syco. Y aparecen
hasta las películas snuff movie, o películas de pornografía y sadismo que
circulaban por la universidad, en un ambiente parecido a Tesis de Amenábar.
La
novela trata de un chaval de clase media alta que vive en un chalet de la
moraleja. La criada sustituye la figura de la madre pues ambos progenitores son
pasotes, ausentes, pasan un poco del hijo. La historia de su familia, de su
abuelo enfermo y de sus padres ausentes trascurre paralelo a la historia de sus
colegas.
Todos se reúnen en el bar kronen. El chaval
tiene una novia que en la magnífica película interpreta Cayetana Guillén
Cuervo, pero está abierto a muchas aventuras sexuales. Escrito con un aire a la
naranja mecánica, el grupo de
colegas, de su mafia o cuadrilla o clan se pasan el día fumando porros,
metiéndose cocaína y emborrachándose a cubatas. Este grupo de adolescentes o de
jóvenes conducen frenéticamente en sus coches o se cuelgan de un puente sobre
las autopistas de Madrid. la novela está redactada con una narrativa alucinada
y una atmosfera entre sueño e irrealidad y a mitad de camino entre el retrato
generacional y un diario de anécdotas macarras. La forma en que está escrita sí
que parece corresponderse con que se escribió una noche de borrachera. A veces
aparecen nombres de películas o grupos musicales o marcas comerciales, algo
plenamente postmoderno. Y por supuesto los nombres en inglés de estos cantantes
o filmes están escritos como suena en el idioma castellano, no como se escribe
en la lengua originaria.
La
obra es tragicómica, pero acaba de forma muy trágica con un final abierto. Uno
de los chavales, con la sospecha de que sea homosexual, es emborrachado hasta
que muere. Le meten un embudo en la boca y le van echando alcohol. En cierto
sentido tiene el aire del señor de las
moscas, donde los niños se pelean entre sí en relaciones de poder. En
general esta obra me ha recordado a esas obras; el señor de las moscas (por la
crueldad de unos niños, en este caso adolescentes), a la naranja mecánica (por
la violencia, las conductas anti sociales y el lenguaje inventado del futuro en
una novela y del spanish english en la otra) y también a generación x, la
película y libro Transporttin (por
el mundo de las drogas, la heroína, el speed, costo, marihuana, las pastillas,
las drogas sintéticas), amerycan shyco donde también hay violencia callejera.
Me recuerda al retrato que Carmen Laforet hace de sus amigos universitarios en Nada o el que hace Pla en el cuaderno gris, si bien aquella juventud
era existencialista y nihilista pero no violenta como la de este libro. Del guardián entre el centeno me recuerda
el tono sencillo y fresco del adolescente que relata su propia vida. En este
caso podemos ubicar historias del kronen como una novela bildurs roman, de iniciación.
Además
del éxito de ventas de Historias del Kronen (éxito de público pero rechazo de
la crítica) otros escritores fueron metidos en esta generación inventada
llamada del kronen. Ray Loriga escribió
varias novelas en la línea de la obra maestra de Mañanas. Escribió Héroes o Tokio o el hombre que inventó
Manhattan. Además, Ray Loriga compartía con Mañas la edad. Esta generación
se caracteriza porque todos eran veinteañeros o treintañeros cuando publican sus
obras. Ray Loriga tuvo un romance sonado con Cristina Rosenville, que era la vocalista de un grupo musical y
cantaba aquello de “cuando crees que me ves cruzo la pared, hago chas y
aparezco a tu lado” Todos estos escritores rondaban los 30 años y sus personajes
de los 20 a los 30. Es decir que eran autores y personajes jóvenes. Lola becaria, Lucia Extebarria fueron
la parte femenina de la generación. La bermeotarra Lucia Etxebarria escribió amor, prozac y dudas. Lo de Prozac nos
suena todos al libro Nación Prozac y
lo de las chicas buenas y chicas malas al libro de autoayuda; las chicas buenas van al cielo. Lucia
había leído ambas obras, ella misma defiende la intertextualidad y los
homenajes a otros autores. La idea se le había ocurrido trabajando para revistas
de moda.
Lucía
escribió varios cuentos sobre mujeres jóvenes, cada una había escogido un
destino diferente; estaba la literata trasgresora y rebelde (un poco la propia
Lucia) que había acabado trabajando tras la barra de un bar porque le parecía
más ético que trabajar para la publicidad. Antes que venderme al sistema me
hago puta, era el lema de esta chica mala (ya se sabe; las chicas buenas van al
cielo y las malas a todas partes) La otra mujer es una psicóloga amargada, una
trepa ejecutiva y yuppi que sin embargo es infeliz y desgraciada en el amor. En
este perfil de mujer Lucia retrata a la super woman de las empresas y
multinacionales (también hay mucho de Lucia en este personaje) Es el prototipo
de mujer que antepone su carrera profesional a su vida y a sus amores. Y el
tercer personaje es un ama de casa, aburrida, histérica y neurótica,
obsesionada con el orden, y con ser buena madre esposa… ya saben, otro ángel
del hogar. Lucia escribió también su primera novela, Beatriz y los cuerpos celestes que fue premio Nadal. Cuenta las
desventuras de una bisexual, Beatriz, que viaja a Irlanda de intercambio y
conoce a una lesbiana de la que se enamora. Luego Lucía Extebarria ha seguido
escribiendo recopilaciones de historias como cosmofobia, nosotras que no somos como las demás, una historia de amor
como otra cualquiera, y también ensayos de literatura y feminismo. Lucia simpatía con la postmodernidad, el
feminismo, los movimientos situacionismos (en la novela lo verdadero es un
momento de lo falso), los gays y asociaciones LGTB (la travesti Divine sale en
un relato), el ecologismo, el yoga y una especie de hipismo de final de
milenio. En mi opinión su obra maestra es De
todo lo visible e invisible que es la historia de una escritora y directora
de cine, ella misma, que intenta suicidarse. En esta novela aparecen todos los
grandes genios de la movida y quizá podamos considerarlo una novela “kronen”.
Aparece Pedro Almodóvar o Alaska e
incluso Juan Manuel de Prada y Espido
Freire. Con otros nombres, claro. Estos dos escritores han sido metidos en
el invento de generación kronen, si bien ambos son ideológicamente más
conservadores y formalmente escriben más clásico, menos experimental. Juan Manuel de Prada, nuestro baracaldés
internacional, comparte con Laura el gusto por escribir novela histórica. Ambos
han escrito sobre Santa Teresa de Jesús. Espido
Freire en melocotones helados
hace una historia de la guerra civil en la que aparece una secta. (el tema
secta sale en el contenido del silencio,
novela de Lucia Etxebarria) Luego Espido ha escrito novelas fantásticas como Diabulus in música, Irlanda, nos espera la
noche que tiene tema fantástico, un aire fantasmal de cuento gótico y nada tiene que ver con lo kronen. Quizá su
confesión de haber sido bulímica y su ensayo sobre el primer amor, los cuentos y los mileuristas sea lo más kronen que
esta mujer ha escrito. Juan Manuel de Prada tiene un estilo muy clásico,
influencia de Cela y Umbral, y
escribe novelas perfectas formalmente como la tempestad o las máscaras del héroe. Ellos mismos se han declarado
independientes de la generación. Otros autores kronen son Juan Gracia, Ramón Alcoberro, Luis de la peña, Juana , Benjamín prado,
Nicolas casariego, Fernando Gallican, Enrique Urbijo, Paula Urquijo, Marta Sanz,
Pote huerta, Pablo gonzalez cuesta, pedro Maestre, Francisco Casavella y película como Mentiras y Gordas, o la Juani o el cine de Elias Querejeta o películas como barrio, princesa o los lunes al sol y otras de Fernández de Aranoa.
En esta generación podemos meter el cine de Gracia Querejeta (hija de Elías) o incluso a Alex de la Iglesia,
Medem, Amenábar y Almodóvar.
El
termino generación kronen va desde el hipismo de los años 70, la música protesta
y cantautores hasta fenómenos más modernos de la contra cultura como el hip
hop, los hípster, los góticos y emos, los nihilistas, el grupo Nirvana… en
general esta literatura se caracteriza por su frescura y espontaneidad. Está
escrita a salto de mata, a la velocidad con la que se vivía la post movida. Está
escrita en ordenadores y en cafés, en ese proceso desde el café Gijón hasta
comunicarse el escritor por email, Facebook o wasap como un genio aislado y
romántico. Son novelas por tanto escritas de prisa, sin mucha documentación (no
así las de Prada), escritas con menor sensibilidad, cercanas a la calle. En
todas ellas hay más influencia del cine y de la música que de la propia
literatura. Todas son meta literarias e intertextuales. Se citan marcas,
comercios, productos de la sociedad pop y del consumo… No tienen compromiso
social si bien su retrato realista hace una fotografía de cómo se vivían en los
barrios obreros postindustriales. Aparecen los fantasmas del paro y la droga,
los últimos románticos, los últimos existencialistas y los últimos marxistas.
El fracaso de los meta relatos e ideologías comunistas y socialistas o sociales
es otro de sus temas. Es un clima de desasosiego, melancólico, romántico, un
aire de derrota y fracaso.
Siguen
el realismo español clásico, pues son relatos costumbristas del día a día. Y al
igual que los autores realistas reflejan el habla popular. Igual que los
realistas su discurso es inductivo y conductista, o como decían los realistas;
beahuvorista. Al escribir están imponiendo una visión de la vida, una
cosmología determinada y lo hacen de forma brusca, sin transiciones ni dulzura.
De
los románticos comparten ese aire fantasmal de las cosas muertas, de las
ideologías derrotadas, la cultura del antihéroe en su ciudad en crisis y paro.
Es romántico porque sus personajes viven vidas rápidas, cortas, muchos mueren
de la droga y heroína. Y los finales, como en los románticos, son trágicos
también y acaban en muertes y suicidios.
Y de
las vanguardistas heredan el gusto por la trasgresión y la innovación
estilística, del lenguaje.
También
Historias del kronen tiene un aire barroco, el tratamiento del sexo, como sexo
rápido y pandémico recuerda a la celestina. El protagonista de historias del
Kronen es un lazarillo de Tormes, pues al fin y al cabo es un buscón el que
narra su historia. Y al igual que en el lazarillo, el protagonista se enfrenta
a un mundo hostil. Es rebelde “porque el mundo le ha hecho así”. Un mundo
nivelado por clases sociales casi estamentales, donde el raterillo de barrio,
el pícaro clásico español, nace y muere en su mismo barrio. Y el que vive en la
moraleja también se enfrenta a la épica de la nocturnidad y bares de mala
muerte.
¿Cómo ha cambiado el mundo literario desde
los 90? En general las clases sociales se han aburguesado y vivimos en la
tiranía de las clases medías como diría Borges. Aquella crisis de lo industrial
es ahora la crisis total, el paro, de una sociedad de servicios, del tercer
sector.
Muchas voces nos dicen que no queda ya nada
de los kronen, que es una generación muerta y superada por el best seller y el
libro comercial. Hoy en día los líderes de venta son las novelas históricas de Matilde
Asensi, Falcones Navarro, Dolores Redondo, Julia Navarro, etc y los libros de
autoayuda, la novela rosa y la de crímenes.
“No pintáis nada en el mundo literario, Estáis muertos”. Aquellos que
recuerdan a esta generación se les acusa de haberse quedado anclados en el
pasado, que no evolucionan con los tiempos. Y los tiempos son cada vez más
rápidos. Y aquel que se queda desfasado en la música nostálgica de la FM enseguida
es llamado casposo, retro progresista, anticuado…José Ángel Mañas siguió
escribiendo novelas después de su gran éxito. Pero Mensaka, soy un escritor
frustrado y mundo burbuja e incluso caso
Karen parecen secuelas de su gran obra. Sin duda, es un escritor de una sola
novela. Los temas siguen siendo los mismos; un profesor de universidad
frustrado como escritor, una chica violada, un mensajero en moto y un mundo burbuja
de sociedad liquida, pecera y nueva era. Para finales de noviembre está previsto el
estreno de Generación Kronen, un documental que recuerda lo que significó hace
21 años el libro Historias del Kronen Este libro fue finalista del premio
Nadal. La película homónima fue
realizada por Montxo Armendáriz, y en su día ganó el Goya al Mejor guión
adaptado y llegó a presentarse al Festival de Cannes.
José Ángel Mañas fue, quizá, el primero (o el más exitoso)
de una larga lista de jóvenes escritores que irrumpieron con fuerza en el
panorama literario de los noventa, y entre los que se encontraban también Pedro Maestre o el fallecido Francisco
Casavella (aunque éste siempre fue otra cosa). Por aquellos años, el
sociólogo y antropólogo Luis Mancha escribió una tesis
doctoral basada en entrevistas a muchos de los protagonistas de aquella locura.
Ahora, ha intentado contactarles de nuevo para saber qué fue de todos ellos y,
sobre todo, para recordar cómo fueron aquellos años, en los que las novelas de
aquellos jóvenes de repente se vendían como discos, en los que toda una
generación literaria hablaba a sus contemporáneos con su mismo lenguaje y
sobre su propia vida.
Mañas es hoy un maduro hombre de 44 años. Toda aquella
fiebre editorial, fruto de un negocio con sus propias reglas, se acabó tan
intensamente como había empezado. Hoy casi todos aquellos autores
siguen escribiendo, pero ya sin el paraguas de generación alguna: son
independientes, para bien y para mal. Entonces ser escritor era otra cosa. ¿Qué
acontecía en aquellos años 90? El neo capitalismo se había erguido soberano
frente al comunismo. EE.UU. era el líder, como ahora. se celebraban los juegos
olímpicos de Barcelona con Kobi y la exposición universal con Kurro y el
mundial de fútbol con Naranjito, pues España estaba en la Unión Europea y en la
OTAN. Gobernaba Felipe y luego Aznar. Los actores que protagonizaron Historias
del Kronen, muchos de ellos siguen formando parte de la industria (Juan
Diego Botto, Jordi Mollà, Aitor Merino Uno de los chicos con el que el
personaje de Botto se colgaba del viaducto era un extra llamado Eduardo Noriega. Un poco después,
gracias al éxito de la película Tesis, de Amenábar, se convertiría
en uno de nuestros más famosos actores. Mañas tiene la responsabilidad de ser el padre de la ‘Generación X’ española, esa corriente
literaria que comenzó a principios de los 90 y que se basa en el realismo
sucio, crudo y cercano, demasiado en ocasiones. Es un movimiento
que no se ha tomado demasiado en serio y se ha visto como un fenómeno puntual y
accesorio, que obedecía a una necesidad de relatar esa forma de vida en los 90.
José Ángel Mañas nació en Madrid en 1971. Va siempre vestido de negro, con sus
gafas de sol (un look parecido al de Loriga) Viste pragmático y funcional. No
le preocupa vestir elegante, aunque en las novelas de los kronen siempre están
las marcas de ropa como otro elemento de cultura pop. Tenía 23 años cuando
cosechó el éxito. Sigue siendo joven, aunque peina canas por la cantidad de
premios y reconocimientos que acumula. Mensaka, Ciudad Rayada y Sonko 95 son
las obras complementarias a esta primera y contextualizan la época de las
drogas, el desfase, el alcohol y el sida.
El lenguaje ágil, natural, actual y cercano de sus personajes fluye como
si él mismo fuera parte de una de sus novelas. Hemos de reconocerle como padre
de una gran novela y de rebote -por qué él nunca lo pretendió adrede- en el
inventor del nombre de una generación que algunos menosprecian y consideran genero
menor mientras otros la siguen idolatrando.
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