Ignacio Aldecoa 1925
1969 pertenece a la generación del 50 junto a su mujer Josefina Aldecoa, el
matrimonio Carmen Martín Gaite y Ferlosio, Benet, Matute etc Tenía 44 años
cuando murió (santos tenía 40 cuando muere) Y También lo hemos metido en el
saco de autores malditos. Tenía el hígado hecho polvo, pues bebía y fumaba, y
por eso muere a los 40. En el parque de la florida de Vitoria hay una estatua y
la biblioteca llamada Aldecoa en su honor. Su muerte fue todo un símbolo
generacional y de ella habla Carmen Martín Gaite en esperando el porvenir. Fue
un final de una época, la primera muerte de un compañero de generación que
vivían y por eso se convirtió en un símbolo. Fue ante todo cuentista y escribió
el fulgor y la sangre, con el viento solano, gran sol, y casi una novela.
También escribió poemas como la historia de Pili (en el que usa el lenguaje de
la calle y de la época; anda ya, vamos a por cacahuetes, bajo la luna
fosfórica, vámonos de lo obscuro) Su narrativa se compara con las descripciones
del Jarama de Ferlosio o Alfanhui. Es el narrador del atardecer de Madrid sobre
el rio. Su novelística es neorrealista, influenciada por el cine neorrealista
italiano y tiene un rollo cinematográfico, van pasando varios personajes como
en una película; la castañera, el ciego, los soldados, la cerillera, el del
quiosco... nos encontramos por tanto ante una narrativa costumbrista pero no
convencional sino experimental y vanguardista en la forma. Va pasando la cámara
de uno a otro, fijándose en los detalles como si se estuviera rodando una
película. Sus novelas tienen planos casi cinematográficos. El narrador no solo
es omnisciente, sino que opina, interviene, opina sobre lo que los novios
tienen que hacer. este relato de Pili y su novia tiene una intención irónica;
hablarnos de cómo era el proceso de cortejo en la época. El narrador del Jarama
no tiene la ironía que tiene Aldecoa. Es el atardecer de la ciudad, la
descripción de los insectos pequeños y todos los elementos del paisaje. Tiene
un punto humorístico, pero crítico. Sus diálogos son previsibles, las circunstancias
condicionan el comportamiento de los personajes (están media hora discutiendo)
Es crítico con la España de la época y por ejemplo con los soldados que
abandonaban a su novia para ir al ejército. A veces nos parece estar dentro de
un fragmento de una película de Berlanga; placido, el cochecito, el pisito, el
verdugo. Es un relato costumbrista. Cela hará una cosa parecida, pero es muy
distinto de Aldecoa. Aldecoa tiene ternura hacia los personajes y Cela es cruel
con ellos, no tiene lástima ni de los subnormales, aparecen reflejados como si
se riera de ellos. La colmena estilísticamente no se parece en nada a la obra
de Aldecoa, aunque ambos experimentan con la forma. Reflejan la falta de horizontes
de aquella época y los roles, lo que se espera del hombre o mujer. son autores neorrealistas,
no panfletarios. Ferlosio se fue más por lo fantástico como en su relato de alfanhui.
Este texto trata de una pareja de enamorados que la guerra separa. él debe partir al frente. Tras la última parada del
tranvía, vuelven a la parada final. Los chavales no son corteses o serviciales sino malvados y le atan unas latas al perro en la cola. Hace
una descripción de la casa ladrillo, la virgen de escayola, las chabolas. No
hay tratamiento cruel de los personajes como en Cela. Los deja delante,
nosotros lo vemos. El protagonista puede ser un pobre diablo, que le pagan mal,
pensamos de el, nos da hasta pena. Aparece un perro suburbano en huida que por crueldad
infantil le han atado latas en su cola. Aldecoa sigue los modelos americanos,
la estrategia de Hemingway de escribir con mucha acción y pocas descripciones.
El relato es un iceberg, en la superficie vemos solo una milésima parte del mar
pero si profundizamos por debajo del agua encontramos el sentido de la
historia. La parte que no se ve del iceberg, lo que no se cuenta, es lo
principal. Igual que en los cuentos de Chejov. Su intención es criticar la España
de la época. Estos textos pasaron la censura de los 50 y 60. Reflejan la falta de
perspectiva y diálogos chorras con descripciones dramáticas. Era imposible
censurar nada pues eran fotografías fieles de la realidad. Aldecoa publica
cosas trasgresoras en el extranjero. Siempre hay en él una cercanía a los más
humildes, a los tirados y degollados de la sociedad. Él mismo vivía como un
vagabundo, libre, y solo atado al alcohol. Sus personajes son muchachos de la
calle o un boxeador o una pareja de enamorados. Aldecoa es mejor cuentista que
novelista y fue además un renovador del cuento en España.
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