El
protagonista es un veinteañero pequeño burgués, un hijo de sesentayochistas,
que desprecia todo lo que sus padres lucharon por cambiar el mundo. Rechaza toda
ideología, todo romanticismo y cualquier forma de sensibilidad que considera
debilidad. Es un “súper hombre” que, como en la naranja mecánica, se expresa
violentamente, guiado por sus instintos. Es un personaje al que llegamos a
odiar, pero también amar. Es un consentido, un niño mimado criado en un chalet
de la moraleja. Es creído, egocéntrico, idolatra. nos cae fatal precisamente
porque el mundo esta lleno de ellos. Se enrolla con tías, pero ni siquiera las
escucha, siempre está pensando en otra cosa y se desvincula de ellas tras echar
el polvo. Abandona todo en cuanto ve problemas. No se compromete con nada. Es un
ser a- político, a- moral, aunque siempre hay moral incluso en la contra moral.
Me gusta como se ha tratado al personaje
protagonista en la novela. Casi siempre el narrador y el protagonista suele ser
un ser centrado, razonable, callado, simple, pero aquí el
narrador es un personaje inestable y complejo, retratado psicológicamente con todo
detalle. La novela actual tiene mucho de autobiográfica y Mañas no escapa de
esto. En el personaje protagonista vemos al héroe juvenil, al rebelde, y también
al anti héroe que es José Ángel Mañas. No se emplea un narrador pasivo de lugares y personajes que no
evolucionan sino un narrador ágil, mutable, dinámico. Es un personaje que evoluciona
durante la novela. Está atrapado en el mundo de la droga y los yonquis heroinómanos
y el sexo rápido. Su retrato escapa a todo sentimentalismo o sensibilidad. Es homofobo,
insulta a los gays. Es machista. Es racista. Es un personaje muy inmaduro,
aunque nos de la falsa ilusión de que cambia durante la novela, se hace algo
más amable. En el fondo es un peter pan, un narcisista, un egocéntrico, anclado
en el mito de la juventud eterna, en el Dorian Gray. Hace trastadas, se mete en
líos, la lía con sus amigos. No se
inmuta ante la muerte de su abuelo, ante la vida de la drogadicta con la que se
acuesta, ante un suicida que no ve sentido a la vida. Su madre se preocupa por
el, el padre solo trabaja y no esta en casa nunca, es un padre ausente y
pasota. Sus padres no pueden con él. Ni siquiera siente amistad por sus propios
amigos, sino que son colegas torrenciales con los que siente afinidad, pero sin
mucha empatía. Las relaciones con su cuadrilla son de colegueo, de falsedad, de
hipocresía, amigos de bares y borracheras, pero con los que no comparte
sentimientos. A veces parece un personaje in humano, frio, duro. Es un retrato típico
de antihéroe.
Está escrito
en forma de diario, pero nada intimista. Es un retrato realista y
desesperanzado. En su forma es realista y en su fondo es romántico. Tiene un
fondo romántico en cuanto idealiza la noche, las drogas, las aventuras… pero
está escrito en forma de realismo sucio o de híper realismo. Aparece la forma
de hablar de la calle, la gramática parda. Emplea un lenguaje soez, malhablado,
sexista en ocasiones. Se escriben los anglicanismos tal y como suenan en
nuestro idioma. Es decir, que emplea una especie de spain-english, un inglés macarrónico.
Aparecen los términos que no comprende este universitario tal como él las oye,
como se pronuncian.
La
máxima de la novela es el Carpe Diem “Vive el momento” o más concretamente el
“Do It” (no lo pienses, hazlo) , a la vez marca y eslogan de ropa y mochilas Nike.
Esto nos recuerda el collige virgo rosae, coge las flores antes de que se
marchiten. El protagonista y sus amigos viven al límite, y viven situaciones límite,
siempre metido en líos, peleas, rollos…incluso se balancean por un puente y se
cuelgan de el con la M30 abajo. Tienen conductas anti sociales y sucidas. Otros
personajes son Raúl o Carlos. Pedro es un pijo, estudioso, pero desde que sale con Silvia, su novia, no se le ve el pelo al tío. Ha abandonado
a sus amigos. Todos los personajes de la novela van madurando menos Carlos, tiene
21 años pero parece tener 10 años y haberse estancado en la adolescencia. El
lenguaje desgarrado, realista, de la calle, parecen conversaciones reales. Aunque
el lenguaje queda ahora desfasado porque han evolucionado los vocablos. No
sabemos si Mañas iba con una libreta apuntando las expresiones de sus amigos. No
sabemos lo que tiene de autobiográfico. Es una narrativa alucinada y fresca,
original, un retrato contemporáneo y generacional.
La
trama central gira en torno al Kronen, un pub de mala muerte donde se reúnen a
fumar porros y hablar de fútbol una panda de amigos, ”una mafia de chunteros”. Aunque
aun estamos en la etapa dura de Sexo, Drogas y Rock and Roll aun no han llegado
la insulsa música Tecno ni la fiebre pastillera y de diseño. Es la época justo
posterior a la movida madrileña (Con canciones hippies, baladas y ganas de
cambiar el mundo) y el inicio del Bacalao.
La música protesta y dura y el tecno es la banda sonora de este grupo de drogatas. Manolo
es el dueño del Kronen, cuando él no está, su hermano se encarga de la barra. A
veces sale estos mocosos. Les pasa “material”.También
pasan por el bar Yoni, un drogata, Ramón, un borroka con sus camisetas de Metálica.
Y las pijas de la facultad, tías macizas como Nani y Sofi. Silvia o Laura., pero que
por desgracia van de intelectuales y no son chicas fáciles. También esta Pedro, que pertenece a otra
cuadrilla. Roberto es el mejor amigo de Carlos, le
aguanta cuando bebe y se drogan juntos, y lo idolatra en secreto. El protagonista se encuentra
con conocidos, antiguos amigos del pueblo o de campamentos como Elena con la que se enrolla. Esta banda no duda en
pelearse contra unos fachas neonazis. Y la novela está llena de anécdotas. Los coches
y las motos y la velocidad están muy presentes. El whysky, los porros, las
rayas, las pastillas, el fútbol, metálica... la pandilla se relaciona con
comentarios faticos, entre vaciles y signos de camaradería. No es una generación protesta, ni una contra
cultura undergroup, es una generación X, no future, es la generación perdida. No
luchan por cambiar el mundo sino acaso por auto liquidarse a ellos mismos. No hay
esperanza, sino desazón, incertidumbre, ambivalencia, nihilismo. Es una
generación sin ideales ni esperanzas. La noche finaliza, se encuentran borrachos en cualquier lado,
vomitando en las esquinas. Se meten una raya en el baño, y después se van todos
los niños bien a su casita a dormir la mona. ¡Y que
Casita! Carlos no es el arquetipo de yonqui pobre, de barrio obrero, sin
posibilidad de estudiar o prosperar, perdido por malas compañías. Carlos no
tiene un hogar roto por las drogas, un padre maltratador y una madre toxicómana
y sin más salida que la droga. Carlos no es pobre ni tiene una familia
desestructurada. Carlos vive, por el
contrario, en la Moraleja (La zona residencial más cara y famosa a las afueras
de Madrid) con una familia nuclear y rota, no es una
familia desestructurada económicamente sino moralmente, disfuncional. No es tampoco la familia feliz de las series americanas. El protagonista
no cree en la democracia por la que sus padres lucharon durante la transición. El
abuelo, ex combatiente de la guerra civil, se muere. Y su nieto no logra sentir
pena por él. El padre solo vive para trabajar y no esta en casa nunca. El
hermano pequeño está obsesionado con las consolas o al menos juega a la nintendo en la novela y la hermana siempre está colgada del teléfono. Tienen una “chacha”,
una filipina emigrante a la que explotan y a la que insulta y menosprecia
Carlos. Sus padres tienen profesiones liberales. Rodrigo es uno de sus vecinos y Miguel es el camello de la moraleja que les
pasa a todos. Se suele drogar antes de ir a nadar a la piscina y lo gozan... el
protagonista apenas duerme, se hace pajas, siestas de 4 horas. Su vida es
desordenada, caótica y sin disciplina. Es un adolescente pasota y holgazán,
vago y comodón. En la novela aparece su novia, o su rollo. la novela es una
sucesión de escenas en el bar kronen, de anécdotas y líos en que se meten. No quiero
destripar el final pero es un final trágico en el que emborrachan a uno de los
colegas con el que se meten pues sospechan su homosexualidad. Aparecen
bares como el Kronen, el pub Riau Riau o Barflais o El Jaque Mate. Escuchan grupos
de música como metálica, el leño, La Banda, Dedé y aparecen zonas de Madrid
como las Ventas, La M30, La Castellana o Malasaña
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