Luisa Futoransky escribe en parís,
es premio de las letras francesas. Escribe carta de parís, literatura llevada a
la radio. Eran unos diarios que ella escribía contando lo que había hecho
durante el día con el grupo bohemio Pánico de Paris. El grupo pánico lo
integraban Topor, Jodorowsky, o Fernando Arrabal. Luisa escribía lo que sentía
de estar una tarde con ellos. 4 de esas cartas las tiene Carlos de Agustín
grabadas en cintas de casetes metálicas que duraban toda la vida. Si las cintas
valían 100 pesetas, las metálicas podían valer mil. Luisa Futoransky estudió con
Borges. Pertenecían a una misma asociación de poesía como la vizcaína. Ella
hizo sus másteres en argentina y trabajaba en China, en la radio de Pekín,
haciendo entrevistas. En una de ellas entrevistó a Borges en directo porque ya
le conocía. Hablaron de la magia, y la literatura fantástica. A comienzos de
los 80, escribe los cuentos chinos, pinceladas con mucha ironía y humor sobre
situaciones de la realidad. Escribió luego la sanguina. Tuvo mucho éxito en
Francia. Herralde en Anagrama le público un libro llamado de pe a pa, de Pekín
a parís. Ella era argentina afincada en París. ¿Qué tiene que ver con la
cultura china? Para ganarse eso que se llama vida aterrizó en París, y trabajó
para emisoras de radio Pekín, en castellano para todo el mundo. Divulgaba la
obra de los grandes. Había estudiado con
Borges. Esta entrevista con el maestro se
ha metido en miles de sitios. Debe seguir viviendo parís, tendrá ahora 70 y
muchos años. Sigue haciendo recitales de
poesía por toda Francia, donde la llaman. Hizo una gran labor cultural divulgando
literatura entre el gran público.
¿La Bohemia de Topor Jodorowsky
en qué consistía? En hacer que la literatura que es fantasía se traslade a
todos ámbitos de realidad. A través de la sicomagia, o la provocación con
lenguaje, a través del happening, la performance y las habilitaciones llevan la
fantasía a la realidad. Todos los miércoles Jodorowsky echa las cartas de tarot
en un café de París. Juega con la realidad vista como una novela. Hace una
interpretación mágica y de lo cotidiano hace algo mágico extraordinario. Vienen
del surrealismo de París, de André Bretón y el grupo comunista y surrealistas y
dadaístas. Topor publica la cocina caníbal, una novela llena de crueldad dentro
del humor. Luisa fue con el y dijo; con Topor ganamos el día. Es un dicho de
manera preciosa. Es una frase que quiere decir que ese día ha merecido la pena,
que se lo pasado genial. En los 80 y muchos, sale publicado la cocina caníbal
en editorial Mondadori. Son recetas de cocina, pero donde lo que se cocina no
son animales sino seres humanos. Se coge un enano, se rompe en trocitos Se le
trocea. Se le pone unas papitas y se le come. Ya tienes un enano cocidito. Luisa
Futuraski siente que ha aprovechado bien el día hablando con Leonard Topor. Este
grupo se llama pánico por el dios Pan, de la alegría, la naturaleza, la fiesta
dionisiaca. Mezclan el mundo real, comunista, político, con el fantástico. Salen
a bares, leen el tarot, juegan al psicoanálisis y a la revolución, toman cafés,
experimentan con el lenguaje, hacen obras de teatro, sicodramas, expresiones
corporales… tenían relación con Ionesco, o Samuel Beckett o Pirandello, con el
teatro del absurdo. Tienen relación con el surrealismo. No coincidieron con
Bretón, el padre del surrealismo, pero heredaron su magia. Arrabal conoció a Dalí,
al que Breton le echó del grupo. Al margen de la ideología, tratan de resucitar
la Vanguardia surrealista. Y el Dada. La belleza será compulsa o no será, decía
André Bretón. El objetivo es la provocación, la sorpresa, el cambio. Epatar la
burguesía. Desmitificar y romper con el conservadurismo burgués. Empiezan con
la idea social. Muchos militaban en el partido comunista. Hay una ruptura con ese
conservadurismo y una reivindicación de la vanguardia. Dentro del grupo hay
posturas anarquistas, existencialistas, nihilistas. Quieren romper el orden
conservador burgués, estructurado en la disciplina. Buscar otra realidad, a través
del Inconsciente, siguiendo las teorías freudianas de sublimar y no reprimir.
Todos los grandes escritores y artistas se han sicoanalizado. Deberían sicoanalizarse
mis padres. Siempre es buena la introspección del alma. Para los psicólogos
conductistas. Jodorowsky es un bufón, los psicólogos no pueden soportar a este
charlatán vendedor de humo sin ningún rigor científico.
El psicoanálisis.
No veo el sentido que tiene estar
una hora hablando y que termine la hora o los 45 min y solo haya hablado yo. El
sicoanalista pone el reloj y va anotando tonterías en su libreta. Yo sentado en
el diván le hablo de lo que me sale; presente, pasado, futuro. No buscan el
conflicto. La solución la vas entendiendo a medida que hablas. Te toma datos
para conocer lo que eres. Al terminar la sesión, no te da ningún consejo, ni
ayuda. Somos adultos y nadie te va a solucionar la vida, claro está, pero ¿qué
sentido tiene que un psicólogo anote durante meses tu historia y luego le
cambien de ambulatorio? Tienes que empezar de nuevo a contar tu vida al nuevo psicólogo.
Con su pluma y bloc apunta todo. Al final solo si hay algún momento de intervención
en que habla contigo. Te cuenta o que el crea conveniente. La terapia tiene el
sentido de que vayas sacando todo. Como en un corte de digestión necesidad
vomitar, tirar todo. El no da ninguna pauta. Toma notas para saber con quién
diablos esta, escribe lo que siente el cuándo le hablas de lo que te angustia.
Toma conciencia de con quien está hablando. No busca el conflicto. Quizá te
diga que no te conviene hacer un viaje. Te da cierta pauta, te dirige en el buen
sentido. A veces la relación actual familiar viene del pasado, de traumas.
Incidirá contigo sobre esos hechos. Se dará cuenta de que hay puntos de
referencia que se repiten en tu discurso. Los psicólogos conductistas de cuando
éramos niños te decían lo que tienes que hacer, obedecer el mandamiento de Dios
de honrar a tu padre y madre y es una forma de terapia que tiende a
infantilizarte. En el psicoanálisis el q eliges eres tú. Como una madeja cerrada,
los hilos van saliendo, y al final quizá en vez de constreñido te quedes más
liviano. Sacas lo escondido, lo reprimido. Quizá yo esté sobre diagnosticado.
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