Valle Inclán nace en Villanueva de Arosa
en 1866 y muere en Santiago de Compostela en 1936. Todos lo conocemos por luces
de bohemia y por la serie del marqués de Bradomín, un don juan feo católico y
sentimental. Este personaje aparece en las sonatas de otoño, Primavera,
Invierno y Estío. Es una revisión del don juan de zorrilla pero también del de
Moliere y Lord Byron. Es un romántico en una época no romántica. Valle Inclán nace
en la época en la que el realismo estaba extendido por toda Europa, pero este
realismo ya cansaba y empiezan las vanguardias. Él no cree que la realidad sea
única, que todo lo real fuera racional y por eso inventa el esperpento. El esperpento
es la deformación de la realidad hasta hacerla un mal sueño o una pesadilla. Es
una distorsión disparatada de la realidad, algo dadá, hemos de olvidar la
lógica para entenderlo. El esperpento siempre es exageración. Valle Inclán exagera
y deforma la figura del dictador, del caudillo. Es lo que hace en Tirano
Banderas que es la caricatura de los dictadores hispanoamericanos. Lo escribió
en su viaje a México. Valle Inclán llega a España con una identidad inventada,
completamente disparatada. Dice ser un indiano que ha hecho las américas y
encontrado un tesoro allí por lo que es inmensamente rico. en realidad, Valle Inclán
era pobre y vivía en una buhardilla que le habían alquilado en una pensión. Era
tan pobre que dormía en una cama en la que no cabía pues era muy alto. Sufrió la
estrechez económica. E realidad sus orígenes
están en Galicia, pero él presume de un título nobiliario, aristocrático, que
no tenía. Hemos de imaginar su entrada en el café Gijón con su larga barba luenga
y gris que se mesaba continuamente y sus gafas de estilo quevediano. Seguramente
causo mucha impresión entre los escritores del 98. La generación del 98 era una
generación de personajes, cada uno se caracterizaba con un atuendo determinado;
las gafas de Unamuno, la boina de Baroja… Valle Inclán está entre el 98 y el
27. Asistió a muchas reuniones y tertulias literarias madrileñas. Entonces el
café de moda no era el Gijón sino el Pompo. Inventó un estilo personal. Su postura
ideológica era de izquierdas. Se enemistó profundamente con el dictador Primo
de Rivera y ambos se ridiculizaban en público. Su postura artística es el
modernismo, el purismo, el arte por el arte, el novecentismo, el simbolismo. En
el modernismo lo importante no es el fondo o el argumento sino la forma, el
ornamento, el lenguaje, las palabras. Rubén Darío, nicaragüense, era el poeta
de moda, y en sus versos no podían faltar harenes orientales, princesas,
cisnes, tigres, espejos, flores raras, exotismo… Valle bebé del simbolismo de Rimbaud,
Verlaine, Baudelaire, Apollinaire.. de la bohemia parisino. Fue director de la
academia de bellas artes. Inventaba batallas de guerra, mitad reales, mitad
imaginadas. Tiene una trilogía sobre la guerra carlista. Él defiende a los cruzados
de la causa. Critica el resplandor de la hoguera y a los gerifaltes de antaño. Unamuno
también había escrito sobre el carlismo en paz en la guerra. Además de sus
sonatas de las cuatro estaciones donde retrata jardines umbríos, escribió las
llamadas comedias bárbaras; águila de blason, romance de lobos y cara de plata.
También escribió divinas palabras, genialmente interpretado por Ana Belén. En sus
obras hay trama y argumento, pero sobretodo mucho ornamento modernista. Obras del
esperpento son los cuernos de don friolera, las galas del difunto, farsa y
licencia de la reina castiza, luces de bohemia o Viva mi dueño donde retrata la
corte de Isabel II. Decía provenir de un palacio refinado y aristocrático de
Brandeso, donde paseaba por el jardín de árboles cipreses y mirtos. En su Galicia
natal los Inclán tenían antepasados nobles. Es parte de su leyenda. Su vida
queda en el misterio y la vaguedad. En la sonata de otoño dice que entre la fronda
del laberinto florecían risas y madrigales. Valle Inclán resucita la Galicia
legendaria de las meigas y brujas. Su obra está llena de melancolía y
romanticismo, del largo susurro, del aroma indeciso. Hay musicalidad y ritmo en
su prosa. Allí el cielo es límpido, de un azul heráldico, y los cipreses
duermen en un ensueño monástico. Emplea sustantivos y adjetivos y apenas verbos
pues es descriptivo. Describe la irrealidad que había en la realidad de los
labradores o vendimiadores que podían encontrar hadas entre las margaritas. En la
mañana otoñal, en el jardín húmero y reverdecido aparecían quimeras de musgo. Una
princesa se enamora de un paje, el viento y la luz acarician las marchitas
flores. Valle Inclán no se ajusta a las normas convencionales de hacer
literatura y su narrativa es tremendamente innovadora y experimental. En las Comedias
bárbaras aparece Don juan Manuel de Montenegro, un viejo hidalgo gallego, un
noble rural. En Romance de lobos aparecen las almas en pena, la santa compaña
que marcha a Flavia longa, al pazo familiar. Allí, en Iria Flavia descansan los
restos de Valle Inclán en una modesta tumba con una cruz de palos. Valle Inclán
ha creado personajes inolvidables como el mendigo harapiento. Valle era ateo y
hace una crítica severa contra la religión, que es seca, vieja, con la cara de una
beata y el cuerpo de galga. Los pobres se deben juntar para quemar las siembras
y envenenar las fuentes, y así sembrar justicia. El pueblo se toma la justicia
por su mano. La decadencia y destrucción de juan Manuel, otro personaje de
Inclán, es una metáfora de la degeneración España. España como problema, como
país en decadencia. Dibuja un país feudal, atrasado, oscuro y oscurantista, de terror,
miseria y hambre. El pueblo era campesino y analfabeto, profundamente creyente.
A Inclán le gustan los personajes deformes, los sordomudos, los tullidos, los paralíticos.
Tiene cierta simpatía por ellos y otras veces los presenta con gran crueldad. Todo
esto influenciaría mucho en otro gallego, también marqués, como es Cela. Valle
Inclán es el padre del tremendismo. Relatar una novela exagerando sus rasgos
más sórdidos y violentos, la España negra del periódico el caso, los crímenes en
el pueblo, la violencia rural etc. El pueblo es como unos gusanos arrastrados
por el polvo de los caminos hasta los mercados y feriales de las villas. Valle
Inclán recurre a la animalización; el viento se queja con un ulular, se
arrastra como una larva. Aquellas almas condenadas de los degollados estaban
cubiertas por la mancha negra del pecado. Los pobres piden limosnas a las
puertas de la iglesia. La religión está muy presente. El pueblo arrastra una tristeza
milenaria, es un pueblo supersticioso e inculto. Hay crítica social también en
luces de bohemia. Max estrella representa al artista total, al escritor
bohemio. Se basó en el escritor Max Aub para crear este personaje. Los políticos,
los alcaldes, la policía los detienen por la ley de vagos y maleantes de
entonces. Max estrella es Don Quijote y su inseparable amigo Don latino de
hispalis es Sancho Panza. Esta obra se escribió en el callejón del gato que es
un bar que sigue existiendo en Madrid y se puede visitar. El bar es conocido
por sus espejos deformantes que son una metáfora de lo que con el esperpento
pretendía; deformar la realidad española hasta lo caricaturesco y humorístico o
hasta lo tremendismo. El esperpento lo inventa Goya, se trata de exagerar la tragedia.
Ese gusto por los fantasmas está en la tradición literaria española romántica. Y
los poetas que salen en luces de bohemia son una caricatura de los ultraístas de
la época. Estaban extendiendo las vanguardias por Europa y España.
Los héroes
clásicos visitaban la taberna, y la cárcel como Don Juan o Don Álvaro y la
fuerza del sino. Se mezcla el dolor, la risa, la conversación con los muertos,
la hechicería y brujería, las supersticiones. El personaje bohemio siempre se
repetía. ¿Qué más da que fuera Lord Byron, Antonin Artaud o Max estrella? Valle
creó un prototipo, un arquetipo literario, un símbolo. Max estrella acaba borracho
y tirado en una esquina. Muere ante los ojos de su amigo y al despertar casi le
barre la portera. ¿no había sido este el fin de Allan Poe o de Oscar Wilde o
del propio Rubén Darío? Muertos por borrachera, por alcoholismo. Un fin
autodestructivo, suicida, propio de los héroes o antihéroes románticos. La obra
de teatro es profundamente experimental y renovadora, moderna e incluso si
quieren postmoderna. Retrata la sicología del personaje. Valle se basa en el Teatro
del absurdo de Ionesco, Pirandello, Beltor Brecht, Samuel Beckett esperando a Godot, Peter Weiss.. se estaba extiendo el teatrillo de fantoches, marionetas,
guiñoles, títeres en que se deformaban los personajes. Inclán busca lo grotesco,
la inmoralidad, epatar al burgués, mostrarle la injusticia del mundo, y la mentira
e hipocresía en que vive sumido. Los espejos deformaban al hombre, le hacían
más gordo o más alto, distorsionaban la realidad que es múltiple y poliédrica,
plural y mutable, dinámica. Trasforma las normas clásicas aristotélicas de
tiempo, lugar y personajes en algo libre y trasgresor sin olvidar el ritmo casi
matemático que ha de tener el teatro. Retrata la sociedad como en una foto,
pero no una foto hiperrealista sino deformada, subjetiva. Hace sátiras y
caricaturas. España aparece criticada y llevada al esperpento en ruedo ibérico,
donde aparecen los toreros y las folclóricas y los políticos caciques y corruptos
a los que se reduce España en el tópico. Inclán, como los realistas, va por la
calle con su libreta apuntando expresiones cultas o populares, y no duda en
emplear un lenguaje coloquial, el lenguaje en que se expresa la hampa madrileña,
y el lumpen. Se hace eco de los mentideros y los cotilleos de la época y la
forma de hablar de la calle. Su gramática parda. Su teatro es innovador pues
está lleno de acotaciones y diálogos. Por ejemplo usa la expresión Tomar la
coleta (el pelo) Describe lugares que existen en sus obras como Rinconada en
costanilla, una iglesia barroca. Sus obras tienen mucho de las pinturas negras
de Goya y de la pintura negra de Solana y la luminosa de Sorolla. Sobretodo retrata
la España negra y profunda, la de las misas, los rosarios, los curas… es la
época de las vanguardias; surrealismo, dadá, futurismo, expresionismo, cubismo,
abstracto y la generación del 27 y deshumanización del arte. Se extiende la fotografía
y el cine mudo de Chaplin o Búster Keaton. Estos actores mudos están haciendo
en cine también el esperpento grotesco. El esperpento es feo, ridículo, absurdo
como el propio marqués de Bradomin y en este marques se basa Ussia para hacer
el suyo y su madre dominante. Valle es modernista en sus sonatas, porque guarda
el misterio, la vaguedad, la melancolía, y expresa las sensaciones táctiles,
acústicas, olfativas. El arte se percibe por los sentidos, por el cuerpo, por
el gusto tacto… es algo experimental, empírico, de la vida. A esa etapa
modernista le sigue la etapa de transición en que escribe Romance de lobos. En su
técnica narrativa y teatral utiliza personajes degradados. Hace una crítica
contra la religión. Emplea nuevos recursos técnicos y rechaza el teatro
convencional. Incluso aparecen rasgos cómicos. Refleja la colectividad y no un
solo héroe. Deforma la realidad, el sentido de las cosas mediante los recursos de
la sátira, el humor, la animalización, el contraste, la personificación, y el habla
popular. Por algo llevaba lentes quevedianas, porque veía en el conceptismo una
gran influencia, en el humor socarrón, burlón, amarillo y ácido de Quevedo. Valle
decía muchas frases y sentencias, algo propio en la época, como las sentencias
que decía Machado o las greguerías de Ramón de la Serna. Valle Inclán siempre
paseaba por la Plaza del sol con una bufanda. Se le podía ver por el paseo de
recoletos, el barrio de los Austrias o el callejón del gato. En su juventud es
carlista pero después se hace republicano. Al igual que Unamuno, retrata al héroe
Zumalacárregui. Era nacionalista gallego, nacionalista español, pero también
liberal. En realidad era un personaje contradictorio. Él se inventó que había
sido soldado de tierra de la nueva España y que en las américas había perdido
un brazo sirviendo a la patria. Y se había quedado manco como Cervantes. Quizá por
ello pueda parecer un reaccionario de las glorias pasadas cuando en realidad
fue un crítico con las colonias como todos los del 98 y de tendencia liberal,
anarquista, trasgresora y libertaria. En él hay un gusto modernista por lo
antiguo y neoclásico pero también por las vanguardias. Vivió entre la época de
luz del modernismo (la pintura de Sorolla) y la época de sombra el 98 (la
pintura de Solana)
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