CONTRA EL PENSAMIENTO ÚNICO
¿Cómo se puede luchar contra el pensamiento único? Pues pensando, así de simple.
Pensamiento único no es algo propio sólo de nuestra época; toda la edad media tuvo carta magna el cristianismo para establecer el pensamiento único (o lo que los sicomarxistas llamarían el principio de realidad, ellos decían lo que era la realidad) Y luego Dios sería revelado por la diosa Razón y la realidad era lo que entrara en los esquemas racionalistas (todo lo que es real es racional y lo que es racional es real. Hegel) Y de la Razón de Estado a la Diosa Economía. Siempre en la historia ha habido pensamiento único pero tampoco ha faltado nunca quien se revelara pensando estrambóticamente, lunáticamente, friki, diferentemente. (¿es esa la diference a la que se refiere Derrida?).
PARTO DE CIGUEÑA
¡Es un misterio! ¡de la vida surge vida! Un parto
nos parte en dos, a mamá y a mí, como la rama de la que por proto- génesis
brotan dos hojas. Nos parte en dos en el sentido platónico del termino: ese
mito del andrógino. Ya siempre vagaremos buscando esa otra mitad, buscando el
calor de la placentaria placenta, buscando que nos dejen volver al paraíso
infantil del que nos expulsan, pero no cuela, sólo podemos volver a ser niños
en la vejez, de lo contrario serás un Kalimero con cascarón por cabeza y esta
sociedad te tachara de inmaduro y de Peter Pan. Así que más que abortos
fallidos (como nos llaman) somos proyectos de aborto a los que paulatinamente
se nos obliga a abandonar nuestros recuerdos y sueños postnatales (esto lo
decía el loco – no tan loco- de Dalí que se leyó todo Freud de p a pa) Unas
tijeras cortan el cordón umbilical y unas tijeras de parcas te cortan la vida y
entre medias; nuestras vidas segadas, hechas añicos y cachitos pequeños, puzzle
que hemos de reconstruir. La cigüeña nos tira al suelo, Poom (¡ya podría ser
más fisna viniendo de París!) o nos caemos del manzano, del guindo (del
cristiano árbol de la Vida) o del nido o de las nubes o del mundo celeste de
Platón, según los diferentes dichos populares. Se exprese como se exprese este
“caerse de la parra”, o tomar conciencia, lo cierto es que la ostia que te
llevas al caer a la realidad es morrocotuda. Y así obligado a vivir, obligado a morir, el polluelo va rompiendo el cascarón, le van brotando alas de angelito caído en el infierno de los Otros y un día va y se te echa a volar, y la mamá “femenino de pollo” se entristece pero sabe que si de verdad quiere algo, ha de dejarlo libre, ya volverá. El cordón umbilical nunca se acaba de cortar.
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