miércoles, 31 de agosto de 2016

EL FEDON DE PLATON


INTRODUCION

Se corresponde con la época madura de Platón, con su akmé o floruit, a los 40 años, poco antes de la república y a la par que el banquete. Es la obra más importante para entender su teoría de las ideas y de la inmortalidad del alma. Esta teoría ético- política se convierte en todo un sistema filosófico y casi en una religión iniciatica. En la ontología platónica lo que existe es el “tó on”, lo celeste, lo religioso, lo divino, lo ideal, lo intelectual, lo apolíneo, la esencia frente una existencia de reminiscencias de esas ideas, de sombras de esas formas, de sustitutivos a ese mundo ideal. Conceptualizar es para Platón poner nombre a las cosas, a los pragmas. El nombre de esas cosas es la ousiaí, la Idea, el eidos. La ousía de lo bello es la forma que tiene la belleza estáticamente (el molde de belleza) mientras que la Idea de belleza es lo que concreta e individualmente cada hombre entiende por belleza. El conocimiento sensible sería “esta cosa es igual a esta otra”, empírico, experiencial. Y el conocimiento intelectual o científico, seudo religioso o místico espiritual, mediante la episteme dialéctica o el razonamiento puro deducimos que “esta cosa es igual en sí”
Cada “cosa” de la vida y la experiencia sensible y concreta participa de varias “Ideas” de nuestra vida mental. La psykhé o el anima, el espíritu o alma, es lo que anima la vida, lo que insufla la vida al cuerpo. La nieve puede cesar de ser nieve pero no así la Idea que tenemos de la nieve, y de la misma forma el cuerpo- somá- del hombre mortal perece pero no así la Idea que tenemos de ese cuerpo, así que Platón venía a entender la inmortalidad del alma como la del recuerdo. Platón cree entonces en la Idea del hombre, del Hombre- en- sí.  “la naturaleza mortal busca siempre la inmortalidad divina”

Platón más que en la resurrección cristiana (donde si obras mal tendrás tu castigo y si has obrado bien tu premio post- mortem) cree en una vida cíclica, en un eterno retorno, pues antes del nacimiento hay vida (en el mundo ideal) al que volvemos al morir. Por eso Platón, como místico, enlaza con muchas corrientes hinduistas, creyendo incluso en la reencarnación de los cuerpos.
“lo mortal participa de la inmortalidad. Y es que el hombre en esencia no cambia, sigue siendo el mismo, desde niño hasta viejo y por eso es Él, único y eterno, y a la vez va cambiando dinámicamente, va pereciendo y muriendo cada di para renacer dentro de sí un nuevo ser, para ser mejor persona, siendo diferente y a la vez el mismo. Y al crear un hijo, una nueva vida, en cierta forma el hombre se perpetua en la vida” Y esta nueva vida puede entenderse de forma literal – luego la inmortalidad es la reproducción y el recuerdo de tu familia- o simbólica- dentro de ti gestas un nuevo ser más religioso, más en contacto con lo divino. Y ese mundo celeste y divino Platón lo corresponde en sus símiles con el Hadés, las profundidades de los muertos, y el Olimpo, que luego – en la revisión cristiana- serán infierno y cielo respectivamente. Por encima o por debajo de la muerte fenoménica.
Platón no cree realmente en una dualidad de mundos como tampoco en un hadés y un olimpo, son sólo metáforas que no hay que tomarse al pie de la letra. Es en plano ético, político –colectivo e individual-  donde le interesa separar los dos caminos; ético y patético. Y en el plano epistémico y lingüístico para diferenciar la teoría de la praxis, o la cosa real de su idea. Es la metáfora y la realidad, lo que debe ser y lo que por desgracia- y esa es su denuncia- es.
Platón era un idealista inconformista y disconforme mientras que Aristóteles se adoptó bien cómodamente a su época, por eso era realista. Platón estaba imbuido por un misticismo revolucionario que quería cambiar todo.
La idea de Platón es una reminiscencia, una añoranza, una remoranza que viene de lejos. Cualquier tiempo pasado era mejor. Las ideas universales y eternas existen desde que el mundo es mundo aunque ahora las olvidemos. Por eso no deben confundirse las Ideas platónicas, las verdades, con los ideales modernos, proyectos de futuro.

 FEDON O DEL ALMA

El dialogo platónico se desarrolla en Flius donde vive Equéatres que le pregunta a Fedón sobre la muerte de Sócrates.  Sócrates pasó mucho tiempo entre su juicio y su muerte porque mandaron un navío en ofrenda a Apolo. En su lecho de muerte estaban sus discípulos, su mujer Jantipa y su hijo. Él ha sido un músico porque la mejor música es la filosofía aunque en vez de mitos él se basa en los logos.
APTITUD DEL FILÓSOFO ANTE LA MUERTE
Debe querer morir pero no suicidarse pues somos propiedad de los dioses y hemos de aguardar a que nos llegue nuestra hora.  Los hombres estamos en esta prisión de la vida y no debemos liberarnos ni evadirnos de ella y los dioses son nuestros guardianes.
Sócrates quiere irse al mundo divino, con los dioses que son mejor que los hombres y al sitio donde van los hombres buenos. Critón le da su veneno. El alma existe sola en si misma mientras que el cuerpo perece. El cuerpo será la cárcel del alma.
Existen las cosas en sí aunque no sean percibidas sensorialmente (4 sentidos) como la Belleza en sí o la Justicia en sí, la forma o idea de justicia concreta. Lo real se alcanza sólo a través del pensamiento, del razonamiento puro, sin intermediación de lo corporal.
El filósofo es quien contempla las cosas en sí mismas, la esencia de las cosas. Muchos hombres no tienen tiempo para ellos porque están en la guerra (irascible) o en las orgías (concupiscible). La purificación es separar al máximo el alma del cuerpo, distinguir lo más posible sexo de amor, liberarse del cuerpo como si este fueran cadenas. Y la muerte es la liberación final. Por eso un filosofo se ejercita en el morir, al salirse de su cuerpo y concentrarse en su alma.  La única moneda para canjear todo en la vida es la sabiduría, esa moneda que uno le da a Caronte en el momento mori.

LA METEMPSICOSIS
Si a la vida sucede la muerte a esta muerte le vuelve a suceder la vida, y así en un eterno retorno. Todo se regenera, todo lo que tiene generación, todo lo vivo (animales, vegetales etc) las cosas contrarias nacen a partir de sus contrarios, por eso la muerte surge de la vida y la vida de la muerte. Del dormir se pasa a estar despierto y de estar despierto te duermes. De la vida vas a la muerte y de la muerte vuelves a la vida. (despiertas) existe el revivir, la resurrección.

LA REMINISCIENCIA

Por eso el conocimiento es la reminiscencia de una anterior vida, de otra reencarnación.
Antes hemos aprendido lo que ahora hemos de recordar, acordarnos. El aprendizaje es recuerdo. Nos acordamos al ver una cosa concreta de la cosa en sí, de la idea de cosa. Nos acordamos de otras cosas iguales y de algunas cosas iguales en sí.
Nacemos con los 4 sentidos y con la capacidad de conocer, ósea de recordar. Por tanto nacemos todos con capacidad de aprender pero luego según el intelectualismo moral cuanto más conozcamos de esta realidad más recordaremos de la otra y más querremos conocer.
Hay dos mundos, el sensible y el intelectual, el visible y el invisible. La realidad cambia dinámicamente pero el mundo de las ideas es estático, inmutable, no varía, igual que no cambian los valores o verdades eternas como la belleza, la justicia, etc.  Hay un mundo sensible y otro invisible. El alma se parece a lo divino y el cuerpo a lo mortal.
El alma no es dispersada y aniquilada al morir el cuerpo. El alma se escapa por la boca del moribundo, en su último suspiro, pues la anima es lo que insufla vida y anima al cuerpo y al irse esta el cuerpo perece. Lo corpóreo, con el paso del tiempo, ya parece connatural al alma.
El diletante, el que ama aprender, sabe que una vez que la sabiduría se apodera de su alma le hará tender a liberarla, a querer escapar de su cuerpo. El filosofo sale de sí mismo, el éxtasis místico, se enajena, etc, hacía esa liberación final que sería la muerte.

LA INCERTEZA DE LA MUERTE
Sobre el punto de la muerte es difícil preguntarse en vida, y o repites lo que dicen otros o lo descubres por ti mismo o te sientes inspirado por un dios, y de esta forma seguro.
Los discípulos de platón creen que el alma perece pero el cuerpo permanece hasta que lo incineran o se pudre.
El alma es una armonía del cuerpo, pero uno arguye que el alma desaparece antes que el cuerpo y otro pregunta si el alma, tras mucho vagar reencarnada en varios cuerpos, no perecerá acaso. La virtud es una armonía y el vicio una falta de armonía y por tanto sólo legaran a la inmortalidad los buenos y armónicos. El alma es conductora y opositora de todos los apetitos corporales. Ulises le dice a su corazón “aguántate porque esto no es lo peor que has vivido” y a esta armonía se le llama entereza.
Sócrates rechaza el empirismo de la experiencia que dice que el cuerpo sensible es el causante de todas las cosas y el intelectualismo de Anaxágoras que dice que el intelecto es el ordenador de todo.
Al decir que A es más pequeño que B pero más alto que C aceptas que A participa de la Grandeza y de la Pequeñez, y el hombre participa de esta forma de la Muerte y la Vida.
Un objeto se convierte luego en su contrario, vida en muerte, muerte en vida. Un contrario jamás llega a ser del todo contrario a sí mismo. La nieve al acercarse al calor sigue siendo nieve y a la vez calor. el fuego al acercarse al frio se derrite o perece pero sigue siendo fuego y a la par frio. Para que haya vida es necesario que haya vida pero este que haya vida implica que este su contrario dentro de ella, que es la muerte. El alma no admite a lo contrario, a la muerte y es por eso inmortal. Cuando llega la muerte lo que hay de mortal en el hombre perece pero lo que hay de inmortal sobrevive, esto es; su alma.

EL VIAJE AL MÁS ALLÁ

Si el alma es inmortal hay que prepararla y cuidar de ella. La que se aferra al cuerpo sensualmente al morir tarda en liberarle y lo hace penosamente. El alma no purificada es repudiada en el más allá. Y sólo la pura admitida. Nosotros vivimos en las cavidades, bajo los muros de Hércules, sin darnos cuenta de ello, lejos del mundo perfecto e ideal del éter. Esta tierra esta corrompida  y corroída. Lo que para nosotros es el aire para ellos es el éter. Y lo que para nosotros es el agua para ellos es el aire. Se lo beben. El tártaro es el abismo subterráneo, el centro gravitatorio del mundo, igual que el mundo celeste, su contrario. Allí corre el río Aqueronte. El demonio individual conduce a las almas al purgatorio y de ahí al infernal tártaro o al mundo celeste. A Sócrates le parece mejor bañarse ahora antes de tomar el veneno para no dar a las mujeres el penoso oficio de lavar un cadáver. El hombre austero que renuncia a sus placeres terrestres se gana la recompensa del cielo. Premios para los buenos, castigos para los malos.

EPILOGO

Las últimas palabras de Sócrates son “cuídense de ustedes mismos”
Lloran las plañideras y sus amigos no por él sino por perder un amigo. Sócrates renuncia a retardar penosamente el momento mori que ya es inevitable, total unas horas más sólo servirían para que se rieran de cómo patéticamente se aferraba a la vida. Con entereza y serenidad religiosa pregunta si puede hacer una libidación, no puede.
“Critón, le debemos un gallo al Dios Asclepios, págaselo, no te olvides” Son sus últimas palabras. Con ellas demuestra 1) que estaba ya enfermo y el veneno sólo le ha acercado el momento y le ha hecho quedar en la inmortalidad 2) el respeto a las costumbres y a la religión 3) la ironía de ofrecer sacrificio al dios de la salud física, y de la vida cuando uno se muere. El mejor hombre, el aristoi, el más sabio y justo.
Resultado de imagen de el fedon platonResultado de imagen de el fedon platon

No hay comentarios:

Publicar un comentario