Frente
a las éticas de la ley, que nos proponen unas leyes, una serie de pensadores
nos proponen las éticas de la autorrealización. No somos miembros de una
especie, sino que somos seres individuales. El ser humano es un ser único. Les
caracteriza su interioridad subjetiva, y por ello somos diferentes a los demás.
Debemos descubrir esas leyes, y acatarlas si queremos. El ser humano es
inacabado, somos un proyecto individual. Estamos llamados a realizarnos. El
sentido de nuestra existencia es la auto-realización. Un proyecto humano y
humanizador, ¿Qué tenemos que hacer para realizarnos?
Somos personas como proyecto, y
tenemos que realizarnos. Tenemos libertad
Todo lo que promueve y nace de
la libertad es bueno. El ser humano no puede contentarse con vivir una
existencia agradable y placentera, no somos seres anónimos cuyo único ideal es
vivir bien, a gusto. No somos seres cuya única finalidad sea vivir bien y
procrear: eso son los animales. El ser humano es radicalmente diferente. Somos
seres libres, y nada llegará a satisfacer nuestro espíritu. Pero para ellos, no
somos totalmente libres, sino que somos un proyecto de libertad. Nuestro
proyecto es la liberación. El comportamiento humano correcto y consecuente con
lo que somos, la ética, sólo puede fundarse en la libertad. Si el ser humano no
puede decidir, ni existe ni puede existir una ética. Todo lo que promueve la
libertad es bueno. Todo lo que promueve la esclavitud del ser humano es malo.
Dos grandes autores:
-Soren
Kierkegaard, danés. No fue escuchado. 1813-1855. Obras: “Tratado de la desesperación”,
“La alternativa”. -Jean Paul Sartre. Nació, vivió y murió en París. 1905-1980. Nos
proponen. Primer gran principio de la existencia: el ser humano no es un
objeto, sino un sujeto. Somos individuos, no cosas. Somos alguien, no algo.
Significa: poseer una interioridad subjetiva (singularidad,
excepcionalidad).Somos seres solitarios, no gregarios. Si queremos construir
nuestro proyecto de libertad tenemos que asumir que somos solitarios. Al ser
seres únicos y diferentes, no debemos hacer lo que hacen los demás. Ser un
sujeto supone ser un proyecto de existencia. “No somos, existimos”. El ser es
auto creador de si mismo. Seremos lo que hayamos decidido ser. Seremos al
principio, no al final. Al ser humano le caracteriza la tensión, la pasión,
...Somos finalidad en nosotros mismos.
Los existencialistas hablan de la subjetividad. No somos
animales ni cosas: somos sujetos, únicos e irrepetibles. También hablan de
libertad. La característica esencial del ser humano como sujetos es la
libertad, porque ella hace de nosotros seres únicos y creadores de nosotros
mismos. El ser humano es un proyecto de libertad. La libertad es el bien
supremo, no la felicidad. Aunque la libertad suponga angustia, soledad,
desesperación. Preferimos renunciar a la libertad por algo de placer, por ello
la felicidad es una división de la libertad. Es mucho más cómodo que ser objeto
que sujeto. La libertad es:
1-Aspecto
negativo: la libertad humana se manifiesta como la capacidad de negación,
rechazo de todo aquello que intentan imponernos. Nos afirmamos a nosotros
mismos diciendo “no”. En este aspecto, este “no” se dirige a tres aspectos
fundamentales de nuestra existencia: al mundo que nos rodea, a la sociedad que
nos rodea, y de mi mismo, de lo que soy en la actualidad.
2-Aspecto
positivo: La libertad es esfuerzo, lucha, conquista: nadie es libre sin luchar,
sin esfuerzo, sin haber conquistado su libertad. La libertad humana se presenta
como negación. La libertad es el dinamismo, que es la capacidad de crearse a si
mismo que tiene el ser humano. El dinamismo es el creador de nosotros mismos.
Eso nos empuja hacia un absoluto de la existencia. Sartre, cree que Dios no
puede existir, porque si existiese no seríamos libres (seríamos objetos de
Dios, no sujetos). Por eso afirman que el dinamismo de la libertad nos empuja
hacia el vacío, nuestra propia destrucción. Por eso se afirma que la existencia
es absurda, somos pasión inútil, fracaso existencial.
Para
los positivistas el ser humano es un objeto de estudio. La subjetividad: somos
sujetos y no objetos.
Somos
responsables de nosotros mismos, somos
lo que hemos hecho de nosotros mismos. Frente a nuestro futuro estamos solos.
Por eso, los existencialistas rechazan que los demás intervengan en la
elaboración de nuestro proyecto de existencia. Por eso, la tentación de ser
humano es la dimisión. Miedo a la soledad, miedo a la libertad, miedo a
realizarnos nosotros mismos. Tenemos miedo a nuestro propio fracaso, tenemos
miedo a actuar desde la libertad y para la libertad. No existen normas de
comportamiento para todos, cada uno debemos inventar nuestras propias normas.
Se sabe que nuestra existencia inútil, pero pese a ello hay que asumirse como
verdad.
La
realidad del otro. Somos seres solitarios. No tenemos una naturaleza común,
somos seres individuales. Tenemos que crearnos. Hay algo que nos une a los
demás, una condición: el hecho de vivir juntos, de soportarnos, de vivir junto
a otras libertades. Para ello: -respeto mutuo (todo sujeto humano debe ser
aceptado como ser libre, para que me respeten como proyecto de libertad, yo
también he de respetar los demás) –solidaridad con las otras libertades (el
ejercicio de mi libertad depende en parte de la libertad de los demás, sólo accederemos
a la libertad en una sociedad plenamente libre) –responsabilidad universal (el
triunfo de la libertad depende del compromiso de cada sujeto con su propia
libertad, se debe tratar de promover la libertad en todos los seres humanos, en
todo el mundo).
ÉTICA
EN SITUACIÓN, ÉTICA DE SITUACIÓN
Los
existencialistas nos proponen dos tipos de ética: unos mas radicales nos
proponen una ética de situación; otros mas sociales, una ética en situación.
1-De
situación: no podemos imitar a nada ni nadie. Estamos solos ante el futuro. El
individuo humano debe inventar sus propios valores, sus normas de
comportamiento. Lo que importa no es lo que hagamos, sino como lo hagamos: que
nuestra acción promueva la libertad.
2-En
situación: Proponen valores: solidaridad, respeto, responsabilidad. Se proponen
esos valores para que cada uno los viva libremente desde su libertad. Nos
proponen dos máximas de acción: “actúa de manera que la libertad pueda crecer
en ti y en los demás”, “rechaza siempre vivir como un objeto”.
Por miedo a soledad y libertad
(responsabilidad consecuente electiva y social) nos objetivamos hacemos objetos
renunciamos a ser sujetos.
No hay leyes naturales/
racionales impuestas, hemos de inventarlas.
“sólo un valor se impone a todos;
la desesperación vital, la angustia, la nausea, el sufrimiento, la lucha por la
vida, desasosiego” se asume el fracaso y se sigue luchando aun sabiendo que
nuestra existencia se aboca en la nada.
La otroidad, infierno de los
Otros, condicionamiento pero no determinismo social,. Voluntad y libertad
frente a destino y determinismo. No hay Naturaleza humana común sino condición
humana común por la que coexistimos
Respeto mutuo a los sujetos dignos.” para que te
respeten respeta
Rechazo a opresión represión manipulación.
Solidaridad universal lucha x la libertad colectiva. RESISTENCIA
Responsabilidad o concienciación social. Compromiso
social. Mi libertad acaba donde empieza la tuya.
Ética de situación. Estamos,
pues, solos ante el futuro, proyecto de futurición, de hacernos hombres, hemos
de inventarnos. No importa lo que hagamos sino como lo hacemos. No importa el
medio sino el fin. (El fin justifica los medios)
actúa en todo momento de tal manera que la libertad
pueda crecer en ti y en los demás (si quieres algo déjalo libre)
rechaza vivir como objeto (antes muerto que de
rodillas) o usar a los demás como objetos.
La existencia precede a la
esencia. El hombre nace casi animal y ha de hacerse hombre, es un proyecto
de persona, una esperanza de llegar a ser el que eres (Nietzsche) y de ser más y
mejor en el porvenir, en ese “mañana, en la nueva aurora” con el que Nietzsche vaticinó la postmodernidad . El
hombre es lo que él se hace, el personaje que se monta, la existencia que se
labra ya que no hay Dios que nos haga, nos hacemos nosotros a nuestra viva
imagen y semejanza, somos dioses de nosotros mismos y para nosotros mismos.
Claro que ser Dios implica mucha
responsabilidad, ser Dios es la metáfora de ser los creadores de nosotros
mismos (que nadie se tome literal el símbolo de Nietzsche) nosotros somos
demiurgos o dioses artistas- creadores y esculpimos nuestra mayor obra de arte
a nosotros mismos; ecce homo, eh aquí lo que soy, lo que he hecho con mi vida
(como dijo Nietzsche imitando a Jesús)
Sartre reafirma el Yo frente al
mundo, el poder del sujeto y su voluntad frente a su realidad, su sociedad y
sus circunstancias espaciotemporales. Es el padre de los libros de autoayuda
podríamos casi decir y en cierta forma del personalismo, el que nos exhortaba a
la “imaginación al poder”, a imaginarnos por nosotros mismos la clase de
existencia que queramos llevar, es un invitador a soñar el proyecto de
futurición (del que Ortega también hablaba, esos sueños que María Zambrano
convirtió en sistema filosófico) Sartre es uno de los mejores hombres que dio
la II guerra mundial, el padre de Mayo 68, el líder durante buena parte del
siglo XX de la Resistence Francesa, un hombre congruente y coherente con sus
ideas (lo que más se echa de menos en muchos filósofos o hombres de letras;
correspondencia entre sus palabras y hechos, o razón y voluntad o entre su teoría
y su praxis). Este hombre feo acometió el proyecto humano de la dignidad,
luchando tras las barricadas de la comuna de París o ayudando a los países más
desfavorecidos. Y su influencia todavía se nota en los escritores y pensadores
de todo el mundo.
Uno de los primeros que acuña el
termino “existencialismo” es Nietzsche: En sus escritos constantemente nos
exhorta a aprovechar la vida tanto en su parte placentera- epicúrea como en su
estoico dolor. Ya había dicho Víctor Hugo que los animales viven pero nosotros
existimos. Este romántico se estaba adelantando a lo que después daría la
vuelta de tuerca a toda la filosofía. El existencialismo consiste en
percatarse, darse cuenta, de que existimos en un aquí y un ahora concreto y
como tal hay que ser y estar en la vida, personarse, que diría el otro.
(Gasset)
El existencialismo es una
ética de la libertad, más que de la felicidad. Los animales sólo se
preocupan de tener bien- estar, de vivir cómodos y apacibles. Se puede ser
feliz en tu jaula dorada, como decía Max Weber, en tu pecera acristalada o
torre de marfil, pero serás como pájaro al que le han cortado las alas y
castrado su naturaleza (se la han reprimido en el sentido freudiano). Los
hombres son libres, libertad inherente al ser humano que sin embargo
paradójicamente hemos conquistado históricamente (la historia, para el
existencialista, se entiende de forma “pogre”sista como camino a la liberación
final) porque esta libertad no es de hecho, no es una realidad, sino un
derecho.
Lo primero de lo que toma
constancia el existencialista es de su Yo irrepetible, y de que su
realidad será pues subjetiva, un prisma, una opinión o doxa (no hay sacras
Verdades objetivas como la de los sistemas y cosmologías filosóficas)
Lo segundo de lo
que se da cuenta es de los dos impulsos contradictorios que dentro de él, del
Ello, se baten; una inmensa sensación de soledad o separatividad del
grupo (el caminante y su sombra de Nietzche, esos cuadros románticos del
caminante misántropo, los grandes anacoretas de la filosofía) y un instinto
gregario que lo llama a la sociedad.
En soledad existe, toma nota y
constancia de su individualidad y existencia personal, en la sociedad coexiste,
nunca es él realmente, en su esencia, sino sólo una apariencia, una mascara o
rol o prototipo prejuicio con el que los demás le juzgan. (persona
etimológicamente viene de mascara) Por ello en el mundo interior esta lo esencial de la persona
(misma tesis que los románticos o los imaginistas del Mayo del 68) y el mundo
exterior es un teatro de roles (en inglés rol es interpretación, Schopenhauer en
“el mundo como representación” nos dice lo que intuyeron Shakespeare o Calderón
de la Barca; la vida es sueño, la vida es puro teatro, una farsa social,
hipocresía, somos histriones y clowns y arlequines y Pierrots en una sociedad
del espectáculo)
Lo tercero de lo que se percata
es de que debe conciliarse el hombre con su sociedad, para Sartre es el
Infierno de los Otros (la hipocresía burguesa, ese teatro de lo divino y de
lo humano. El teatro divino lo retrata Dante y el humano – la comedia humana-
Balzac)
No somos libres por nacimiento,
nos hacemos. Y un hombre sólo no puede nada pero ya es un principio. Si todos
los hombres intentan por sí mismos ser libres su sociedad se liberalizará.
La libertad es un proyecto
comunitario que entraña una responsabilidad social que no podemos eludir, una concienciación
social (tomar conciencia no de clase social sino de condición humana, de
que coexistimos, compartimos existencia y dignidad)
La libertad es por tanto una
elección doble, ¿queremos realmente o no queremos ser libres? (lo del miedo a
la libertad es otro tema que ya Fromm estudia, el mismo Kant se daba cuenta de
que existe una mass media, reses de ovejas gregarias balando su canto
gregoriano y llevados por el pastor cristiano o el gatekeeper de la TV a su
redil)
Una vez que hemos elegido ser
libres, nos damos cuenta de que la libertad precisamente es eso; elegir
constantemente, con mucha responsabilidad, pues a lo hecho, pecho, lo que
hacemos nos condiciona el futuro, y por otra parte lo que hacemos interviene en
el ciclo vital de las demás personas. (no hay que ser un infierno para los
Otros tampoco, en plan jugando a enfant terrible o chico malo- bad boy- que es
lo que hace el inmoral llevando la contraria a la autoridad, otra forma de
hacer lo que la autoridad quiere en una especie de “sicología invertida”)
La libertad es una condena, tal y como
la entiende Sartre, la condena a hacerse, a inventarse cada día, ser ético y no
patético (no anegarse en el determinismo y fatalismo circunstancial) y esta
libertad extrema nos llevaría al misticismo, a querer salirnos de nosotros
mismos incluso, a querer liberar el alma de la cárcel corpórea (y por eso el
suicidio será la culminación, el paroxismo, del romántico o del
existencialista)
La literatura, desde la Gran
Guerra hasta nuestros días, ha tenido una influencia constante del
existencialismo. En busca del tiempo perdido de Proust, el hombre sin atributos
de Mussil, el ser y la nada de Heidegger, la tierra baldía de Eliot, la
condición humana de Malraux, Nada de Carmen Laforet, el libro del desasosiego
de Pessoa, el extranjero de Camus, la nausea de Sartre, el sentimiento trágico
de la vida de Unamuno, la angustia de vivir...
Son libros escalofriantes, sólo
el título ya asusta: la nada, el vacío, el pesimismo de vivir, la desolación,
la melancolía, una razón cansada y exhausta, unos hombres agotados de vivir, de
luchar por la vida, de luchar en la guerra, de ver muerte, miseria... Algo
gordo tuvo que pasar en la sociedad europea (las 2 guerras mundiales y toda la
sangre derramada en el siglo XX) para llegar al colmo del existencialismo que
es el nihilismo (no hay nada en el mundo sin- sentido, somos seres para el No
Ser, condenados a la muerte) y el suicidio, y no hay más que ver las tasas
actuales de kamikazees o soldados (para Kierkegaard, padre de este modo de
vivir, el más pleno acto de voluntad consciente y la mejor forma de imitar en
todo a Dios es quitarnos lo que nadie nos ha dado)
El existencialismo puede
desembocar en nihilismo. Ese es el peligro.
Nietzsche ya definió dos claras
clases de existencialismos: el positivo y el negativo.
El existencialismo positivo es aceptar el
absurdo, esta vida es así de absurda y vivir riéndonos de ese absurdo y
vacío, nadar en esa Nada, con la risa del niño inocente que no tiene culpa
de nada, inconsciente (esto lo hizo el teatro del absurdo, los fauvistas,
dadaístas y todas las vanguardias artísticas)
El existencialismo negativo nos lleva a la
angustia vital, a la amargura de Kierkegaard, a la Noluntad (cerrazón en
nuestra voluntad que niega esta vida) de no querer morirnos como le pasaba
a Unamuno (Dios es un loco creyéndose Unamuno, llegó a decir. Se negaba
patéticamente- en el sentido romántico del término, pathos- a morirse)
El existencialismo es un
humanismo, dice en uno de sus libros Sartre, por no decir El Humanismo,
porque la característica del hombre es que no vive: existe, ya que toma
conciencia de su vida y puede filosofar sobre su vida (amén de vivirla), y esto
lo han hecho todos los hombres desde que Adán sustituyo a la Nada. Aunque vivir
es propiamente no filosofar y filosofar es propiamente no vivir (que dijo
FITSE) todos somos filósofos y biofilos, amamos la vida y amamos
cuestionárnosla. Y en este juego verbal de Adán- Nada esta contenido todo el
resumen del existencialismo; Adán es y esta – o nada-. en la Nada.
Contradiciendo a Aristóteles, en la postmodernidad vemos como el Ser y el No
Ser sí pueden ser a la vez, entendiendo por Ser la vida, por No Ser la muerte y
por intermedio entre ambos: el hombre.
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