MORAL: ARTE DE SER FELIZ CONFORME A NUESTRA NATURALEZA RACIONAL
Existencia
del Bien Universal (Razón Universal)
(presupone una especie de inocencia humana, de razón universal, salvo los
locos).
BIEN = RAZÓN Conformidad del Bien con la Razón. Identificación de
la sabiduría con la virtud. Intelectualismo moral (obras bien si sabes qué es
el bien, si conoces el bien. Sólo se obra mal por el equivoco, el error de la
ignorancia. Nadie que conozca el bien, obra mal) El bien es racional, el mal es
irracional.
La felicidad o eudaimonia es el objetivo del hombre (doctrina finalista), el
supremo bien al que todos aspiran. ¿QUÉ
ES LA FELICIDAD? El
placer es sólo un momento puntual del mundo físico, pasajero y superficial,
exterior. Puede contribuir a la felicidad pero no es la verdadera felicidad. Sensación. La
alegría o el gusto es un momento de exaltación, más espiritual pero aún
pasajero, efímero. Para él depende de
las circunstancias externas, no es un estado
de ánimo.
Una
manera estable, profunda de ser. Es un estado duradero a pesar de las
circunstancias. Bienestar interior,
plenitud del alma. No surge del exterior. Coincidencia de lo que hacemos y lo
que somos. ARMONIA INTERIOR
Condenado a muerte por
pervertir a la juventud griega (platón), se suicidó con la cicuta.
EUDAI- MONIA (BUEN ESPIRITU =
FELICIDAD)
CAMINOS PARA LA FELICIDAD
Desarrollo de la Virtud. Cualidades naturales de objetos y sujetos, de todas las
realidades. La virtud no es ética, buena. Se puede robar virtuosamente. Una
acción es ética si orienta la vida a la felicidad.
LAS 6 VIRTUDES: JUSTICIA VERACIDAD HONRADEZ MODESTIA
AMABILIDAD TEMPLANZA (DOMINIO DE SI
MISMO)
LA GRAN VIRTUD: LA SABIDURÍA. Arte de pensar correctamente,
conocimiento práctico de lo conveniente en la vida con el objetivo de la
felicidad.
FOMENTACIÓN DE LAS VIRTUDES
Actuar desde la REFLEXIÓN y no desde la PASIÓN Razón de la cabeza/ sentimiento del corazón. La pasión para ellos es pathos y la razón ethos.
Actuar desde la REFLEXIÓN y no desde la PASIÓN Razón de la cabeza/ sentimiento del corazón. La pasión para ellos es pathos y la razón ethos.
El DAIMON es el espíritu que le
hablaba a Sócrates, no reconocía que hablaba sólo y decía que tenía una “voz”
interna (en plan eskizo) que él llama Conciencia moral o “Pepito grillo”.
Nietzsche dice que la conciencia es la portera del vecindario, es decir; la
sociedad.
RESUMEN
A
Sócrates le han condenado a muerte y dialoga
con Critón sobre la conocida como trinidad platónica:
Verdad ó Justicia = Bien = Belleza (ciencia, ética y
estética).
Para
él no todas las opiniones son validas y respetables, sino todas dignas de
debatirse. Solo se respetan las buenas opiniones y se rebaten las críticas. (lo
comparto y por eso le critico) Sócrates cree que existe la justicia. Y lo justo
es vivir y vivir bien, lo cual es bello.
Aunque hayan cometido una injusticia condenándole, no se puede devolver
la injusticia con otra injusticia (ojo por ojo y diente por diente NO, poner la
otra mejilla SI, es decir; una moral de esclavos) Así que es tan sabio y bueno
que se deja matar. Demuestra así lo buen ciudadano que es de la polis, su ética
civil, lo justo que es hasta el final.
Dialoga con Menón.
Al
malo no puede apetecerle ser malo, lo que le pasa es que el pobrecito ignorante
no sabe distinguir el bien del mal y entonces se equivoca. El mal es un error
que se hace por error, sin buena o mala voluntad, sino por ignorancia. Nadie
quiere ser un pobre desgraciado, un mal hombre, un bad boy, un poeta maldito o
un perdido por el mal camino o un desviado de las reses y del rebaño encauzado
por el pastor religioso o político. Todos apetecemos lo bueno. Todos no somos
buenos por naturaleza, pero si optamos a la bondad. (Es la idea cristiana,
aunque nazcamos con un pecado original Dios nos guía por el buen camino, el
alma tiende al cielo y el cuerpo nos tenta al infierno. Sólo que el en vez de
dios, habla de un daimón interior y Platón de un demiurgo) Para obrar bien
hemos de ser virtuosos y guiarnos por la sabiduría del espíritu, acordes con
nuestra razón practica, esto es; con nuestra conciencia moral personal. Pero
esta conciencia es un Pepito Grillo, la voz de la portera como decía Nietzsche,
con lo que quiere decir que depende de la sociedad y de nuestra educación e
influencias y no es una conciencia personal autónoma autentica. El daimón que
le hablaba a Sócrates casi parece la voz que oye un esquizofrénico o la voz de
todos los que ha leído o le han instruido en su vida.
COMENTARIO
Esta
idea de que todos queremos ser buenos por naturaleza es opuesta a la de la
bondad natural de Rosseau, un estado en el que somos inocentes. El buen salvaje
es el inocente, el que no es culpable de ningún pecado, de esas culpas que le
han impuesto unos filósofos resentidos contra su naturaleza física.
-
¿Qué es el bien?- pregunta Nietzsche en su ensayo “más allá del bien y el mal”
El bien es un criterio subjetivo de Sócrates, copiado por Platón, extendido por
los escolásticos neoplatónicos tipo San Agustín y heredado por el marxismo que
pretende un cielo en la tierra. El bien es una idea etérea, una ficción lógica,
un concepto que no es tangible ni demostrable empíricamente y que depende de la
razón de cada cual. Cada persona es racional pero cada uno con su propia razón,
con lo cual cada una tiene una idea distinta de qué es el bien. Y Kant se
proponía un bien universal, una razón común en la que funcionar.
El
bien para Sócrates, por ejemplo, es la virtud, pero él concebía el amor griego,
homosexual y uránico como algo bueno que el cristianismo, por influencia judía,
consideró algo malo y pecaminoso. Con este ejemplo quiero decir que la misma
idea de lo que es bueno es relativa, y cambia según la fenomenología histórica.
Ha ido variando la idea de bondad a lo largo de la historia, ya que la ética es
también una estética.
A
medida que se ha ido liberalizando la mentalidad del hombre, han ido
desapareciendo los pecados y disminuyendo las virtudes, con lo cual estamos en
una época de relativismo moral, donde la moral vigente es la económica, la
útilista.
Cada
vez estamos más lejos de esa inconsciencia, de esa inocencia moral del Adán del
edén. Ese buen salvaje es el niño antes de ser educado y maleado por su
sociedad. El paraíso para Freud era el periodo uterino, en el que aún no ha
brotado una razón represiva. Para los poetas románticos el paraíso bucólico era
ese estado salvaje de inocencia infantil.
Una
vez que comimos la manzana de la discordia o de la sabiduría aprendimos a
escindir los árboles de la Vida y de la Ciencia, y mientras no se reconcilien
ambos árboles interiores no recuperaremos la inocencia. La razón teórica de
Kant (la ciencia) y la razón práctica (la moral, la vida) se han separado y por
eso hoy nos planteamos la posibilidad de la clonación y no su moralidad.
“Podemos” pero no “debemos” emular a Dios, jugar a creernos Víctor Frankentein
en su siniestro laboratorio.
Sócrates
es tan bueno que es tonto. Su intelectualismo moral identifica la sabiduría con
la bondad, Sócrates es tan inteligente que se toma la cicuta para pasar a la
posteridad de las enciclopedias escolares. Quizá porque cuentan que estaba
gravemente enfermo y prometió un gallo al dios Asclepio de la salud. Sócrates
es el símbolo de la renuncia intelectual, del suicidio moral del hombre. Por
eso mismo el cristianismo cogió mucho de sus principios (la idea de virtud y
pecado, la identificación de la fe con la razón, de la vida austera y comedida
en plan estoico y templada cual Baltasar Gracián neoclásico, la creencia en la
vida tras la muerte, la enmienda de los malos actos y el premio a los buenos
con promesas de una felicidad última, una euidaimonia celeste etc)
El intelectualismo moral
presupone al hombre curioso y voluntarioso por naturaleza y tendente a la
sabiduría, en cuanto saber es conocer el bien. Sin embargo, hay éticos que no
son éticos y a veces le parece al erudito que cuanto más se refugia entre
libros y más “sabe” de la vida, menos le gusta esta y más lejos está de la
felicidad terrenal, en el más acá. Por tanto vivimos en los tiempos del contra
intelectualismo moral, se sabe que el hombre más feliz es el más conformista,
el más necio, el menos preocupado por inquietudes intelectuales; el
indiferente. “Si quiere ser feliz, confórmese con lo que tiene”. Esa es la
sentencia de Epitecto en la que cree
todo posmoderno y Sancho Panza y votante del PP. Conocer es sinónimo de
infelicidad. Freud descubrió que el 90 % de nuestro cerebro lo ocupa la
imaginación, el subconsciente, el ello o el id y sólo un 10 % la razón. Los
posmodernos prefieren el eslogan de “Imaginación al poder” que ha derribado
desde sus barricadas a Dios y a la Diosa Razón y por tanto a las
fundamentaciones fundamentalistas de Fe y Razón en que se ha basado la historia
occidental.
Estas
morales asesinas vienen del que los maestros de la sospecha llamaron el Gran
Mentiroso Universal, el sofista por antonomasia, el espíritu platónico,
apolíneo y elevado incongruente con sus ideas; Sócrates. En su teoría predica austeridades
carnales y conformismos, en la praxis: orgías con efebos. Es el paradigma de
hipocresía, de la in correspondencia entre moral y voluntad, tan propia de
nuestro clero. Por una parte esta el púlpito donde predicar y por otra meter
mano a los monaguillos como refleja la “mala educación” de P. Almodóvar
actualmente en nuestros cines. Algún día moral y voluntad, vida y ciencia-
cultura volverán a fusionarse.
No
entiendo porque los discípulos del gran maestro griego se limitaban a asentirle
como a un loco, en realidad deberían de llamarse LOS MONOLOGOS DE SÓCRATES.
Sólo cabía decirle “sí, por supuesto, sin duda” pero él mismo dice que todas
las opiniones no pueden ser aceptadas. Y una moral que se ha saldado en tantos
sufrimientos a lo largo de la historia (inquisiciones, el clero dominando todos
los estratos sociales, la represión, la manipulación educativa...) no puede
quedar sin ser rebatida. Quizá sea estético y bello pero desde luego este
pensamiento vertical – del cielo a la tierra- no era justo.
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