En el Renacimiento el lenguaje es espontaneo y sencillo. En el
barroco hay una artificiosidad en la forma de decir las cosas. Es un barroquismo
retorico que vemos por ejemplo en la poesía culterana de Góngora frente al
conceptismo de Quevedo. Quevedo apunta más a la idea, al concepto y el sacerdote
granadino a la forma. Ese barroquismo se ve también en la pintura flamenca y
rococó de España y el norte de Europa. Además hay una visión pesimista y
negativa de la humanidad. La España profunda era un valle de lágrimas en el
ancine régimen. Y el cristianismo inundará todo hasta ya entrada la ilustración.
La era neoclásica será el siglo de las luces, de un racionalismo optimista y
positivo en que Europa se regodeará en si misma, en sus avances científicos, tecnológicos
y de las comunicaciones e industrialización. El oscuro barroco al igual que la
oscura edad medía será revindicada por los poetas románticos. En España no hubo
ilustración como tal y los autores neoclásicos fueron José de Cadalso con sus
cartas marruecas, Larra y sus artículos periodísticos, el padre Feijoo en
Galicia y Baltasar Gracián.
Baltasar Gracián 1601 1658 era de Belmonte, pueblo de
Zaragoza pero su familia seguía a la corte de un lugar a otro, vivió lejos de
la corte su infancia. Estudió en Toledo, Zaragoza Huesca y Tarragona. Vivió en
el pazo Martínez Soria, en Tarazona, y
en el puente de Calatayud donde la la dolores. Nació un año después de Calderón
de la Barca, dramaturgo barroco. Ingresó en la compañía de Jesús de Loyola. Ignacio de Loyola fue una punta de
lanza con la contrarreforma criticando a los protestantes. Era un soldado de Dios, con rollo militar. En Pamplona cayó
herido y abrazó la fe, al caer del caballo como san pablo. Es el patrón de la
universidad de Deusto y las profesiones liberales y del progresismo.
A Baltasar Gracián le persiguieron por sus ideas disonantes.
Era miembro de la compañía de Jesús Hombre orgulloso y a su bola No le gustaba
la autoridad interna de la compañía. Su última obra escrita es la más famosa,
el criticón. Allí recoge enseñanzas de Aristóteles como que en el punto medio
esta lo correcto. Escribió manuales de educación y de corte y daba muchos
consejos vitales en forma de aforismos filosóficos. Estaba en el área Provincial de Aragón en la compañía de Jesús. Se
puede ver su aposento, sus papeles. Siempre tenía las manos manchadas de tinta,
no guardaba las cosas con cerrojos Fue jesuita toda su vida, con problemas
internos. Tiene una visión negativa de la vida y del mundo que es un juego de apariencia y realidad. La vida es apariencia,
la realidad está por detrás, la esencia, la realidad que engendra El héroe, el
político, el discreto es el hombre renacentista perfecto, el diletante. Se basa
en el manual del perfecto cortesano de Castiglione. En oráculo moral y el arte de la prudencia y agudeza del arte ingenio se pueden
leer sus pensamientos que eran influenciados por los que Michael de Montaigne
estaba dando en Francia y que influenciaría a su vez en los filósofos ilustrados;
Diderot, Montesquieu…el Criticón es un Manual de normas de conducta para
conseguir en ese mundo lo que queramos. Hay que ver más allá de las apariencias.
Sus ideas pasarán a la posteridad. El objetivo es hacerse famoso y que te
recuerden. Escribe manuales de consejos de cómo vivir, comportarse, que cosas
dar importancia. Es un moralista, reflexiona lo que está bien o mal Desprecia
las supersticiones del vulgo. Su prosa es conceptista, lo importante son las ideas, los
conceptos. No hay puntos aparte, no explica las cosas Hay cosas que no se entienden
como la religión y Dios. Hay que ser discretos para hacer comercio. Habla de
las firmas comerciales, de la inconstante fortuna. La fortuna se desea, igual
que la fama para la posteridad. Los monstruos o los grandes hombres, las
grandes hazañas o los genocidios son los que pasan a la posteridad. Es un elitista
aristocrático; nuestras cosas no han de gustar a muchos, al populacho o a la masa populista. El vulgo es vulgar. La filosofía espanta a los ignorantes.
Habla de las críticas, del buscar aplauso de los muchos, de la necesidad común
y del estado. Raros son los que miran por dentro y se separan de lo aparente. Hay
que ser honrado y parecerlo las apariencias
engañan pues en el barroco la vida es sueño. La brevedad es lisonjera, gana por
cortes lo que no gana por valiente. Gracián es el autor de estas frases o
dichos populares que forman parte ya de la filosofía del sentido común; Lo bueno si breve dos veces bueno y lo malo si
poco no es tan malo. Estas frases son parte ya del refranero popular. El que se
enrolla mucho se le entiende poco. Lo bien dicho se dice presto. El criticón está
escrito en 3 partes, pues 3 son las edades del hombre. Escribe en 1651 en Zaragoza la primavera y niñez. Escribe el estío de la juventud en el 53 en Huesca. Habla
de la juiciosa filosofía juvenil. En el 57 escribe en Madrid el
invierno de la vejez. El criticón influyó en el criterio de Balmes, novela didáctica.
Escribe también la historia de Critilo que naufraga en una isla como Robinson.
Huye de la civilización. Elena se encuentra con Andrenio, vivieron ali en
estado salvaje y natural, hasta que son rescatados por un barco y viven
aventuras por la vida. Critilio es un joven q no ha vivido, y Andrenio es el buen
salvaje, el salvaje feliz que es el
Viernes en Robinson. Tiene una parte
narrativa de aventuras uy una parte didáctica; Critilio le enseña cosas a Andrenio
el salvaje que al final resulta ser su hijo. Huyen a la isla de la inmortalidad,
a la que se llega a través de la fama. Gracián también sentenció que la
paciencia es ciencia, que el Monstruo en ligereza parece un pájaro o un loco en
la temeridad. Que en la vida hay que ser como un equilibrista sorteando los
peligros. Ellos temblando de verle, el bailando para que lo viesen, pierden el
juicio. Hay que saber por dónde caminamos.
Caminas cada instante sobre el hilo de la vida, delgado, saltando sobre el. Somos
volátiles sobre el hilo, unos caen hoy y otros mañana. Gracián es de un
pesimismo amargo que aventura ya el existencialismo y nihilismo negativo de Heidegger.
Se influenciarán mutuamente Schopenhauer y él, en esto del pesimismo vital y el mundo
como teatro, voluntad, representación y apariencia. Es el padre del existencialismo
de Sartre o del teatro del absurdo. En el barroco Voltaire escribe Cándido, los
viajes y aventuras no exentos de moralina final. En general la literatura
barroca es difícil de leer, con sus tropas y metonimias. El Conceptismo lo
cultivará Quevedo y Gracián. Y el Culteranismo Góngora, que busca la
forma, la artificiosidad, las frases complicadas enrevesadas y llenas de metáforas
grecolatinas. Esto de que el mundo es un teatro de apariencias y sueños, que es
la filosofía de Schopenhauer, aparece en la vida es sueña de Calderón. En la
época había concursos de poesía por los pueblos y daban dinero en un bote,
metían las propinas en un puchero. Se tiraba
piedras al recitador cuando no gustaba. El teatro era un espectáculo para el
vulgo de los pueblos. Reían con Demócrito, lloraban con Heráclito. El mundo es
embustero, el barroco es un tiempo de malicia. Nacemos desnudos, el mundo nos
engaña, la fortuna y el destino nos mienten, los bienes se ausentan y el tiempo
vuela y la vida acaba, la sepultura
traga, la pudrición sepulta, hoy es polvo, luego nada, engaño tras otro es la
vida. Esta es la filosofía de Gracián y el pesimismo del barroco. Vivían en un
estado de inanición y muertes de hambre en un integrismo religioso no piadoso
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