miércoles, 24 de agosto de 2016

EL BARROCO DE BALTASAR GRACIAN Y EL CRITICON

En el Renacimiento el lenguaje es espontaneo y sencillo. En el barroco hay una artificiosidad en la  forma de decir las cosas. Es un barroquismo retorico que vemos por ejemplo en la poesía culterana de Góngora frente al conceptismo de Quevedo. Quevedo apunta más a la idea, al concepto y el sacerdote granadino a la forma. Ese barroquismo se ve también en la pintura flamenca y rococó de España y el norte de Europa. Además hay una visión pesimista y negativa de la humanidad. La España profunda era un valle de lágrimas en el ancine régimen. Y el cristianismo inundará todo hasta ya entrada la ilustración. La era neoclásica será el siglo de las luces, de un racionalismo optimista y positivo en que Europa se regodeará en si misma, en sus avances científicos, tecnológicos y de las comunicaciones e industrialización. El oscuro barroco al igual que la oscura edad medía será revindicada por los poetas románticos. En España no hubo ilustración como tal y los autores neoclásicos fueron José de Cadalso con sus cartas marruecas, Larra y sus artículos periodísticos, el padre Feijoo en Galicia y Baltasar Gracián.
Baltasar Gracián 1601 1658 era de Belmonte, pueblo de Zaragoza pero su familia seguía a la corte de un lugar a otro, vivió lejos de la corte su infancia. Estudió en Toledo, Zaragoza Huesca y Tarragona. Vivió en el pazo Martínez Soria,  en Tarazona, y en el puente de Calatayud donde la la dolores. Nació un año después de Calderón de la Barca, dramaturgo barroco. Ingresó en la compañía de Jesús de Loyola. Ignacio de Loyola fue una punta de lanza con la contrarreforma criticando a los protestantes. Era un soldado  de Dios, con rollo militar. En Pamplona cayó herido y abrazó la fe, al caer del caballo como san pablo. Es el patrón de la universidad de Deusto y las profesiones liberales y del progresismo.
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A Baltasar Gracián le persiguieron por sus ideas disonantes. Era miembro de la compañía de Jesús Hombre orgulloso y a su bola No le gustaba la autoridad interna de la compañía. Su última obra escrita es la más famosa, el criticón. Allí recoge enseñanzas de Aristóteles como que en el punto medio esta lo correcto. Escribió manuales de educación y de corte y daba muchos consejos vitales en forma de aforismos filosóficos. Estaba en el área  Provincial de Aragón en la compañía de Jesús. Se puede ver su aposento, sus papeles. Siempre tenía las manos manchadas de tinta, no guardaba las cosas con cerrojos Fue jesuita toda su vida, con problemas internos. Tiene una visión negativa de la vida y del mundo que es un juego de  apariencia y realidad. La vida es apariencia, la realidad está por detrás, la esencia, la realidad que engendra El héroe, el político, el discreto es el hombre renacentista perfecto, el diletante. Se basa en el manual del perfecto cortesano de Castiglione. En  oráculo moral y el arte de la  prudencia y agudeza del arte ingenio se pueden leer sus pensamientos que eran influenciados por los que Michael de Montaigne estaba dando en Francia y que influenciaría a su vez en los filósofos ilustrados; Diderot, Montesquieu…el Criticón es un Manual de normas de conducta para conseguir en ese mundo lo que queramos. Hay que ver más allá de las apariencias. Sus ideas pasarán a la posteridad. El objetivo es hacerse famoso y que te recuerden. Escribe manuales de consejos de cómo vivir, comportarse, que cosas dar importancia. Es un moralista, reflexiona lo que está bien o mal Desprecia las supersticiones del vulgo. Su prosa  es conceptista, lo importante son las ideas, los conceptos. No hay puntos aparte, no explica las cosas Hay cosas que no se entienden como la religión y Dios. Hay que ser discretos para hacer comercio. Habla de las firmas comerciales, de la inconstante fortuna. La fortuna se desea, igual que la fama para la posteridad. Los monstruos o los grandes hombres, las grandes hazañas o los genocidios son los que pasan a la posteridad. Es un elitista aristocrático; nuestras cosas no han de gustar a muchos, al  populacho o a la masa populista. El  vulgo es vulgar. La filosofía espanta a los ignorantes. Habla de las críticas, del buscar aplauso de los muchos, de la necesidad común y del estado. Raros son los que miran por dentro y se separan de lo aparente. Hay que ser honrado  y parecerlo las apariencias engañan pues en el barroco la vida es sueño. La brevedad es lisonjera, gana por cortes lo que no gana por valiente. Gracián es el autor de estas frases o dichos populares que forman parte ya de la filosofía del sentido común;  Lo bueno si breve dos veces bueno y lo malo si poco no es tan malo. Estas frases son parte ya del refranero popular. El que se enrolla mucho se le entiende poco. Lo bien dicho se dice presto. El criticón está escrito en 3 partes, pues 3 son las edades del hombre. Escribe en  1651 en Zaragoza  la primavera y niñez. Escribe el  estío de la juventud en el 53 en Huesca. Habla de la  juiciosa  filosofía juvenil. En el 57 escribe en Madrid el invierno de la vejez. El criticón influyó en el criterio de Balmes, novela didáctica. Escribe también la historia de Critilo que naufraga en una isla como Robinson. Huye de la civilización. Elena se encuentra con Andrenio, vivieron ali en estado salvaje y natural, hasta que son rescatados por un barco y viven aventuras por la vida. Critilio es un joven q no ha vivido, y Andrenio es el buen salvaje, el salvaje feliz  que es el Viernes en Robinson.  Tiene una parte narrativa de aventuras uy una parte didáctica; Critilio le enseña cosas a Andrenio el salvaje que al final resulta ser su hijo. Huyen a la isla de la inmortalidad, a la que se llega a través de la fama. Gracián también sentenció que la paciencia es ciencia, que el Monstruo en ligereza parece un pájaro o un loco en la temeridad. Que en la vida hay que ser como un equilibrista sorteando los peligros. Ellos temblando de verle, el bailando para que lo viesen, pierden el juicio. Hay que saber  por dónde caminamos. Caminas cada instante sobre el hilo de la vida, delgado, saltando sobre el. Somos volátiles sobre el hilo, unos caen hoy y otros mañana. Gracián es de un pesimismo amargo que aventura ya el existencialismo y nihilismo negativo de Heidegger. Se influenciarán mutuamente Schopenhauer  y él, en esto del pesimismo vital y el mundo como teatro, voluntad, representación y apariencia. Es el padre del existencialismo de Sartre o del teatro del absurdo. En el barroco Voltaire escribe Cándido, los viajes y aventuras no exentos de moralina final. En general la literatura barroca es difícil de leer, con sus tropas y metonimias. El Conceptismo lo cultivará Quevedo y Gracián. Y el Culteranismo Góngora, que busca la forma, la artificiosidad, las frases complicadas enrevesadas y llenas de metáforas grecolatinas. Esto de que el mundo es un teatro de apariencias y sueños, que es la filosofía de Schopenhauer, aparece en la vida es sueña de Calderón. En la época había concursos de poesía por los pueblos y daban dinero en un bote, metían las propinas en un puchero.  Se tiraba piedras al recitador cuando no gustaba. El teatro era un espectáculo para el vulgo de los pueblos. Reían con Demócrito, lloraban con Heráclito. El mundo es embustero, el barroco es un tiempo de malicia. Nacemos desnudos, el mundo nos engaña, la fortuna y el destino nos mienten, los bienes se ausentan y el tiempo vuela y la vida acaba, la  sepultura traga, la pudrición sepulta, hoy es polvo, luego nada, engaño tras otro es la vida. Esta es la filosofía de Gracián y el pesimismo del barroco. Vivían en un estado de inanición y muertes de hambre en un integrismo religioso no piadoso
 
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