miércoles, 31 de agosto de 2016

SAVATER DESPIERTA Y LEE, ETICA ALEGRIA

Ética de la alegría.
La toma de conciencia llega con la conciencia de la certeza de la muerte, y esto es lo que desespera al ser humano. Las muertes de los demás, pero sobretodo la propia muerte es lo que nos asusta.  Así que el ser humano ante esa certeza de ser para el no ser, de que ha nacido de la muerte o nada y a ella se dirige, se des- espera, nada puede esperar, no puede sobrevivir, ser inmortal y esto le frustra en un primer nihilismo.
Y ese nihilismo le lleva a creer en el miedo, la codicia o el odio como única forma de vivir. Siente miedo a morirse y eso le lleva a acumular objetos y cosas que le sobrevivan como persona, enterrarse en una tumba faraónica de dinero y bienes, el dinero se guarda en cámaras acorazadas pero él mismo es la cámara- funeraria en que queremos acorazarnos.  El odio, para Savater, también brota del miedo, y sólo se odia lo distinto, lo diferente a nosotros. El miedo, la muerte y el odio sólo nos hace obsesionarnos con sobrevivir, con querer ser inmortales. El mortal desde fuera acepta la muerte pero por dentro no puede aceptarlo ya que él se nota vivo y ese vitalismo nadie lo puede matar. Una cosa es el conocimiento de la muerte y otra la experiencia vital que se niega a aceptar esa verdad, por puro instinto de conservación, por pura defensa animal. Si todo el día pensáramos en la muerte no podríamos vivir, viene a decir en resumidas cuentas Sabater. El miedo a la muerte, el odio a la muerte o la codicia para burlar a la muerte no son sino impedimentos y obstáculos sicológicos por miedo a atrevernos a vivir y a vivir bien, con placer ético.
Por sentirnos mortales nos desesperados pero por sentirnos vivos experimentamos alegría. Lo más grave que podía pasarnos ya nos ha pasado al nacer, al nacer condenados a la muerte. Saber que nuestro mayor delito es haber nacido condenados a morir. Por lo tanto todo lo demás en la vida no puede ser para tanto. Y eso es tomarse la vida con levedad y alegría, para Savater. No hay problema que no pueda arreglarse, salvo la irreversible muerte. Una ética de esperanza, desde luego, en estos tiempos oscuros. El conocimiento es mortal, pero la razón es vital. Lo que vio Spinoza, Nietzsche y Ortega. Hay que aceptar la vida alegremente, aceptando con ella todo el dolor que pueda haber y lo más duro y difícil de aceptar; la muerte. La muerte es fatalidad, absurdo y sin sentido, y por ello nuestra vida debe ser racional, consecuente, coherente, con sentido y en vez de una fatalidad; una libertad, una elección de vivir como eligamos. Quien tiene sentido de la alegría trágica podrá ser sombrío pero nunca deprimente. Y pone de ejemplo al Hamlet de Shakespeare.
Spinoza dice que el sabio es el hombre que menos piensa en la muerte y más en la vida. porque el miedo a morir nos paraliza en su fatalismo y determinismo sin dejarnos ser libres. Lucrecio decía que la mayoría de crímenes se hacían por miedo a la propia muerte. (si me voy a morir, antes me cargo a otro)
La meditatio mortis sólo puede caer en dos conclusiones opuestas; la desesperación racionalista que acaba en nihilismo negativo o la esperanza irracional que acaba en fanatismo religioso, supersticioso. NO HAY NADA QUE APRENDER DE LA MUERTE Y SI, EN CAMBIO, HAY MUCHO POR APRENDER DE LA VIDA. dice Spinoza.
 Resultado de imagen de savaterResultado de imagen de filosofia simpsons

No hay comentarios:

Publicar un comentario