miércoles, 31 de agosto de 2016

META LITERATURA Y META ARTE, EL ARTE DEL ESPEJO


¿Los meta- lenguajes nacieron al denotarse a si mismos los lenguajes? La crítica artística, dicen, es la forma más pura de meta- lenguaje (E impura respecto al lenguaje).

El prehistórico pinta al dinosaurio (Más meta- literario aún, pues no coincidieron) mira su dibujo, mira al dinosaurio y no sabe qué es real. ¿Signo o Referente? Algo así ocurriría con el cavernícola de Platón. Cegado de tanta luz, lo subjetivo lo juzga objetivo. Ya tacha de falso todo un mundo sombrío, porque aunque idea, no es consciente de ese idear, ni de su pensamiento, ni de su lenguaje. Así que el signo lo toma por referente, la idea por realidad, lo interno por externo. Somos aún platónicos, nos ciega la absorbente luz del Tv, nos creemos las ficciones de los mundos virtuales, las promesas electorales, las fábricas de sueños. Somos una sociedad Disney- ficada (Umberto Eco) que crecimos viendo Peter Pan, refugiados en papá estado y mamá iglesia (El pacto estado- iglesia se cumple hasta en las repúblicas laicas con los intelectuales o los publicistas que sacian sentimientos de trascendencia) Somos autómatas, y no autónomos, de un sistema proteccionista, y el último reducto es el arte, cada vez menos social, y más catarsis personal. (Prueba de la represión interior actual, aunq tengamos más bienes muebles que nunca)

En este contexto es en el que situamos el meta- arte pos- moderno, que como todo meta lenguaje se caracteriza por la conciencia de si mismo (ficción) y el deseo trasgresor de romper sus propias estructuras.
Para explicar el meta- arte se suele recurrir al cuadro de las meninas; Velázquez retrata en realidad un espejo, y por eso toda la estancia nos parece irreal, onírica, y sus personajes imágenes proyectadas, fantasmas. Pues eso es el arte referencial o meta- arte; arte que contempla a la sociedad en su espejo, y también se avista el ombligo. Arte auto- cuestionado, y de tal guisa; auto- complacido y auto- compadecido. Sólo sus denominaciones; fauvistas (Bestias) o Pop Art o Teatro del Absurdo nos sugieren que son conscientes de ser sólo un retazo de la sociedad y no su espejo absoluto. Los mismos supuestos genios se convierten en personajes esperpénticos de largas barbas y bigotes enroscados. Este arte se sabe espejo prismático, consciente de ser ficción y jamás un autentico reflejo social – realista-. 
Por Meta literatura entendemos esos libros con un escritor como prota, lamentándose de si mismo y homenajeando sus primeras lecturas. Son libros remitiéndonos a otros, como “el espejo en el espejo”. Textos que hablan de textos. Libros que al abrirlos, como muñecas rusas, esconden nuevas lecturas. Literatura retroalimentada con revisiones de Ulíses, o cuentos eruditos de un Borges que fantasea con su Biblioteca Universal y ese escritor que sin leer el Quijote logra transcribirlo. Meta literario es ese teatro de Pirandello sin autor o la nivola de Niebla cuyo protagonista se revela contra el mismo Unamuno.  Aquí la creación pretende matar al creador. El hombre ha intentado matar a su Dios, pero la técnica “literaria” lo asesina a él. Deux ex máchina. Los grandes monstruos tecnológicos estrangulan a su Frankenstein.

Hoy casi todos los mensajes son meta; El show de Truman, las películas documentales o los cómics donde el dibujante se hace un guiño trazando su propia mano. O los escritores post- realistas, tipo J. A. Mañas, que sirviéndose del argot y el soliloquio coloquial (Monologo interior con lenguaje arrabalero, intentos de la meta- literatura por salirse de su marco lingüístico, transgresión del lenguaje literario como hicieran Sade, R. Arenas, O. Girondo, Bukowsky etc) Son, por tanto, metalingüísticos, mutan intencionadamente su estilo, no escriben “lo que les sale”, sino quizá lo que vende a un público identificado. Son lenguajes inspirados por la musa Money $, meta- lenguajes con metas económicas.

La meta- filosofía reduce nuestro pensamiento a lenguaje, mera estructura formal, angosta celda de la que es imposible salirse. No hay razón, sino un latinismo “Cogito ergo sum” q nada significa sin diccionario.
Los meta- lenguajes se basan en referencias, intertextualidad, hiper- vínculos de Internet que nos remiten a nuevos enlaces o el hiper- texto cibernético, conglomerado de plagios, vomito de citas. Es el texto embrollado en la madeja infinita y un cuento de nunca acabar como el de la buena pipa. Es este famoso “cortar y pegar” de la Encarta que nos encanta a los estudiantes, con sólo pinchar en iconos todo el saber desvirtuado y al instante, como un perrito caliente.
Buscar autores puros, sin referencias ni  influencias (Ni Tv), es tiempo perdido.
Nada hay original más que en la forma de decirlo, dicho esta todo. La esencia de la literatura no creo que este en la Universalidad, sino en la particularidad de cada “voz” personal, intransferible. No tanto falsear el estilo con un supuesto lenguaje literario (grandilocuente) o anti- literario (pretendidamente original), sino ser verdadero y autentico en la forma de decirlo (Por más que el fondo sea inverosímil y fantástico)
Y un ejemplo de esto nos lo da el realismo mágico, que de realista tiene la forma (No gongoriana ni barroca, sino “de la calle” y cercana, y de mágico un fondo mítico con un Macondo legendario en un pasado remoto y soñado) Aunque persisten los temas y el amor, menguan las palabras (La razón de la sinrazón de la masa) y al constituirse la realidad desde el lenguaje, cada dicción que espicha, disminuye tu campo de visión. Ya no se sueltan parrafadas románticas ante una chica. Esto se debe a que los sentimientos se analizan en el pensamiento, el afecto es inseparable del intelecto. La misma palabra Volición implica Voluntad de. ¿Cuánto tienen los enamoramientos de pretendidas creaciones intelectuales, lo que nos queremos creer? ¿Cuánto tiene la poesía de Garcilaso de la Isabel Freyre real, y cuanto de maniqueísmo barroco, prosa pomposa y métrica renacentista?
Si disminuye nuestro sistema de codificar, aprehender o significar la realidad, esta también se estrecha. ¿Sin lenguaje podríamos sentir amor? El amor no se siente como se percibe un dolor de muelas, se construye intelectualmente lenguaje través. Algunos teóricos se atreven a llamar al Amor el invento de Occidente. Lo cierto es que ese desparpajo romántico que caracterizó los noviazgos de nuestros abuelos ha pasado a mejor vida. Igual que nos parece cursi hoy los Beatles.
Al matar o transgredir las formas artísticas quizá estemos quedándonos también sin contenidos y referentes. No es que el lenguaje artístico constituya al arte mismo (No, la literatura no es sólo lenguaje literario) sino que la capacidad imaginativa se alimenta de signos, sin ellos no puede expresarse y le pasa lo que a Bécquer “Demasiados fantasmas para lenguas tan estrechas”
             En el arte contemporáneo ocurre que los temas y los estilos están agotados, prima la trasgresión social o sensación antiestética y la vanguardia. La vanguardia es ese imperativo de Badulaire de ser moderno. Para un Pos- moderno hasta el padre de la vanguardia esta desfasado, no se apega a ningún canon e inventa su lenguaje artístico cada día. En estos tiempos inciertos, pisando arenas movedizas, no hay tierra firme y nuestras creencias tambalean, mañana serán anticuadas. Si antes el filosofo abría la ventana y lo llamaba Mundo o Realidad, hoy quizá al abrirla vea un par de torres menos. Por eso sólo podemos vivir artísticamente, creativos e inventores de la vida cada día. El artista pos moderno no atisba esperanza, pero tampoco se angustia existencialmente por la muerte, sólo cree en el ahora.

Si su vida la domina un placer hedonista y voluptuoso, prisas y estrés, su arte también es fugaz y vive de la momentánea reacción del receptor (Feed back).  La historia del arte clásico es la búsqueda de la belleza, la armonía, la perfección, la unidad y otras gaitas platónicas. El cuadro del reina Sofía no quiere ser bello ni intelectualista moral (Esas fotos escabrosas que no emiten juicios valorativos) Ese cuadro des- figurativo sabe que es patito feo, lata de cocacola aplastada, pero tiene mensaje, quizá más que un retrato de la corte isabelina o un bodegón naturalmente muerto.
El autor pos- moderno esboza un lienzo que a simple vista espanta, inquieta o nos lleva a cuestionar el arte mismo; El escritor se cuestiona por qué carajo escribe y confundimos en el Guggenheim la fregona del limpia con una perfonmance conceptual, concluyendo que todo es arte (Hasta los toros o el fútbol)
Y no creo que sea así, simplemente el arte clásico y el moderno se ven con distinta lupa. El arte clásico se contempla, te extasías ante una proporcionada figuración, un trazo realista, métrica, sinfonía armónica... Pero el arte pos- moderno se vive. No aspira a la inmortalidad, ni a ser bello, ni uránico, ni mimético, ni perfecto, ni realista. El artista actual no tiene tiempo ni paciencia para pintar un Caravallo, su arte fugaz vive de su público del instante, de la audiencia segmentada en un momento puntual o moda. Un objeto de arte referencial es un espejo, donde el admirador no admira el cuadro o el libro, sino a si mismo durante breves segundos. Mañana no se acordará. 
Es un arte de usar y tirar, anhelante no de la interpretación erudita del critico, sino de la identificación, la comprensión, la adhesión al mensaje. Como la denuncia de Warhol o el “este no es una pipa” que inquieta porque ciertamente no lo es, es su símbolo, molde platónico.
Para gustarte intelectualmente una obra de meta- arte hay que “entender”, pero emocionalmente tu criterio siempre vale, pues estos cuadros buscan  tu complicidad, convierten al observador en observado, esperan su reacción detrás de un espejo deformante, caricaturizados como esperpénticos Valle Inclánes o geniales Dalís. Van desesperados a la caza de su interlocutor, que les valore, les suba el ego (¿El artista tiene problemas de autoestima o qué?) El visitante del museo se convierte en fetiche del artista. El público que no entiende ni jota del teatro del absurdo, lo califica de absurdo (¿Quizá pretendían esto?)  Igual que ese violinista que no tocó; el concierto lo dieron los abucheos del público. La señora empieza a despotricar de Beckett, Brecht, Shaw e Ionet, simplemente porque la han timado 9 euros, esto sacia la dosis masoquista del dramaturgo. (Quien sabe si su objetivo era llamar botarate y rinoceronte a esa señora) Cuando el arte o el espectador incomprensivo despierte de este aletargamiento, el dinosaurio todavía estará allí.
Xxxxxxxxxxxxxx Si alguien no pilla la última metáfora; me refiero al dinosaurio real, no al icono que traza el prehistórico. Es decir; a la vida, no a sus representaciones artísticas y humanísticas. Y si alguien todavía no lo capta, lo siento, cierto escritor (Monterroso) lo dejó tal cual y se quedó tan panchoxxxxxX

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